armando zarazú aldave
Fotografía de Norita Jara: Imagen de Santa Rosa que se celebra en Hartford, Connecticut. EEUU
FIESTA DE SANTA ROSA EN ESTADOS UNIDOS
El pasado domingo 3 de setiembre, luego de tres años de estar suspendida debido a la pandemia qu afectó al mundo entero, se realizó la fiesta de Santa Rosa, patrona de Chiquián, en los Estados Unidos. Concretamente en el estado de Connecticut, donde se viene celebrando desde 1991. La fiesta es producto del entusiasmo de un pequeño grupo de chiquianos residentes en este estado, quienes, con la participación de amigos ancashinos, procedentes de Ocros, y Raján, por mencionar algunos, hacen gala de sus costumbres y tradiciones, luciéndolas con orgullo y mal disimulada nostalgia. Debemos recordar que la música, celebraciones patronales y tradiciones culturales de las provincias ubicadas al sur del departamento de Ancash, Bolognesi y Ocros, son similares y diferentes a las del resto del departamento. Esto lo explica claramente el antropólogo Román Robles Mendoza, natural de Chilcas, quien en su libro “La banda de músicos, las bellas artes musicales en el sur de Áncash” (pág. 197), dice “por guardar identidad de estilo con la cultura musical del sur de Áncash, la Banda Santa Cecilia de Cátac es requerida frecuentemente por las instituciones de Bolognesi y Ocros”.
En realidad, la mayoría de los participantes de la fiesta dejaron físicamente su tierra ancashina y sus pueblos de origen hace muchísimos años, pero estos continúan viviendo dentro de sus corazones. Por otro lado, sus hijos y, los hijos de sus hijos participan de la festividad con el mismo entusiasmo que sus padres y abuelos; algunos de ellos invitan a sus compañeros/as de estudio o trabajo para que participen de la fiesta y conozcan la cultura de la tierra de donde provienen sus amigos. De allí que no es extraño ver a chicas de pelo rubio que no hablan una palabra de castellano, vestidas de pallas moviendo alegremente los pies durante la pinquichida, o zapateando un huaynito de nuestra tierra con entusiasmo y alegría sin igual. En buen romance, la fiesta también permite transmitir nuestras costumbres y tradiciones a las generaciones jóvenes.
La fiesta es organizada por los funcionarios de cada año, quienes se organizan, generalmente con el Capitán y los miembros del Comité Santa Rosa, para coordinar las partes religiosa y social a fin de que todo salga bien y, sobre todo, se cumplan todos los requisitos legales necesarios para su buen desarrollo. Por ejemplo, por reglamentación del seguro y por razones de seguridad de los asistentes, durante la entrada no se puede jugar con caramelos como en nuestra tierra. Es más, este año tampoco se pudieron usar las serpentinas que se trajeron desde Perú, como se hacía todos los años, para reemplazar los caramelos. Aquí se aplica aquel dicho de “a la tierra que fueras haz lo que vieras”. En lo posible, la fiesta se trata de hacer lo más exactamente posible a la que se celebra en Chiquián; las bandas, estandarte, estampitas son traídas directamente del Perú, al igual que las ropas del Inca, Rumiñahui y Pallas fueron hechas tanto en Perú como por estas tierras por manos expertas que conocían las tradiciones y costumbres de su tierra.
Lo interesante de la fiesta de Santa Rosa en Estados Unidos es que, aparte de alegrar a los que ya peinamos canas y venimos hace muchísimos años, la festividad es una forma de transmitir los valores culturales que heredamos y aprendimos en nuestra niñez y juventud, a nuestros herederos; ellos la reciben, practican y valoran como suyos. Algo difícil en la sociedad en donde crecen y se educan hablando otro idioma y dentro de una cultura completamente diferente a la nuestra. Sin embargo, la aceptan y no tienen reparo en practicar nuestras costumbres. Un ejemplo de esto es la Estandarte de este año, quien tuvo como acompañantes a su nieta Srta. Gabriella Rázuri y su sobrina Srta. Sofía Angulo, ambas nacidas en este país, quienes con mucho orgullo y elegancia llevaron la cinta del estandarte de Santa Rosa. De igual forma, una de las pallas, Stephany Toohey, hija de chiquiana, participa en la fiesta desde su infancia y ha bailado de palla en numerosas oportunidades, tal como como lo ha hecho en la fiesta pasada.
