armando zarazú aldave
CULTURA ANCASHINA EN EL EXTRANJERO II
Del 15 de septiembre al 15 de octubre de todos los años en los Estados Unidos se celebra el Mes de la Herencia Cultural Hispana. Es necesario aclarar que no es con el propósito de resaltar la llegada de Colón al nuevo mundo como muchos creen, sino para reconocer el aporte cultural de las diferentes comunidades hispanas a este país. En realidad, es una celebración cultural que se realiza en universidades, colegios y centros culturales; incluso el gobierno estadounidense y algunas municipalidades locales también organizan eventos culturales con ese motivo. Una de las actividades principales y de mayor resonancia es el desfile multitudinario que se realiza en la Quinta Avenida, la más importante de la ciudad de Nueva York, el cual se conoce como Desfile Hispano y dura alrededor de cinco horas y en el cual participan delegaciones representando a los diferentes países en donde el español o castellano, es el idioma principal. Cada una de ellas muestra lo mejor y más característico de sus estampas musicales y bailables. Es allí donde, como parte de la delegación peruana, destaca la participación ancashina; las pallas de Corongo, los Shagshas y los Huanquillas son infaltables; bailan durante todo el desfile luciendo sus multicolores ropajes mientras agrupaciones musicales ancashinas deleitan a los asistentes no solo de origen peruano con su alegre y contagiosa música. La cultura de nuestra tierra es presentada orgullosamente por esos anónimos representantes de la cultura ancashina.
Ancash, dijimos al inicio de esta nota, también destaca por la variedad, alegría y diversidad de su música y costumbres, algo que con mucho orgullo lucen los ancashinos fuera de su tierra. Por los tanto, no es raro ver como sus miembros celebran fiestas tradicionales o reciben a los artistas predilectos de su tierra con la alegría que solo lo sabe demostrar quien ha nacido en la tierra en donde se encuentran los nevados más altos del Perú, el Huascarán y el Yerupajá.
El estado de Connecticut, en los Estados Unidos, cuenta con una numerosa población migrante ancashina, procedente mayoritariamente de las provincias de Pallasca y Ocros y, en menor grado de Chiquián, capital de la provincia de Bolognesi. Las fiestas patronales, si bien no duran muchos días como en nuestra tierra, muestran no solo el fervor religioso de los ancashinos, si no también, las manifestaciones culturales relacionadas con dichas festividades que aprendieron en sus pueblos de origen y que pasan a sus hijos, muchos de ellos nacidos en la tierra que los acoge. En el estado de Connecticut, en la ciudad de Hartford, se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario de Ocros y la fiesta de Santa Rosa de Chiquián, en donde el capitán, inca, rumiñahui y sus respectivas pallas al mismo estilo de su tierra. La fiesta de Chiquián termina con “corrida de toros”, en la cual, a falta de toros bravos, bueno es el nunatoro.
También en el mismo estado, en el pueblo de East Hartford los pallasquinos celebran dos fiestas, la de San Antonio de Padua, del distrito de Bolognesi y, la del Apostol Santigo de la ciudad de Cabana. Así mismo los residentes del distrito de Aquia, de la provincia de Bolognesi, celebran la fiesta de San Miguel, en el estado de Nueva Jersey.
En Nueva York, en setiembre se celebra la fiesta de la Virgen de la Natividad de Cajamarquilla. Otro grupo de Ocros celebra la fiesta de Santo Domingo de Guzmán en Porchester, estado de Nueva York.
El canto ancashino también tiene su representante en Nueva York, ciudad en la que deleita con sus canciones Angélica Higuino “Angie del Perú”, ella es de San Cristobal de Raján. La voz de una interprete como “Angie del Perú” necesita de un fondo musical de la calidad del arpista César Marino, natural de Ocros, quién la acompaña en muchas de sus presentaciones artísticas.
Bien sabemos los ancashinos que fiesta sin banda no es fiesta y para remediar esa carencia está la Banda Llipa Start, cuyos integrantes residen en el estado de Connecticut, concretamente en la ciudad de Hartford, quienes, como bien indica el nombre, provienen de Llipa, de la provincia de Ocros. La banda, con menos de la tercera parte de integrantes que las bandas de músicos actuales, pero con una calidad que hace recordar a las bandas de hace unos años atrás, es la encargada de amenizar muchas de estas fiestas en la cual los asistentes rememoran con nostalgia mal disimulada, por cierto, a la tierra que los vio nacer.
La migración ancashina también a llegado a la Argentina, país en donde los residentes provenientes de Aquia, provincia de Bolognesi, celebran desde hace algunos años la fiesta de San Miguel, para la cual llevan a la afamada orquesta Ritmo Andino de Huasta para que amenice las celebraciones. En Italia, en la lejana Europa, un grupo de chiquianos también a la patrona de su pueblo, Santa Rosa.
