josé antonio salazar mejía
HUARÁS, SEDE DEL GOBIERNO NACIONAL
Versión de los antiguos huarasinos
La actual capital de Ancash, en cuatro oportunidades fue sede del gobierno nacional. Difícilmente encontramos, aparte de Arequipa, otra ciudad que ostente dicho récord.
La primera oportunidad en que un gobierno trasladó su sede a Huarás fue a mediados de 1823, en plena guerra de la independencia, cuando el primer Presidente del Perú don José De la Riva Agüero y Sánchez Boquete, a quien había investido el Congreso Constituyente, viendo que la situación le era insostenible en Lima, pues las tropas del general español Canterac recuperaron la capital, se trasladó hacia el norte.
Riva Agüero era un político consumado, sus biógrafos no se ponen de acuerdo sobre su persona, porque como todos, tenía mucho de bueno pero también algo de malo. Sus detractores afirman que desde mucho antes de la llegada de San Martín al Perú, conspiró para eliminar a sus posibles adversarios y hacerse del poder, y lo pintan como un sibilino politiquero, de esos que abundan en nuestro siglo; quienes lo defienden, aseveran que el suyo fue un proyecto peruanista, ya que quiso formar un ejército exclusivamente conformado por soldados peruanos, pues reivindicaba una emancipación sin la presencia extranjera, mejor dicho, en nuestros tiempos Riva Agüero estaría calificado como un rotundo nacionalista.
Riva Agüero, al mando de su ejército, sentó sus reales en el Callejón de Huaylas. A mediados de 1823 Huarás fue por primera vez sede del gobierno nacional, y desde este lugar despachaba a su gusto don José.
Riva Agüero planeó dar batalla, para ello convocó la leva y envió a sus huestes dirigidas por el coronel Antonio Gutiérrez de la Fuente a enfrentar a las tropas de Bolívar que en sus filas traían a los experimentados vencedores de Pichincha. En el camino, don Antonio sopesó la cosa y viendo su causa perdida, cobardemente se pasó al lado de Bolívar.
La ciudad de Huarás, premiada por el Congreso en el mes de enero con el título de La Muy Generosa Ciudad, al haber cobijado a Riva Agüero se ganó la antipatía de los representantes nacionales, quienes la castigaron despojándola de su rango de capital de departamento. El 4 de noviembre de 1823 se promulga la ley que creaba el Departamento de Huánuco unificando a los departamentos de Huaylas y Tarma, que pasaban a ser provincias del nuevo departamento.
Pero como Riva Agüero desconoció al Congreso, seguía gobernando desde Huarás, y esto no lo podía permitir el flamante Dictador Simón Bolívar. El caraqueño subió desde Pativilca por la tradicional ruta de Marca, llegó a Cátac y el día 21 de noviembre desde la villa de Recuay envió una carta al cabildo huarasino que fue respondida expresando los más vivos sentimientos de sumisión y de amor a la paz y la tranquilidad. El Prefecto coronel Remigio Silva y el Ministro de Guerra don Joaquín Novoa no se decidieron a enfrentar al libertador, y siguiendo el ejemplo de Riva Agüero quien había partido de madrugada, dejaron con sus tropas Huarás el día 22, por lo que, libre el camino, el 23 de noviembre de 1823 hizo su ingreso triunfal a la ciudad de Huarás don Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.
Pero esa fue la primera de cuatro ocasiones en que Huarás fue sede del gobierno nacional.
La actual capital de Ancash, en cuatro oportunidades fue sede del gobierno nacional. Difícilmente encontramos, aparte de Arequipa, otra ciudad que ostente dicho récord.
La primera oportunidad en que un gobierno trasladó su sede a Huarás fue a mediados de 1823, en plena guerra de la independencia, cuando el primer Presidente del Perú don José De la Riva Agüero y Sánchez Boquete, a quien había investido el Congreso Constituyente, viendo que la situación le era insostenible en Lima, pues las tropas del general español Canterac recuperaron la capital, se trasladó hacia el norte.
