OLINDA RAMÍREZ SOTO
CUENTOS O MITOS: EL ICHIC-ULLGO
De tantos cuentos sobre Ichic-Ullgo, seguramente resulta para algunos muy trillados, sin embargo, aunque personalmente no creo que sean ciertas, tal vez lo que voy a relatar resulta fantasioso como los demás, este relato me lo contó una persona seria, es lo que le sucedió a esa persona.
Estábamos conversando sobre apariciones, fantasmas y esas cosas, cuando me dice, te voy a contar algo que me sucedió, no es invento, es increíble, y cuando termine sabrás y tendrás tu propia posición respecto a estos hechos que sí existen.
Resulta que su esposo trabajaba en otro pueblo y ella se quedaba sola en el lugar donde también laboraba, el esposo era muy celoso y desconfiaba de todos los se acercaban a ella y terminaba molestando y con cierta violencia; ella joven, bonita, elegante , seria y muy capaz en el desempeño de su trabajo, respetado y muy querida por la gente del pueblo y las autoridades, acudían a ella para pedir consejos y orientación y esto molestaba al esposo, porque la celaba con el gobernador y por cuanto hombre tenía cerca.
Vivía muy temerosa por la reacción del esposo, por las noches, cerraba su puerta con muchas trancas, se encomendaba a Dios y en sus oraciones pedía que cambie su esposo, porque ella lo amaba y no había razón para tantos celos.
Cierta noche, esas en las que la oscuridad reina, tan negra y tenebrosa que no entraba por las rendijas de puerta ninguna luz de luna llena, cuando ella dormía sintió que algo le empujaba, ella recostada en su cama, muy abrigada porque el frio penetraba a través de las frazadas tejidas de lana de oveja, que sí abrigan ,pero también pesan bastante, en esos lugares la gente duerme muy temprano, a las 6.00 p.m ya casi nadie caminaba, dormían porque a las 4.00 a.m del día siguiente ya estaban levantados para iniciar las faenas del campo.
Tiempo atrás, ella había comprado un arma, un revólver y lo guardaba cargado bajo su almohada, como protección, dice con un permiso de la autoridad para su uso, sólo en caso de defensa, bueno, esa noche, al sentir ese algo, metió la mano bajo la almohada cogió el arma que estaba cargada y gritando ¡ Quién es….?, ¿ Quién eres….?, ¿ Qué quieres …?, ¡Fuera..a..a…… ¡- como había escuchado que ciertos hechos raros pasaban, sabiendo que su puerta estaba bien segura, no podía entrar nadie, erguida sobre su cama vio que al pie de la cama estaba parado un hombrecillo pequeño de unos 60 a 80 cm, casi iluminado con ojos rojos, cabello desordenado y vestimenta extraña, ella tomó valor y disparó hacía abajo y al instante todo desapareció, era el Ichic-Ulgo, encendió sus velas, pasó el resto de la noche orando, porque no podía salir en medio de la nada, ya de día con una amiga tomó agua bendita y rociaron en medio de oraciones por todo el cuarto.
A los dos días llegó el esposo, bajó del caballo, porque así se trasladaban en esos pueblos, y observó que él cojeaba, le preguntó ¿Qué pasó, por qué cojeaba ?, respondió que no sabía, dijo que días atrás sintió un dolor y apareció una herida ahuecada y no recordaba con qué se golpeó o que le causó la herida, dice que el hombre leía temas relacionados a oscurantismo, ella pensó que tanto era sus celos que el hombrecillo de esa noche era el esposo con apariencia de Ichic-Ullgo.
[email protected]
De tantos cuentos sobre Ichic-Ullgo, seguramente resulta para algunos muy trillados, sin embargo, aunque personalmente no creo que sean ciertas, tal vez lo que voy a relatar resulta fantasioso como los demás, este relato me lo contó una persona seria, es lo que le sucedió a esa persona.
Estábamos conversando sobre apariciones, fantasmas y esas cosas, cuando me dice, te voy a contar algo que me sucedió, no es invento, es increíble, y cuando termine sabrás y tendrás tu propia posición respecto a estos hechos que sí existen.
Resulta que su esposo trabajaba en otro pueblo y ella se quedaba sola en el lugar donde también laboraba, el esposo era muy celoso y desconfiaba de todos los se acercaban a ella y terminaba molestando y con cierta violencia; ella joven, bonita, elegante , seria y muy capaz en el desempeño de su trabajo, respetado y muy querida por la gente del pueblo y las autoridades, acudían a ella para pedir consejos y orientación y esto molestaba al esposo, porque la celaba con el gobernador y por cuanto hombre tenía cerca.
Vivía muy temerosa por la reacción del esposo, por las noches, cerraba su puerta con muchas trancas, se encomendaba a Dios y en sus oraciones pedía que cambie su esposo, porque ella lo amaba y no había razón para tantos celos.
Cierta noche, esas en las que la oscuridad reina, tan negra y tenebrosa que no entraba por las rendijas de puerta ninguna luz de luna llena, cuando ella dormía sintió que algo le empujaba, ella recostada en su cama, muy abrigada porque el frio penetraba a través de las frazadas tejidas de lana de oveja, que sí abrigan ,pero también pesan bastante, en esos lugares la gente duerme muy temprano, a las 6.00 p.m ya casi nadie caminaba, dormían porque a las 4.00 a.m del día siguiente ya estaban levantados para iniciar las faenas del campo.
Tiempo atrás, ella había comprado un arma, un revólver y lo guardaba cargado bajo su almohada, como protección, dice con un permiso de la autoridad para su uso, sólo en caso de defensa, bueno, esa noche, al sentir ese algo, metió la mano bajo la almohada cogió el arma que estaba cargada y gritando ¡ Quién es….?, ¿ Quién eres….?, ¿ Qué quieres …?, ¡Fuera..a..a…… ¡- como había escuchado que ciertos hechos raros pasaban, sabiendo que su puerta estaba bien segura, no podía entrar nadie, erguida sobre su cama vio que al pie de la cama estaba parado un hombrecillo pequeño de unos 60 a 80 cm, casi iluminado con ojos rojos, cabello desordenado y vestimenta extraña, ella tomó valor y disparó hacía abajo y al instante todo desapareció, era el Ichic-Ulgo, encendió sus velas, pasó el resto de la noche orando, porque no podía salir en medio de la nada, ya de día con una amiga tomó agua bendita y rociaron en medio de oraciones por todo el cuarto.
A los dos días llegó el esposo, bajó del caballo, porque así se trasladaban en esos pueblos, y observó que él cojeaba, le preguntó ¿Qué pasó, por qué cojeaba ?, respondió que no sabía, dijo que días atrás sintió un dolor y apareció una herida ahuecada y no recordaba con qué se golpeó o que le causó la herida, dice que el hombre leía temas relacionados a oscurantismo, ella pensó que tanto era sus celos que el hombrecillo de esa noche era el esposo con apariencia de Ichic-Ullgo.
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