rimay cóndor
LA MÚSICA EN EL DEPARTAMENTO DE ANCASH II
Luís Alberto Salazar Mejía
Sobre los últimos años de la época colonial, existe el relato de William Stevenson Bennet, viajero inglés que en 1806 estuvo en Cajatambo y pasó luego al callejón de Huaylas, llegó hasta Corongo y siguió viaje a Huamalies. Stevenson, cuando estuvo en Huacho, encontró al pueblo en fiesta y observó el baile de los “huancos” cuya descripción es similar a las danzas que se bailaban en San Marcos, Huari en la actualidad (Huanca danza). Cuando estuvo alojado en una hacienda cerca de Huaraz escuchó cantar yaravíes y cashuas. Sobre Huaraz escribió lo siguiente: “La población de Huaras es de aproximadamente unos siete mil habitantes, la mayor parte de los cuales son mestizos. La gente gusta mucho del vestido y las fiestas nocturnas”. Describió la fiesta de San Pedro de Corongo y representación de “La muerte del Inca” en Huamalies. Según Stevenson en Huamalies los niños torcían los intestinos del quirquincho, que vivía en los valles templados, para hacer cuerdas y formar pequeñas guitarras con los caparazones.
La música en la época republicana
Los pueblos ancashinos tomaron parte activa en las luchas por la independencia. El ejército Libertador estuvo en el departamento y con él bandas militares. De esta época existe la tradición sobre el surgimiento del término “chuscada”, como denominación del huayno regional ancashino. Se dice que fue Bolívar, quien, tentado por la música ancashina, después de bailarla con una dama huaracina, durante una recepción, exclamó: ¡Qué chuscada! Término que en el argot colombiano y venezolano quiere decir ¡Qué bonito! (Salazar 2007).
Algunos viajeros y escritores costumbristas nos han dejado relatos de cómo eran las fiestas a finales del siglo XIX. Charles Wiener, recorrió nuestro departamento en 1880. Llegó a Pallasca un día de fiesta y nos informa que los huancos, danzas populares que había visto en la costa, “se llaman aquí mojiganga”.
Otra de las fiestas que quedó registrada es la fiesta del “Señor de mayo” o “Señor de la Soledad” de Huaraz. Víctor Manuel Izaguirre publicó en 1892 Fuego Graneado. En él está incluido el relato “Fiesta de barrio” (1885) que fue fragmentariamente publicado en 1958 en Ancash Tradiciones y cuentos.
El viajero alemán Ernest Middendorf visitó el departamento de Ancash en 1886. Dejó descripciones de la fiesta de la Asunción de Huaylas en 1886 y la fiesta de San Pedro y San Pablo de Chavín.
Algunos viajeros y escritores costumbristas nos han dejado relatos de cómo eran las fiestas a finales del siglo XIX. Charles Wiener, recorrió nuestro departamento en 1880. Llegó a Pallasca un día de fiesta y nos informa que los huancos, danzas populares que había visto en la costa, “se llaman aquí mojiganga”.
Otra de las fiestas que quedó registrada es la fiesta del “Señor de mayo” o “Señor de la Soledad” de Huaraz. Víctor Manuel Izaguirre publicó en 1892 Fuego Graneado. En él está incluido el relato “Fiesta de barrio” (1885) que fue fragmentariamente publicado en 1958 en Ancash Tradiciones y cuentos.
El viajero alemán Ernest Middendorf visitó el departamento de Ancash en 1886. Dejó descripciones de la fiesta de la Asunción de Huaylas en 1886 y la fiesta de San Pedro y San Pablo de Chavín.
Arpista en la Plaza de Pomabamba (tomado de Weiner)
Conforme avanzó la vida republicana se incrementó la actividad comercial y artesanal del departamento y esto contribuyó al establecimiento de una mayor actividad artística, en la que mestizos y artesanos comenzaron a tener un papel importante. Ya hemos hablado de la temprana presencia de las bandas militares, presencia constante en las convulsionadas épocas de los primeros años de la independencia y la conformación de la Confederación Perú-Boliviana; por otro lado, a fines del siglo XIX, llegaron a Lima y a algunas ciudades costeras las estudiantinas españolas de señoritas (como la estudiantina “Fígaro”) que causaron gran impresión y pronto comenzaron a ser imitadas en toda la república y también en nuestro departamento , en las primeras décadas del siglo XX comenzaron a formarse agrupaciones instrumentales con mandolinas, violines, guitarras, arpa y quenas.
Una de las primeras agrupaciones musicales de la que podemos dar noticia es de la banda de músicos “Hijos de Bolognesi”, conformada por 29 músicos. Por informaciones recogidas por Román Robles se sabe que los gestores de esta banda habrían sido Juan Sánchez Dulanto y don José Ramos y que fue dirigida por el músico trujillano Maglorio Collantes Díaz (Robles. 2000: 104). Una foto de esta banda fue publicada por la revista limeña “Variedades” en mayo de 1913.
Una de las primeras agrupaciones musicales de la que podemos dar noticia es de la banda de músicos “Hijos de Bolognesi”, conformada por 29 músicos. Por informaciones recogidas por Román Robles se sabe que los gestores de esta banda habrían sido Juan Sánchez Dulanto y don José Ramos y que fue dirigida por el músico trujillano Maglorio Collantes Díaz (Robles. 2000: 104). Una foto de esta banda fue publicada por la revista limeña “Variedades” en mayo de 1913.
