jorge vásquez veramendi
7 DE JUNIO
Casi nunca había pasado de la Plaza de armas, mejor dicho a Barrio arriba no llagaba, hasta que uno deja de ser niño y llega la curiosidad por las mujeres, no hay lugar por donde no pases en busca de lo más deseado,. A esta edad recién puedo decir que conocí todo Chiquián y sus recovecos, sabia donde vivía cada hembrita y los lugares más oscuros para esconderse y de allí ver a la hora que salen, Terminaban las vacaciones de enero a marzo y de vuelta al colegio, yo ya era o mejor dicho me creía mayorcito pues entraba a primero de media .Desde el primer día me hice amigo de Poko, nos sentábamos en la misma carpeta, jugábamos juntos en el recreo y después de salir quedábamos siempre en encontrarnos en la plaza por las noches. Así pasaron los días hasta que llego el aniversario del colegio, campeonato de fútbol, de básquet, maratón, quisimos participar en una de ellas pero los alumnos de 4to y 5to no nos dejaban, pero teníamos una opción “carrera de antorchas a Jaracoto”
-Poko nos inscribimos.
-¡Estas loco!
-Tenemos que concursar en algo pues.
-Tremenda subida hasta Jaracoto, además hay mucha hualanca (espina) y de noche no se ve nada.
-Qué tanta vaina. ¡¡Yo me inscribo!
Y así lo hice, los alumnos de 5to año se reían en mi cara y uno le dice al otro.
-Míralo a esta criatura ¿crees que ganará?
-Si va a ganar compadre, pero en llegar último.
Esto nos molestó a mí y a Poko, que también se inscribió, todos los días nos levantábamos temprano y sacábamos físico en Jircán, conversábamos y nos dábamos fuerza.
-No nos ganarán fácil.
-Si hermano, haremos la pelea.
Hasta que llego el día y nos citan a la 7de la noche en la puerta del colegio, cada uno con su antorcha, kerosene y fósforos además bien uniformados,
-Están listos.
-¡¡Si señor!! Contestamos al “loco Pablo” quien al vernos dice.
-¿Ustedes también van a correr?
-¡¡SI SEÑOR!! Respondimos al unísono.
-Mejor quédense en sus casas.
-¿Por qué?
-Que le van a ganar a Callupe.
Diciendo esto nos dio la espalda y nos dejo intrigados.
-Oye… ¿Quién es ese Callupe?
-No se shay.
Vamos a preguntar a alguien, en ese momento pasa el “indio miguel” lo llamamos y le hicimos la pregunta.
-Nunca le van a ganar a ese cholo, corre como galgo y nunca se cansa, si hay veces que cuando tenemos que jugar fútbol y se olvida sus chimpunes se va corriendo a Pocpa a traerlos.
-¡¡Hasta Pocpa!!- interrumpo-
-Claro pues, es como toro Jirishanquino y encima juega los 90 minutos como si nada.
Estábamos asustados y pensándolo bien era mejor no concursar, pero nuestro orgullo pudo más, además ya se había corrido la voz porque las hembritas del Santa Rosa nos arengaban cuando nos veían.
-¡¡Tienen que ganar!!
Nunca contestamos las arenga, la verdad que nos preparamos sin querer, haciendo nuestras antorchas con un palo de escoba vieja, unos trapos y los amarramos con alambre, no lo voy a negar cuanto más se acercaba la hora, más nervioso me ponía caminando de un lugar para otro, pensando que no ganaría al verme así mi padre me dijo:
-¿Qué pasa hijito?
-Estoy muy nervioso papito.
-Cálmate hijito se que hay buenos corredores, pero así tú pierdas, para mi eres un ganador, lo más importante es participar, anda tranquilo que todo saldrá bien.
No se imaginan como me sentí ese momento sin haber corrido ya era un triunfador. Agradecí a Dios por tener un padre tan lindo.
Llegó la hora todos los participantes estabamos formados en el patio y don Lucho nos dijo:
-Un jurado ya esta en Jaracoto, a cada uno de ustedes se le dará un número de acuerdo con su inscripción. Ese número le dan al Juez allá arriba y regresan, el que llega primero a la plaza es el ganador. ¿Entendido?
-¡¡¡Entendido!!! Contestamos todos.
-Mojen sus antorchas con el kerosene, la salida es a la voz de tres……..uno, dos, tres.