Por otro lado, también es una forma, de mostrar aspectos de la cultura peruana y de nuestra historia, esto último cuando se explica que el baile del inca y el capitán es la muestra del choque de dos culturas diferentes y que, guste o no a los puristas, nuestra cultura actual es el resultado de ese hecho histórico. Además, si bien la fiesta no dura siete días como en nuestra tierra, durante su transcurso se realiza la adoración al Inca, la pinquichida con su respetiva corrindilla, la entrada y captura del Inca, además de su clásica corrida de toros…con nuna toro. Es decir, gozamos y recordamos a nuestra tierra de la mejor manera que podemos.
La fiesta de Santa Rosa en los Estados Unidos siempre se ha caracterizado por el orden y buen desarrollo de sus actividades. Los funcionarios de este año fueron Capitán Sr. Carlos Aldave, Mayordomo Sra. Lola Jara, Estandarte Sra. Lucy Alzamora de Reyes, Inca Sr. César Jara y Rumiñahui quien esta nota escribe. Las pallas fueron Darka Jara, Stephany Toohey, Meghan DiBattisto, Deicín García, de Mexico, y las hermanas Brandy y Amy Quichimbo de origen ecuatoriano; de todo el grupo solo las dos primeras tienen alguna relación con nuestra tierra chiquiana, las demás bailaron llevadas por su entusiasmo y por su vínculo amical con alguno de los funcionarios.
El treinta de agosto no es feriado en este país, por lo tanto la fiesta se realiza el primer domingo de setiembre debido a que el lunes siguiente es feriado nacional no laborable y da oportunidad a que se realice el tradicional “despacho”, es decir el regreso de los que vienen de otros estados a sus luares de residencia.
El Capitán Sr. Carlos Aldave, educador de raíces chiquianas, quien, junto a su esposa, la también educadora, Sra. María Aldave se lucieron en la organización de la excelente fiesta patronal de Santa Rosa que acaba de celebrarse este año. El Capitán 2024 Sr. Nilton Dueñas, también de raíces chiquianas, promete que las celebraciones del próximo año se realizarán con el mismo entusiasmo y alegría que la fiesta que acaba de terminar. Hagamos votos para que así sea y de esa manera continuar manteniendo nuestras tradiciones.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
BIBLIOGRAFÍA
Robles Mendoza, Román
2000 La banda de músicos: Las bellas artes musicales en el sur de Áncash. Gráfica J. John S.R. Ltda. Lima Perú
En realidad, la mayoría de los participantes de la fiesta dejaron físicamente su tierra ancashina y sus pueblos de origen hace muchísimos años, pero estos continúan viviendo dentro de sus corazones. Por otro lado, sus hijos y, los hijos de sus hijos participan de la festividad con el mismo entusiasmo que sus padres y abuelos; algunos de ellos invitan a sus compañeros/as de estudio o trabajo para que participen de la fiesta y conozcan la cultura de la tierra de donde provienen sus amigos. De allí que no es extraño ver a chicas de pelo rubio que no hablan una palabra de castellano, vestidas de pallas moviendo alegremente los pies durante la pinquichida, o zapateando un huaynito de nuestra tierra con entusiasmo y alegría sin igual. En buen romance, la fiesta también permite transmitir nuestras costumbres y tradiciones a las generaciones jóvenes.
