Armando zarazú aldave
DÍA INTERNACIONAL DE LA MAMA PACHA
En estas últimas semanas, en que la gran mayoría de habitantes del planeta están viviendo en alguna forma de cuarentena, unas más estrictas que otras, es decir sin salir de sus domicilios, se está viendo algo impensable y maravilloso que da esperanzas a los que creemos que mucho de los problemas que nuestro planeta afronta es consecuencia de la acción irresponsable de los seres humanos. Es así como en estos días muchos animales expulsados de su medio ambiente natural están regresando a su hábitat. Las aguas de los océanos están más claras que se puede ver los peces en las playas y los ríos, libres de polución, están retomando su color natural y los cielos en las montañas más altas lucen límpidos y transparentes.
El 22 de abril de todos los años se celebra el Día de la Tierra, pero cuyo nombre oficial reconocido por las Naciones Unidas es “Día internacional de la madre tierra” y que nos recuerda de la importancia del aire puro, agua limpia y cristalina y, el campo libre de basura. Muy lamentablemente por cierto nos hemos acostumbrado a aceptar como normal los ríos y océanos llenos de plástico y basura, humo y gases dañinos sobre cielos de ciudades industriales y no industriales también; además de campos llenos de basura. Señales del progreso dicen algunos, o simplemente los niegan guiados más que nada por sus interese económicos o políticos.
Por lo tanto, es el deber de todos, no solo de los maestros, educar a nuestra niñez y juventud evitar desperdiciar los recursos naturales para beneficio de las generaciones venideras. En la actualidad se están destruyendo inmensas cantidades de territorio del planeta; los recientes incendios de la selva amazónica y de la foresta australiana, son un claro ejemplo de ello, sin mencionar la urbanización de terrenos agrícolas. Por otro lado, el calentamiento global es un hecho, los grandes glaciares del Polo Norte, y de las alturas de las cordilleras que recorren Asia, Europa y Sudamérica están descongelándose. Si damos una mirada al Yerupajá y comparamos mentalmente con los recuerdos que tenemos de nuestra niñez, podremos notar la diferencia abismal que hay, debido a que cada vez está perdiendo nieve. Eso no es casualidad como tercamente insisten los interesados, es producto de la modernidad industrial en cualquiera de sus formas.
Los productos plásticos demoran cientos de años en descomponerse. Sin embargo, el océano se ha convertido en el botadero más grande que existe para este material en la mayoría de los países, muriendo miles de animales marinos cada año. Por lo tanto, debemos de educarnos nosotros mismos para evitar, en lo posible, el uso de este material en utensilios del hogar en sus diferentes formas como botellas, vasos, cubiertos y bosas de plástico; al hacerlo estaremos ayudando enormemente al cuidado de nuestro planeta. Otra forma de hacerlo es utilizando la menor cantidad posible de papel y procurar hacer la mayoría de nuestra documentación y comunicación utilizando los medios electrónicos.
Sabemos también que las emisiones tóxicas emitidas por los vehículos son otra fuente de contaminación para la madre tierra, de allí que es necesario cambiar los hábitos de transporte y buscar medios alternativos como el transporte masivo, el uso de la bicicleta y caminar unas pocas cuadras no le caerá mal apreciado lector.
Cada vez con mayor frecuencia vemos las consecuencias de la directa responsabilidad del hombre en la destrucción de nuestro planeta, líneas arriba mencionamos los incendios forestales ocurridos en diversas partes de la tierra. El cambio climático que enfrentamos es consecuencia directa de la acción del hombre, el daño que se está haciendo a la biodiversidad a través de la deforestación, cambio de uso del suelo, producción agrícola y ganadera excesiva y descontrolada, crecimiento del ilegal comercio de vida silvestre contribuyen a que nuestros hijos hereden un planeta que les ofrezca menos posibilidades de vida saludable del que heredamos nosotros de nuestros padres.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
El 22 de abril de todos los años se celebra el Día de la Tierra, pero cuyo nombre oficial reconocido por las Naciones Unidas es “Día internacional de la madre tierra” y que nos recuerda de la importancia del aire puro, agua limpia y cristalina y, el campo libre de basura. Muy lamentablemente por cierto nos hemos acostumbrado a aceptar como normal los ríos y océanos llenos de plástico y basura, humo y gases dañinos sobre cielos de ciudades industriales y no industriales también; además de campos llenos de basura. Señales del progreso dicen algunos, o simplemente los niegan guiados más que nada por sus interese económicos o políticos.
Por lo tanto, es el deber de todos, no solo de los maestros, educar a nuestra niñez y juventud evitar desperdiciar los recursos naturales para beneficio de las generaciones venideras. En la actualidad se están destruyendo inmensas cantidades de territorio del planeta; los recientes incendios de la selva amazónica y de la foresta australiana, son un claro ejemplo de ello, sin mencionar la urbanización de terrenos agrícolas. Por otro lado, el calentamiento global es un hecho, los grandes glaciares del Polo Norte, y de las alturas de las cordilleras que recorren Asia, Europa y Sudamérica están descongelándose. Si damos una mirada al Yerupajá y comparamos mentalmente con los recuerdos que tenemos de nuestra niñez, podremos notar la diferencia abismal que hay, debido a que cada vez está perdiendo nieve. Eso no es casualidad como tercamente insisten los interesados, es producto de la modernidad industrial en cualquiera de sus formas.
Los productos plásticos demoran cientos de años en descomponerse. Sin embargo, el océano se ha convertido en el botadero más grande que existe para este material en la mayoría de los países, muriendo miles de animales marinos cada año. Por lo tanto, debemos de educarnos nosotros mismos para evitar, en lo posible, el uso de este material en utensilios del hogar en sus diferentes formas como botellas, vasos, cubiertos y bosas de plástico; al hacerlo estaremos ayudando enormemente al cuidado de nuestro planeta. Otra forma de hacerlo es utilizando la menor cantidad posible de papel y procurar hacer la mayoría de nuestra documentación y comunicación utilizando los medios electrónicos.
Sabemos también que las emisiones tóxicas emitidas por los vehículos son otra fuente de contaminación para la madre tierra, de allí que es necesario cambiar los hábitos de transporte y buscar medios alternativos como el transporte masivo, el uso de la bicicleta y caminar unas pocas cuadras no le caerá mal apreciado lector.
Cada vez con mayor frecuencia vemos las consecuencias de la directa responsabilidad del hombre en la destrucción de nuestro planeta, líneas arriba mencionamos los incendios forestales ocurridos en diversas partes de la tierra. El cambio climático que enfrentamos es consecuencia directa de la acción del hombre, el daño que se está haciendo a la biodiversidad a través de la deforestación, cambio de uso del suelo, producción agrícola y ganadera excesiva y descontrolada, crecimiento del ilegal comercio de vida silvestre contribuyen a que nuestros hijos hereden un planeta que les ofrezca menos posibilidades de vida saludable del que heredamos nosotros de nuestros padres.
Armando Zarazú Aldave
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