ricardo santos albornoz
LA MUJER DEL MUNDO ANDINO
La mujer es uno de los pilares fundamentales en cualquier sociedad sea cual sea, y su papel es importante a la hora de la toma de decisiones ya sea de manera individual o en grandes masas.
En el mundo Andino la mujer indígena sin duda también fue parte de un avance pero que sin embargo ha tenido que sufrir años de discriminación.
En el pasado histórico eran las responsables de las ceremonias dedicadas a las divinidades femeninas, mientras que los varones se ocupaban de los rituales relacionados con los dioses masculinos. Los trabajos centrados en la historia de las mujeres andinas, antes y después de la llegada de los españoles, han insistido en la necesidad de tener muy presente la complementariedad y la interdependencia que existía entre el trabajo masculino y femenino.
Para algunos autores, esta complementariedad entre las tareas de los varones y las mujeres era, en los Andes, el reflejo de la relación que unía a sus dioses y diosas. Había divinidades asociadas a lo femenino como Mamacocha y Mamapacha, madre mar y madre tierra respectivamente, o como la luna, que bajo el dominio inca se convierte en la hermana y la esposa del sol; y deidades asociadas con el mundo masculino, como lllapa, el dios del rayo y el trueno que, concebido como un varón que desde el cielo con su honda y porra hacía tronar y llover, era el complemento masculino que necesitaba la Mamapacha para dar su fruto.
En la actualidad, la mujer andina además de sus labores en el campo y de la poca asistencia, debe luchar con otros problemas como son la discriminación en cuanto al salario, la violencia y el machismo.
Muchas mujeres han pasado por momentos difíciles en sus vidas y tienen que sacar adelante a sus familias. Han asumido el reto de ser su propia fuente de ingresos. En la sierra peruana, las mujeres prácticamente hacen el mismo trabajo en el campo que los hombres, además cuidar a los hijos y el hogar. Pero esas labores no son suficientemente valoradas.
El poco reconocimiento del papel de la mujer en la vida rural peruana ha contribuido a su vez a que sean subrepresentadas en las directivas de las organizaciones de riego, y que su voz y sus intereses no sean suficientemente tomados en cuenta en las tomas de decisiones.
Sin embargo, el papel de la mujer rural en la cadena productiva de una familia en la sierra puede y debe ir mucho más allá: el impulso y el reconocimiento de la participación de las mujeres en la agricultura, su acceso a puestos como líderezas en sectores públicos, privados y en las comunidades campesinas puede ayudar a mejorar los ingresos de sus hogares a la vez que se fomenta la inclusión y la equidad en una sociedad que lucha por salir de la pobreza.
En el mes de mayo se celebra una fecha importante donde rendimos homenaje a un miembro fundamental del núcleo familiar. Celebramos el Día de la Madre. Las madres son el comienzo de la vida, la protección, la alegría y la esperanza. Ser madre no significa solamente criar y satisfacer las necesidades de sus hijos. Representan el amor y apoyo incondicionales en su desarrollo como personas.
Es por ello que honramos de manera muy especial a todas las mujeres que son madres. El “Día de la Madre” tiene que ser un día de reflexión de parte de la población y la comunidad. Es momento de reconstruir nuestra historia y poder cambiar esos hábitos y estereotipos que se ha implantado en torno a la mujer andina.
Mis saludos a la madre mangasina, bolognesina, ancashina y del mundo entero.
En el mundo Andino la mujer indígena sin duda también fue parte de un avance pero que sin embargo ha tenido que sufrir años de discriminación.
En el pasado histórico eran las responsables de las ceremonias dedicadas a las divinidades femeninas, mientras que los varones se ocupaban de los rituales relacionados con los dioses masculinos. Los trabajos centrados en la historia de las mujeres andinas, antes y después de la llegada de los españoles, han insistido en la necesidad de tener muy presente la complementariedad y la interdependencia que existía entre el trabajo masculino y femenino.
Para algunos autores, esta complementariedad entre las tareas de los varones y las mujeres era, en los Andes, el reflejo de la relación que unía a sus dioses y diosas. Había divinidades asociadas a lo femenino como Mamacocha y Mamapacha, madre mar y madre tierra respectivamente, o como la luna, que bajo el dominio inca se convierte en la hermana y la esposa del sol; y deidades asociadas con el mundo masculino, como lllapa, el dios del rayo y el trueno que, concebido como un varón que desde el cielo con su honda y porra hacía tronar y llover, era el complemento masculino que necesitaba la Mamapacha para dar su fruto.
En la actualidad, la mujer andina además de sus labores en el campo y de la poca asistencia, debe luchar con otros problemas como son la discriminación en cuanto al salario, la violencia y el machismo.
Muchas mujeres han pasado por momentos difíciles en sus vidas y tienen que sacar adelante a sus familias. Han asumido el reto de ser su propia fuente de ingresos. En la sierra peruana, las mujeres prácticamente hacen el mismo trabajo en el campo que los hombres, además cuidar a los hijos y el hogar. Pero esas labores no son suficientemente valoradas.
El poco reconocimiento del papel de la mujer en la vida rural peruana ha contribuido a su vez a que sean subrepresentadas en las directivas de las organizaciones de riego, y que su voz y sus intereses no sean suficientemente tomados en cuenta en las tomas de decisiones.
Sin embargo, el papel de la mujer rural en la cadena productiva de una familia en la sierra puede y debe ir mucho más allá: el impulso y el reconocimiento de la participación de las mujeres en la agricultura, su acceso a puestos como líderezas en sectores públicos, privados y en las comunidades campesinas puede ayudar a mejorar los ingresos de sus hogares a la vez que se fomenta la inclusión y la equidad en una sociedad que lucha por salir de la pobreza.
En el mes de mayo se celebra una fecha importante donde rendimos homenaje a un miembro fundamental del núcleo familiar. Celebramos el Día de la Madre. Las madres son el comienzo de la vida, la protección, la alegría y la esperanza. Ser madre no significa solamente criar y satisfacer las necesidades de sus hijos. Representan el amor y apoyo incondicionales en su desarrollo como personas.
Es por ello que honramos de manera muy especial a todas las mujeres que son madres. El “Día de la Madre” tiene que ser un día de reflexión de parte de la población y la comunidad. Es momento de reconstruir nuestra historia y poder cambiar esos hábitos y estereotipos que se ha implantado en torno a la mujer andina.
Mis saludos a la madre mangasina, bolognesina, ancashina y del mundo entero.