manuel nieves fabián
LOS WARIS Y YARUS o LLACUACES
Parte II
Parte II
LOS WARIS: ASPECTO RELIGIOSO
Para los waris, Wari era el dios civilizador y su divinidad era Wiracocha. Domingo Rimachi declaró a los extirpadores de idolatrías “que los waris eran de una nación de gigantes barbados a quienes los creó el sol”.
El visitador de idolatrías don Estanislao de la Vega Bazán recogió el siguiente testimonio que Wari era el dios creador del universo que tenía gran capacidad de mutación. El dios Wari tomaba la forma de humano gigante y bien dotado físicamente.
En Huanri (Ocros -Ancash), los waris tenían dos «mallquis» o esqueletos fosilizados, ídolos llamados Yana Ambra que eran adorados cuatro veces al año. Antes de la Navidad, fechas en la que limpiaban sus acequias. Para estas fiestas, antiguamente, desde Otuco enviaban ofrendas, ya “sea cuyes, coca, molle, sebo, plumas del hasto tucto”. La otra fecha era en el mes de enero donde hacían honras a los dos Libiac.
Los waris también manifestaban que sus muertos descansaban en el lugar llamado Waricocha o laguna de los waris.
Finalmente, Alonso Callan Poma (curaca de Mangas), Ana Vequechu y los especialistas religiosos, Pedro Rimay Chaua y Violante Quillay declararon ante el Visitador Bernardo de Noboa que sus mallquis Cóndor Tocas y a su hermana o reina Coya Warmi, llegaron a Cotos (Mangas-Bolognesi-Ancash) en épocas remotas. El curaca Callan Poma de Mangas afirma: «que los ynguaris que son de su parcialidad y ayllo [fueron] sus primeros progenitores y que sus mallquis tuvieron su pacarina y nacimiento y desendieron del mar y de allá vinieron a procrear [a] la gente de su ayllo”…
Sus especialistas religiosos manifestaron que adoraban a sus mallquis cantando: “(…) machapita yarcamur canquin cusi cayanman, Llaclla cayanman, pisarcutaman, lucmahuaitahuan, pacayhuaitahuan, ratamurcanqui Coyahuarmi, paniquiuan” que traducido quiere decir: “Condortocas y su hermana Coyahuarmi, vinieron del mar y llegaron y descansaron en la pampa de Cusi y en la pampa de Llaclla y en un sitio junto a Gorgorillo llamado Pisarcuta, que venían enramados con flores de pacai y de lúcma, y después tuvieron su descanso en el sitio llamado Caltaquenca, que era entre el camino de Mangas y Pahas” (Duviols 2003:590)
LOS YARUS O LLACUACES: ASPECTO RELIGIOSO
Para los Yarus o Llacuaces, habitantes del lado oriental del Yarupajá (Huánuco), su dios era Yana Ramán o sea el dios Rayo que había caído del cielo en el nevado de Raco, en la Pampa de Bombom.
Para los Llacuaces del lado occidental del Yarupajá (Ancash y Lima), su dios Libiac Cancharco tenía su morada en el Apu Yarupajá, y salió de ese lugar, desde sus ocho inmensas puertas o ventanas, en su misión de poblar estas tierras. Tanto Yana Ramán como Libiac Cancharco son el mismo dios, el Dios Rayo.
Existen diversos mitos sobre el origen de los llacuaces:
Pierre Duviols (1974- 76: 291), en su investigación, encontró que un pueblo llacuas contaba que un rayo orinó en un hoyo junto al cerro de Huariaca, en Cerro de Pasco, y de ahí procedían todos ellos.
En los estudios realizados por Huertas Vallejos (1978: 6,7), se consigna la versión en la que el dios Libiac Cancharco había caído del cielo en forma de rayo al gran nevado Yarupajá, donde crió a sus hijos, los cuales salieron de dicho lugar por "ocho puertas de grandes cuevas".
