carmela fry palacios
BARDO AIJINO Y MUJER ANDINA
Recorriste los Andes y las quebradas amo y diestro de las coplas y la guitarra a pie, a mula, caballo o en furgón. llevando tu prístino arte musical, con tu requinto de doble mástil. Que lo pariste con tus propias manos. en las emisoras coliseos y teatros deslumbraste con tu fulgurante don... Tus trescientas geniales melodía se perennizaron en los recónditos pueblos en que arribaste con tu voz portentosa el trinar de las cuerdas, versos diáfanos, desgarrados y tu aire gardeliano, Jacinto Bardo Aijino te inspiraste, cantaste y tocaste, para los enamorados, los desposeídos, la fauna, la flora en flor, la soledad y los caudillos abriendo trechos y alboradas de esperanza en los aguerridos hombres y mujeres de la costa, la sierra y la selva del Perú... Un quince de agosto de serranía en 1926 Jacinto Palacios, tú de la Cordillera Negra, por Piñi Coral cruzaste la Cordillera Blanca, anclaste cual cóndor, en la mansión chavina de los notables hacendados Coral García, arribaste brioso escoltado, sin igual de tu espléndido azabache caballo y con tu apolínea guitarra al dorso La serenata quedó en tus manos La bella quinceañera lentamente asomó la de aquel lunar y mirada de cielo, desde ese impar y súbito instante, quedaron eclipsados los dos, mientras el entorno de la fiesta pasmado. La anhelada fiesta en todo su esplendor al ver y al escuchar al Gran serenatero Jacinto Palacios Zaragoza, Bardo inmortal, El ancestral reloj, ya marcaba las 3 a.m. ellos dos, pincelaban su travesía de amor plasmado el lienzo en el cielo ancashino... Los pajonales del campo se agitaban, los árboles hendían sus ramas, contrapunteaban los cantos de los ruiseñores y la aurea luna cómplice los alumbraba se encontraron en el lar, la flor de la piedra, El Bardo Aijino y su Mujer Andina, montaron el impetuoso corcel Y así los dos enamorados se perdieron entre gaia y el ritual del amanecer cabalgando sigilosamente cruzaron la frontera... |
Carmela Fry Palacios