armando zarazú aldave
CARTA A UN ESTUDIANTE QUE NOS DEJÓ
El seis de Julio se celebra el Día del Maestro en nuestra tierra peruana. Este año, como consecuencia directa de los estragos de la pandemia que ataca a la humanidad, las celebraciones serán virtuales, es decir utilizando los medios de comunicación modernos, llámese Facebook, YouTube, etc. a través del Internet y que permiten que la comunicación siga fluida y constante, al menos nos queda ese magro consuelo; sin contar que las trágicas circunstancias que estamos viviendo hacen que la celebración del maestro peruano sea, por este año, sin la algarabía de otros tiempos.
Esta revista electrònica es fruto del esfuerzo de maestros, quien sabe por eso tenga ese toque educativo en cada ediciòn que publicamos. El que estas lìneas escribe pertenece al gremio, solo que desempeña sus labores lejos, muy lejos de nuestra tierra. Ahora bien, en todas partes la labor del maestro es la misma, encaminar a sus jòvenes estudiantes para que, llegado el momento, se conviertan en ciudadanos útiles a la sociedad. Que placer da, luego de algunos años, encontrarse con alguien que alguna fue alumno nuestro y nos diga simplemente ¡Hola, maestro!....porque recuerda con gratitud que algo aprendió de ese viejo maestro...
El pasado 22 de abril, el colegio donde desempeño mi labor educativa, tuvo la desgracia de perder a uno de sus jóvenes estudiantes. Kris Gómez tenía escasos 16 años; quien, luego de sufrir un derrame cerebral y en estado de coma fue llevado al departamento de Niños del Hospital de Hartford, donde permaneció sin recobrar el conocimiento por espacio de una semana mientra que los médicos hacian lo imposible para salvarlo, sin lograr su objetivo. Impactado por este doloroso suceso, que golpeó directamente a mi salón de clase y a los jóvenes estudiantes que día a día compartían con Kris, escribí esta carta dirigida a él. Hoy la comparto con ustedes porque creo que es la mejor forma de rendirle homenaje y porque refleja el dolor que siente un maestro cuando pierde a un estudiante.
Kris:
Tengo la esperanza que, dondequiera que estés, puedas leer esta carta, escrita con angustia y el alma desgarrada por tu prematura partida, en la flor de la vida, cuando tenías mucho que dar, a ti mismo, a tu familia y a la sociedad. Hasta ahora, aun no puedo comprender y asimilar, como un joven lleno de energía, a quien la vida tenía mucho que ofrecer, no estará cuando volvamos al salón de clase. Recuerdo la última vez que te llamé para recordarte que tenías que mandar tus trabajos, ya estábamos trabajando a distancia ¿recuerdas? “No se preocupe, se los mandaré pronto señor” fueron tus palabras. Ahora ese teléfono estará mudo, ya no recibirá mis llamadas por que tú no estarás allí para contestar. Eso duele Kris. ¿Sabías que para un maestro los estudiantes son como sus propios hijos? Por eso mismo duele kris.
Te conocí cuando llegaste a THS para empezar tu secundaria, no hablabas mucho en clase, solo lo necesario, eso decía de tu buen carácter. Eras apasionado del fútbol americano, te gustaba mucho jugarlo y eras parte del equipo de la escuela. Luego, cuando ya cursabas el segundo año, me sorprendiste sobremanera y muy gratamente por cierto ¡Querías ser parte del Club Multicultural y bailar junto a tus amigos! ¿Sabes? Lo hiciste muy bien. Comenzaste a sentir orgullo por la cultura ecuatoriana de tus padres y a rendirle homenaje bailando sus canciones tradicionales, vestido con tu pantalón blanco, poncho rojo y sombrero negro. Eras el primero en llegar a las prácticas y el más entusiasta. Tu rostro reflejaba la alegría que sentías ¡Habías encontrado un motivo para sentirte orgulloso! La última vez que el grupo se presentó en público fue en la Municipalidad de Tórrington ¡Con que gusto bailaste! Parecía presentías que iba a ser la última vez que bailarías en público. Lo hiciste muy bien, derrochando alegría en cada paso que dabas al compás de la música del Sanjuanito.
Este año comenzamos a practicar para participar en el festival que hacemos todos los años en THS para celebrar la diversidad cultural de nuestra escuela; todos lo conocen como Diversity Day. Habìas hecho planes con tus amigos para comprar disfraces nuevos y lucirlos ese día … el tuyo te estará esperando Kris, como te esperarán tus amigos, como te esperaré yo, cuando volvamos a la escuela.
