rimay cóndor
En su afán de hacer conocer y divulgar el trabajo literario de escritores chiquianos nuestra revista logró comunicarse y solicitar permiso a la economista Sra. María Domitila Alvarado Vásquez para publicar el trabajo “Estampas chiquianas”, escrito por su señor padre el maestro VIDAL ALVARADO CRUZ. Empezaremos presentando el prólogo de la obra.
Rimay Cóndor
PRÓLOGO
La ciudad de Chiquián se ubica a 31 Km de la laguna de Conococha, la cual está a 4,000 m sobre el nivel del mar, en la ruta Pativilca.
La carretera que se dirige a Chiquián parte de Conococha, serpentea cuesta arriba hasta cerca de los 5 mil metros llegando a la cumbre de Toca. En este punto se inicia la bajada hasta los 3,250 m donde e encuentra Chiquián, ya casi a la orilla del río Pativilca que, en estos lares, recibe el nombre de río Aynín.
A poca distancia de Conochcha nace la Cordillera Negra, la que con la Cordillera que con la Cordillera Blanca corre paralela formando el hermoso Callejón de Huaylas, a la vez nace en Conococha un pequeño ramal de Cordillera, que termina en la cumbre nevada de Tucu. En la vediente oriental de este ramal, casi a orillas del Aynín está Chiquián.
Chiquián está en una oyada; dicen que fue una laguna, de forma rectangular; de un plano extraordinario. Los primeros policías que llegaban a la ciudad, al recorrer sus calles comentaban que su plano era una mesa de billar. Sus contornos dan la impresión de un sillón con un inmenso respaldar hacía occidente y pequeñas elevaciones al norte y al sur, simulando los brazos del sillón estilo pavo real.
En estos lados se presentan pequeñas cataratas como las de Putu y Yarush, visibles desde el pueblo, siendo la mas grande la catarata de Husgor a 3 Km de la ciudad.
También del pueblo mismo se ve al Noroeste el pueblo de Huasta, y desde la carretera a Lima el pueblo de Aquia, ambos a 5 y 10 Km respectivamente.
Chiquián es prácticamente un mirador. Desde allí se contempla en toda su extensión la Cordillera de Huayhuash, sector de la Cordillera Occidental de los Andes. Nace en el Nudo de Pasco y se prolonga hasta la Cordillera Blanca que sigue al norte.
La visión de la Cordillera Occidental es maravillosa, da la impresión de que el tramo más largo de dicha cadena de montañas que se puede abarcar de una sola mirada con sus nevados Yerupajá, Jirisahanca y Sambunya, al pie de los cuales están hermosas lagunas donde flotan bloques de nieve que constantemente se desprenden de las cumbres.
Chiquián es célebre por ser la tierra del famoso luchador social Luis Pardo, cuya fama trascendió los límites nacionales, porque como diego Corrientes en España, Pancho Villa en México, Luis Pardo en el Perú, puso su valentía y coraje al servicio de los humildes, pues asaltaba a los ricos y el botín lo repartía entre los pobres. Dicen que amaba mucho a los niños, quienes le hacían manifestaciones bulliciosas de adhesión y simpatía. También amaba al “anciano que es como mi hermano” según reza el celebrado vals Luis Pardo su fama llegó a tal punto que se ha filmado una película sobre sus hazañas. Sus acciones llegaron a alarmar al gobierno de entonces que ordenó enviar un destacamento de 500 soldados para capturarlo vivo o muerto, y cayó víctima de traición en el puente de Chaflan (hoy Luis Pardo) sobre el río Fortaleza.
Era Luis Pardo, como todo chiquiano, excepcional amigo, noble, generoso, solidario: virtudes que aun perduran en los chiquianos. Lo comprueba el hecho de que cuando el Colegio Nacional de La Libertad en Huaraz, organiza excursiones anuales a las provincias del departamento, se convulsiona porque las diferentes secciones se disputan el honor de visitar Chiquián y luchan por tener esa preferencia.
Chiquián ocupó, en los años 40, uno de los primeros lugares con menos analfabetos; no hay diferencias entre la gente que se dedica al cultivo agropecuario y los artesanos o comerciantes y, cuando emigran, en raro encontrarlos en los pueblos jóvenes, porque tienen una gran visión de progreso.
Chiquián ha dado al país buenos profesionales, caracterizados especialmente abogados, escritores y docentes que han destacado en sus respectivos campos con gran probidad.
Los chiquianos son creyentes sin llegar al fanatismo irreflexivo que uchas vecs conducien a derroches innecesarios y a la pérdida de sus chacras cuando a insinuación de hábiles gamonales se comprometen a tener “cargos” en las fiestas patronales, al final de las cuales no quedan ni recursos, ni chacras ni amigos.
Por eso, en este trabajo se sugiere, que todos aquellos que se comprometen a ser responsables de la fiesta patronal deberán separar un porcentaje de la fortuna que derrochan para que sea utilizado en beneficio de la ciudad. Por este camino, en pocos años, Chiquián contaría con escuelas, albergues infantiles, hospitales, postas médicas, teatros, bibliotecas, campos deportivos, acueductos, restaurantes populares, piscinas en Shapash, etc., etc.
Lo relatos se refieren a anécdotas y tradiciones con hechos y personajes reales; algunos viven aún y otros han sido reemplazados por personajes de ficción. Los lugares donde se produjeron los hechos son auténticos y esperan la visita del turista para mostrar su singular belleza.
