ARMANDO ZARAZÚ ALDAVE
CARLOS ALVARADO ALDAVE
En estos días de pandemia que le ha tocado vivir a nuestra generación, una que no hubiéramos imaginado ni en nuestras peores pesadillas, estamos viendo como personas de nuestro alrededor, del círculo de vida en el cual nos desarrollamos, van cayendo víctimas de este traicionero mal, que ataca sin que nos demos cuenta y que se lleva a nuestros amigos y a nuestros familiares, dejando pena, dolor y lágrimas.
Estas líneas las escribo al cumplirse un mes del fallecimiento de Carlos Aníbal Alvarado Aldave, como un homenaje a alguien que no solo fue parte de mi familia, sino que supo ganarse el aprecio y cariño de todos cuanto lo conocieron, como hijo, esposo, padre, hermano, amigo, maestro, periodista, institucionalista; además de ser parte indiscutible de la historia musical de nuestra tierra chiquiana.
Carlos nació en Chiquián el 31 de mayo de 1941, hijo de don Alejandro Alvarado Barrenechea y de doña Josefina Aldave Montoro. Como todo chiquiano de esa época asistió a la escuela Prevocacional de Varones 351 dirigido por el profesor don César Figueroa Cuentas y posteriormente hizo sus estudios en el Colegio Coronel Bolognesi. Una vez terminada su secundaria alistó maletas y viajó a Lima para continuar con su educación superior, la cual los realizó en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega de donde egresó como profesor de primaria urbana.
Terminados sus estudios superiores empezó a desarrollar su carrera profesional de maestro en Pampas Grande, provincia de Huaraz, posteriormente se trasladó a Aquia, más cerca a su tierra, para luego de algunos años llegar a su querido Chiquián y trabajar en la escuela elemental que dirigía el profesor don Eleodoro Gamarra. Posteriormente, en el año de 1976 se trasladó a la ciudad de Lima donde se desempeñó como profesor en la Escuela Experimental No 8 de Villacampa, en el Rímac, centro educativo en el cual trabajó hasta su retiro de la carrera magisterial en 1992. Es necesario mencionar también que el año en que se trasladó a Lima pasó la Fiesta de Santa Rosa como Capitán.
Su inquietud por seguir superándose lo llevó a estudiar periodismo en la Universidad Jaime Bausata y Mesza de donde egresó con el título de periodista el año 2002. Sin embargo, es indudable que una de las grandes pasiones de Carlos fue su afición a la música de nuestra tierra, la cual practicó y divulgó como el mejor. Eximio ejecutante del arpa, acordeón, saxofón, clarinete, guitarra y a todo instrumento que llegaba a sus manos, supo darle brillo a todas las agrupaciones musicales en la que participó. Esa afición lo hizo partícipe en las conocidas orquestas magisteriales que hasta hace pocos años hacían las delicias de todos los que tenían ocasión de escucharlos.
Hablar de la vocación musical de Carlos es recordar la importancia que tuvo en su formación musical su abuelo, don Florentino Aldave, un referente dentro de la historia de la música Chiquiana. Es precisamente en la banda de múicos que don Florentino dirigía y que contaba entre sus integrantes a don Cornelio Morán y don Eusebio Anzualdo, recordados por todos los que tuvimos la suerte de escucharlos, donde Carlos, siendo un niño de escasos años, da sus primeros pasos dentro de una agrupación músical organizada tocando el triángulo. A medida en que pasa el tiempo va aprendiendo a tocar otros instrumentos más complicados y entrando a la adolescencia ya es un músico sazonado, dominando el clarinete, como se le puede ver en fotografías de la época; a medida en que los años van pasando su dominio de otros instrumentos musicales lo convierten en un músico versátil y competente.
Como se ha dicho líneas arriba, don Florentino Aldave fue sin duda la principal influencia musical que tuvo Carlos, es al lado de su abuelo que aprende a tocar y luego participar de la Banda de Música de Chiquián, que este dirigía y que era conocida popularmente como la “Banda de don Florentino”, animadora de innumerables fiestas chiquianas y de aquellas tardes deportivas en las cuales sin banda no había partido de fútbol. Luego de terminar su carrera profesional en Lima y ejerciendo de maestro, no deja de practicar su pasión musical, organizando orquestas magisteriales en los pueblos en donde trabajó. Una vez establecido en Chiquián, es componente de la orquesta Melodías Aldave, Sonora Aldave y finalmente, Banda Orquesta Selección Chiquián. Con la orquesta Melodías Aldave y teniendo como cantante a Osvaldo Vicuña se presentó en los canales de televisión 4 y 5 de la ciudad de Lima, llevado a los estudios de grabación el huayno “Laguna de Conococha” y otros títulos más. Como compositor escribió la letra y música de la canción “Quisiera volver”, en honor del centenario de la creación de la provincia de Bolognesi y que fue interpretada en el Congreso de la República por su hermana Nieves Alvarado, artista ampliamente conocida.
Finalmente, su apego y cariño a la música hizo que incursionara a la radio en dos oportunidades, primero con el programa “Alma y sentimiento de mi tierra”, el cual dejó de transmitir para ir a radicar algunos años en los Estados Unidos. Al regresar al Perú comenzó una nueva aventura radial, “Melodías del alma”, cuyo último programa fue el pasado 20 de marzo de este año.