Augusto Cárdich manifiesta tener en su poder un Legajo de 29 páginas de los testimonios levantados por el bachiller Juan Bendiel de Salazar, Juez visitador de Idolatrías, en el pueblo de Cauri en el año 1615, y difunde la versión de Francisco Macarpari, yachaq de la localidad de Cauri del ayllu de Yachas (Huánuco), quien en su declaración hecha el 9 de marzo de 1615 explica el origen mítico-andino del dios Yana Ramán, es decir del dios Rayo. Dice que, en los bailes de la llaspa, la upaca, la yrigua y la llamaya invocan y adoran a Yana Ramán, el mismo que tuvo su origen en el pueblo de Guacras, de la parcialidad de los chucas. Narra que el indio Atunchuca, cuando un día andaba cazando vicuñas y venados en el cerro de Racco ubicado en la meseta de Bombom encontró una criatura que había caído del cielo llamado Yara Ramán. Como Atunchuca no tenía hijos lo llevó a su casa. Dentro de cinco días el niño había crecido y ya podía apacentar las llamas. Como Atunchuca tenía una gran cantidad de llamas entregó a Yana Ramán para que los cuidase. En su trabajo diario de pastoreo Yana Ramán se convertía en puma y se los comía a las llamas. Atunchuca al conocer la noticia que sus ganados en vez de aumentar disminuían, envió un mensajero para que Yana Ramán devolviese todo el ganado. El joven devolvió el ganado, luego se marchó. Aunque le llamaban no quiso volver. Los ganados, a pesar de estar bien encerrados dentro del corral saltaron los muros y se fueron tras Yana Ramán. Por su parte Atunchuca fue tras su ganado hasta el cerro llamado Pumas Catac, donde Yana Ramán encontró a sus hermanos Carguapincollo y Carguamachaguay. Yana Ramán al notar la presencia de Atunchuca, muy enojado, le dijo que se llevase sus ganados. Atunchuca así lo hizo, y cuando volvía a su casa vio que los hermanos se habían convertido en piedra en el lugar llamado Yanacallán. Este lugar también recibe el nombre de Yana Raman Libiac Cancharco, nombre dedicado al rayo. Con esto dan entender que Yana Ramán y Libiac Cancharco son una misma persona.
Andrés Chaupis Yauri, fiscal del ayllu de Otuco aclara mucho más sobre Apu Libiac Cancharco y sus mallquis o ídolos. Dice: Sus mallquis eran sus mayores ídolos y para ellos les hacían sus chacras y tenían sus colcas. Las ofrendas eran para sus mallquis como la Saramama que era el ídolo común y otros ídolos. La historia de estos mallquis según había oído decir a sus antepasados era que Apu Libiac Cancharco había caído del cielo como un rayo y tuvo muchos hijos, los mismos que fueron enviados a diferentes lugares: Libiac Choquerunto y Libiac Caruaruntuy fueron los primeros progenitores del ayllu de Chaupis Osirac Otuc; Libiac Raupoma y Vichupoma, del ayllu de Xulca; Libiac Nauin Tupia y Libiac Guac Tupia, del ayllu Allauca.
A todos estos conquistadores llacuaces, cuando los envió el Apu, su padre, les entregó un poco de tierra para que llevasen para conquistar tierras donde viviesen. El gran Apu Libiac Cancharcu les dijo: Donde encuentren tierra semejante a la que llevaban, allí se quedarán, porque en ese lugar tendrían comidas, bebidas y haciendas.
