jhonny Mamani
¡NO PARAMOS HASTA RUSIA 2018!
Jahuarya Brother:
I think...oops, pienso que tú también estarás super happy…oops, feliz como este pechito, luego que los muchachos le han devuelto la confianza y esperanza a todos los fan…oops hinchas de la gloriosa camiseta blanquiroja. I am very sure…oops, estoy bien seguro que no paramos hasta Rusia 2018 brother. Con las ganas que tengo de ver a nuestro equipo en la tierra del Vodka y con una rusa under my arm…oops, bajo el brazo (felizmente la Lucre se parece a las modelos de la tele perucha porque no le entra a la lectura. Bien calabacita es bro). Eso sí brother, desde aurita voy a empezar a juntar mis verdes para el viaje, ¿Qué vamos? Si o Si. No importa que hayan suspendido a Paolito, como dice el profe, con Paolo o sin Paolo igualito somos Rusia 2018.
Pero bueno, les voy a contar como vi los dos últimos partidos con el profe y el pesao del Rimay Cóndor, que como te digo siempre bro, a la hora de mandar su tanda es más duro que el mármol a mis quejas y pareciera que sufre de la próstata porque en ese momento siempre está en el ñoba, pero como es patachín del profe me tengo que hacer el tercio. Ok. Brother, la tarde del partido con Argentina me llamó el profe para ir a un restaurante perucho donde podíamos verlo con una jalea en la mesa y algunas cusqueñas para frenar la emoción. Al llegar al Piolín, así se llama el sitio men, estaba más lleno que el estadio nacional cuando se juega un clásico; en la puerta habían unos patas con sus camisetas, banderas y el infaltable bombo de toda buena barra, haciendo más bulla que la Lucre cuando quiere que la lleve a Plaza Norte. Felizmente, como el dueño es pata del profe, nos hicieron un sitio cerca al counter…oops, mostrador. Con la emoción del empate y como todavía estábamos con chance de clasificarnos, tuvimos que parar la mano y nos quitamos al toquefá porque el profe tenía que salir temprano para la chamba, y yo también porsiaca, no vayan a pensar que me la llevo cantando, no bro, mi sudor me cuestan los cobres que gasto. Pero, como la cosa se había puesto buena, decidimos que Rimay Cóndor vaya temprano para que nos guarde mesa para el partido con los colochos. Como trabaja en el tercer turno tiene tiempo, ademas, como va a estar en plan de gorrión andino, que se gane sus frías guardando sitio para los que la ponen. Es justicia, como diría los bogas del Estudio Jurídico Rogga Cóndor Asociados.
Llegado el gran día, más mejor la tarde, el restaurante estaba al tope, al entrar veo al Rimay Cóndor taking care of our table…oops, cuidando nuestra mesa, avanza Jhonny que nos quitan la mesa, me grita el menso ese, tuve que correr para imponer respeto. ¿Qué te sirves? Yo invito, me dice el Rimay, casi me caigo patas arriba de la sorpresa brother. Me quedé speechless…oops, sin habla de la emoción. Me estaba recuperando de la impresión cuando se aparece el profe con su ñora y su sobrina, todos con sus camisetas peruchas, misma barra brava brother. Para rematarla el Rimay Cóndor llama a la mesera y le dice que ponga el piqueo y las respectivas chelas en la mesa y que todo lo anote en su tab…oops, cuenta. Casi me caigo patas arriba de nuevo bro ¡no lo podía creer! En eso llega el Cónsul perucho con su family y, como es pata con el profe tuvimos que hacerles room…oops, sitio en nuestra table…oops, mesa.
I think...oops, pienso que tú también estarás super happy…oops, feliz como este pechito, luego que los muchachos le han devuelto la confianza y esperanza a todos los fan…oops hinchas de la gloriosa camiseta blanquiroja. I am very sure…oops, estoy bien seguro que no paramos hasta Rusia 2018 brother. Con las ganas que tengo de ver a nuestro equipo en la tierra del Vodka y con una rusa under my arm…oops, bajo el brazo (felizmente la Lucre se parece a las modelos de la tele perucha porque no le entra a la lectura. Bien calabacita es bro). Eso sí brother, desde aurita voy a empezar a juntar mis verdes para el viaje, ¿Qué vamos? Si o Si. No importa que hayan suspendido a Paolito, como dice el profe, con Paolo o sin Paolo igualito somos Rusia 2018.
