margot camones maguiña
LA INTERPRETACIÓN Y TRADUCCIÓN CON SENTIDO HUMANO Y COMUNITARIO

Palabras claves: Interpretación, traducción, comunalidad y territorialidad.
Desarrollar las lenguas son preocupaciones permanentes en las sociedades en las que coexisten lenguas y culturas; sobre todo en las grandes ciudades hay la necesidad de entendimiento no solo usando la lengua de los ciudadanos. Este más bien es una obligación de buscar los caminos de comprensión de las formas de sentir, de conocer y actuar en la diversidad. Nace la interrogante, ¿quién es el garante de los derechos culturales y lingüísticos? En ese contexto de reflexionar sobre la necesidad de interpretar y traducir hay un desafío que afrontar y es que la lengua no es un elemento desligado del sentimiento, del conocer y convivir de las personas en la comunidad o fuera de su territorio.
El acto de comunicar oral o de manera escrita de una lengua distinta a otra lengua implica TRADUCIR E INTERPRETAR IDEAS, pero las ideas se materializan mediante las palabras y éstas también engloban ideas, por tanto; no se puede prescindir de ellas. Se trata entonces de hacer comprender el conjunto de ideas expresadas mediante palabras y no aislándolas, pero, no es reemplazar una palabra de una lengua distinta a la otra. El desafío es entender que toda lengua engloba cultura y ésta tiene relación con el antecedente del contexto de vida de la persona. Sin embargo, si la persona ya no se encuentra en su contexto inicial, es necesario comprender el enfoque de vida del cuál proviene para entender su actuación y sus formas de manifestar sus emociones, sus sentires. Es entonces, buscar una palabra o palabras adecuadas para traducir y para interpretar considerando el enfoque cultural cosmogónico en la lengua receptora. No es un mecanismo fácil, peor si la lengua desde la que se traduce está en la condición de dominada como ocurre con las lenguas originarias. Es más peligroso usar la lengua originaria para transmitir un pensamiento distinto y esta conlleva a la dominación de las formas de ser de las personas, causando baja autoestima o minorización de las lenguas originarias.
Los límites y las posibilidades de la interpretación y traducción son muchas, dependen de los traductores, de sus procesos formativos, sus propias concepciones de vida y la actitud que tiene frente a la lengua y la cultura, inclusive su trayectoria formativa. Es posible avanzar a pesar de los límites en el ejercicio de esta importante actividad; donde se encuentra una dificultad, un obstáculo se abre el camino de las posibilidades según las ideas en la comunidad, el territorio. El quechua como idioma en actual uso ha incorporado un buen número de piezas léxicas debido a su contacto con el castellano que pronto tocará los quinientos años. Este proceso ayuda a una adecuada construcción en el proceso de traducir.
Las lenguas originarias no solo deben ser traducidas sobre todo en educación, porque ello, implicaría pasar un pensamiento monocultural al pensamiento de los pueblos. Las lenguas originarias, deben desarrollarse considerando los avances de la ciencia y la tecnología para no limitar su desarrollo. Haciendo diferencias tenemos.
INTERPRETAR, es desarrollar la concentración, comprensión y expresión; además de conocer el contexto del diálogo, la exposición, el debate, etc., es saber comprender y diferenciar los silencios, los llantos, las miradas además de la comprensión oral; facilitar la mutua comprensión tanto cultural, como lingüística y gramatical.
TRADUCIR, es comprender el mensaje global del texto, saber el propósito de la traducción, reconocer el público para el cual se traduce (lectores, en el ámbito escrito), desarrollar la minuciosidad para no perder ningún detalle, es tener presente el enfoque intercultural, comprender las dos culturas. Conocer profundamente la cultura originaria para adecuar, contextualizar y construir. La comprensión de ambas culturas implica entender las semejanzas y las diferencias funcionando simultáneamente, para cuyo efecto debe ser consciente de la inmersión cultural, el intercambio, el dialogo de saberes y de manifestaciones concretas que faciliten el entendimiento. Muchas veces consideramos que los saberes dialogan, pero, aún dialogan en desigualdad de condiciones. Siempre se escucha el comentario “Una traducción literal, no es buena traducción”; tampoco “una traducción sin contexto es buena”.
A este proceso de considerar el contexto, el destinatario, la finalidad, el enfoque, el significado de las palabras, los préstamos lingüísticos, las equivalencias, los contextos, los saberes, los enfoques propios de cada cultura de las lenguas son limitaciones, pero también posibilidades.
Finalmente, las lenguas originarias para ser traducidas requieren de un manejo profundo de la lengua, su gramática, sus acepciones; pero también la comprensión de la cultura, los enfoques de vida. En una traducción las posibilidades son infinitas, dependen del propósito de la misma, así como la interpretación depende del contexto del sujeto que asume esta tarea.
Traducir e interpretar no es pasar un pensamiento a otro pensamiento usando la lengua, es pensar y sentir sin olvidar la concepción cosmocéntrica, comunitario y territorial.
Bibliografía.
Barreto M. Mariafé C.; Soto M., Lucy C., (2019) Dinámica de trabajo entre los traductores de lenguas originarias y las entidades encargantes en el Perú. Extraído de http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Bastin, G. Por una historia de la traducción en Hispanoamérica Íkala, revista de lenguaje y cultura, vol. 8, núm. 14, enero-diciembre, 2003, pp. 193-217 Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
Camones, M. (2016) Quechua para un diálogo intercultural. Editorial Killa, Huaraz, Ancash.
Ministerio de Cultura, Lineamientos para la implementación y prestación del “Servicio de interpretación y traducción en lenguas indígenas u originarias para situaciones de emergencia” – 2018.