Hoy he hablado con algunos de tus amigos, todos están tristes, algunos desconcertados, no pueden creer que te hayas ido súbitamente, tan joven, dejando tus ilusiones, esperanzas y a todos los que te extrañaremos ¿Sabes una cosa? El próximo Diversity Day llevará tu nombre, de esa forma estarás con nosotros, en nuestros corazones, porque nunca te olvidaremos Kris.
Tu maestro,
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Esta revista electrònica es fruto del esfuerzo de maestros, quien sabe por eso tenga ese toque educativo en cada ediciòn que publicamos. El que estas lìneas escribe pertenece al gremio, solo que desempeña sus labores lejos, muy lejos de nuestra tierra. Ahora bien, en todas partes la labor del maestro es la misma, encaminar a sus jòvenes estudiantes para que, llegado el momento, se conviertan en ciudadanos útiles a la sociedad. Que placer da, luego de algunos años, encontrarse con alguien que alguna fue alumno nuestro y nos diga simplemente ¡Hola, maestro!....porque recuerda con gratitud que algo aprendió de ese viejo maestro...
El pasado 22 de abril, el colegio donde desempeño mi labor educativa, tuvo la desgracia de perder a uno de sus jóvenes estudiantes. Kris Gómez tenía escasos 16 años; quien, luego de sufrir un derrame cerebral y en estado de coma fue llevado al departamento de Niños del Hospital de Hartford, donde permaneció sin recobrar el conocimiento por espacio de una semana mientra que los médicos hacian lo imposible para salvarlo, sin lograr su objetivo. Impactado por este doloroso suceso, que golpeó directamente a mi salón de clase y a los jóvenes estudiantes que día a día compartían con Kris, escribí esta carta dirigida a él. Hoy la comparto con ustedes porque creo que es la mejor forma de rendirle homenaje y porque refleja el dolor que siente un maestro cuando pierde a un estudiante.
Kris:
Tengo la esperanza que, dondequiera que estés, puedas leer esta carta, escrita con angustia y el alma desgarrada por tu prematura partida, en la flor de la vida, cuando tenías mucho que dar, a ti mismo, a tu familia y a la sociedad. Hasta ahora, aun no puedo comprender y asimilar, como un joven lleno de energía, a quien la vida tenía mucho que ofrecer, no estará cuando volvamos al salón de clase. Recuerdo la última vez que te llamé para recordarte que tenías que mandar tus trabajos, ya estábamos trabajando a distancia ¿recuerdas? “No se preocupe, se los mandaré pronto señor” fueron tus palabras. Ahora ese teléfono estará mudo, ya no recibirá mis llamadas por que tú no estarás allí para contestar. Eso duele Kris. ¿Sabías que para un maestro los estudiantes son como sus propios hijos? Por eso mismo duele kris.
Te conocí cuando llegaste a THS para empezar tu secundaria, no hablabas mucho en clase, solo lo necesario, eso decía de tu buen carácter. Eras apasionado del fútbol americano, te gustaba mucho jugarlo y eras parte del equipo de la escuela. Luego, cuando ya cursabas el segundo año, me sorprendiste sobremanera y muy gratamente por cierto ¡Querías ser parte del Club Multicultural y bailar junto a tus amigos! ¿Sabes? Lo hiciste muy bien. Comenzaste a sentir orgullo por la cultura ecuatoriana de tus padres y a rendirle homenaje bailando sus canciones tradicionales, vestido con tu pantalón blanco, poncho rojo y sombrero negro. Eras el primero en llegar a las prácticas y el más entusiasta. Tu rostro reflejaba la alegría que sentías ¡Habías encontrado un motivo para sentirte orgulloso! La última vez que el grupo se presentó en público fue en la Municipalidad de Tórrington ¡Con que gusto bailaste! Parecía presentías que iba a ser la última vez que bailarías en público. Lo hiciste muy bien, derrochando alegría en cada paso que dabas al compás de la música del Sanjuanito.
Este año comenzamos a practicar para participar en el festival que hacemos todos los años en THS para celebrar la diversidad cultural de nuestra escuela; todos lo conocen como Diversity Day. Habìas hecho planes con tus amigos para comprar disfraces nuevos y lucirlos ese día … el tuyo te estará esperando Kris, como te esperarán tus amigos, como te esperaré yo, cuando volvamos a la escuela.
Hoy he hablado con algunos de tus amigos, todos están tristes, algunos desconcertados, no pueden creer que te hayas ido súbitamente, tan joven, dejando tus ilusiones, esperanzas y a todos los que te extrañaremos ¿Sabes una cosa? El próximo Diversity Day llevará tu nombre, de esa forma estarás con nosotros, en nuestros corazones, porque nunca te olvidaremos Kris.
Tu maestro,
Armando Zarazú Aldave
[email protected]