Como podemos apreciar, los hijos de nuestro departamento han sido y continúan siendo los principales responsables de la divulgación de la cultura y buen nombre de nuestra tierra. Cada uno de acuerdo con sus posibilidades y habilidades, ya sea académica, artística o, religioso cultural; lo cierto es que a la tierra que nos vio nacer se la lleva dentro del corazón donde quiera que se esté.
Para terminar, debo mencionar que la cibernética está abriendo un nuevo campo para difundir nuestra cultura que todavía no está siendo explotado a plenitud. Sin embargo, ya existen libros y revistas digitales que están tratando de llenar ese vacío, como por ejemplo la pagina de Facebook Orgullo Aijino y la revista digital Chiquianmarka que son editadas en La Florida, la primera, y en Connecticut la segunda, ambas en EE. UU.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Ancash, dijimos al inicio de esta nota, también destaca por la variedad, alegría y diversidad de su música y costumbres, algo que con mucho orgullo lucen los ancashinos fuera de su tierra. Por los tanto, no es raro ver como sus miembros celebran fiestas tradicionales o reciben a los artistas predilectos de su tierra con la alegría que solo lo sabe demostrar quien ha nacido en la tierra en donde se encuentran los nevados más altos del Perú, el Huascarán y el Yerupajá.
El estado de Connecticut, en los Estados Unidos, cuenta con una numerosa población migrante ancashina, procedente mayoritariamente de las provincias de Pallasca y Ocros y, en menor grado de Chiquián, capital de la provincia de Bolognesi. Las fiestas patronales, si bien no duran muchos días como en nuestra tierra, muestran no solo el fervor religioso de los ancashinos, si no también, las manifestaciones culturales relacionadas con dichas festividades que aprendieron en sus pueblos de origen y que pasan a sus hijos, muchos de ellos nacidos en la tierra que los acoge. En el estado de Connecticut, en la ciudad de Hartford, se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario de Ocros y la fiesta de Santa Rosa de Chiquián, en donde el capitán, inca, rumiñahui y sus respectivas pallas al mismo estilo de su tierra. La fiesta de Chiquián termina con “corrida de toros”, en la cual, a falta de toros bravos, bueno es el nunatoro.
También en el mismo estado, en el pueblo de East Hartford los pallasquinos celebran dos fiestas, la de San Antonio de Padua, del distrito de Bolognesi y, la del Apostol Santigo de la ciudad de Cabana. Así mismo los residentes del distrito de Aquia, de la provincia de Bolognesi, celebran la fiesta de San Miguel, en el estado de Nueva Jersey.
En Nueva York, en setiembre se celebra la fiesta de la Virgen de la Natividad de Cajamarquilla. Otro grupo de Ocros celebra la fiesta de Santo Domingo de Guzmán en Porchester, estado de Nueva York.
El canto ancashino también tiene su representante en Nueva York, ciudad en la que deleita con sus canciones Angélica Higuino “Angie del Perú”, ella es de San Cristobal de Raján. La voz de una interprete como “Angie del Perú” necesita de un fondo musical de la calidad del arpista César Marino, natural de Ocros, quién la acompaña en muchas de sus presentaciones artísticas.
Bien sabemos los ancashinos que fiesta sin banda no es fiesta y para remediar esa carencia está la Banda Llipa Start, cuyos integrantes residen en el estado de Connecticut, concretamente en la ciudad de Hartford, quienes, como bien indica el nombre, provienen de Llipa, de la provincia de Ocros. La banda, con menos de la tercera parte de integrantes que las bandas de músicos actuales, pero con una calidad que hace recordar a las bandas de hace unos años atrás, es la encargada de amenizar muchas de estas fiestas en la cual los asistentes rememoran con nostalgia mal disimulada, por cierto, a la tierra que los vio nacer.
La migración ancashina también a llegado a la Argentina, país en donde los residentes provenientes de Aquia, provincia de Bolognesi, celebran desde hace algunos años la fiesta de San Miguel, para la cual llevan a la afamada orquesta Ritmo Andino de Huasta para que amenice las celebraciones. En Italia, en la lejana Europa, un grupo de chiquianos también a la patrona de su pueblo, Santa Rosa.
Como podemos apreciar, los hijos de nuestro departamento han sido y continúan siendo los principales responsables de la divulgación de la cultura y buen nombre de nuestra tierra. Cada uno de acuerdo con sus posibilidades y habilidades, ya sea académica, artística o, religioso cultural; lo cierto es que a la tierra que nos vio nacer se la lleva dentro del corazón donde quiera que se esté.
Para terminar, debo mencionar que la cibernética está abriendo un nuevo campo para difundir nuestra cultura que todavía no está siendo explotado a plenitud. Sin embargo, ya existen libros y revistas digitales que están tratando de llenar ese vacío, como por ejemplo la pagina de Facebook Orgullo Aijino y la revista digital Chiquianmarka que son editadas en La Florida, la primera, y en Connecticut la segunda, ambas en EE. UU.
Armando Zarazú Aldave
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