OLINDA RAMÍREZ SOTO
Anécdotas de Juliancito II
AQUIA.- ( verídico), cuando yo estaba más o menos con 7 u 8 años de edad, mi mamá y mi tío nos llevaron a la fiesta de Aquia, como en todos los pueblos la fiesta patronal es grandioso, baile gratis, comida gratis, trago gratis, después de caminar y escuchar la música y los bailes típicos, pasamos a la corrida de toros, para entonces Aquia tenía un campo de Acho, no como el de ahora, de palincas y bancas armadas similar al que hasta ahora tiene Chiquián. La música, la bulla los cohetes, el festejo era a todo dar, más para los bebedores.
En la corrida, ya nosotros estábamos ubicados, salían uno y otro aficionado a torear, algunos tambaleándose, otros con ponchos de capa, o mantas de sus enamoradas; los toros eran traídos de Huallanca (criadero de bravos), unos que solo corrían y corrían y otros con porte erguido mirada observando a quién coger. En un momento en que nadie esperaba, salió del coso un toro con una persona sobre él, mismo rodeo, al ver quien estaba sobre el toro, era mi tío Julián, que se agitaba sobre el lomo del toro y este pateaba y pateaba al aire para sacudirse del intruso que osaba subirse a él, el toro inquieto, molesto con cuernos que iban de un lado a otro logró tirar a Julián, personas que estaban cerca lograron levantarlo y retirarlo lleno de polvo, él se había sentido el hombre más valiente, y había hecho tal cosa por una joven de Aquia de quien estaba prendado mientras estaba sobre el toro, mi mamá (su hermana) y yo estábamos gritando, aterradas, pensando que no iba salir bien, los asistentes igualmente gritaban y al final aplaudieron. Cosas de Juliancito y todo por una chica, cuenta él que luego fue a la casa de la muchacha y sus padres lo recibieron bien, comió y bebió, al día siguiente era otro día nuevo en Chiquián.
LAGUNA ENCANTADA.- En una oportunidad se perdió una yegua, Julián fue a buscarla por diferentes lugares, quebradas, cerros y montes y así llegó a la laguna YARPONCOCHA, cuando ya estaba amaneciendo divisó una huachua con sus crías a orillas del lago, Julián empezó a lanzarle piedras con su ondilla hecha por el mismo, alcanzó a un pequeñín, corrió para atraparlo, la huachuita se escondió pataleando como pudo entre las hierbas que crecían en la laguna, cuando ya estaba en la orilla cayó de pronto una granizada y se cubrió todo con una neblina tupida, así no pudo saber dónde estaba el animalito, retrocedió para guarecerse de todo ese fenómeno natural y oh! Sorpresa todo desapareció neblina y granizada, intrigado y solo en esos solitarios parajes de la sierra donde sólo se escucha el silbido del viento que pasa rosando y congelando tu rostro ,con estos hechos algo misteriosos, pero valiente, Julián continuó con su búsqueda, encontrando a la yegua muy cerca de la laguna, ya en Chiquián contó a sus amigos y todos sabían que en esa laguna sucedían esos fenómenos encantados para protegerse , y dicen que antiguos pobladores tiraban saquitos de zango pidiendo la lluvia para sus siembras.
SHAPASH.- Julián ,cuando tenía entre 14 a 15 años de edad dice acostumbraba bañarse a eso de las cuatro a cinco de la mañana en Shapash, porque a esa hora el agua estaba calientita, cuando ya estaba terminando vio que el agua donde estaba sus pies se puso roja, de un salto se retiró y todo quedó normal, pensó que era una tentación, ya en el camino parado y mirando el cielo se arrodilló y se puso a rezar, dice que su fe lo salvó muchas veces en otras situaciones similares, los rayos del sol empezaban a bajar, él voltio la mirada y vio que de Shapash salía volando una culebra con alas que pasó sobre su cabeza metiéndose en los arbustos.
QUINCHARAJRA.-En Quinchararjra, estaban chacmiando , preparando la tierra para sembrar las papas, en el lugar habían muchas espinas, tenían que sacar las espinas con la barreta, la tierra en se lugar era buena para las papas, al terminar la tarde de trabajo fuerte como lo es en el campo, cansado, buscó un lugar para guardar la barreta enterrándolo bajo tierra y así se retiró, al siguiente día después de un buen desayuno de campo y un fiambre llegó para continuar en la chacra, al buscar la barreta no lo encontró, entonces dice él que había olvidado darle su pago y agradecimiento al abuelo ( al cerro), el pago era preparar un fojoncito dejarle un puñado de coca y cigarro ( lo que dicen el pago a la tierra madre), empezó a trabajar con un machete, al rato volteó al lugar donde dejó la barreta y este estaba plantado en la tierra a la vista de todos, los trabajadores presentes sorprendidos quedaron pasmados y nunca más olvidaron agradecer al abuelo.