Como podemos apreciar, la vida de Carlos estuvo dedicada como maestro, a forjar nuevos ciudadanos, como músico a preservar el acervo musical de nuestra tierra, como esposo, padre y hermano a ser el vínculo de unidad de su familia. Descansa en paz Carlos, los acordes de tu música siguirán grabados en nuestros recuerdos.
Armando Zarazú Aldave.
[email protected]
Estas líneas las escribo al cumplirse un mes del fallecimiento de Carlos Aníbal Alvarado Aldave, como un homenaje a alguien que no solo fue parte de mi familia, sino que supo ganarse el aprecio y cariño de todos cuanto lo conocieron, como hijo, esposo, padre, hermano, amigo, maestro, periodista, institucionalista; además de ser parte indiscutible de la historia musical de nuestra tierra chiquiana.
Carlos nació en Chiquián el 31 de mayo de 1941, hijo de don Alejandro Alvarado Barrenechea y de doña Josefina Aldave Montoro. Como todo chiquiano de esa época asistió a la escuela Prevocacional de Varones 351 dirigido por el profesor don César Figueroa Cuentas y posteriormente hizo sus estudios en el Colegio Coronel Bolognesi. Una vez terminada su secundaria alistó maletas y viajó a Lima para continuar con su educación superior, la cual los realizó en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega de donde egresó como profesor de primaria urbana.
Terminados sus estudios superiores empezó a desarrollar su carrera profesional de maestro en Pampas Grande, provincia de Huaraz, posteriormente se trasladó a Aquia, más cerca a su tierra, para luego de algunos años llegar a su querido Chiquián y trabajar en la escuela elemental que dirigía el profesor don Eleodoro Gamarra. Posteriormente, en el año de 1976 se trasladó a la ciudad de Lima donde se desempeñó como profesor en la Escuela Experimental No 8 de Villacampa, en el Rímac, centro educativo en el cual trabajó hasta su retiro de la carrera magisterial en 1992. Es necesario mencionar también que el año en que se trasladó a Lima pasó la Fiesta de Santa Rosa como Capitán.
Su inquietud por seguir superándose lo llevó a estudiar periodismo en la Universidad Jaime Bausata y Mesza de donde egresó con el título de periodista el año 2002. Sin embargo, es indudable que una de las grandes pasiones de Carlos fue su afición a la música de nuestra tierra, la cual practicó y divulgó como el mejor. Eximio ejecutante del arpa, acordeón, saxofón, clarinete, guitarra y a todo instrumento que llegaba a sus manos, supo darle brillo a todas las agrupaciones musicales en la que participó. Esa afición lo hizo partícipe en las conocidas orquestas magisteriales que hasta hace pocos años hacían las delicias de todos los que tenían ocasión de escucharlos.
Hablar de la vocación musical de Carlos es recordar la importancia que tuvo en su formación musical su abuelo, don Florentino Aldave, un referente dentro de la historia de la música Chiquiana. Es precisamente en la banda de múicos que don Florentino dirigía y que contaba entre sus integrantes a don Cornelio Morán y don Eusebio Anzualdo, recordados por todos los que tuvimos la suerte de escucharlos, donde Carlos, siendo un niño de escasos años, da sus primeros pasos dentro de una agrupación músical organizada tocando el triángulo. A medida en que pasa el tiempo va aprendiendo a tocar otros instrumentos más complicados y entrando a la adolescencia ya es un músico sazonado, dominando el clarinete, como se le puede ver en fotografías de la época; a medida en que los años van pasando su dominio de otros instrumentos musicales lo convierten en un músico versátil y competente.
Como se ha dicho líneas arriba, don Florentino Aldave fue sin duda la principal influencia musical que tuvo Carlos, es al lado de su abuelo que aprende a tocar y luego participar de la Banda de Música de Chiquián, que este dirigía y que era conocida popularmente como la “Banda de don Florentino”, animadora de innumerables fiestas chiquianas y de aquellas tardes deportivas en las cuales sin banda no había partido de fútbol. Luego de terminar su carrera profesional en Lima y ejerciendo de maestro, no deja de practicar su pasión musical, organizando orquestas magisteriales en los pueblos en donde trabajó. Una vez establecido en Chiquián, es componente de la orquesta Melodías Aldave, Sonora Aldave y finalmente, Banda Orquesta Selección Chiquián. Con la orquesta Melodías Aldave y teniendo como cantante a Osvaldo Vicuña se presentó en los canales de televisión 4 y 5 de la ciudad de Lima, llevado a los estudios de grabación el huayno “Laguna de Conococha” y otros títulos más. Como compositor escribió la letra y música de la canción “Quisiera volver”, en honor del centenario de la creación de la provincia de Bolognesi y que fue interpretada en el Congreso de la República por su hermana Nieves Alvarado, artista ampliamente conocida.
Finalmente, su apego y cariño a la música hizo que incursionara a la radio en dos oportunidades, primero con el programa “Alma y sentimiento de mi tierra”, el cual dejó de transmitir para ir a radicar algunos años en los Estados Unidos. Al regresar al Perú comenzó una nueva aventura radial, “Melodías del alma”, cuyo último programa fue el pasado 20 de marzo de este año.
Como podemos apreciar, la vida de Carlos estuvo dedicada como maestro, a forjar nuevos ciudadanos, como músico a preservar el acervo musical de nuestra tierra, como esposo, padre y hermano a ser el vínculo de unidad de su familia. Descansa en paz Carlos, los acordes de tu música siguirán grabados en nuestros recuerdos.
Armando Zarazú Aldave.
[email protected]