Los conquistadores, cuando llegaron a Mangas, los indios no quisieron recibirlos, por eso se pasaron a Guancus (o Huancus, una pampa en el camino de herradura de Carhuajara a Corpanqui). Allí los recibieron con muchos agasajos y permanecieron durante un año. Habiendo cotejado la tierra que llevaban con los de Guancus, no era igual, por eso se fueron con dirección a Otuco (debajo de Raján). Desde la altura enviaron a un muchacho con una llama para pedirles alguna «millcapa» y comida. Los indios que vivían en estos dos pueblos y sus chacras eran del ayllu Guari Guachancho y Taruca Chancho. Estos indios mataron al muchacho y despellejaron a la llama aún viva y así se la devolvieron. Ante esta afrenta, los llacuaces bajaron hasta donde estaban estos dos ayllus y al encontrarlos bailando a los Wari Libiac con tambores y pincullos, enviaron a un indio convertido en un pajarillo llamado chuichu, el cual iba cantando chuichu; entonces, los del ayllu de Guari Guachancho dijeron que estos llacuaces son unos cobardes, por no venir ellos mismos envían a este chuichu. Ante esta ofensa, los llacuaces armaron una tempestad de neblinas espesas, negras con unos inmensos granizos como fuegos grandes e ingresaron con furia (…) y mataron a todos los indios que vivían en estos ayllus. Dueños del pueblo ya conquistado le quitaron sus chacras, sus haciendas y sus comidas. Sólo dejaron vivos a Marca Cuipac y a su hermano Paria Putucac por haberse humillado.
Cuando murieron estos conquistadores, sus cuerpos fueron enterrados en cuevas o machays cuidadosamente cubiertas con barro. En la primera cueva estaban los cuerpos de Choqueruntu y Carwaruntuy con toda su familia. En la segunda bóveda estaban los cuerpos de Libiac Raupoma y Libiac Uchupoma, con toda su familia. En la tercera bóveda estaban los cuerpos de Libiac Nawin Tupia y Libiac Guac Tupia, con toda su familia.
Los yarus manifestaban que su pacarina se encontraba en el lago Titicaca que antiguamente se llamaba Yaru Titicaca, o Yarucu, o simplemente Yaru, que su creador había sido el dios Rayo.
Los yarus decían que al morir, los espíritus de sus muertos se iban a descansar al Titicaca, al mundo denominado Upaymarka.
Por eso los Yarus afirmaban que el machay (cueva) donde descansaban sus mallquis (momias) era en lugar llamado Yarucocha o laguna de los yarus.
Manuel Nieves Fabián
[email protected]
Para los waris, Wari era el dios civilizador y su divinidad era Wiracocha. Domingo Rimachi declaró a los extirpadores de idolatrías “que los waris eran de una nación de gigantes barbados a quienes los creó el sol”.
El visitador de idolatrías don Estanislao de la Vega Bazán recogió el siguiente testimonio que Wari era el dios creador del universo que tenía gran capacidad de mutación. El dios Wari tomaba la forma de humano gigante y bien dotado físicamente.
En Huanri (Ocros -Ancash), los waris tenían dos «mallquis» o esqueletos fosilizados, ídolos llamados Yana Ambra que eran adorados cuatro veces al año. Antes de la Navidad, fechas en la que limpiaban sus acequias. Para estas fiestas, antiguamente, desde Otuco enviaban ofrendas, ya “sea cuyes, coca, molle, sebo, plumas del hasto tucto”. La otra fecha era en el mes de enero donde hacían honras a los dos Libiac.
Los waris también manifestaban que sus muertos descansaban en el lugar llamado Waricocha o laguna de los waris.