Riva Agüero era un político consumado, sus biógrafos no se ponen de acuerdo sobre su persona, porque como todos, tenía mucho de bueno pero también algo de malo. Sus detractores afirman que desde mucho antes de la llegada de San Martín al Perú, conspiró para eliminar a sus posibles adversarios y hacerse del poder, y lo pintan como un sibilino politiquero, de esos que abundan en nuestro siglo; quienes lo defienden, aseveran que el suyo fue un proyecto peruanista, ya que quiso formar un ejército exclusivamente conformado por soldados peruanos, pues reivindicaba una emancipación sin la presencia extranjera, mejor dicho, en nuestros tiempos Riva Agüero estaría calificado como un rotundo nacionalista.
Riva Agüero, al mando de su ejército, sentó sus reales en el Callejón de Huaylas. A mediados de 1823 Huarás fue por primera vez sede del gobierno nacional, y desde este lugar despachaba a su gusto don José.
- ¿Por qué escogió nuestro suelo y no otro?
- Por la famita que tenía por aquel entonces nuestra tierra. Nadie como nuestros tatarabuelos para portarse con tanta gracia a favor de la causa independentista. Aquí, los espías que envió San Martín en 1820, encontraron que hasta el Subdelegado del Partido de Huaylas, cargo que equivaldría al de vicepresidente regional de hoy día, conspiraba contra los españoles.
- ¿Tan brava era la cosa?
- Los huaylinos colaboraron con víveres, armas y dinero a favor de la lucha revolucionaria. Por ello es que el mismo Congreso que nombró a Riva Agüero, el 18 de enero de 1823 le otorgó a Huarás el título de La Muy Generosa Ciudad.
- ¿Y el Virrey respondió a su pedido?
- No, porque La Serna estaba en otra cosa, deshojaba margaritas y en política no se puede hacer eso.
- Las cuentas claras y el chocolate espeso. –Se dijo el trejo caraqueño.
Riva Agüero planeó dar batalla, para ello convocó la leva y envió a sus huestes dirigidas por el coronel Antonio Gutiérrez de la Fuente a enfrentar a las tropas de Bolívar que en sus filas traían a los experimentados vencedores de Pichincha. En el camino, don Antonio sopesó la cosa y viendo su causa perdida, cobardemente se pasó al lado de Bolívar.
La ciudad de Huarás, premiada por el Congreso en el mes de enero con el título de La Muy Generosa Ciudad, al haber cobijado a Riva Agüero se ganó la antipatía de los representantes nacionales, quienes la castigaron despojándola de su rango de capital de departamento. El 4 de noviembre de 1823 se promulga la ley que creaba el Departamento de Huánuco unificando a los departamentos de Huaylas y Tarma, que pasaban a ser provincias del nuevo departamento.
Pero como Riva Agüero desconoció al Congreso, seguía gobernando desde Huarás, y esto no lo podía permitir el flamante Dictador Simón Bolívar. El caraqueño subió desde Pativilca por la tradicional ruta de Marca, llegó a Cátac y el día 21 de noviembre desde la villa de Recuay envió una carta al cabildo huarasino que fue respondida expresando los más vivos sentimientos de sumisión y de amor a la paz y la tranquilidad. El Prefecto coronel Remigio Silva y el Ministro de Guerra don Joaquín Novoa no se decidieron a enfrentar al libertador, y siguiendo el ejemplo de Riva Agüero quien había partido de madrugada, dejaron con sus tropas Huarás el día 22, por lo que, libre el camino, el 23 de noviembre de 1823 hizo su ingreso triunfal a la ciudad de Huarás don Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios.
- ¡La pin…pinela! Allá en Los Llanos no tenemos estas maravillas, chico! –Le decía a Antonio José de Sucre, su lugarteniente- ¡Fijaos qué blancura la de los nevados! ¡Mirad qué tonos de verde en la campiña! ¡Y no os digo nada de las huarasinas que están de mamey!
- ¿Y al otro lo vamos a dejar así nomás...? ¿Si en Trujillo Riva Agüero se rearma?
- ¡No digais majaderías Antuco! Sin el apoyo del Congreso, el tipo está liquidado.
Pero esa fue la primera de cuatro ocasiones en que Huarás fue sede del gobierno nacional.
José Antonio Salazar Mejía
[email protected]
[email protected]