fILOMENO zUBIETA nÚÑEZ
LO QUE SE HA DICHO Y ESCRITO DE LUIS PARDO IV
El antropólogo sanmarquino Román Robles Mendoza y sus alumnos visitan Chiquián en 1996 y los resultados del informe respectivo se publican con el título de Chiquián: tradición y modernidad (1996, UNMSM, 83 pp.) y, naturalmente, no podían soslayar la presencia de Luis Pardo. Se transcribe el estudio de José Ruiz Huidobro Luis Pardo El Gran Bandido (pp. 69-76) de la aludida revista Eco Regional, antecediéndole una nota necesaria:
“… A pesar de su antigüedad, el trabajo analítico de este agudo autor, sobre tan controvertido personaje chiquiano no tiene aún parangón. La versión historiada sobre Luis Pardo le correspondió a la pluma acuciosa de don Alberto Carrillo, su paisano, quien entendió el mensaje de Ruiz Huidobro”.
Y, precisamente, luego incluye una breve reseña del mayor biógrafo de Luis Pardo, Alberto Carrillo Ramírez (pp. 77-78).
En el referido año, el literato huallanquino Óscar Colchado Lucio, obtiene el Premio Nacional de Novela Federico Villarreal con su novela ¡Viva Luis Pardo! (1996, editorial San Marcos, 200 pp.). En el comentario de www.librosperuanos.com se lee:
“Una ágil y entretenida novela de aventuras, cuyo protagonista es Luis Pardo, el legendario bandolero peruano. Novela de acción y suspenso con balaceras, duelos y romances en los Andes, en la que el lector queda subyugado de la primera a la última página”.
Por su lado, el autor en el Epílogo resalta el crecimiento de la figura de nuestro personaje:
“Luis Pardo cabalga dejando oír su voz que se enreda entre las chilcas y hierbasantas del camino: Si alguien me mira altanero; / yo soy como el aguacero/ que al soplo del viento crezco” (p. 198).
Es, probablemente, la novela sobre nuestro personaje de mayor reedición y divulgación.
Canis, lírica y narrativa oral es el libro que el maestro Manuel Nieves Fabián publica en 1999, siendo reeditado en el 2003, donde hay una sección con el título de Anécdotas de Luis Pardo con la inclusión de seis sabrosas anécdotas recogidas por el autor en sus andanzas en los pueblos de Canis como otros de la provincia de Bolognesi y Huánuco, su ciudad de residencia.
El maestro Mario Reyes Barba en Chiquián, la incontrastable villa (año 2002, 149 pp.), le dedica una sección del libro a nuestro personaje con el título de Legendario y genial chiquiano Luis Pardo Novoa y comenta sobre la singularidad del mismo y la serie de escritos que se han hecho sobre él.
Poco después, otro chiquiano, Héctor S. Gamarra Espinoza en su libro Historia de Chiquián, hombres del agua clara, 1470 a 2003 (año 2003, 116 pp.), desliza la idea de que el factor que desencadenó los desencuentros de Luis Pardo con los hacendados y las autoridades estaría en el odio que tenía su abuelo Luis Pardo Zorrilla a los chiquianos por su condición de huaracino; además:
“Luis Pardo aprendió a montar caballo, a usar el arma y se convirtió en bandolero para servir a sus ancestros por el caudal de riqueza ganadera y por los problemas que existían con otros hacendados” (p. 90).
El programa televisivo de Canal 7 RTP, Sucedió en el Perú, el 2 de febrero de 2003, dedica una edición a Luis Pardo: el famoso bandolero, visión histórica de su trayectoria y significado con la participación de importantes intelectuales de la historiografía peruana, como Manuel Burga Díaz, Manuel Zanutelli y Guillermo Reaño, así como los bisnietos de Luis Pardo (Carlota, Luis y Walter), el mismo que ha sido repetido en varias oportunidades y cuyas copias se han presentado en diversos foros en varias ciudades del Perú y el exterior. El director del programa, Dr. Antonio Zapata Velasco, anunció la preparación de otro especial con motivo del centenario del fallecimiento de lo que él llama el famoso bandolero, lo que no llegó a concretarse.
