alejandro zenón jara
“UN AUTO EN HUASTA…!”
La gran azaña huastina
La gran azaña huastina
Transcurría el año de 1962, de Huasta se divisaba los trabajos de la carretera a Aquia, máquinas caterpilar hombres algunas piedras deslizaban por las pendientes quedan todavía en la retina de los ojos de muchos huastinos que en esa fecha añoraban también una carretera a la Villa; cuando ya estaba concluido el trabajo hubo la nostalgia generalizada por la impotencia de no tener la forma de realizar dicha obra fue una triste realidad de los pobladores, más aún no había lideres con capacidad ni la decisión de semejante obra para Huasta, por esa fecha el 27 de setiembre llega don Justiniano Marquez Condezo a Chiquian conduciendo su automóvil desde la capital de la Republica; quien siempre viajaba a la Villa de Huasta a visitar a sus parientes, dejando siempre su vehículo en Chiquian pueblo donde contaba con mucha popularidad por haber trabajado muchos años con empresarios del lugar, encuentra a sus amigos celebrando entre copas y charlas reunión amena de los que los discursos van y vienen, Justiniano luego de estar entre ellos, viene a su memoria la inauguración de la carretera a Aquia y la nostalgia le invade el cual le da mucho valor para pronunciar estas palabras, Mañana Aquia inaugura su carretera con mucha pompa y autoridades de todo lugar, mañana Huasta inaugura la llegada del primer automóvil, a cualquier hora del día este automóvil entrará a Huasta, todos estaban en silencio y luego se escucha una voz que dice mira Justi de borracho uno puede hablar cualquier cosa pero de sano la cosa es distinta, Justiniano se molesta y les dice señores yo no estoy mareado con dos o tres copitas no me mareo, lo que les digo va a suceder y si no me creen les hago una apuesta de una caja de cerveza y si mi carro no esta mañana en Huasta vengo y pago mi apuesta; carcajada por tan insólito pronunciamiento para los presentes pero le aceptan el reto y sale de la cantina deseándoles a sus amigos de Aquia y Chiquian buena suerte en la inauguración, rápidamente enrumba con su automóvil hacia la nueva carretera a Aquia llegando hasta Pampan en donde encarga su automóvil para hacer una travesía a pie por el camino que une la carretera de Aquia en dirección a Huasta, examina paso por paso este paraje que tiene mucho precipicio al principio luego sale por Geganga para divisar la vía de Cutasunas y Sunas donde va tomando nota de los obstáculos que tiene, avanzando por Tauya, Utish llegando a Cunyatuna con pasos acelerados llega a Saguanpampa que tiene un acceso muy ancho bajando por la pendiente a la quebrada de Tauya Regra y por ultimo la gran subida de Parientana; ingresa por Manyanpaccha con su saco al hombro va a la plaza principal en busca de las autoridades.
Justiniano Marquez Condezo, huastino muy dinámico entusiasta y con decisiones muy concretas, quien radicaba en la capital de la república, siempre pensaba y soñaba llegar con su automóvil a la Villa hermosa de Huasta; Luego de haber desafiado a sus amigos chiquianos y aquinos ahora ya en la Villa convoca a las autoridades alcalde, gobernador, presidente de la comunidad, Junta de regantes, Alcalde Pedaño, directores entre otras autoridades, a quienes les manifiesta sus inquietudes e intenciones de hacer entrar un automóvil a Huasta explicándoles la forma y solicitándole la ayuda necesitaría para tan grande hazaña, quienes a una sola voz y con gran emoción aceptaron la propuesta, comprometiéndose hacer una reunión inmediata con la población para hacer de conocimiento y el inicio de esta gran cruzada para el día señalado; ya en la tarde a repique de campanazos y golpe de Cajas convocan a la población a una asamblea de urgencia, los pobladores preocupados y asustados se apersonan a la plaza donde se llevará a cabo la gran asamblea, luego de hacer los preámbulos las autoridades ceden la palabra a Don Justiniano Marquez Condezo y en un discurso emotivo se dirige a la población con estas palabras: He venido aquí hermanos huastinos para coronar un gran anhelo, sabemos que mañana Aquia inaugura su carretera y nosotros no tenemos, pero el esfuerzo y la voluntad puede lograr muchas cosas y vengo a comunicarles que mi gran deseo que Huasta también inaugura su carretera ese mismo día, entraré por Geganga tomando el camino de Tauya, Cunyatuna, Saguanpampa, Tauya Ragra, Parientana y llegare con mi automóvil a la plaza de Armas, preguntando luego a los asambleístas pueden Uds, pueden ayudarme? La respuesta es un siiii rotundo como si se tratara de soldados de un cuartel en horas de entrenamientos.
