RIMAY CÓNDOR
Don Mario Reyes Barba, educador de muchísimas generaciones de nuestros coterráneos, fue recopilando información sobre su querida tierra a lo largo de toda su carrera magisterial, la cual resumió en el libro que hoy presentamos y que publicó cerca al ocaso de su vida. La lectura de su publicación que cuenta con amplio material fotográfico, nos llevará a conocer pasajes de nuestra historia regional desconocidos para muchos de los lectores. El trabajo del Sr. Reyes fue publicado el 2002 y presentado al público en el auditorio de la antigua Biblioteca Nacional. El discurso de introducción estuvo a cargo del destacado profesor sanmarquino Dr. Román Robles Mendoza.
El libro empieza con una breve reseña histórica de los primeros hombres ancashinos, para luego, citando a Huamán Poma de Ayala, Julio c. Tello y otros, expresar que “los primeros hombres que penetraron a la región de Chiquián, de acuerdo a los restos arqueológicos existentes, fueron de procedencia Chavín, o sea, los Huarirunas de la civilización Huari” (p.23). Explica también que luego llegaron los Tuctush para establecerse a la margen derecha del río Aynín en donde todavía existen vestigios arqueológicos de su presencia.
Para hablarnos del nombre y fundación de Chiquián el Sr. Reyes nos cuenta la leyenda de Pisanamaría y sostiene que el nombre “proviene del vocablo “chiquia”, en razón de una avecilla que canta sin cesar chic, chic, chic.” (p.30). Asimismo, menciona que existe otra versión, la cual sostiene que el nombre de Chiquián deriva de “Segllancocha”. En cuanto a la fundación española de nuestra tierra nos explica que la zona conocida como Collana de Lampas, fue otorgada al encomendero español Juan Francisco Velásquez de Valverde, quien solicitó la determinación de los linderos de su encomienda; dicha diligencia la realizó el Comisionado Real y Visitador Alonso Santoja el 12 de octubre de 1573.
Continuando con su narrativa Don Mario Reyes no habla de los Aynis, quienes se establecieron a la margen izquierda del Río Aynín. También nos hace saber sobre el origen del nombre de los pueblos de Aquia, Huasta y Pacllón, además de las ruinas preincas que existen en los alrededores de esos poblados. Prosiguiendo su relato el autor nos entrega una reseña de Chiquián durante la época incaica y colonial. Sobre este último periodo hace referencia a la visita que hizo a nuestro pueblo Santo Toribio de Mogrovejo y termina explicando el origen de la devoción a los patronos de Chiquián, San Francisco y Santa Rosa.
Durante el periodo de la emancipación chiquián estuvo con la causa independentista, no en balde fue cuna de Don Manuel Jesús González Guilleros, ilustre prohombre del proceso independentista. Los servicios que Chiquián prestó a la causa patriota son meticulosamente detallados por el autor, acciones que fueran reconocidas por el Libertador Simón Bolívar quién firmó el Decreto Supremo que declara a nuestro pueblo como “La Muy Generosa e Incontrastable Villa de Chiquián” (p.71). Asimismo, expresa que durante la época republicana el destino de Chiquián continuó estando ligado a Cajatambo.
Prosiguiendo con la revisión del libro encontraremos una muy detallada presentación geográfica de Chiquián, siguiendo a continuación la descripción de los edificios públicos más importantes de la ciudad, para luego continuar con la introducción de los personajes ilustres y memorables que han nacido en la preciosa tierra chiquiana.
Antes de terminar su libro Don Mario Reyes nos habla del folklore chiquiano y su importancia en la educación, haciendo referencia a las danzas costumbristas que aún se practican en diferentes festividades religiosas de nuestra tierra y el significado y origen de ellas. Termina el libro con una selección poética y cancionero alusivas a la tierra que lo vio nacer.
Chiquián, La Incontrastable Villa, es un libro de lectura fácil y amena que lo llevará a recorrer imaginariamente los paisajes que describe el autor con interés y cariño.
Rimay Cóndor
El libro empieza con una breve reseña histórica de los primeros hombres ancashinos, para luego, citando a Huamán Poma de Ayala, Julio c. Tello y otros, expresar que “los primeros hombres que penetraron a la región de Chiquián, de acuerdo a los restos arqueológicos existentes, fueron de procedencia Chavín, o sea, los Huarirunas de la civilización Huari” (p.23). Explica también que luego llegaron los Tuctush para establecerse a la margen derecha del río Aynín en donde todavía existen vestigios arqueológicos de su presencia.
Para hablarnos del nombre y fundación de Chiquián el Sr. Reyes nos cuenta la leyenda de Pisanamaría y sostiene que el nombre “proviene del vocablo “chiquia”, en razón de una avecilla que canta sin cesar chic, chic, chic.” (p.30). Asimismo, menciona que existe otra versión, la cual sostiene que el nombre de Chiquián deriva de “Segllancocha”. En cuanto a la fundación española de nuestra tierra nos explica que la zona conocida como Collana de Lampas, fue otorgada al encomendero español Juan Francisco Velásquez de Valverde, quien solicitó la determinación de los linderos de su encomienda; dicha diligencia la realizó el Comisionado Real y Visitador Alonso Santoja el 12 de octubre de 1573.
Continuando con su narrativa Don Mario Reyes no habla de los Aynis, quienes se establecieron a la margen izquierda del Río Aynín. También nos hace saber sobre el origen del nombre de los pueblos de Aquia, Huasta y Pacllón, además de las ruinas preincas que existen en los alrededores de esos poblados. Prosiguiendo su relato el autor nos entrega una reseña de Chiquián durante la época incaica y colonial. Sobre este último periodo hace referencia a la visita que hizo a nuestro pueblo Santo Toribio de Mogrovejo y termina explicando el origen de la devoción a los patronos de Chiquián, San Francisco y Santa Rosa.
Durante el periodo de la emancipación chiquián estuvo con la causa independentista, no en balde fue cuna de Don Manuel Jesús González Guilleros, ilustre prohombre del proceso independentista. Los servicios que Chiquián prestó a la causa patriota son meticulosamente detallados por el autor, acciones que fueran reconocidas por el Libertador Simón Bolívar quién firmó el Decreto Supremo que declara a nuestro pueblo como “La Muy Generosa e Incontrastable Villa de Chiquián” (p.71). Asimismo, expresa que durante la época republicana el destino de Chiquián continuó estando ligado a Cajatambo.
Prosiguiendo con la revisión del libro encontraremos una muy detallada presentación geográfica de Chiquián, siguiendo a continuación la descripción de los edificios públicos más importantes de la ciudad, para luego continuar con la introducción de los personajes ilustres y memorables que han nacido en la preciosa tierra chiquiana.
Antes de terminar su libro Don Mario Reyes nos habla del folklore chiquiano y su importancia en la educación, haciendo referencia a las danzas costumbristas que aún se practican en diferentes festividades religiosas de nuestra tierra y el significado y origen de ellas. Termina el libro con una selección poética y cancionero alusivas a la tierra que lo vio nacer.
Chiquián, La Incontrastable Villa, es un libro de lectura fácil y amena que lo llevará a recorrer imaginariamente los paisajes que describe el autor con interés y cariño.
Rimay Cóndor