norka zaulema brios ramos
CRÓNICA BOLOGNESINA Y POEMAS CON ECOS DE LIBERTAD
Julio, mes de la Patria, donde los peruanos enfatizamos el amor a
nuestra Patria amada llamada PERÚ,
donde nuestros corazones se visten de rojo y blanco.
Julio, donde también recordamos al MAESTRO, con cariño
y gratitud por la noble labor de ser formadores de hombres.
nuestra Patria amada llamada PERÚ,
donde nuestros corazones se visten de rojo y blanco.
Julio, donde también recordamos al MAESTRO, con cariño
y gratitud por la noble labor de ser formadores de hombres.
EL ABIGEO
Cuentan este relato los mismos protagonistas de hechos acaecidos años atrás, donde por mucho tiempo fue el flagelo de los pueblos donde siempre desaparecen los animales de la puna.
En las alturas tras el Apu Huamanmargarag existía una laguna pequeña de aguas profundas y oscuras donde creían que todo aquel que se acercaba a sus orillas era jalado por una fuerza y desaparecía. Eso creían los pobladores al hacerse humo sus animales que eran llevados a comer el pasto de la puna. Generalmente eran animales en crecimiento: terneras, toros y bueyes que solo bajaban en tiempos de siembra y burros. Para que no se acercaran a la laguna optaron por atar las patas delanteras de sus animales para no alejarse mucho, pero los animales seguían desapareciendo.
Gracias a la astucia de un joven, Daniel Espejo, quien esperaba la llegada de la carga que fue a recoger a Conococha se develó el misterio. Como no llegaba su carga, se quedó una noche más y se hospedó cerca a la comisaría, pues detrás de ella había dejado a sus burros. A la medianoche salió de su hospedaje llamado por sus necesidades biológicas. Ahí se percató que un camión se estacionó cerca al puesto policial. Un sujeto se bajó de él y fue al puesto policial. En ese momento, Daniel se trepó al camión alumbrando con su linterna de mano, fiel compañera del viajero, y vio que contenía reses. Algunas llevaban la marca de FC (Felipe Cano) conocía a esos bueyes… se bajó rápidamente del camión que se dirigió por la ruta a Huaraz.
Llegando a Corpanqui, contó lo que había visto a varias personas que reconocieron a sus reses perdidas con la descripción de los animales.
En esa época, mi padre era el juez y viendo la desesperación de mi tío Felipe -sus bueyes eran su único recurso para trabajar la tierra- mi padre se animó a ir a hacer la denuncia. Hace tiempo había algo de sospecha, pero no estaban seguros, en cambio, ahora ya había un testigo y la cosa estaba más clara.
Mi padre viajó por Conococha con dirección a Recuay. Para indagar más en el asunto, quedó en encontrarse con su compadre don Pedro, natural de San Marcos, maestro de Recuay y casado con una chiquiana. Le comunicó el motivo de su presencia y que iría donde el juez. Una vez con el juez, este lo escuchó y dijo que no sabía nada y que no se metiera donde no le convenía pues qué más le daba si el ganado no era de él. Mi padre, algo molesto por estas palabras, le increpó verbalmente: “Entonces, ¿Ud. sabe y no hace nada o está de acuerdo...? El juez molesto lo hizo detener en el puesto policial tomando como pretexto la falta de respeto a la autoridad. Don Pedro preocupado porque mi padre no llegaba a su casa fue a buscarlo y se dio con la sorpresa que estaba detenido. Dejaron que lo visite y le llevó alimentos y unas mantas para pasar la noche. Mi padre le comunicó que había escuchado al juez y los policías tramar que lo deja libre después que salga la carga. Mi padre le pidió a su compadre que se fuera inmediatamente a Conococha y por telégrafo se comunique con mi madre pidiéndole que viaje a Huaraz para hacer la denuncia ante el juez.
Abreviando la historia, viajaron de Huaraz a Recuay el Juez Haro y mi tío Augusto Marquez , más varios policías. Para entonces mi tío era el Comandante de la Comisaría de Huaraz. Con ese refuerzo mi madre se quedó más tranquila, pero antes ya habían enviado soldados para custodiar la entrada y salida de Recuay y que no dejaran salir ningún camión. En base al relato que les dio mi madre, detuvieron al juez llegando a Recuay y destituyeron de sus cargos a los policías del puesto de Recuay y los llevaron a la cárcel de Huaraz. Con la declaración de los detenidos se apresuraron al lugar a detener a los ladrones abigeos cruzando el río Santa. Ya estaban cargando las reses al camión para llevarlas al camal de Yerbateros de Lima.