Pero bueno, les voy a contar como vi los dos últimos partidos con el profe y el pesao del Rimay Cóndor, que como te digo siempre bro, a la hora de mandar su tanda es más duro que el mármol a mis quejas y pareciera que sufre de la próstata porque en ese momento siempre está en el ñoba, pero como es patachín del profe me tengo que hacer el tercio. Ok. Brother, la tarde del partido con Argentina me llamó el profe para ir a un restaurante perucho donde podíamos verlo con una jalea en la mesa y algunas cusqueñas para frenar la emoción. Al llegar al Piolín, así se llama el sitio men, estaba más lleno que el estadio nacional cuando se juega un clásico; en la puerta habían unos patas con sus camisetas, banderas y el infaltable bombo de toda buena barra, haciendo más bulla que la Lucre cuando quiere que la lleve a Plaza Norte. Felizmente, como el dueño es pata del profe, nos hicieron un sitio cerca al counter…oops, mostrador. Con la emoción del empate y como todavía estábamos con chance de clasificarnos, tuvimos que parar la mano y nos quitamos al toquefá porque el profe tenía que salir temprano para la chamba, y yo también porsiaca, no vayan a pensar que me la llevo cantando, no bro, mi sudor me cuestan los cobres que gasto. Pero, como la cosa se había puesto buena, decidimos que Rimay Cóndor vaya temprano para que nos guarde mesa para el partido con los colochos. Como trabaja en el tercer turno tiene tiempo, ademas, como va a estar en plan de gorrión andino, que se gane sus frías guardando sitio para los que la ponen. Es justicia, como diría los bogas del Estudio Jurídico Rogga Cóndor Asociados.
Llegado el gran día, más mejor la tarde, el restaurante estaba al tope, al entrar veo al Rimay Cóndor taking care of our table…oops, cuidando nuestra mesa, avanza Jhonny que nos quitan la mesa, me grita el menso ese, tuve que correr para imponer respeto. ¿Qué te sirves? Yo invito, me dice el Rimay, casi me caigo patas arriba de la sorpresa brother. Me quedé speechless…oops, sin habla de la emoción. Me estaba recuperando de la impresión cuando se aparece el profe con su ñora y su sobrina, todos con sus camisetas peruchas, misma barra brava brother. Para rematarla el Rimay Cóndor llama a la mesera y le dice que ponga el piqueo y las respectivas chelas en la mesa y que todo lo anote en su tab…oops, cuenta. Casi me caigo patas arriba de nuevo bro ¡no lo podía creer! En eso llega el Cónsul perucho con su family y, como es pata con el profe tuvimos que hacerles room…oops, sitio en nuestra table…oops, mesa.
Ya estábamos listos cuando entra la barra perucha, con su bombo y dos trompetas, hacían una bulla que pa qué te cuento brother. Después de sus respectivas hurras, se cantó el himno; casi me lloro brother. Algunos cantaban con lágrimas en los ojos. Cuando estás lejos de tu terruño vives la peruanidad al máximo brother. Así las cosas, sonó el pito dando iniccio al partido; los pásala, grita uno; corre, corre, grita otro; céntrala pe animal, grita alguno ya fuera de sí por la emoción, se escucha de los cuatro rincones del restaurante un uff... como si fuera un ventarrón de esos que traen lluvia, cuando un pelotazo pasa cerquita del arco colocho. Otro hincha con algunos tragos de más grita desaforado, pásala a Paolo pe h…v....z... Amarra el perro compadre que hay damas, le dice otro mas cuerdo. Termina el primer tiempo y comienzan los comentarios, todos tienen su opinión propia de ellos y saben más que Careca. Mientras tanto Rimay Cóndor se preocupa que nuestra table…oops, mesa esté full…oops llena de drinks y snacks…oops, tragos y bocaditos, pareciera que se hubiera sacado la tinka el serranazo ese. Por mi parte, este pechito humildemente, con la experiencia que le da el haber jugado (con su primo Cuper), las eliminatorias de la Copa Perú con el Deportivo Quillamarka (la tierra de mis folks...oops, de mis padres), discute sobre como ganar el partido y las estrategias que se deben seguir.
