armando zarazú aldave
VIVIR CON DIABETES
La diabetes se ha convertido en la enfermedad de moda de los últimos años. Pareciera que fuera producto de la modernidad y velocidad vertiginosa con que se vive en la actualidad. La verdad sea dicha, en tiempos de nuestros abuelos ni siquiera se conocía la palabreja de marras. Hoy, con esa aura especial de solemnidad que solo la tienen los que la sobrellevan con dignidad, se dice como quien no quiere, pero muy ufanamente, por cierto: “soy diabético”, suena interesante. Algunos lo miran con curiosidad y benevolencia porque no saben de qué se está hablando, mientras que la mayoría le dará recetas caseras “con las que se curó fulanito o sutanito en un santiamén”.
Las historias más creíbles son las contadas de primera mano; no en balde existe ese dicho que a la letra dice “que nadie habla de ciencia sino de experiencia”. Por ello, y como alguien que tiene diabetes dos desde hace varios años, debo decir que cuando el médico comunica que nos tocó el número premiado, no hay que desesperarse, sino más bien tratar de investigar e informarse sobre todo lo concerniente a dicho mal que, dicho sea de paso, no es mortal si se sabe manejarla con serenidad y sin sobresaltos. El problema radica en que la gran parte de los que la padecen no hacen caso de las recomendaciones médicas, con el consabido cuento “de algo se tiene que morir” y continúan su vida como si nada pasara. La verdad sea dicha, esa es la posición equivocada, muchas personas la han sabido manejar. El futbolista Diego Maradona, con todos sus excesos, la actriz mexicana Salma Hayek, por citar algunos ejemplos, han sabido sobrellevar la diabetes sin mucho problema. Abundan ejemplos como los mencionados, lo que prueba que, diabetes o no diabetes, la vida continúa y solo queda saber adaptarse a ella.
En efecto, ser diabético no es el fin del mundo. Si bien es cierto que con esta enfermedad el organismo produce poca o simplemente no produce insulina, cierto es también que existen maneras de controlarla. En primer lugar, un poco de ejercicio físico ayudará a mantener a raya la diabetes. Segundo, bajar de peso no cae mal y, por supuesto, se debe manejar adecuadamente las cantidades de lo que se vaya a comer; evitando grasas, almidones y azúcares. Dándole preferencia, en la alimentación diaria a los vegetales, pescado y carne de aves. Además, es muy importante, seguir las indicaciones del médico y tomar religiosamente las medicinas prescritas. Las bebidas espirituosas deberán ser cosa de pasado si se quiere llegar a acariciar a los nietos.
Las historias más creíbles son las contadas de primera mano; no en balde existe ese dicho que a la letra dice “que nadie habla de ciencia sino de experiencia”. Por ello, y como alguien que tiene diabetes dos desde hace varios años, debo decir que cuando el médico comunica que nos tocó el número premiado, no hay que desesperarse, sino más bien tratar de investigar e informarse sobre todo lo concerniente a dicho mal que, dicho sea de paso, no es mortal si se sabe manejarla con serenidad y sin sobresaltos. El problema radica en que la gran parte de los que la padecen no hacen caso de las recomendaciones médicas, con el consabido cuento “de algo se tiene que morir” y continúan su vida como si nada pasara. La verdad sea dicha, esa es la posición equivocada, muchas personas la han sabido manejar. El futbolista Diego Maradona, con todos sus excesos, la actriz mexicana Salma Hayek, por citar algunos ejemplos, han sabido sobrellevar la diabetes sin mucho problema. Abundan ejemplos como los mencionados, lo que prueba que, diabetes o no diabetes, la vida continúa y solo queda saber adaptarse a ella.
En efecto, ser diabético no es el fin del mundo. Si bien es cierto que con esta enfermedad el organismo produce poca o simplemente no produce insulina, cierto es también que existen maneras de controlarla. En primer lugar, un poco de ejercicio físico ayudará a mantener a raya la diabetes. Segundo, bajar de peso no cae mal y, por supuesto, se debe manejar adecuadamente las cantidades de lo que se vaya a comer; evitando grasas, almidones y azúcares. Dándole preferencia, en la alimentación diaria a los vegetales, pescado y carne de aves. Además, es muy importante, seguir las indicaciones del médico y tomar religiosamente las medicinas prescritas. Las bebidas espirituosas deberán ser cosa de pasado si se quiere llegar a acariciar a los nietos.
En los últimos años la diabetes ha ido avanzando silenciosamente en nuestra sociedad. Sin embargo, aparte de los afectados, muy pocos son los que tienen idea de qué clase de enfermedad es. La diabetes es una dolencia crónica, es decir que dura toda la vida del que la padece. Básicamente consiste en que el páncreas no puede producir la cantidad necesaria de insulina o ya no la produce, para controlar el azúcar o glucosa necesarios que el cuerpo necesita para continuar el metabolismo normal del organismo. Como resultado de ello el nivel de azúcar en la sangre se eleva a niveles más de los normales, algo que a la larga va a traer serios problemas de salud, lo cual puede incluir presión alta, colesterol y otras consecuencias mucho más graves. La diabetes puede afectar a cualquiera, incluso a los niños (algunos son diabéticos de nacimiento). Las personas con esta enfermedad son más propensas a desarrollar enfermedades cardiacas coronarias, ceguera, enfermedades renales, enfermedades vasculares y a la larga, amputaciones.