El camión fue escoltado y llevado por los soldados a Conococha -donde varios dueños o parientes estaban esperando para apoyar con el traslado a las reses- y luego a San Miguel de Corpanqui donde se devolvieron las reses a sus respectivos dueños. Mis padres se adelantaron con la misión cumplida. Los pobladores ya los estaban esperando a la entrada del pueblo donde muchos contentos los aplaudieron. Así se despejó el misterio: no era la laguna, eran los abigeos de Recuay. En los pueblos del callejón de Huaylas repiten este dicho: “Huaraz presunciónn, Carhuaz borrachera, Yungay hermosura, Caraz dulzura y Recuay ladronera”.
Nota: Estos ladrones eran de un pueblito pequeño, un anexo que pertenece a Recuay.
(publicado en mi libro Crónicas de mi Pueblo).
En las alturas tras el Apu Huamanmargarag existía una laguna pequeña de aguas profundas y oscuras donde creían que todo aquel que se acercaba a sus orillas era jalado por una fuerza y desaparecía. Eso creían los pobladores al hacerse humo sus animales que eran llevados a comer el pasto de la puna. Generalmente eran animales en crecimiento: terneras, toros y bueyes que solo bajaban en tiempos de siembra y burros. Para que no se acercaran a la laguna optaron por atar las patas delanteras de sus animales para no alejarse mucho, pero los animales seguían desapareciendo.
Gracias a la astucia de un joven, Daniel Espejo, quien esperaba la llegada de la carga que fue a recoger a Conococha se develó el misterio. Como no llegaba su carga, se quedó una noche más y se hospedó cerca a la comisaría, pues detrás de ella había dejado a sus burros. A la medianoche salió de su hospedaje llamado por sus necesidades biológicas. Ahí se percató que un camión se estacionó cerca al puesto policial. Un sujeto se bajó de él y fue al puesto policial. En ese momento, Daniel se trepó al camión alumbrando con su linterna de mano, fiel compañera del viajero, y vio que contenía reses. Algunas llevaban la marca de FC (Felipe Cano) conocía a esos bueyes… se bajó rápidamente del camión que se dirigió por la ruta a Huaraz.
Llegando a Corpanqui, contó lo que había visto a varias personas que reconocieron a sus reses perdidas con la descripción de los animales.
En esa época, mi padre era el juez y viendo la desesperación de mi tío Felipe -sus bueyes eran su único recurso para trabajar la tierra- mi padre se animó a ir a hacer la denuncia. Hace tiempo había algo de sospecha, pero no estaban seguros, en cambio, ahora ya había un testigo y la cosa estaba más clara.
Mi padre viajó por Conococha con dirección a Recuay. Para indagar más en el asunto, quedó en encontrarse con su compadre don Pedro, natural de San Marcos, maestro de Recuay y casado con una chiquiana. Le comunicó el motivo de su presencia y que iría donde el juez. Una vez con el juez, este lo escuchó y dijo que no sabía nada y que no se metiera donde no le convenía pues qué más le daba si el ganado no era de él. Mi padre, algo molesto por estas palabras, le increpó verbalmente: “Entonces, ¿Ud. sabe y no hace nada o está de acuerdo...? El juez molesto lo hizo detener en el puesto policial tomando como pretexto la falta de respeto a la autoridad. Don Pedro preocupado porque mi padre no llegaba a su casa fue a buscarlo y se dio con la sorpresa que estaba detenido. Dejaron que lo visite y le llevó alimentos y unas mantas para pasar la noche. Mi padre le comunicó que había escuchado al juez y los policías tramar que lo deja libre después que salga la carga. Mi padre le pidió a su compadre que se fuera inmediatamente a Conococha y por telégrafo se comunique con mi madre pidiéndole que viaje a Huaraz para hacer la denuncia ante el juez.
Abreviando la historia, viajaron de Huaraz a Recuay el Juez Haro y mi tío Augusto Marquez , más varios policías. Para entonces mi tío era el Comandante de la Comisaría de Huaraz. Con ese refuerzo mi madre se quedó más tranquila, pero antes ya habían enviado soldados para custodiar la entrada y salida de Recuay y que no dejaran salir ningún camión. En base al relato que les dio mi madre, detuvieron al juez llegando a Recuay y destituyeron de sus cargos a los policías del puesto de Recuay y los llevaron a la cárcel de Huaraz. Con la declaración de los detenidos se apresuraron al lugar a detener a los ladrones abigeos cruzando el río Santa. Ya estaban cargando las reses al camión para llevarlas al camal de Yerbateros de Lima.