En nuestro libro Por la ruta del Huayhuash, los recursos turísticos de la provincia de Bolognesi (año 2003, 150 pp.), resaltamos la existencia de un “Conjunto de ‘historias’ construidas alrededor de Luis Pardo, el gran bandolero chiquiano, el ‘último romántico’, convirtiéndolo en personaje de leyenda” (p. 111).
En nuestro libro posterior, Chiquián. Arqueología, identidad y turismo (coautor, año 2008, 140 pp.) agregamos:
“Luis Pardo, el bandolero romántico, es el personaje de mayor reconocimiento entre fines del siglo XIX e inicios del XX, en su época condenado y perseguido, hoy ha sido reivindicado” (p. 98).
En el año 2005 se publica Luis Bandolero Luis (Paloma Ediciones, 178 Págs.), de Walter Ventosilla Quispe, joven literato, dramaturgo y director de teatro, con ancestros en Gorgor (Cajatambo), residente en los Estados Unidos. En base a estudios y las narraciones de su abuelo recrea algunas hazañas y una historia de amor de Luis Pardo. El autor nos brinda su testimonio:
“…mi abuelo Estanislao siguió contándome en la pequeña sala de mi casa que Luis Pardo fue un hombre con mucho dinero, un terrateniente que nada tenía de indígena, que se apiadó de los pobres y se enfrentó valientemente a los de su misma condición económica y social en su pueblo de Chiquián y en toda la región. Era temido por los hacendados, por los gamonales dueños de grandes extensiones de tierra, de animales y aún de la vida de sus peones indígenas; estos sujetos eran una especie de señores feudales que hacían y deshacían las leyes contando con el obsecuente apoyo de malos políticos y corruptas autoridades. Como contraparte Luis Pardo era respetado, amado y hasta venerado por los menos favorecidos quienes veían en él a un protector. A esta característica de luchador social se le agregaba una romántica virtud, pues era también un empedernido enamorador de cuanta bella mujer se le cruzaba, un encantador bandido que podía caminar tranquilo por la región y a la vez podía hacer justicia con sus propias manos cuando la ocasión lo ameritaba”.
Walter Ventosilla tiene en mente llevar su obra al cine, con el aporte de Javier Mendoza, productor de teatro y cine.
El maestro chiquiano Alejandro Aldave Montoro en su libro Educación, música y cultura en papel (año 2006, 254 pp.), describe el fundo Pancal, ubicado al sureste de Chiquián, a unas tres leguas de esta localidad, escenario de la vida de Luis Pardo y su esposa Zoila Tapia, hoy bajo administración de Roberto Barrenechea Martel, Sopón (pp. 58-59); igualmente la “Cueva Luis Pardo” de Conay (p. 60), el óvalo Luis Pardo construido en 1995 por el alcalde provincial César Fernández Callupe (p. 179). Y, finalmente, resalta la organización y lucha de los chiquianos por hacer realidad la Asociación de Vivienda Municipal Luis Pardo Novoa, fundada el 11 de agosto de 1986 con un terreno de 34 mil metros cuadrados y 120 asociados que, desde 1989, tiene instituida la fiesta patronal en homenaje a Santa Rosa de Chiquián (pp. 226-234).
El docente universitario y promotor cultural José Antonio Salazar Mejía publicó en el 2007 un conjunto de testimonios bajo el título de Tradición histórica oral ancashina (Tomo I, Editorial San Marcos, 160 pp.), en el que incluye Luis Pardo en Chile (pp. 77-82) que, a decir verdad, contribuye a esclarecer las incógnitas alrededor de su corta presencia en el país sureño y las circunstancias que motivaron su retorno. Se trata del registro del testimonio de un viejo luchador social cuyo padre fue amigo de lucha y tertulia de Luis Pardo, antes de la masacre de la escuela Santa María de Iquique el 21 de diciembre de 1907.
Mucho antes, en 1999, José Antonio Salazar había publicado La historia regional contada para niños (Huaraz, 20 pp.) y le dedica cinco párrafos a Luis Pardo con el título El ídolo del pueblo (p. 18); entre otras apreciaciones dice:
“Toda la gente humilde le quería porque era valiente y generoso. Sus aventuras y hazañas corrían de boca en boca. Su fama creció tanto que hasta los periódicos de Lima se ocuparon largamente de él… Pese al tiempo transcurrido, el pueblo no lo olvida y mantiene viva su leyenda”.