Todos salimos corriendo por la calle Alfonso Ugarte volteando por el comercio y al llegar a la plaza vemos que todas las autoridades están allí, recreándose con la banda de músicos del colegio, la gente al pasar nos gritaba.
-¡¡Corran!! ¡¡Corran!!
Estando por la casa del señor Lara vemos que un grupo estaba ya por la planta eléctrica, seguimos corriendo cada vez más cansados llegando al morro que está por encima del estadio, de allí comenzaba el camino de herradura que te lleva a Huancar subíamos por él y a unos treinta metros hay un morro de tierra que no te deja ver desde la cuidad me paro y le digo a Poko.
Apaga tu antorcha, haciendo lo mismo con la mía.
-¡que tienes!
-Cállate y escóndete
Cuando todos pasaron salimos del escondite, y le digo.
-Ni zonzo que fuéramos para ir hasta arriba, esperemos que regresen y de acá no más nos volvemos.
-Pero se van a dar cuenta.
-A que hora bajara el juez, cuando todo ya haya terminado.
-Bueno shay, tu sabes lo que haces.
-Ándate a aquella lomita y cuando veas que alguien baja me avisas.
-Después de un largo rato, grita.
.¡¡Alguien esta bajando a toda carrera!!
-Debe de ser ese Callupe, ¡ven rápido! Saca los fósforos y enciende las antorchas.
Así lo hicimos y ¡a correr se ha dicho! Llegamos primeros a la Plaza de armas, todo el pueblo nos aplaudía, otros no lo podían creer que tan chiquillos ganáramos la carrera, vimos al director, al alcalde y demás autoridades que nos aplaudían y nosotros seguimos corriendo hasta el colegio donde encontramos parado en la puerta al tal Callupe con cara de pocos amigos.
-Si no fueran unos chiquillos les saco la mier…..he tenido que correr por las espinas, tropezarme, caerme, para que ustedes ganen,¡¡no puede ser carajo!!!
-Disculpa hermano, nosotros……..
-¡Que disculpa!, ¡disculpa! Ya todo está jodido.
Seguían llegando los demás concursantes, se les veía muy cansados y con heridas en muchas partes, hasta que llegó el último todos nos miraban con cólera, no sabíamos si estar alegres por el triunfo o tristes por lo sucedido.
Cada uno se fue a descansar y cuando al día siguiente en el colegio nos quisieron premiar no lo aceptamos y comiendo nuestra vergüenza dijimos que el premio era del alumno Callupe, aceptaron nuestras disculpas, todos estábamos felices, pero cada vez que nos encontrábamos con Callupe nos decía.
-¿Bien pendejos son ustedes no?
-¡¡¡UD le cree!!!........yo no.
Jorge Vásquez Veramendi
-Poko nos inscribimos.
-¡Estas loco!
-Tenemos que concursar en algo pues.
-Tremenda subida hasta Jaracoto, además hay mucha hualanca (espina) y de noche no se ve nada.
-Qué tanta vaina. ¡¡Yo me inscribo!
Y así lo hice, los alumnos de 5to año se reían en mi cara y uno le dice al otro.
-Míralo a esta criatura ¿crees que ganará?
-Si va a ganar compadre, pero en llegar último.
Esto nos molestó a mí y a Poko, que también se inscribió, todos los días nos levantábamos temprano y sacábamos físico en Jircán, conversábamos y nos dábamos fuerza.
-No nos ganarán fácil.
-Si hermano, haremos la pelea.
Hasta que llego el día y nos citan a la 7de la noche en la puerta del colegio, cada uno con su antorcha, kerosene y fósforos además bien uniformados,
-Están listos.
-¡¡Si señor!! Contestamos al “loco Pablo” quien al vernos dice.
-¿Ustedes también van a correr?
-¡¡SI SEÑOR!! Respondimos al unísono.
-Mejor quédense en sus casas.
-¿Por qué?
-Que le van a ganar a Callupe.
Diciendo esto nos dio la espalda y nos dejo intrigados.
-Oye… ¿Quién es ese Callupe?
-No se shay.
Vamos a preguntar a alguien, en ese momento pasa el “indio miguel” lo llamamos y le hicimos la pregunta.
-Nunca le van a ganar a ese cholo, corre como galgo y nunca se cansa, si hay veces que cuando tenemos que jugar fútbol y se olvida sus chimpunes se va corriendo a Pocpa a traerlos.