A excepción del primer relato, todo lo expuesto ocurrió en Chiquián, y en su descripción se ha utilizado las mismas palabras que la tradición las ha conservado y en muchos casos obvia la omisión y m corresponde el derecho de resaltar lo más importante.
Vidal Alvarado Cruz.
La carretera que se dirige a Chiquián parte de Conococha, serpentea cuesta arriba hasta cerca de los 5 mil metros llegando a la cumbre de Toca. En este punto se inicia la bajada hasta los 3,250 m donde e encuentra Chiquián, ya casi a la orilla del río Pativilca que, en estos lares, recibe el nombre de río Aynín.
A poca distancia de Conochcha nace la Cordillera Negra, la que con la Cordillera que con la Cordillera Blanca corre paralela formando el hermoso Callejón de Huaylas, a la vez nace en Conococha un pequeño ramal de Cordillera, que termina en la cumbre nevada de Tucu. En la vediente oriental de este ramal, casi a orillas del Aynín está Chiquián.
Chiquián está en una oyada; dicen que fue una laguna, de forma rectangular; de un plano extraordinario. Los primeros policías que llegaban a la ciudad, al recorrer sus calles comentaban que su plano era una mesa de billar. Sus contornos dan la impresión de un sillón con un inmenso respaldar hacía occidente y pequeñas elevaciones al norte y al sur, simulando los brazos del sillón estilo pavo real.
En estos lados se presentan pequeñas cataratas como las de Putu y Yarush, visibles desde el pueblo, siendo la mas grande la catarata de Husgor a 3 Km de la ciudad.
También del pueblo mismo se ve al Noroeste el pueblo de Huasta, y desde la carretera a Lima el pueblo de Aquia, ambos a 5 y 10 Km respectivamente.
Chiquián es prácticamente un mirador. Desde allí se contempla en toda su extensión la Cordillera de Huayhuash, sector de la Cordillera Occidental de los Andes. Nace en el Nudo de Pasco y se prolonga hasta la Cordillera Blanca que sigue al norte.
La visión de la Cordillera Occidental es maravillosa, da la impresión de que el tramo más largo de dicha cadena de montañas que se puede abarcar de una sola mirada con sus nevados Yerupajá, Jirisahanca y Sambunya, al pie de los cuales están hermosas lagunas donde flotan bloques de nieve que constantemente se desprenden de las cumbres.
Chiquián es célebre por ser la tierra del famoso luchador social Luis Pardo, cuya fama trascendió los límites nacionales, porque como diego Corrientes en España, Pancho Villa en México, Luis Pardo en el Perú, puso su valentía y coraje al servicio de los humildes, pues asaltaba a los ricos y el botín lo repartía entre los pobres. Dicen que amaba mucho a los niños, quienes le hacían manifestaciones bulliciosas de adhesión y simpatía. También amaba al “anciano que es como mi hermano” según reza el celebrado vals Luis Pardo su fama llegó a tal punto que se ha filmado una película sobre sus hazañas. Sus acciones llegaron a alarmar al gobierno de entonces que ordenó enviar un destacamento de 500 soldados para capturarlo vivo o muerto, y cayó víctima de traición en el puente de Chaflan (hoy Luis Pardo) sobre el río Fortaleza.
Era Luis Pardo, como todo chiquiano, excepcional amigo, noble, generoso, solidario: virtudes que aun perduran en los chiquianos. Lo comprueba el hecho de que cuando el Colegio Nacional de La Libertad en Huaraz, organiza excursiones anuales a las provincias del departamento, se convulsiona porque las diferentes secciones se disputan el honor de visitar Chiquián y luchan por tener esa preferencia.
Chiquián ocupó, en los años 40, uno de los primeros lugares con menos analfabetos; no hay diferencias entre la gente que se dedica al cultivo agropecuario y los artesanos o comerciantes y, cuando emigran, en raro encontrarlos en los pueblos jóvenes, porque tienen una gran visión de progreso.
Chiquián ha dado al país buenos profesionales, caracterizados especialmente abogados, escritores y docentes que han destacado en sus respectivos campos con gran probidad.
Los chiquianos son creyentes sin llegar al fanatismo irreflexivo que uchas vecs conducien a derroches innecesarios y a la pérdida de sus chacras cuando a insinuación de hábiles gamonales se comprometen a tener “cargos” en las fiestas patronales, al final de las cuales no quedan ni recursos, ni chacras ni amigos.
Por eso, en este trabajo se sugiere, que todos aquellos que se comprometen a ser responsables de la fiesta patronal deberán separar un porcentaje de la fortuna que derrochan para que sea utilizado en beneficio de la ciudad. Por este camino, en pocos años, Chiquián contaría con escuelas, albergues infantiles, hospitales, postas médicas, teatros, bibliotecas, campos deportivos, acueductos, restaurantes populares, piscinas en Shapash, etc., etc.
Lo relatos se refieren a anécdotas y tradiciones con hechos y personajes reales; algunos viven aún y otros han sido reemplazados por personajes de ficción. Los lugares donde se produjeron los hechos son auténticos y esperan la visita del turista para mostrar su singular belleza.
A excepción del primer relato, todo lo expuesto ocurrió en Chiquián, y en su descripción se ha utilizado las mismas palabras que la tradición las ha conservado y en muchos casos obvia la omisión y m corresponde el derecho de resaltar lo más importante.
Vidal Alvarado Cruz.