Filomeno Zubieta Núñez
[email protected]
“… A pesar de su antigüedad, el trabajo analítico de este agudo autor, sobre tan controvertido personaje chiquiano no tiene aún parangón. La versión historiada sobre Luis Pardo le correspondió a la pluma acuciosa de don Alberto Carrillo, su paisano, quien entendió el mensaje de Ruiz Huidobro”.
Y, precisamente, luego incluye una breve reseña del mayor biógrafo de Luis Pardo, Alberto Carrillo Ramírez (pp. 77-78).
En el referido año, el literato huallanquino Óscar Colchado Lucio, obtiene el Premio Nacional de Novela Federico Villarreal con su novela ¡Viva Luis Pardo! (1996, editorial San Marcos, 200 pp.). En el comentario de www.librosperuanos.com se lee:
“Una ágil y entretenida novela de aventuras, cuyo protagonista es Luis Pardo, el legendario bandolero peruano. Novela de acción y suspenso con balaceras, duelos y romances en los Andes, en la que el lector queda subyugado de la primera a la última página”.
Por su lado, el autor en el Epílogo resalta el crecimiento de la figura de nuestro personaje:
“Luis Pardo cabalga dejando oír su voz que se enreda entre las chilcas y hierbasantas del camino: Si alguien me mira altanero; / yo soy como el aguacero/ que al soplo del viento crezco” (p. 198).
Es, probablemente, la novela sobre nuestro personaje de mayor reedición y divulgación.
Canis, lírica y narrativa oral es el libro que el maestro Manuel Nieves Fabián publica en 1999, siendo reeditado en el 2003, donde hay una sección con el título de Anécdotas de Luis Pardo con la inclusión de seis sabrosas anécdotas recogidas por el autor en sus andanzas en los pueblos de Canis como otros de la provincia de Bolognesi y Huánuco, su ciudad de residencia.
El maestro Mario Reyes Barba en Chiquián, la incontrastable villa (año 2002, 149 pp.), le dedica una sección del libro a nuestro personaje con el título de Legendario y genial chiquiano Luis Pardo Novoa y comenta sobre la singularidad del mismo y la serie de escritos que se han hecho sobre él.
Poco después, otro chiquiano, Héctor S. Gamarra Espinoza en su libro Historia de Chiquián, hombres del agua clara, 1470 a 2003 (año 2003, 116 pp.), desliza la idea de que el factor que desencadenó los desencuentros de Luis Pardo con los hacendados y las autoridades estaría en el odio que tenía su abuelo Luis Pardo Zorrilla a los chiquianos por su condición de huaracino; además:
“Luis Pardo aprendió a montar caballo, a usar el arma y se convirtió en bandolero para servir a sus ancestros por el caudal de riqueza ganadera y por los problemas que existían con otros hacendados” (p. 90).
El programa televisivo de Canal 7 RTP, Sucedió en el Perú, el 2 de febrero de 2003, dedica una edición a Luis Pardo: el famoso bandolero, visión histórica de su trayectoria y significado con la participación de importantes intelectuales de la historiografía peruana, como Manuel Burga Díaz, Manuel Zanutelli y Guillermo Reaño, así como los bisnietos de Luis Pardo (Carlota, Luis y Walter), el mismo que ha sido repetido en varias oportunidades y cuyas copias se han presentado en diversos foros en varias ciudades del Perú y el exterior. El director del programa, Dr. Antonio Zapata Velasco, anunció la preparación de otro especial con motivo del centenario del fallecimiento de lo que él llama el famoso bandolero, lo que no llegó a concretarse.
En nuestro libro Por la ruta del Huayhuash, los recursos turísticos de la provincia de Bolognesi (año 2003, 150 pp.), resaltamos la existencia de un “Conjunto de ‘historias’ construidas alrededor de Luis Pardo, el gran bandolero chiquiano, el ‘último romántico’, convirtiéndolo en personaje de leyenda” (p. 111).
