armando zarazú
LA MUJER A TRAVÉS DE LA HISTORIA PERUANA
El primer nombre que nos viene a la memoria, cuando hablamos de la mujer peruana a través de nuestra historia, es el de Mama Ocllo, leal compañera de Manco Cápac, fundador del Tahuantinsuyo (1). La importancia de este personaje no es debido solo a que enseñó a las mujeres a hilar la lana y el algodón; hacer vestidos y a realizar las tareas importantes del hogar, sino que también ayudó a su esposo a fundar la capital imperial. Manco Cápac hizo poblar el Hanan Cusco mientra que ella estuvo a cargo de hacer poblar el Hurin Cusco.
Durante la conquista la mujer peruana fue vejada, humillada y violada, viéndose forzada a procrear hijos del conquistador, dando origen al mestizaje de nuestra raza. No será hasta mediados del siglo dieciocho en que ella diga ¡basta!, dando prueba de su heroicidad y amor a su cultura milenaria.
Es aquí en donde aparece el nombre de Micaela Bastidas, nacida en Pampamarca, en 1744, esposa y compañera de lucha de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II. Ella recorría pueblos distribuyendo proclamas con el fin de ganar adeptos, movilizaba recursos económicos para los insurrectos y algunas veces asumió personalmente el mando de la rebelión. Derrotado el movimiento tupacamarista y tomados prisioneros sus líderes, Micaela Bastidas sufrió horrible muerte por orden del feroz Arreche.
En este mismo intento de liberar el Perú del yugo español nombres como el de Tomasa Tito Condemayta, Cecilia Escalera Túpac Amaru, Manuela Tito Condori, Margarita Condori, Bartolina Sisa y otras más que se escapan a la memoria, suenan en nuestros oídos para recordarnos su heroico sacrificio. Ellas murieron sufriendo los más horrendos suplicios, por el solo delito de luchar por la libertad de su raza bajo las banderas de Túpac Amaru II.
Durante la guerra de independencia, iniciada por San Martín y terminada por Bolívar, la mujer peruana se hace conocer por el abnegado sacrificio que mostraron en las campañas a través de punas y nevados, y del valor que desplegaban en los combates, asistiendo a sus esposos, padres, hermanos, y hasta hijos. Animadas por el fragor de los combates, en muchas ocasiones dirigieron acciones armadas contra los españoles, como es el caso de las hermanas Toledo, heroicas hijas del departamento de Junín.
Otras ofrendaron sus vidas en aras de un Perú libre, como María Parado de Bellido, humilde campesina ayacuchana que prefirió enfrentar el pelotón de fusilamiento antes de traicionar a su gente que luchaba en las alturas de Cangallo. Indudablemente que el valor de la mujer peruana fue puesto a prueba en diversas ocasiones durante nuestra vida republicana, habiéndonos dado siempre el ejemplo de fe y esperanza en un Perú mejor.
La primera peruana que muestra inquietudes literarias es Amarilis, quien en 1621 dirige, desde el Perú, una carta a Lope de Vega titulada "Epístola a Belardo". Poco se sabe de la autora, la versión más difundida explica que ella es natural de Huánuco, de esmerada educación y que su probable nombre es María de Alvarado. Tienen que pasar poco más de doscientos años para que en 1832 Flora Tristán publique en Paris "Peregrinaciones de una paria", libro en el cual describe la situación de la mujer en el Perú de su época. Es de suponer que el contenido no fue del agrado de la mojigatería limeña que, en un acto digno de la antigua inquisición, quemó públicamente el libro de la que es considerada precursora del feminismo en el Perú.
Cusco, la antigua capital del Tahuantinsuyo, fue cuna de Clorinda Matto de Turner, escritura y periodista, quien en l895 publica su novela "Aves sin nido", donde la autora se identifica plenamente con la problemática indígena y expresa una posición abiertamente anticlerical. Obviamente sus inquietudes literarias le crearon enemistades poderosas las cuales no cejaron su acoso hasta obligarla a salir al exilio. Falleció en Buenos Aires en 1909, un año después que se Promulgó la Ley 801 que permitía el ingreso de las mujeres a la universidad en el Perú.
Es en 1911 cuando María Jesús Alvarado empieza a hablar de feminismo e igualdad de derechos civiles y políticos, ella funda en 1914 la primera organización feminista en el Perú: "Evolución Femenina", su infatigable lucha por la causa que había abrazado hace que sea deportada. Finalmente el 7 de setiembre de 1955 se promulga la ley 12391 que concede el derecho al voto de la mujer peruana. Este hecho permitió que en las elecciones del año siguiente fueran electas al congreso nueve parlamentarias.
