FILOMENO ZUBIETA NÚÑEZ
MUSE INCA Y JARDÍN BOTÁNICO MARÍA REYES BARBA
Filomeno Zubieta Núñez
[email protected]
Un espacio cultural poco conocido, visitado y valorado por los turistas y lugareños de Chiquián es el MUSEO INCA Y JARDÍN BOTÁNICO MARÍA REYES BARBA de propiedad de don Arturo Aldave Reyes, Señor de Señores que, con sus cerca de 90 años, sigue apostando por el desarrollo cultural de pueblo.
A lo largo de su vida fue acumulando diversos objetos, expresiones de las más diversas actividades humanas, tanto de la temática contemporánea como de las más antiguas, ya de la cultura nacional como las propias del medio chiquiano. Y, hace más de 50 años, observando repositorios nacionales como de otros países que le tocó visitar, fue madurando la idea de dar vida a un museo etnológico que tanta falta le hacía a su ciudad natal.
Luego de larga residencia en lares diversos al suyo, se establece en Chiquián y aprovechando la casa que le dejaran en herencia sus mayores va organizando los materiales acumulados durante muchos años. Finalmente, el 21 de octubre de 1998 inaugura el Museo Inca y Jardín Botánico María Reyes Barba, tributando homenaje a su señora madre.
El que fuera patio de la casa está ocupado por diversas expresiones botánicas del entorno chiquiano, destacando las cantutas de colores procedentes de los parajes de Matara.
Desde el patio se observan también unos murales tiahuanacoides e incas que le permiten al anfitrión una larga charla de historia prehispánica.
La primera planta distribuida en distintos ambientes presenta muchas vajillas organizadas por funciones. Así, en lo que fuera la cocina hay ollas, jarras, cucharones, platos y otros objetos propios en diferentes tamaños y formas. El cuarto destinado a la preparación de queso, igualmente tiene todos los implementos usados a la obtención de este producto lácteo. Otro tanto ocurre, con el depósito de herramientas de uso diverso o el cuarto destinado a cumplir con la función de oficina y dormitorio, con muebles y enseres que nos trasladan a las primeras décadas del siglo XX.
La parte occidental de la casa-museo tiene dos plantas. La segunda bastante amplia contiene colecciones diversas, destacan las de minerales, ceramios, objetos de caballería, herramientas de trabajo, pertrechos de pesas y medidas, planchas de todo tipo y tamaño, morteros de piedra, ajuares propios de los funcionarios de las festividades como el inca o capitán, guitarras. Hay, además, cuadros diversos con representaciones de la historia local y nacional, fotografías con aspectos de la historia local. En fin, la lista es muy larga y siempre será incompleta.
Un aspecto importante de una visita al Museo es la amabilidad, el trato y el tiempo que brinda don Arturo a los visitantes. Con entusiasmo y emoción va explicando con todo detalle el significado y función de cada objeto. Contagia su emoción, le brillan los ojos y hasta saltan unas lágrimas como si clamaran que le brindemos toda la atención a sus explicaciones. Llevado por el gusto de tener visitantes no repara en el tiempo e incluso ofrece unas copas de buen pisco que no le faltan en su alacena.
Don Arturo como conocedor de la organización y funciones de un museo, ha tenido sumo cuidado en velar por la coherencia temática, artística, científica, etc., de las piezas que coleccionó y dio vida a su museo.
Ha recibido muchas visitas de estudiosos diversos de la historia y realidad nacional y regional, como de muchos funcionarios públicos. Pero, las autoridades vinculadas con la defensa y conservación del patrimonio cultural le han retaceado todo apoyo que tanto necesita una institución privada como este museo solventado y atendido por un buen señor cargado de años. Sería un soporte importante si las autoridades locales, regionales y nacionales observaran con otros ojos a este importante centro de conservación y exhibición de nuestro Patrimonio Cultural.
Un cordial saludo a don Arturo Aldave Reyes en este 18º aniversario del importante “Museo Inca y Jardín Botánico María Reyes Barba” que tuvo a bien establecer y dar funcionamiento en Chiquián, insuficientemente conocido, visitado y valorado por todos.