Existen dos tipos de diabetes, la número 1 y la número 2. En la primera, el páncreas no produce insulina y por lo tanto el paciente tiene que inyectarsela cada que su cuerpo la necesite. La diabetes 2 es cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina necesaria para el metabolismo, este tipo de diabetes puede ser tratado con dieta especial, ejercicios físicos y los medicamentos que el médico recete. Indudablemente que en los dos casos el cambio de las costumbres personales, léase alimentación, actividad física, además de seguir al pie de la letra las indicaciones médicas, son fundamentales.
Es entendible que vivir con diabetes no es nada agradable ni fácil, especialmente si es una enfermedad que, guste o no, acompañará al paciente durante el resto de sus días. De allí que es necesario tomarla con calma, seguir las indicaciones de los encargados de su tratamiento, médicos, dietistas y trabajadores de la salud. Es muy importante no hacer caso a charlatanes empíricos que tratan de ganarse alguito a costa de pacientes incautos. Alguna vez alguien me ofreció los “servicios curativos de una persona que te curaba la diabetes en un dos por tres” a cambio de honorarios más onerosos que los de un médico se entiende. Sucede siempre, solo que no se debe hacer caso, la salud es algo muy serio como para ponerla en manos de gente inescrupulosa que solo busca su beneficio. Indudablemente que, cambiar los hábitos alimenticios y dejar de lado las comidas que sabemos hacen daño, es difícil. Comerlas “porque son ricas o me gustan”, es el peor error que se puede cometer. En definitiva, es necesario tener fuerza de voluntad para superar con éxito los inconvenientes que la diabetes trae. Sobrellevarla depende en gran parte del que la padece. Se los dice la voz de la experiencia, el que esto escribe la tiene desde hace algunos años y sigue al pie de la letra las instrucciones médicas. Aquí cae, comopedrada en ojo tuerto, las letras de aquel huaynito que alegraba nuestra juventud "sabiendo sobrellevarla se goza...mejor que el dueño..."
De todo lo dicho anteriormente se puede deducir que la diabetes, si bien es una enfermedad que todavía no tiene cura conocida, es controlable y depende de las decisiones que tome el paciente. Por supuesto, es difícil dejar los hábitos de alimentación (con lo deliciosa que es nuestra comida), y de todo aquello que nos gusta. Si sabemos que el sacrificio tendrá buenos resultados en el tratamiento de la enfermedad, bien vale la pena intentarlo.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Existen dos tipos de diabetes, la número 1 y la número 2. En la primera, el páncreas no produce insulina y por lo tanto el paciente tiene que inyectarsela cada que su cuerpo la necesite. La diabetes 2 es cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina necesaria para el metabolismo, este tipo de diabetes puede ser tratado con dieta especial, ejercicios físicos y los medicamentos que el médico recete. Indudablemente que en los dos casos el cambio de las costumbres personales, léase alimentación, actividad física, además de seguir al pie de la letra las indicaciones médicas, son fundamentales.
Es entendible que vivir con diabetes no es nada agradable ni fácil, especialmente si es una enfermedad que, guste o no, acompañará al paciente durante el resto de sus días. De allí que es necesario tomarla con calma, seguir las indicaciones de los encargados de su tratamiento, médicos, dietistas y trabajadores de la salud. Es muy importante no hacer caso a charlatanes empíricos que tratan de ganarse alguito a costa de pacientes incautos. Alguna vez alguien me ofreció los “servicios curativos de una persona que te curaba la diabetes en un dos por tres” a cambio de honorarios más onerosos que los de un médico se entiende. Sucede siempre, solo que no se debe hacer caso, la salud es algo muy serio como para ponerla en manos de gente inescrupulosa que solo busca su beneficio. Indudablemente que, cambiar los hábitos alimenticios y dejar de lado las comidas que sabemos hacen daño, es difícil. Comerlas “porque son ricas o me gustan”, es el peor error que se puede cometer. En definitiva, es necesario tener fuerza de voluntad para superar con éxito los inconvenientes que la diabetes trae. Sobrellevarla depende en gran parte del que la padece. Se los dice la voz de la experiencia, el que esto escribe la tiene desde hace algunos años y sigue al pie de la letra las instrucciones médicas. Aquí cae, comopedrada en ojo tuerto, las letras de aquel huaynito que alegraba nuestra juventud "sabiendo sobrellevarla se goza...mejor que el dueño..."
De todo lo dicho anteriormente se puede deducir que la diabetes, si bien es una enfermedad que todavía no tiene cura conocida, es controlable y depende de las decisiones que tome el paciente. Por supuesto, es difícil dejar los hábitos de alimentación (con lo deliciosa que es nuestra comida), y de todo aquello que nos gusta. Si sabemos que el sacrificio tendrá buenos resultados en el tratamiento de la enfermedad, bien vale la pena intentarlo.
Armando Zarazú Aldave
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