En nuestro libro posterior, Chiquián. Arqueología, identidad y turismo (coautor, año 2008, 140 pp.) agregamos:
“Luis Pardo, el bandolero romántico, es el personaje de mayor reconocimiento entre fines del siglo XIX e inicios del XX, en su época condenado y perseguido, hoy ha sido reivindicado” (p. 98).
En el año 2005 se publica Luis Bandolero Luis (Paloma Ediciones, 178 Págs.), de Walter Ventosilla Quispe, joven literato, dramaturgo y director de teatro, con ancestros en Gorgor (Cajatambo), residente en los Estados Unidos. En base a estudios y las narraciones de su abuelo recrea algunas hazañas y una historia de amor de Luis Pardo. El autor nos brinda su testimonio:
“…mi abuelo Estanislao siguió contándome en la pequeña sala de mi casa que Luis Pardo fue un hombre con mucho dinero, un terrateniente que nada tenía de indígena, que se apiadó de los pobres y se enfrentó valientemente a los de su misma condición económica y social en su pueblo de Chiquián y en toda la región. Era temido por los hacendados, por los gamonales dueños de grandes extensiones de tierra, de animales y aún de la vida de sus peones indígenas; estos sujetos eran una especie de señores feudales que hacían y deshacían las leyes contando con el obsecuente apoyo de malos políticos y corruptas autoridades. Como contraparte Luis Pardo era respetado, amado y hasta venerado por los menos favorecidos quienes veían en él a un protector. A esta característica de luchador social se le agregaba una romántica virtud, pues era también un empedernido enamorador de cuanta bella mujer se le cruzaba, un encantador bandido que podía caminar tranquilo por la región y a la vez podía hacer justicia con sus propias manos cuando la ocasión lo ameritaba”.
Walter Ventosilla tiene en mente llevar su obra al cine, con el aporte de Javier Mendoza, productor de teatro y cine.
El maestro chiquiano Alejandro Aldave Montoro en su libro Educación, música y cultura en papel (año 2006, 254 pp.), describe el fundo Pancal, ubicado al sureste de Chiquián, a unas tres leguas de esta localidad, escenario de la vida de Luis Pardo y su esposa Zoila Tapia, hoy bajo administración de Roberto Barrenechea Martel, Sopón (pp. 58-59); igualmente la “Cueva Luis Pardo” de Conay (p. 60), el óvalo Luis Pardo construido en 1995 por el alcalde provincial César Fernández Callupe (p. 179). Y, finalmente, resalta la organización y lucha de los chiquianos por hacer realidad la Asociación de Vivienda Municipal Luis Pardo Novoa, fundada el 11 de agosto de 1986 con un terreno de 34 mil metros cuadrados y 120 asociados que, desde 1989, tiene instituida la fiesta patronal en homenaje a Santa Rosa de Chiquián (pp. 226-234).
El docente universitario y promotor cultural José Antonio Salazar Mejía publicó en el 2007 un conjunto de testimonios bajo el título de Tradición histórica oral ancashina (Tomo I, Editorial San Marcos, 160 pp.), en el que incluye Luis Pardo en Chile (pp. 77-82) que, a decir verdad, contribuye a esclarecer las incógnitas alrededor de su corta presencia en el país sureño y las circunstancias que motivaron su retorno. Se trata del registro del testimonio de un viejo luchador social cuyo padre fue amigo de lucha y tertulia de Luis Pardo, antes de la masacre de la escuela Santa María de Iquique el 21 de diciembre de 1907.
Mucho antes, en 1999, José Antonio Salazar había publicado La historia regional contada para niños (Huaraz, 20 pp.) y le dedica cinco párrafos a Luis Pardo con el título El ídolo del pueblo (p. 18); entre otras apreciaciones dice:
“Toda la gente humilde le quería porque era valiente y generoso. Sus aventuras y hazañas corrían de boca en boca. Su fama creció tanto que hasta los periódicos de Lima se ocuparon largamente de él… Pese al tiempo transcurrido, el pueblo no lo olvida y mantiene viva su leyenda”.
Filomeno Zubieta Núñez
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