Finalmente, Alonso Callan Poma (curaca de Mangas), Ana Vequechu y los especialistas religiosos, Pedro Rimay Chaua y Violante Quillay declararon ante el Visitador Bernardo de Noboa que sus mallquis Cóndor Tocas y a su hermana o reina Coya Warmi, llegaron a Cotos (Mangas-Bolognesi-Ancash) en épocas remotas. El curaca Callan Poma de Mangas afirma: «que los ynguaris que son de su parcialidad y ayllo [fueron] sus primeros progenitores y que sus mallquis tuvieron su pacarina y nacimiento y desendieron del mar y de allá vinieron a procrear [a] la gente de su ayllo”…
Sus especialistas religiosos manifestaron que adoraban a sus mallquis cantando: “(…) machapita yarcamur canquin cusi cayanman, Llaclla cayanman, pisarcutaman, lucmahuaitahuan, pacayhuaitahuan, ratamurcanqui Coyahuarmi, paniquiuan” que traducido quiere decir: “Condortocas y su hermana Coyahuarmi, vinieron del mar y llegaron y descansaron en la pampa de Cusi y en la pampa de Llaclla y en un sitio junto a Gorgorillo llamado Pisarcuta, que venían enramados con flores de pacai y de lúcma, y después tuvieron su descanso en el sitio llamado Caltaquenca, que era entre el camino de Mangas y Pahas” (Duviols 2003:590)
LOS YARUS O LLACUACES: ASPECTO RELIGIOSO
Para los Yarus o Llacuaces, habitantes del lado oriental del Yarupajá (Huánuco), su dios era Yana Ramán o sea el dios Rayo que había caído del cielo en el nevado de Raco, en la Pampa de Bombom.
Para los Llacuaces del lado occidental del Yarupajá (Ancash y Lima), su dios Libiac Cancharco tenía su morada en el Apu Yarupajá, y salió de ese lugar, desde sus ocho inmensas puertas o ventanas, en su misión de poblar estas tierras. Tanto Yana Ramán como Libiac Cancharco son el mismo dios, el Dios Rayo.
Existen diversos mitos sobre el origen de los llacuaces:
Pierre Duviols (1974- 76: 291), en su investigación, encontró que un pueblo llacuas contaba que un rayo orinó en un hoyo junto al cerro de Huariaca, en Cerro de Pasco, y de ahí procedían todos ellos.
En los estudios realizados por Huertas Vallejos (1978: 6,7), se consigna la versión en la que el dios Libiac Cancharco había caído del cielo en forma de rayo al gran nevado Yarupajá, donde crió a sus hijos, los cuales salieron de dicho lugar por "ocho puertas de grandes cuevas".
Augusto Cárdich manifiesta tener en su poder un Legajo de 29 páginas de los testimonios levantados por el bachiller Juan Bendiel de Salazar, Juez visitador de Idolatrías, en el pueblo de Cauri en el año 1615, y difunde la versión de Francisco Macarpari, yachaq de la localidad de Cauri del ayllu de Yachas (Huánuco), quien en su declaración hecha el 9 de marzo de 1615 explica el origen mítico-andino del dios Yana Ramán, es decir del dios Rayo. Dice que, en los bailes de la llaspa, la upaca, la yrigua y la llamaya invocan y adoran a Yana Ramán, el mismo que tuvo su origen en el pueblo de Guacras, de la parcialidad de los chucas. Narra que el indio Atunchuca, cuando un día andaba cazando vicuñas y venados en el cerro de Racco ubicado en la meseta de Bombom encontró una criatura que había caído del cielo llamado Yara Ramán. Como Atunchuca no tenía hijos lo llevó a su casa. Dentro de cinco días el niño había crecido y ya podía apacentar las llamas. Como Atunchuca tenía una gran cantidad de llamas entregó a Yana Ramán para que los cuidase. En su trabajo diario de pastoreo Yana Ramán se convertía en puma y se los comía a las llamas. Atunchuca al conocer la noticia que sus ganados en vez de aumentar disminuían, envió un mensajero para que Yana Ramán devolviese todo el ganado. El joven devolvió el ganado, luego se marchó. Aunque le llamaban no quiso volver. Los ganados, a pesar de estar bien encerrados dentro del corral saltaron los muros y se fueron tras Yana Ramán. Por su parte Atunchuca fue tras su ganado hasta el cerro llamado Pumas Catac, donde Yana Ramán encontró a sus hermanos Carguapincollo y Carguamachaguay. Yana Ramán al notar la presencia de Atunchuca, muy enojado, le dijo que se llevase sus ganados. Atunchuca así lo hizo, y cuando volvía a su casa vio que los hermanos se habían convertido en piedra en el lugar llamado Yanacallán. Este lugar también recibe el nombre de Yana Raman Libiac Cancharco, nombre dedicado al rayo. Con esto dan entender que Yana Ramán y Libiac Cancharco son una misma persona.
