ever romeo reyes cuentas
COSECHA DE PAPAS EN HUACACORRAL

Huacacorral, ubicado a 3.700 m.s.n.m. al oeste de Chiquián, es el lugar predilecto para el cultivo de papas, ésta, una práctica que viene desde nuestros ancestros y que lo conservamos actualmente, así como la forma de entablar la sociedad, o lo que denominamos “socio”, que es la persona encargada de preparar el terreno, atender el sembrío, asegurar la cosecha y la entrega final del producto.
Así, el fin de semana -sábado y domingo- participé de los afanes de esta tarea. La cosecha fue muy buena a pesar de la dureza del terreno y la afección de las papas; la tierra proveyó, regalándonos ese tubérculo bendito domesticado haces miles años, desde las menudas, medianas, hasta las más grandes y otras tantas de formas caprichosas.
Los laboriosos –Rosmel, Julio, José y yo-, las recolectoras incansables -Jesucita y Rofelia-, los diligentes cocineros –Romeo y Suly- y el siempre predispuesto transportista, -Yan-, aseguraron que todo esté en orden y que el producto llegue bien a casa.
Entretanto, Romeito, Robert, Arumi y “mocita”, muy cerca de la chacra no se pierden ningún detalle de estas acciones, por el contrario, muy ajenos de la responsabilidad retozan en el campo verde.
Culminada la labor, durante la última repartija de papas del segundo día, entrada ya la noche, cae precipitosamente una fuerte e imprevista lluvia…
Ha sido esta vez una jornada muy ardua en la chacra del comunero Rodolfo Gamarra Valverde –ahijado de mis padres-, que asegurará provechosamente la comida y el sustento de estos días.
Así, el fin de semana -sábado y domingo- participé de los afanes de esta tarea. La cosecha fue muy buena a pesar de la dureza del terreno y la afección de las papas; la tierra proveyó, regalándonos ese tubérculo bendito domesticado haces miles años, desde las menudas, medianas, hasta las más grandes y otras tantas de formas caprichosas.
Los laboriosos –Rosmel, Julio, José y yo-, las recolectoras incansables -Jesucita y Rofelia-, los diligentes cocineros –Romeo y Suly- y el siempre predispuesto transportista, -Yan-, aseguraron que todo esté en orden y que el producto llegue bien a casa.
Entretanto, Romeito, Robert, Arumi y “mocita”, muy cerca de la chacra no se pierden ningún detalle de estas acciones, por el contrario, muy ajenos de la responsabilidad retozan en el campo verde.
Culminada la labor, durante la última repartija de papas del segundo día, entrada ya la noche, cae precipitosamente una fuerte e imprevista lluvia…
Ha sido esta vez una jornada muy ardua en la chacra del comunero Rodolfo Gamarra Valverde –ahijado de mis padres-, que asegurará provechosamente la comida y el sustento de estos días.
Ever Romeo Reyes Cuentas