En el segundo tiempo la cosa se puso como velorio cuando los colochos anotaron un gol, la gente no decía ni chis ni mus, se podía notar la pena y la angustia en la cara de todos los presentes. Felizmente, luego de algunos minutos de agonía nuestro team…oops, equipo puso el gol del empate y el restaurante se puso como un manicomio, todos gritaban, se abrazaban y saltaban de pura alegría, no se escuchaba nada, por allí alguien comenzó a cantar “Perú campeón” y el resto siguió automáticamente; el profe que es de los de generación de México 70, o sea de guardia vieja, cantaba eso de “con Rubiños en el arco, la defensa es colosal, González, Orlando La Torre, Lucho La Fuente y Chumpitaz…”, cuando se dio cuenta que estaba fuera de onda, paró en seco la cantata. Para completar la jefa del profe gritaba “huisca, huisca, huisca”, cada que los colochos agarraban la pelota. Le pregunté al profe sobre el gritito de marras, y me explicó que era el grito de las chicas Cahuidistas, que se le debe haber quedado en el subconsciente a su ñora por haberlo escuchado cuando era chibola, haciendo barra por el Tarapacá, en el estadio de Jircán. Terminado el encuentro y luego de los comentarios de estilo y que Rimay Cóndor pagara su bill…oops, su cuenta todos nos tuvimos que quitar porque al día siguiente había que ir al work..oops, trabajo. Al salir, le pregunté al Rimay Cóndor por qué se había portado tan generosamente, me contestó sin tapujos -mira Jhonny, tú y el profe son mis únicos patas, eso es todo- me dejó pensando, él me consideraba su pana y yo que pensaba mal de él. Tú sabes brother, así es el fúbol. Ahora tengo un problema grande brother, para el primer partido del repechaje tendré que portarme como los buenos. Eso sí el segundo partido, el que se jugará en Limonta, se lo apuntaremos al profe, esta bien que ya esté avanzadito como su pata Rucuñahui, pero el fúbol es el fúbol, así que todo el mundo se matricula. Además, como somos una fija, de seguro terminamos con peña. Habrase visto brother.
See you later aligator.
Jhonny Mamani
En el segundo tiempo la cosa se puso como velorio cuando los colochos anotaron un gol, la gente no decía ni chis ni mus, se podía notar la pena y la angustia en la cara de todos los presentes. Felizmente, luego de algunos minutos de agonía nuestro team…oops, equipo puso el gol del empate y el restaurante se puso como un manicomio, todos gritaban, se abrazaban y saltaban de pura alegría, no se escuchaba nada, por allí alguien comenzó a cantar “Perú campeón” y el resto siguió automáticamente; el profe que es de los de generación de México 70, o sea de guardia vieja, cantaba eso de “con Rubiños en el arco, la defensa es colosal, González, Orlando La Torre, Lucho La Fuente y Chumpitaz…”, cuando se dio cuenta que estaba fuera de onda, paró en seco la cantata. Para completar la jefa del profe gritaba “huisca, huisca, huisca”, cada que los colochos agarraban la pelota. Le pregunté al profe sobre el gritito de marras, y me explicó que era el grito de las chicas Cahuidistas, que se le debe haber quedado en el subconsciente a su ñora por haberlo escuchado cuando era chibola, haciendo barra por el Tarapacá, en el estadio de Jircán. Terminado el encuentro y luego de los comentarios de estilo y que Rimay Cóndor pagara su bill…oops, su cuenta todos nos tuvimos que quitar porque al día siguiente había que ir al work..oops, trabajo. Al salir, le pregunté al Rimay Cóndor por qué se había portado tan generosamente, me contestó sin tapujos -mira Jhonny, tú y el profe son mis únicos patas, eso es todo- me dejó pensando, él me consideraba su pana y yo que pensaba mal de él. Tú sabes brother, así es el fúbol. Ahora tengo un problema grande brother, para el primer partido del repechaje tendré que portarme como los buenos. Eso sí el segundo partido, el que se jugará en Limonta, se lo apuntaremos al profe, esta bien que ya esté avanzadito como su pata Rucuñahui, pero el fúbol es el fúbol, así que todo el mundo se matricula. Además, como somos una fija, de seguro terminamos con peña. Habrase visto brother.
See you later aligator.
Jhonny Mamani