EL AGRADECIDO SALAVERRY
De las notas de mi amigo don Augusto Alba Herrera.
Una etapa triste en nuestra historia regional es el haber sido despojados injustamente de la categoría de Departamento por el Congreso Nacional a fines de 1823. Doce largos años estuvimos en esa situación. Eran las épocas en que se asentaba la joven república y quienes fueron capitanes y sargentos en Ayacucho se peleaban como niños por ocupar el sillón de Pizarro. Mal augurio para iniciar nuestra vida republicana. Los intereses personales y las inquinas por quítame estas pajas, no permitían a los peruanos tener gobiernos estables y duraderos.
Así llegó el país a su primer decenio como República. Hombres como La Mar, Gamarra, Orbegoso, La Fuente y Bermúdez; todos ellos mariscales y generales, se disputaban el gobierno en esos tiempos. A fines de 1833 el Mariscal Agustín Gamarra dejaba el poder y una Convención Nacional eligió como su sucesor al Mariscal José Luis Orbegoso, dejando a un lado al candidato de Gamarra, el General Pedro Bermúdez. El Mariscal Orbegoso era un hombre bastante mediocre, por lo que Gamarra no aceptó la decisión de la Convención, dio un golpe de estado, e impuso a Bermúdez en el gobierno.
Allí se armó el toletole. Lima y otros pueblos se levantaron contra Gamarra y su títere sucesor quienes se vieron obligados a huir al sur del país. Orbegoso ingresó triunfante a la capital y envió a un joven general, Augusto Salaverry a los pueblos del norte, para hacer reconocer su autoridad.
Es en este punto de la historia que entramos en nuestra tradición.
Una vez que el General Salaverry consiguiera la adhesión del Departamento de La Libertad, se dirigió a Huamachuco, último foco de la resistencia, para someter a las tropas del Sargento Mayor Bernardo Bermúdez, primo lejano del Presidente impuesto por Gamarra.
Salaverry corrió a su alcance y en marchas forzadas llegó a Huarás el 22 de febrero de 1834. Pero ya las fuerzas de Bermúdez se habían dispersado.
Tras una serie de circunstancias, en medio de las cuales en dos ocasiones pretendió dejar el ejército para dedicarse a la agricultura en su lejana campiña arequipeña, Salaverry se involucra con el Presidente Orbegoso a quien llegó a decirle:
La mala suerte de Salavarry lo llevó a enfrentarse a Santa Cruz quien desconoció su autoridad en el sur. Derrotado en Arequipa es fusilado en el mismo campo de batalla. Así como llegó a ser el Presidente más joven del Perú, Felipe Santiago Salaverry fue también el Presidenteque murió más joven; dos records que ostenta en su haber. Febrero fue un mes aciago en su vida: En febrero de 1834 llegó a nuestro suelo a cubrirse de gloria, en febrero de 1835 se proclama Presidente del Perú y en febrero de 1836 es alevosamente fusilado.
Pero gracias a Salaverry volvimos a ser Departamento. Tras su muerte, asumió el gobierno Andrés de Santa Cruz quien desconoció todo lo actuado por Salaverry y el 10 de octubre de 1836 dicta un decreto volviendo a crear el Departamento de Huaylas, pero sin considerar a la provincia de Cajatambo. ¡Vaya jaleo el que armaban nuestros gobernantes!
Una etapa triste en nuestra historia regional es el haber sido despojados injustamente de la categoría de Departamento por el Congreso Nacional a fines de 1823. Doce largos años estuvimos en esa situación. Eran las épocas en que se asentaba la joven república y quienes fueron capitanes y sargentos en Ayacucho se peleaban como niños por ocupar el sillón de Pizarro. Mal augurio para iniciar nuestra vida republicana. Los intereses personales y las inquinas por quítame estas pajas, no permitían a los peruanos tener gobiernos estables y duraderos.
Así llegó el país a su primer decenio como República. Hombres como La Mar, Gamarra, Orbegoso, La Fuente y Bermúdez; todos ellos mariscales y generales, se disputaban el gobierno en esos tiempos. A fines de 1833 el Mariscal Agustín Gamarra dejaba el poder y una Convención Nacional eligió como su sucesor al Mariscal José Luis Orbegoso, dejando a un lado al candidato de Gamarra, el General Pedro Bermúdez. El Mariscal Orbegoso era un hombre bastante mediocre, por lo que Gamarra no aceptó la decisión de la Convención, dio un golpe de estado, e impuso a Bermúdez en el gobierno.
Allí se armó el toletole. Lima y otros pueblos se levantaron contra Gamarra y su títere sucesor quienes se vieron obligados a huir al sur del país. Orbegoso ingresó triunfante a la capital y envió a un joven general, Augusto Salaverry a los pueblos del norte, para hacer reconocer su autoridad.
Es en este punto de la historia que entramos en nuestra tradición.
Una vez que el General Salaverry consiguiera la adhesión del Departamento de La Libertad, se dirigió a Huamachuco, último foco de la resistencia, para someter a las tropas del Sargento Mayor Bernardo Bermúdez, primo lejano del Presidente impuesto por Gamarra.
- Derroto al primo del usurpador y gano indulgencias ante el presidente Orbegoso. –Se dijo Salaverry, quien era un mozo bastante ambicioso.
