armando zarazú aldave
A LEER MUCHACHOS
Comienzan las vacaciones escolares y creo que, la tarea principal es proveer a a los jóvenes, las herramientas culturales necesarias que se obtienen solamente a través de la lectura, actividad que debería ser un hábito positivo entre los estudiantes, pero que muy lamentablemente por cierto está siendo dejada de lado en beneficio de actividades, sobre todo tecnológicas, en las que el famoso celular ocupa lugar preponderante, las cuales poco o nada contribuyen a la formación intelectual del estudiante.
Un primer paso hacia la formación del hábito de lectura, especialmente cuando el niño es pequeño, es leerle algún libro en voz alta durante unos quince o veinte minutos, todos los días. Esta actividad, a la vez de crear un interés por la lectura en el niño, sirve de excelente ejemplo, porque debemos entender que los padres son el modelo a seguir por los hijos. Ellos van a tratar de imitarlos. De lo contrario ¿Cómo un niño puede entender cuán importante es la lectura si nunca ha visto a su padre hacerlo? Por lo tanto, crear el hábito de la lectura es responsabilidad de los padres, nada puede hacer el maestro si el niño no tiene el apoyo necesario en el hogar. Muchos padres creen que la preparación intelectual del educando recae exclusivamente en la escuela. Craso error, la educación del niño empieza en la casa, de la misma forma que el amor por la buena lectura.
Para entender la importancia de la lectura es necesario entender su significado. Se entiende por lectura al proceso interactivo de comunicación en el que se crea una relación entre el libro y el lector, el cual al procesarlo crea su propio significado. Hay que entender, también, que la lectura es constructiva, porque requiere la participación de todas las facultades del ser humano. El lector se constituye en parte activa del proceso de leer debido a que construye su propio entendimiento y sus propias conclusiones. No olvidemos también que la lectura es una actividad social y muy esencial para conocer, comprender, analizar, sintetizar, criticar y llegar a nuevos conocimientos. Es en definitiva, una ventana importante para que el ser humano se forme una visión del mundo en que vive.
La lectura es una parte importante de la formación, no solo del estudiante, sino también de todo ser humano, es fuente de nuevas experiencias, emociones y afectos. Su capacidad de incentivar la creación cognoscitiva del estudiante no tiene límites, además de forzarlo a pensar y razonar con más eficacia. Es una realidad aceptada y comprobada en el campo educativo que, cuanto más alto es el nivel de comprensión de lectura de un estudiante, mayor es la oportunidad que tiene de sobresalir en el campo académico y por ende, de obtener mejores oportunidades de empleo en su vida adulta, algo que indudablemente repercutirá positivamente en la sociedad en la cual se desarrolla.
Aparte de los libros que la educación formal requiere, existen usa serie de libros, clásicos y modernos que deberían ser leídos por niños, jóvenes y adultos. Mención aparte merecen las revistas y periódicos cuya lectura actualiza e informa al lector sobre lo que va sucediendo en el mundo que lo rodea, el cual es muchas veces ignorado en beneficio de la nueva tecnología, que no hacen sino aislar a los usuarios y crearles una personalidad egoísta, egocéntrica y de absoluta indiferencia por lo que sucede a su alrededor y a sus semejantes. Es hora que la lectura recupere el lugar que debe tener como medio de educar y entretener a la juventud. Los padres tienen mucha responsabilidad en ese cometido.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Un primer paso hacia la formación del hábito de lectura, especialmente cuando el niño es pequeño, es leerle algún libro en voz alta durante unos quince o veinte minutos, todos los días. Esta actividad, a la vez de crear un interés por la lectura en el niño, sirve de excelente ejemplo, porque debemos entender que los padres son el modelo a seguir por los hijos. Ellos van a tratar de imitarlos. De lo contrario ¿Cómo un niño puede entender cuán importante es la lectura si nunca ha visto a su padre hacerlo? Por lo tanto, crear el hábito de la lectura es responsabilidad de los padres, nada puede hacer el maestro si el niño no tiene el apoyo necesario en el hogar. Muchos padres creen que la preparación intelectual del educando recae exclusivamente en la escuela. Craso error, la educación del niño empieza en la casa, de la misma forma que el amor por la buena lectura.
Para entender la importancia de la lectura es necesario entender su significado. Se entiende por lectura al proceso interactivo de comunicación en el que se crea una relación entre el libro y el lector, el cual al procesarlo crea su propio significado. Hay que entender, también, que la lectura es constructiva, porque requiere la participación de todas las facultades del ser humano. El lector se constituye en parte activa del proceso de leer debido a que construye su propio entendimiento y sus propias conclusiones. No olvidemos también que la lectura es una actividad social y muy esencial para conocer, comprender, analizar, sintetizar, criticar y llegar a nuevos conocimientos. Es en definitiva, una ventana importante para que el ser humano se forme una visión del mundo en que vive.
La lectura es una parte importante de la formación, no solo del estudiante, sino también de todo ser humano, es fuente de nuevas experiencias, emociones y afectos. Su capacidad de incentivar la creación cognoscitiva del estudiante no tiene límites, además de forzarlo a pensar y razonar con más eficacia. Es una realidad aceptada y comprobada en el campo educativo que, cuanto más alto es el nivel de comprensión de lectura de un estudiante, mayor es la oportunidad que tiene de sobresalir en el campo académico y por ende, de obtener mejores oportunidades de empleo en su vida adulta, algo que indudablemente repercutirá positivamente en la sociedad en la cual se desarrolla.
Aparte de los libros que la educación formal requiere, existen usa serie de libros, clásicos y modernos que deberían ser leídos por niños, jóvenes y adultos. Mención aparte merecen las revistas y periódicos cuya lectura actualiza e informa al lector sobre lo que va sucediendo en el mundo que lo rodea, el cual es muchas veces ignorado en beneficio de la nueva tecnología, que no hacen sino aislar a los usuarios y crearles una personalidad egoísta, egocéntrica y de absoluta indiferencia por lo que sucede a su alrededor y a sus semejantes. Es hora que la lectura recupere el lugar que debe tener como medio de educar y entretener a la juventud. Los padres tienen mucha responsabilidad en ese cometido.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]