-¡¡Hasta Pocpa!!- interrumpo-
-Claro pues, es como toro Jirishanquino y encima juega los 90 minutos como si nada.
Estábamos asustados y pensándolo bien era mejor no concursar, pero nuestro orgullo pudo más, además ya se había corrido la voz porque las hembritas del Santa Rosa nos arengaban cuando nos veían.
-¡¡Tienen que ganar!!
Nunca contestamos las arenga, la verdad que nos preparamos sin querer, haciendo nuestras antorchas con un palo de escoba vieja, unos trapos y los amarramos con alambre, no lo voy a negar cuanto más se acercaba la hora, más nervioso me ponía caminando de un lugar para otro, pensando que no ganaría al verme así mi padre me dijo:
-¿Qué pasa hijito?
-Estoy muy nervioso papito.
-Cálmate hijito se que hay buenos corredores, pero así tú pierdas, para mi eres un ganador, lo más importante es participar, anda tranquilo que todo saldrá bien.
No se imaginan como me sentí ese momento sin haber corrido ya era un triunfador. Agradecí a Dios por tener un padre tan lindo.
Llegó la hora todos los participantes estabamos formados en el patio y don Lucho nos dijo:
-Un jurado ya esta en Jaracoto, a cada uno de ustedes se le dará un número de acuerdo con su inscripción. Ese número le dan al Juez allá arriba y regresan, el que llega primero a la plaza es el ganador. ¿Entendido?
-¡¡¡Entendido!!! Contestamos todos.
-Mojen sus antorchas con el kerosene, la salida es a la voz de tres……..uno, dos, tres.
Todos salimos corriendo por la calle Alfonso Ugarte volteando por el comercio y al llegar a la plaza vemos que todas las autoridades están allí, recreándose con la banda de músicos del colegio, la gente al pasar nos gritaba.
-¡¡Corran!! ¡¡Corran!!
Estando por la casa del señor Lara vemos que un grupo estaba ya por la planta eléctrica, seguimos corriendo cada vez más cansados llegando al morro que está por encima del estadio, de allí comenzaba el camino de herradura que te lleva a Huancar subíamos por él y a unos treinta metros hay un morro de tierra que no te deja ver desde la cuidad me paro y le digo a Poko.
Apaga tu antorcha, haciendo lo mismo con la mía.
-¡que tienes!
-Cállate y escóndete
Cuando todos pasaron salimos del escondite, y le digo.
-Ni zonzo que fuéramos para ir hasta arriba, esperemos que regresen y de acá no más nos volvemos.
-Pero se van a dar cuenta.
-A que hora bajara el juez, cuando todo ya haya terminado.
-Bueno shay, tu sabes lo que haces.
-Ándate a aquella lomita y cuando veas que alguien baja me avisas.
-Después de un largo rato, grita.
.¡¡Alguien esta bajando a toda carrera!!
-Debe de ser ese Callupe, ¡ven rápido! Saca los fósforos y enciende las antorchas.
Así lo hicimos y ¡a correr se ha dicho! Llegamos primeros a la Plaza de armas, todo el pueblo nos aplaudía, otros no lo podían creer que tan chiquillos ganáramos la carrera, vimos al director, al alcalde y demás autoridades que nos aplaudían y nosotros seguimos corriendo hasta el colegio donde encontramos parado en la puerta al tal Callupe con cara de pocos amigos.
-Si no fueran unos chiquillos les saco la mier…..he tenido que correr por las espinas, tropezarme, caerme, para que ustedes ganen,¡¡no puede ser carajo!!!
-Disculpa hermano, nosotros……..
-¡Que disculpa!, ¡disculpa! Ya todo está jodido.
Seguían llegando los demás concursantes, se les veía muy cansados y con heridas en muchas partes, hasta que llegó el último todos nos miraban con cólera, no sabíamos si estar alegres por el triunfo o tristes por lo sucedido.
Cada uno se fue a descansar y cuando al día siguiente en el colegio nos quisieron premiar no lo aceptamos y comiendo nuestra vergüenza dijimos que el premio era del alumno Callupe, aceptaron nuestras disculpas, todos estábamos felices, pero cada vez que nos encontrábamos con Callupe nos decía.
-¿Bien pendejos son ustedes no?
-¡¡¡UD le cree!!!........yo no.
Jorge Vásquez Veramendi