Ministerio de Cultura, Protocolo para la traducción e interpretación de lenguas indígenas para servicios públicos o productos comunicacionales masivos relacionados. 2018.
[email protected]
Desarrollar las lenguas son preocupaciones permanentes en las sociedades en las que coexisten lenguas y culturas; sobre todo en las grandes ciudades hay la necesidad de entendimiento no solo usando la lengua de los ciudadanos. Este más bien es una obligación de buscar los caminos de comprensión de las formas de sentir, de conocer y actuar en la diversidad. Nace la interrogante, ¿quién es el garante de los derechos culturales y lingüísticos? En ese contexto de reflexionar sobre la necesidad de interpretar y traducir hay un desafío que afrontar y es que la lengua no es un elemento desligado del sentimiento, del conocer y convivir de las personas en la comunidad o fuera de su territorio.
El acto de comunicar oral o de manera escrita de una lengua distinta a otra lengua implica TRADUCIR E INTERPRETAR IDEAS, pero las ideas se materializan mediante las palabras y éstas también engloban ideas, por tanto; no se puede prescindir de ellas. Se trata entonces de hacer comprender el conjunto de ideas expresadas mediante palabras y no aislándolas, pero, no es reemplazar una palabra de una lengua distinta a la otra. El desafío es entender que toda lengua engloba cultura y ésta tiene relación con el antecedente del contexto de vida de la persona. Sin embargo, si la persona ya no se encuentra en su contexto inicial, es necesario comprender el enfoque de vida del cuál proviene para entender su actuación y sus formas de manifestar sus emociones, sus sentires. Es entonces, buscar una palabra o palabras adecuadas para traducir y para interpretar considerando el enfoque cultural cosmogónico en la lengua receptora. No es un mecanismo fácil, peor si la lengua desde la que se traduce está en la condición de dominada como ocurre con las lenguas originarias. Es más peligroso usar la lengua originaria para transmitir un pensamiento distinto y esta conlleva a la dominación de las formas de ser de las personas, causando baja autoestima o minorización de las lenguas originarias.
Los límites y las posibilidades de la interpretación y traducción son muchas, dependen de los traductores, de sus procesos formativos, sus propias concepciones de vida y la actitud que tiene frente a la lengua y la cultura, inclusive su trayectoria formativa. Es posible avanzar a pesar de los límites en el ejercicio de esta importante actividad; donde se encuentra una dificultad, un obstáculo se abre el camino de las posibilidades según las ideas en la comunidad, el territorio. El quechua como idioma en actual uso ha incorporado un buen número de piezas léxicas debido a su contacto con el castellano que pronto tocará los quinientos años. Este proceso ayuda a una adecuada construcción en el proceso de traducir.
Las lenguas originarias no solo deben ser traducidas sobre todo en educación, porque ello, implicaría pasar un pensamiento monocultural al pensamiento de los pueblos. Las lenguas originarias, deben desarrollarse considerando los avances de la ciencia y la tecnología para no limitar su desarrollo. Haciendo diferencias tenemos.
INTERPRETAR, es desarrollar la concentración, comprensión y expresión; además de conocer el contexto del diálogo, la exposición, el debate, etc., es saber comprender y diferenciar los silencios, los llantos, las miradas además de la comprensión oral; facilitar la mutua comprensión tanto cultural, como lingüística y gramatical.
TRADUCIR, es comprender el mensaje global del texto, saber el propósito de la traducción, reconocer el público para el cual se traduce (lectores, en el ámbito escrito), desarrollar la minuciosidad para no perder ningún detalle, es tener presente el enfoque intercultural, comprender las dos culturas. Conocer profundamente la cultura originaria para adecuar, contextualizar y construir. La comprensión de ambas culturas implica entender las semejanzas y las diferencias funcionando simultáneamente, para cuyo efecto debe ser consciente de la inmersión cultural, el intercambio, el dialogo de saberes y de manifestaciones concretas que faciliten el entendimiento. Muchas veces consideramos que los saberes dialogan, pero, aún dialogan en desigualdad de condiciones. Siempre se escucha el comentario “Una traducción literal, no es buena traducción”; tampoco “una traducción sin contexto es buena”.
A este proceso de considerar el contexto, el destinatario, la finalidad, el enfoque, el significado de las palabras, los préstamos lingüísticos, las equivalencias, los contextos, los saberes, los enfoques propios de cada cultura de las lenguas son limitaciones, pero también posibilidades.
Finalmente, las lenguas originarias para ser traducidas requieren de un manejo profundo de la lengua, su gramática, sus acepciones; pero también la comprensión de la cultura, los enfoques de vida. En una traducción las posibilidades son infinitas, dependen del propósito de la misma, así como la interpretación depende del contexto del sujeto que asume esta tarea.
Traducir e interpretar no es pasar un pensamiento a otro pensamiento usando la lengua, es pensar y sentir sin olvidar la concepción cosmocéntrica, comunitario y territorial.
Bibliografía.
Barreto M. Mariafé C.; Soto M., Lucy C., (2019) Dinámica de trabajo entre los traductores de lenguas originarias y las entidades encargantes en el Perú. Extraído de http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Bastin, G. Por una historia de la traducción en Hispanoamérica Íkala, revista de lenguaje y cultura, vol. 8, núm. 14, enero-diciembre, 2003, pp. 193-217 Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
Camones, M. (2016) Quechua para un diálogo intercultural. Editorial Killa, Huaraz, Ancash.
Ministerio de Cultura, Lineamientos para la implementación y prestación del “Servicio de interpretación y traducción en lenguas indígenas u originarias para situaciones de emergencia” – 2018.
Ministerio de Cultura, Protocolo para la traducción e interpretación de lenguas indígenas para servicios públicos o productos comunicacionales masivos relacionados. 2018.
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