En Huaraz se creó en 1915 el Centro Musical Alcedo que desarrolló una actividad musical hasta la década de 1930. En “Ancash actual”, revista publicada en 1839, aparece una foto en la que se puede apreciar a los integrantes del centro con sus respectivos instrumentos. Creemos que en las principales ciudades del departamento se crearon agrupaciones musicales similares, aunque de ello no hemos podido obtener evidencia.
Maglorio Collantes Díaz fue uno de los primeros en publicar una trascripción de música ancashina. Se trata de una “gualichada guastina” trascrita en 1920 y publicada por la casa musical René Fort y Cía. Debemos acotar que Daniel A. Robles ya había realizado alunad transcripciones de música ancashina pero su obra recién fue publicada en 1990.
Maglorio Collantes Díaz fue uno de los primeros en publicar una trascripción de música ancashina. Se trata de una “gualichada guastina” trascrita en 1920 y publicada por la casa musical René Fort y Cía. Debemos acotar que Daniel A. Robles ya había realizado alunad transcripciones de música ancashina pero su obra recién fue publicada en 1990.
Los esposos Raoul y Margueritte D’Harcourt, en su libro La Música de los Incas y su supervivencias publicado en París en 1925, registraron una “fuga” de Ticapampa, la misma que aparece en La obra folklórica de Daniel A. Robles como una “Cashua” o “Hualía” de los departamentos del centro del Perú (fechada en 1895). La música es casi idéntica a la que el conjunto “La Lira Andina” de Huaraz grabara como “el carnaval huaracino”:
Estos investigadores no dicen sí estuvieron en territorio ancashino; solo nos dan el nombre de su informante, una tal señora Robles, quien cantó para ellos cuatro canciones ancashinas: 2 de Conchucos, 1 de Caraz, la registrada como de Ticapampa y tambén una canción de Puno.
El primer disco de música ancashina fue grabado el 6 de mayo de 1925 en New York. “Palomita Blanca” (Guaichilada) y “Azucena Linda Flor” (chusgada) –esta vendría a ser la primera referencia escrita de la chuscada- fueron los temas grabados por los cantantes Alcides Briceño (panameño) y Jorge Añez (colombiano), con acompañamiento de un conjunto musical dirigido por Leroy Shield, en base a las partituras escritas por Maglorio Collantes Diza (Disco Victor No 78100). Posteriormente los cantantes Cueto y Mejía grabaron el disco Victor No 78692 con “Acuac Huaccaynim” (Huaino Incaico) y “Un Zorzal Cantaba” (Gualishada Huastina), también a base de partituras de Maglorio Collantes.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la actividad musical de los migrantes ancashinos en Lima empieza a ser conocida. Desde esa época existían instituciones –obreras y estudiantiles- que agrupaban a los migrantes ancashinos y que organizaban “veladas de beneficio” para financiarse o financiar obras para sus pueblos. Pero es durante los “Concursos de Música y Bailes Nacionales de Amancaes” instituidos en 1927, que la música y danzas ancashinas se hacen presente en la capital. Ese año ganó el “Segundo premio de bailes serranos, consistente en Lp 8 -8 Libras Peruanas, en monedas de oro) donadas por la Municipalidad del Rímac, a las parejas dirigidas por don Desiderio Rojas”. Don Deciderio Rojas, fue un gran animador de los concursos en Amancaes y en el Concurso con motivo del IV centenario de la fundación de Lima fue miembro del Jurado Calificador. Al parecer, radicaba en Lima, y también las parejas de baile que organizó.
Continuará en el próximo número.
El primer disco de música ancashina fue grabado el 6 de mayo de 1925 en New York. “Palomita Blanca” (Guaichilada) y “Azucena Linda Flor” (chusgada) –esta vendría a ser la primera referencia escrita de la chuscada- fueron los temas grabados por los cantantes Alcides Briceño (panameño) y Jorge Añez (colombiano), con acompañamiento de un conjunto musical dirigido por Leroy Shield, en base a las partituras escritas por Maglorio Collantes Diza (Disco Victor No 78100). Posteriormente los cantantes Cueto y Mejía grabaron el disco Victor No 78692 con “Acuac Huaccaynim” (Huaino Incaico) y “Un Zorzal Cantaba” (Gualishada Huastina), también a base de partituras de Maglorio Collantes.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la actividad musical de los migrantes ancashinos en Lima empieza a ser conocida. Desde esa época existían instituciones –obreras y estudiantiles- que agrupaban a los migrantes ancashinos y que organizaban “veladas de beneficio” para financiarse o financiar obras para sus pueblos. Pero es durante los “Concursos de Música y Bailes Nacionales de Amancaes” instituidos en 1927, que la música y danzas ancashinas se hacen presente en la capital. Ese año ganó el “Segundo premio de bailes serranos, consistente en Lp 8 -8 Libras Peruanas, en monedas de oro) donadas por la Municipalidad del Rímac, a las parejas dirigidas por don Desiderio Rojas”. Don Deciderio Rojas, fue un gran animador de los concursos en Amancaes y en el Concurso con motivo del IV centenario de la fundación de Lima fue miembro del Jurado Calificador. Al parecer, radicaba en Lima, y también las parejas de baile que organizó.
Continuará en el próximo número.