[email protected]
Un espacio cultural poco conocido, visitado y valorado por los turistas y lugareños de Chiquián es el MUSEO INCA Y JARDÍN BOTÁNICO MARÍA REYES BARBA de propiedad de don Arturo Aldave Reyes, Señor de Señores que, con sus cerca de 90 años, sigue apostando por el desarrollo cultural de pueblo.
A lo largo de su vida fue acumulando diversos objetos, expresiones de las más diversas actividades humanas, tanto de la temática contemporánea como de las más antiguas, ya de la cultura nacional como las propias del medio chiquiano. Y, hace más de 50 años, observando repositorios nacionales como de otros países que le tocó visitar, fue madurando la idea de dar vida a un museo etnológico que tanta falta le hacía a su ciudad natal.
Luego de larga residencia en lares diversos al suyo, se establece en Chiquián y aprovechando la casa que le dejaran en herencia sus mayores va organizando los materiales acumulados durante muchos años. Finalmente, el 21 de octubre de 1998 inaugura el Museo Inca y Jardín Botánico María Reyes Barba, tributando homenaje a su señora madre.
El que fuera patio de la casa está ocupado por diversas expresiones botánicas del entorno chiquiano, destacando las cantutas de colores procedentes de los parajes de Matara.
Desde el patio se observan también unos murales tiahuanacoides e incas que le permiten al anfitrión una larga charla de historia prehispánica.
La primera planta distribuida en distintos ambientes presenta muchas vajillas organizadas por funciones. Así, en lo que fuera la cocina hay ollas, jarras, cucharones, platos y otros objetos propios en diferentes tamaños y formas. El cuarto destinado a la preparación de queso, igualmente tiene todos los implementos usados a la obtención de este producto lácteo. Otro tanto ocurre, con el depósito de herramientas de uso diverso o el cuarto destinado a cumplir con la función de oficina y dormitorio, con muebles y enseres que nos trasladan a las primeras décadas del siglo XX.
La parte occidental de la casa-museo tiene dos plantas. La segunda bastante amplia contiene colecciones diversas, destacan las de minerales, ceramios, objetos de caballería, herramientas de trabajo, pertrechos de pesas y medidas, planchas de todo tipo y tamaño, morteros de piedra, ajuares propios de los funcionarios de las festividades como el inca o capitán, guitarras. Hay, además, cuadros diversos con representaciones de la historia local y nacional, fotografías con aspectos de la historia local. En fin, la lista es muy larga y siempre será incompleta.
Un aspecto importante de una visita al Museo es la amabilidad, el trato y el tiempo que brinda don Arturo a los visitantes. Con entusiasmo y emoción va explicando con todo detalle el significado y función de cada objeto. Contagia su emoción, le brillan los ojos y hasta saltan unas lágrimas como si clamaran que le brindemos toda la atención a sus explicaciones. Llevado por el gusto de tener visitantes no repara en el tiempo e incluso ofrece unas copas de buen pisco que no le faltan en su alacena.
Don Arturo como conocedor de la organización y funciones de un museo, ha tenido sumo cuidado en velar por la coherencia temática, artística, científica, etc., de las piezas que coleccionó y dio vida a su museo.
Ha recibido muchas visitas de estudiosos diversos de la historia y realidad nacional y regional, como de muchos funcionarios públicos. Pero, las autoridades vinculadas con la defensa y conservación del patrimonio cultural le han retaceado todo apoyo que tanto necesita una institución privada como este museo solventado y atendido por un buen señor cargado de años. Sería un soporte importante si las autoridades locales, regionales y nacionales observaran con otros ojos a este importante centro de conservación y exhibición de nuestro Patrimonio Cultural.
Un cordial saludo a don Arturo Aldave Reyes en este 18º aniversario del importante “Museo Inca y Jardín Botánico María Reyes Barba” que tuvo a bien establecer y dar funcionamiento en Chiquián, insuficientemente conocido, visitado y valorado por todos.