La fiesta es organizada por los funcionarios de cada año, quienes se organizan, generalmente con el Capitán y los miembros del Comité Santa Rosa, para coordinar las partes religiosa y social a fin de que todo salga bien y, sobre todo, se cumplan todos los requisitos legales necesarios para su buen desarrollo. Por ejemplo, por reglamentación del seguro y por razones de seguridad de los asistentes, durante la entrada no se puede jugar con caramelos como en nuestra tierra. Es más, este año tampoco se pudieron usar las serpentinas que se trajeron desde Perú, como se hacía todos los años, para reemplazar los caramelos. Aquí se aplica aquel dicho de “a la tierra que fueras haz lo que vieras”. En lo posible, la fiesta se trata de hacer lo más exactamente posible a la que se celebra en Chiquián; las bandas, estandarte, estampitas son traídas directamente del Perú, al igual que las ropas del Inca, Rumiñahui y Pallas fueron hechas tanto en Perú como por estas tierras por manos expertas que conocían las tradiciones y costumbres de su tierra.
Lo interesante de la fiesta de Santa Rosa en Estados Unidos es que, aparte de alegrar a los que ya peinamos canas y venimos hace muchísimos años, la festividad es una forma de transmitir los valores culturales que heredamos y aprendimos en nuestra niñez y juventud, a nuestros herederos; ellos la reciben, practican y valoran como suyos. Algo difícil en la sociedad en donde crecen y se educan hablando otro idioma y dentro de una cultura completamente diferente a la nuestra. Sin embargo, la aceptan y no tienen reparo en practicar nuestras costumbres. Un ejemplo de esto es la Estandarte de este año, quien tuvo como acompañantes a su nieta Srta. Gabriella Rázuri y su sobrina Srta. Sofía Angulo, ambas nacidas en este país, quienes con mucho orgullo y elegancia llevaron la cinta del estandarte de Santa Rosa. De igual forma, una de las pallas, Stephany Toohey, hija de chiquiana, participa en la fiesta desde su infancia y ha bailado de palla en numerosas oportunidades, tal como como lo ha hecho en la fiesta pasada.
Por otro lado, también es una forma, de mostrar aspectos de la cultura peruana y de nuestra historia, esto último cuando se explica que el baile del inca y el capitán es la muestra del choque de dos culturas diferentes y que, guste o no a los puristas, nuestra cultura actual es el resultado de ese hecho histórico. Además, si bien la fiesta no dura siete días como en nuestra tierra, durante su transcurso se realiza la adoración al Inca, la pinquichida con su respetiva corrindilla, la entrada y captura del Inca, además de su clásica corrida de toros…con nuna toro. Es decir, gozamos y recordamos a nuestra tierra de la mejor manera que podemos.
La fiesta de Santa Rosa en los Estados Unidos siempre se ha caracterizado por el orden y buen desarrollo de sus actividades. Los funcionarios de este año fueron Capitán Sr. Carlos Aldave, Mayordomo Sra. Lola Jara, Estandarte Sra. Lucy Alzamora de Reyes, Inca Sr. César Jara y Rumiñahui quien esta nota escribe. Las pallas fueron Darka Jara, Stephany Toohey, Meghan DiBattisto, Deicín García, de Mexico, y las hermanas Brandy y Amy Quichimbo de origen ecuatoriano; de todo el grupo solo las dos primeras tienen alguna relación con nuestra tierra chiquiana, las demás bailaron llevadas por su entusiasmo y por su vínculo amical con alguno de los funcionarios.
El treinta de agosto no es feriado en este país, por lo tanto la fiesta se realiza el primer domingo de setiembre debido a que el lunes siguiente es feriado nacional no laborable y da oportunidad a que se realice el tradicional “despacho”, es decir el regreso de los que vienen de otros estados a sus luares de residencia.
El Capitán Sr. Carlos Aldave, educador de raíces chiquianas, quien, junto a su esposa, la también educadora, Sra. María Aldave se lucieron en la organización de la excelente fiesta patronal de Santa Rosa que acaba de celebrarse este año. El Capitán 2024 Sr. Nilton Dueñas, también de raíces chiquianas, promete que las celebraciones del próximo año se realizarán con el mismo entusiasmo y alegría que la fiesta que acaba de terminar. Hagamos votos para que así sea y de esa manera continuar manteniendo nuestras tradiciones.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
BIBLIOGRAFÍA
Robles Mendoza, Román
2000 La banda de músicos: Las bellas artes musicales en el sur de Áncash. Gráfica J. John S.R. Ltda. Lima Perú
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