Actualmente la vida política, económica y cultural de nuestra tierra se ve enriquecida con la participación diaria de la mujer en todo estrato social. Desde la sindicalista que lucha por mejoras salariales hasta la prestigiosa profesional que aspira cargos antes impensables, pasando por la madre campesina que trabaja en el campo para dar de comer a sus hijos. Todas tienen sobrados méritos para brillar con luz propia y un común denominador que siempre ha sido la meta de todos los peruanos: forjar un Perú mejor.
mailto:[email protected]
El primer nombre que nos viene a la memoria, cuando hablamos de la mujer peruana a través de nuestra historia, es el de Mama Ocllo, leal compañera de Manco Cápac, fundador del Tahuantinsuyo (1). La importancia de este personaje no es debido solo a que enseñó a las mujeres a hilar la lana y el algodón; hacer vestidos y a realizar las tareas importantes del hogar, sino que también ayudó a su esposo a fundar la capital imperial. Manco Cápac hizo poblar el Hanan Cusco mientra que ella estuvo a cargo de hacer poblar el Hurin Cusco.
Durante la conquista la mujer peruana fue vejada, humillada y violada, viéndose forzada a procrear hijos del conquistador, dando origen al mestizaje de nuestra raza. No será hasta mediados del siglo dieciocho en que ella diga ¡basta!, dando prueba de su heroicidad y amor a su cultura milenaria.
Es aquí en donde aparece el nombre de Micaela Bastidas, nacida en Pampamarca, en 1744, esposa y compañera de lucha de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II. Ella recorría pueblos distribuyendo proclamas con el fin de ganar adeptos, movilizaba recursos económicos para los insurrectos y algunas veces asumió personalmente el mando de la rebelión. Derrotado el movimiento tupacamarista y tomados prisioneros sus líderes, Micaela Bastidas sufrió horrible muerte por orden del feroz Arreche.
En este mismo intento de liberar el Perú del yugo español nombres como el de Tomasa Tito Condemayta, Cecilia Escalera Túpac Amaru, Manuela Tito Condori, Margarita Condori, Bartolina Sisa y otras más que se escapan a la memoria, suenan en nuestros oídos para recordarnos su heroico sacrificio. Ellas murieron sufriendo los más horrendos suplicios, por el solo delito de luchar por la libertad de su raza bajo las banderas de Túpac Amaru II.
Durante la guerra de independencia, iniciada por San Martín y terminada por Bolívar, la mujer peruana se hace conocer por el abnegado sacrificio que mostraron en las campañas a través de punas y nevados, y del valor que desplegaban en los combates, asistiendo a sus esposos, padres, hermanos, y hasta hijos. Animadas por el fragor de los combates, en muchas ocasiones dirigieron acciones armadas contra los españoles, como es el caso de las hermanas Toledo, heroicas hijas del departamento de Junín.
Otras ofrendaron sus vidas en aras de un Perú libre, como María Parado de Bellido, humilde campesina ayacuchana que prefirió enfrentar el pelotón de fusilamiento antes de traicionar a su gente que luchaba en las alturas de Cangallo. Indudablemente que el valor de la mujer peruana fue puesto a prueba en diversas ocasiones durante nuestra vida republicana, habiéndonos dado siempre el ejemplo de fe y esperanza en un Perú mejor.
La primera peruana que muestra inquietudes literarias es Amarilis, quien en 1621 dirige, desde el Perú, una carta a Lope de Vega titulada "Epístola a Belardo". Poco se sabe de la autora, la versión más difundida explica que ella es natural de Huánuco, de esmerada educación y que su probable nombre es María de Alvarado. Tienen que pasar poco más de doscientos años para que en 1832 Flora Tristán publique en Paris "Peregrinaciones de una paria", libro en el cual describe la situación de la mujer en el Perú de su época. Es de suponer que el contenido no fue del agrado de la mojigatería limeña que, en un acto digno de la antigua inquisición, quemó públicamente el libro de la que es considerada precursora del feminismo en el Perú.
Cusco, la antigua capital del Tahuantinsuyo, fue cuna de Clorinda Matto de Turner, escritura y periodista, quien en l895 publica su novela "Aves sin nido", donde la autora se identifica plenamente con la problemática indígena y expresa una posición abiertamente anticlerical. Obviamente sus inquietudes literarias le crearon enemistades poderosas las cuales no cejaron su acoso hasta obligarla a salir al exilio. Falleció en Buenos Aires en 1909, un año después que se Promulgó la Ley 801 que permitía el ingreso de las mujeres a la universidad en el Perú.
Es en 1911 cuando María Jesús Alvarado empieza a hablar de feminismo e igualdad de derechos civiles y políticos, ella funda en 1914 la primera organización feminista en el Perú: "Evolución Femenina", su infatigable lucha por la causa que había abrazado hace que sea deportada. Finalmente el 7 de setiembre de 1955 se promulga la ley 12391 que concede el derecho al voto de la mujer peruana. Este hecho permitió que en las elecciones del año siguiente fueran electas al congreso nueve parlamentarias.
Actualmente la vida política, económica y cultural de nuestra tierra se ve enriquecida con la participación diaria de la mujer en todo estrato social. Desde la sindicalista que lucha por mejoras salariales hasta la prestigiosa profesional que aspira cargos antes impensables, pasando por la madre campesina que trabaja en el campo para dar de comer a sus hijos. Todas tienen sobrados méritos para brillar con luz propia y un común denominador que siempre ha sido la meta de todos los peruanos: forjar un Perú mejor.
- Tahuantinsuyo: nombre del imperio de los incas.
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