Andrés Chaupis Yauri, fiscal del ayllu de Otuco aclara mucho más sobre Apu Libiac Cancharco y sus mallquis o ídolos. Dice: Sus mallquis eran sus mayores ídolos y para ellos les hacían sus chacras y tenían sus colcas. Las ofrendas eran para sus mallquis como la Saramama que era el ídolo común y otros ídolos. La historia de estos mallquis según había oído decir a sus antepasados era que Apu Libiac Cancharco había caído del cielo como un rayo y tuvo muchos hijos, los mismos que fueron enviados a diferentes lugares: Libiac Choquerunto y Libiac Caruaruntuy fueron los primeros progenitores del ayllu de Chaupis Osirac Otuc; Libiac Raupoma y Vichupoma, del ayllu de Xulca; Libiac Nauin Tupia y Libiac Guac Tupia, del ayllu Allauca.
A todos estos conquistadores llacuaces, cuando los envió el Apu, su padre, les entregó un poco de tierra para que llevasen para conquistar tierras donde viviesen. El gran Apu Libiac Cancharcu les dijo: Donde encuentren tierra semejante a la que llevaban, allí se quedarán, porque en ese lugar tendrían comidas, bebidas y haciendas.
Los conquistadores, cuando llegaron a Mangas, los indios no quisieron recibirlos, por eso se pasaron a Guancus (o Huancus, una pampa en el camino de herradura de Carhuajara a Corpanqui). Allí los recibieron con muchos agasajos y permanecieron durante un año. Habiendo cotejado la tierra que llevaban con los de Guancus, no era igual, por eso se fueron con dirección a Otuco (debajo de Raján). Desde la altura enviaron a un muchacho con una llama para pedirles alguna «millcapa» y comida. Los indios que vivían en estos dos pueblos y sus chacras eran del ayllu Guari Guachancho y Taruca Chancho. Estos indios mataron al muchacho y despellejaron a la llama aún viva y así se la devolvieron. Ante esta afrenta, los llacuaces bajaron hasta donde estaban estos dos ayllus y al encontrarlos bailando a los Wari Libiac con tambores y pincullos, enviaron a un indio convertido en un pajarillo llamado chuichu, el cual iba cantando chuichu; entonces, los del ayllu de Guari Guachancho dijeron que estos llacuaces son unos cobardes, por no venir ellos mismos envían a este chuichu. Ante esta ofensa, los llacuaces armaron una tempestad de neblinas espesas, negras con unos inmensos granizos como fuegos grandes e ingresaron con furia (…) y mataron a todos los indios que vivían en estos ayllus. Dueños del pueblo ya conquistado le quitaron sus chacras, sus haciendas y sus comidas. Sólo dejaron vivos a Marca Cuipac y a su hermano Paria Putucac por haberse humillado.
Cuando murieron estos conquistadores, sus cuerpos fueron enterrados en cuevas o machays cuidadosamente cubiertas con barro. En la primera cueva estaban los cuerpos de Choqueruntu y Carwaruntuy con toda su familia. En la segunda bóveda estaban los cuerpos de Libiac Raupoma y Libiac Uchupoma, con toda su familia. En la tercera bóveda estaban los cuerpos de Libiac Nawin Tupia y Libiac Guac Tupia, con toda su familia.
Los yarus manifestaban que su pacarina se encontraba en el lago Titicaca que antiguamente se llamaba Yaru Titicaca, o Yarucu, o simplemente Yaru, que su creador había sido el dios Rayo.
Los yarus decían que al morir, los espíritus de sus muertos se iban a descansar al Titicaca, al mundo denominado Upaymarka.
Por eso los Yarus afirmaban que el machay (cueva) donde descansaban sus mallquis (momias) era en lugar llamado Yarucocha o laguna de los yarus.
Manuel Nieves Fabián
[email protected]