AQUIA.- ( verídico), cuando yo estaba más o menos con 7 u 8 años de edad, mi mamá y mi tío nos llevaron a la fiesta de Aquia, como en todos los pueblos la fiesta patronal es grandioso, baile gratis, comida gratis, trago gratis, después de caminar y escuchar la música y los bailes típicos, pasamos a la corrida de toros, para entonces Aquia tenía un campo de Acho, no como el de ahora, de palincas y bancas armadas similar al que hasta ahora tiene Chiquián. La música, la bulla los cohetes, el festejo era a todo dar, más para los bebedores.
En la corrida, ya nosotros estábamos ubicados, salían uno y otro aficionado a torear, algunos tambaleándose, otros con ponchos de capa, o mantas de sus enamoradas; los toros eran traídos de Huallanca (criadero de bravos), unos que solo corrían y corrían y otros con porte erguido mirada observando a quién coger. En un momento en que nadie esperaba, salió del coso un toro con una persona sobre él, mismo rodeo, al ver quien estaba sobre el toro, era mi tío Julián, que se agitaba sobre el lomo del toro y este pateaba y pateaba al aire para sacudirse del intruso que osaba subirse a él, el toro inquieto, molesto con cuernos que iban de un lado a otro logró tirar a Julián, personas que estaban cerca lograron levantarlo y retirarlo lleno de polvo, él se había sentido el hombre más valiente, y había hecho tal cosa por una joven de Aquia de quien estaba prendado mientras estaba sobre el toro, mi mamá (su hermana) y yo estábamos gritando, aterradas, pensando que no iba salir bien, los asistentes igualmente gritaban y al final aplaudieron. Cosas de Juliancito y todo por una chica, cuenta él que luego fue a la casa de la muchacha y sus padres lo recibieron bien, comió y bebió, al día siguiente era otro día nuevo en Chiquián.
LAGUNA ENCANTADA.- En una oportunidad se perdió una yegua, Julián fue a buscarla por diferentes lugares, quebradas, cerros y montes y así llegó a la laguna YARPONCOCHA, cuando ya estaba amaneciendo divisó una huachua con sus crías a orillas del lago, Julián empezó a lanzarle piedras con su ondilla hecha por el mismo, alcanzó a un pequeñín, corrió para atraparlo, la huachuita se escondió pataleando como pudo entre las hierbas que crecían en la laguna, cuando ya estaba en la orilla cayó de pronto una granizada y se cubrió todo con una neblina tupida, así no pudo saber dónde estaba el animalito, retrocedió para guarecerse de todo ese fenómeno natural y oh! Sorpresa todo desapareció neblina y granizada, intrigado y solo en esos solitarios parajes de la sierra donde sólo se escucha el silbido del viento que pasa rosando y congelando tu rostro ,con estos hechos algo misteriosos, pero valiente, Julián continuó con su búsqueda, encontrando a la yegua muy cerca de la laguna, ya en Chiquián contó a sus amigos y todos sabían que en esa laguna sucedían esos fenómenos encantados para protegerse , y dicen que antiguos pobladores tiraban saquitos de zango pidiendo la lluvia para sus siembras.
SHAPASH.- Julián ,cuando tenía entre 14 a 15 años de edad dice acostumbraba bañarse a eso de las cuatro a cinco de la mañana en Shapash, porque a esa hora el agua estaba calientita, cuando ya estaba terminando vio que el agua donde estaba sus pies se puso roja, de un salto se retiró y todo quedó normal, pensó que era una tentación, ya en el camino parado y mirando el cielo se arrodilló y se puso a rezar, dice que su fe lo salvó muchas veces en otras situaciones similares, los rayos del sol empezaban a bajar, él voltio la mirada y vio que de Shapash salía volando una culebra con alas que pasó sobre su cabeza metiéndose en los arbustos.
QUINCHARAJRA.-En Quinchararjra, estaban chacmiando , preparando la tierra para sembrar las papas, en el lugar habían muchas espinas, tenían que sacar las espinas con la barreta, la tierra en se lugar era buena para las papas, al terminar la tarde de trabajo fuerte como lo es en el campo, cansado, buscó un lugar para guardar la barreta enterrándolo bajo tierra y así se retiró, al siguiente día después de un buen desayuno de campo y un fiambre llegó para continuar en la chacra, al buscar la barreta no lo encontró, entonces dice él que había olvidado darle su pago y agradecimiento al abuelo ( al cerro), el pago era preparar un fojoncito dejarle un puñado de coca y cigarro ( lo que dicen el pago a la tierra madre), empezó a trabajar con un machete, al rato volteó al lugar donde dejó la barreta y este estaba plantado en la tierra a la vista de todos, los trabajadores presentes sorprendidos quedaron pasmados y nunca más olvidaron agradecer al abuelo.