El camión fue escoltado y llevado por los soldados a Conococha -donde varios dueños o parientes estaban esperando para apoyar con el traslado a las reses- y luego a San Miguel de Corpanqui donde se devolvieron las reses a sus respectivos dueños. Mis padres se adelantaron con la misión cumplida. Los pobladores ya los estaban esperando a la entrada del pueblo donde muchos contentos los aplaudieron. Así se despejó el misterio: no era la laguna, eran los abigeos de Recuay. En los pueblos del callejón de Huaylas repiten este dicho: “Huaraz presunciónn, Carhuaz borrachera, Yungay hermosura, Caraz dulzura y Recuay ladronera”.
Nota: Estos ladrones eran de un pueblito pequeño, un anexo que pertenece a Recuay.
(publicado en mi libro Crónicas de mi Pueblo).
POEMAS CON ECOS DE LIBERTAD
"POEMA AROMA DE AMOR, PAZ Y LIBERTAD"
"POEMA AROMA DE AMOR, PAZ Y LIBERTAD"
PERÚ
Dios me confió el verbo, para cantar bellezas de mi patría amada, sembrando en sus campos amor, paz y libertad. Pinté mariposas bicolores, con los colores de mi patria, la blanca y roja están en mi corazón, desde Tumbes hasta Tacna. Dios permitió expresar lo que siento en versos las riquezas y glorias peruanas. Hoy mis pensamientos vuelan, con alas de golondrinas surcando los cielos de América, hasta la patria mía. He alargado silencios, con puntos suspensivos he devorado sílabas, para este verso en pleno vuelo, si los renglones rechazan sus funciones o el estilo y no cuadran en sus estribos, es porque escribo versos con sentimiento de poeta a mi patria amada. |
EL DESPERTAD
Al despuntar el sol más allá de los andes las golondrinas elevan su vuelo dejando solitarias pircas y sauces sin nidos, son tan calizas que burbujean las aguas de los puquiales en su recorrido. Cómo se esconde el fuego de las llamas de la vida, en las amplias orillas, de mis pensamientos, donde sale a flote la cálida brisa de los llanos bolognesinos. |
RECUERDOS
¡Aún estás!...presente en el palpitar de mis años susurrando con el viento como el llanto que corre por el cauce de mis ojos. La tierra de antaño nos sigue esperando aún con añoranzas en el atardecer, la plaza sigue intacta pero añeja en silencio mudo al campanario. La luna naufragó bajo el lirio con su destello de libertad, Sigo esperando ...esperando en el rincón de mis recuerdos, aquellos versos que sabía tararear son aquellos no volverán. |
POÉTICAS
Dime avecilla, que cantas historias por lugares lejanos con arte y magia de los sueños bolognesinos danzas sobre olas de ichus acariciados por el viento. andino que calcina el alma. Dime cuando se hacen constantes los recuerdos perdidos en el ayer. Dime si son vientos azules, que nublan mis pasos en las tardes que nos lleva a descubrir nuevos destinos. Dime poesía si con tu ausencia el alma se estremece en el olvido y la inspiración va en lenta agonía. |
HORIZONTES
Me acechan pensamientos embriagadores revalsando espumas de copas llenas de recuerdos de ayer. que hacen reverdecer las endechas. Emergen sentimientos ocultos como evocaciones sacudidos por el viento y la pena. Cómo escapar de la prisión fantasmal, de tus recuerdos tierra mía, La esencia de mi alma está en calma como oasis de profundo pesar escucho lejanos ecos que turban mis sentidos. Son como llamas ardientes de mis sensaciones mil, por eso mi alma calcinan los muros de mi piel ajada por los años. Hoy te vuelves humano ante mis ojos como olas movidos por el viento juguete del destino que danzan sin rumbo fijo y desaparecen en la lejanía en inalcanzables horizontes. |
¡LIBERTAD!
Mis brazos convertidos en alas vuelo al infinito vestida de esperanza. Me imagino coger nubes blancas para velar mis sueños y tejer alegrías, Con los ojos cerrados detengo el tiempo, para volar en libertad. En mis sueños escucho ecos que resuenan. ¡Libertad, libertad! Para expresar mis sentimientos peruanos, voy a cantar al viento que me silba al oído para un Perú libre de corrupción. |