Salaverry corrió a su alcance y en marchas forzadas llegó a Huarás el 22 de febrero de 1834. Pero ya las fuerzas de Bermúdez se habían dispersado.
- Maravilla de tierra es ésta. –Decía Salaverry al Teniente Coronel Juan Rivas, quien lo esperaba en Huarás. –Sabrá que he realizado con mi tropa un esfuerzo enorme. En ocho días de marcha forzada hemos cubierto la distancia entre Huamachuco y Huarás.
- Bien le valió el esfuerzo. –Respondía Rivas. –Aquí le están esperando las Compañías Primera y Cazadores del Batallón Zepita.
- ¿De cuántas plazas hablamos?
- Son 230 plazas, todas bien armadas y con buenos zapatos, mi general. –Contestó con orgullo Rivas.
- Bien, sigamos camino hacia Lima que la misión está largamente cumplida. –Dijo el novato general y luego de descansar una semana en nuestro suelo, tomó el camino de Marca para salir a la costa.
Tras una serie de circunstancias, en medio de las cuales en dos ocasiones pretendió dejar el ejército para dedicarse a la agricultura en su lejana campiña arequipeña, Salaverry se involucra con el Presidente Orbegoso a quien llegó a decirle:
- Hágame usted coronel que yo después haré el resto.
- Si tanto insistes y tanto apremia… ¡Hala! Ten allí los entorchados de coronel. –replicó con flema Orbegoso quien había tomado harto cariño por el pundonoroso oficial.
- ¿Son ciertos los rumores que se oyen, de que estais organizando una revolución? –Preguntó angustiado el presidente.
- Si así fuese, señor general Presidente, principiaría fusilando primero a vuestra excelencia. –Fue la excesivamente sincera respuesta del joven militar.
- El brillante Batallón Cazadores de Ayacucho ha marchado setenta leguas sin dormir una sola hora, sin más descanso en los pueblos que el tiempo necesario para tomar el rancho que se tenía preparado. Después de atravesar arenales inmensos, la Cordillera de los Andes y los caminos más fragosos que hay en el Perú, llegamos a Huarás disponiendo que la vanguardia ocupe el pueblo de Recuay, siete leguas más al sur.
- Ha solicitado audiencia el doctor Julián de Morales Nuna Cochachin, su excelencia. -Anunció el secretario de la presidencia.
- ¿Qué asunto es el que lo trae, le ha informado? –Inquirió Salaverry.
- Ha sido muy reservado, pero dice que viene de Huarás.
- ¡De Huarás! Hágalo pasar de inmediato.
- ¡Ave María Purísima…! –Con el clásico saludo de los indios huarasinos, el presbítero Julián de Morales, que ostentaba de su estirpe los Nuna Cochachin antiguos curacas de Huarás, se inclinó con una reverencia ante el Presidente Salaverry.
- ¿Qué lo trae por acá, su Ilustrísima? –Le preguntó el joven militar.
- No quiero enajenarlo de sus múltiples obligaciones, pero traigo el reclamo de mis paisanos que es el mío propio. Sabrá vuestra excelencia que la provincia de Huaylas, perteneciente al departamento de Junín, se encuentra muy postergada. Nos es muy oneroso viajar a Huánuco la capital departamental y allí las autoridades no nos atienden.
- ¿Y cómo podemos dar remedio a esos males, doctor Morales?
- Es muy sencillo su excelencia. Restituya usted el antiguo departamento de Huaylas, pues sabrá que el Libertador don José de San Martín por el Estatuto Provisorio de 1821, nos nominó como el primer departamento del Perú liberado. Sus provincias era Huaylas, Conchucos, Cajatambo, Huamalíes y Huánuco.
- ¡Vaya con las novedades! ¿Y me dice usted que ahora estais sometidos a la égida de los huanuqueños que no os respetan? Mire vuestra excelencia que yo guardo en mi corazón un cariño muy especial por la gente Huaylas pues el apoyo que recibí de ustedes fue fundamental en mi lucha por devolver el sosiego a nuestra amada patria. Vaya vuestra paternidad con la confianza de que vuestra causa será favorablemente resuelta y que no se diga de Felipe Santiago Salaverry que era un hombre asaz desagredecido.
La mala suerte de Salavarry lo llevó a enfrentarse a Santa Cruz quien desconoció su autoridad en el sur. Derrotado en Arequipa es fusilado en el mismo campo de batalla. Así como llegó a ser el Presidente más joven del Perú, Felipe Santiago Salaverry fue también el Presidenteque murió más joven; dos records que ostenta en su haber. Febrero fue un mes aciago en su vida: En febrero de 1834 llegó a nuestro suelo a cubrirse de gloria, en febrero de 1835 se proclama Presidente del Perú y en febrero de 1836 es alevosamente fusilado.
Pero gracias a Salaverry volvimos a ser Departamento. Tras su muerte, asumió el gobierno Andrés de Santa Cruz quien desconoció todo lo actuado por Salaverry y el 10 de octubre de 1836 dicta un decreto volviendo a crear el Departamento de Huaylas, pero sin considerar a la provincia de Cajatambo. ¡Vaya jaleo el que armaban nuestros gobernantes!
José Antonio Salazar Majía
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