alfonzo valderrama gonzález
LA UNIÓN
Entre las aguas de tu río Aguamiro,
entre los sueños de tus habitantes, entre mis ojos con los que te miro, nació mi cariño por tus ambientes. Al mirar desde Ripán tu hermoso cielo que sonríe cada mañana en primavera, llegué a quererte, estimarte, meditando observando tus paisajes, entre la llanura. Siento que se me aproximan tus pasos, siento que la hermosura de tus mujeres de lindas flores, sus aromas inmensos los aspiro, por eso te rindo homenajes. En iglesia antigua, una enorme campana oxidada, casi carcomida, toca a lo lejos llena de orín, con sonido de mandolina llama a los fieles, que acuden presurosos. Cuando las enormes ruedas del tiempo repicaban incesantes sobre mi cabeza, allí donde hay piedras de cal y canto, filosofaba, allí floreció mi esperanza. La Unión, laten en mí, esperanza sagrada durarán años, ya al transitar por tus calles se me impregnaron, aromadas de guinda en el puente de Ripán, lugar de mi calidez. De las cuatro esquinas de azules campanarios, están aun en mi mente los luceros relucientes, donde tus hijas aguamerinas besaron mis labios, Recuerdos de Rosa, Nolan, chicas interesantes. La Unión, la distancia al amor no puede matar al inmenso cariño que cultive en tus lugares, por eso auguro, que en tu iglesia en su altar, que se guarden mis recuerdos y mis amores. Septiembre de 1989 |