El compromiso de la población fue, estar a las 6 de la mañana en Geganga, en primer lugar los adultos, los jóvenes, los adolescentes, los alumnos de las dos escuelas y las mujeres divididos en agrupaciones
El día 29 a las 5 de la mañana con repiques de campana y toques de cajas, comenzaba el gran desfile de pobladores dirigiéndose por el camino de Tauya hasta el encuentro con la carretera de Aquia, una mañana muy alegre se respiraba un aire muy especial, a las 9 de la mañana los alumnos de las escuelas comenzaron también a desfilar por la vía con herramientas al hombro con la misión de ir limpiando todas las piedras del camino,
Los adultos mayores si dirigieron raudamente al camino del morro de Arica o Pasamayito lugar muy angosto y peligroso por los precipicios que posee, el cual fue superado en contadas horas, luego en cuadrillas avanzaban algunos limpiando otros en el ensanchamiento y el camino se iba transformando en una carretera, aproximado a la una de la tarde se contemplaba que de Chiquian salían caravanas de vehículos rumbo a Aquia para la Inauguración de la carretera; todos inquietos hasta cierto punto desconcertados no veían el carro que entraría a Huasta, la caravana comenzaba a pasar por Pampan, con banderas y personas muy alegres ya llegaban frente a Carcas, a San Isidro, y de pronto un automóvil verde y blanco de marca Ford hace un giro a la izquierda y comienza a trepar por el camino de herradura, la algarabía no se hace esperar chicos y grandes comienzan con las hurras, la felicidad es enorme, los mayores corren atrás del automóvil para ayudar en las subidas algunos sacan sogas largas y lo atan al carro para jalar en las partes más dificultosas y el carrito con gran coraje de su piloto avanza por la pendiente y los precipicios, los pobladores marchan al compas de las ruedas para apoyar en esta gran travesía, gran labor titánico de la gente y los comisionados wincha en mano van recorriendo todo el camino haciendo indicaciones de las dimensiones que debe tener para que el vehículo pueda circular sin problemas, apenas se saca la wincha con las medidas comienza la labor de los trabajos que en contados minutos resuelven, armando y desarmando pircas inclusive para llegar a la medida exacta requerida; por fin se puede avistar desde Huasta la aparición del vehículo por las faldas de Cutasunas, las mujeres con ese gran entusiasmo que les caracteriza comienzan con sus arahuidas desde en histórico Parientana alentado y dando la bienvenida al automóvil y su conductor histórico don Justiniano Marquez Condezo, los varones les responden con la clásica japarida desde el mismo lugar de los hechos, a lo largo del gran camino se aprecia el ancho perfecto de esta vía con las dimensiones del automóvil, algunos al notar que en ciertos tramos tiene que maniobrar bastante fuerte, que en el ardid automovilístico se conoce como, “fierro a fondo” cunde el pánico y temor al ver salir el humo por la combustión del combustible muchos temen de que el automóvil se esta incendiando, y por primera vez se aprecia ese bendito olor a gasolina un olor nuevo para la población y también se aprecia esa gran tenacidad del huastino unos empujando de la parte trasera otros jalando con largas sogas para facilitar el avance del vehículo que poco a poco se va acercando a la subida de Tauya Utish, sitio bastante complicado por la subida o pendiente y la estrechez del camino por estar construido una parte tierra adentro el cual es solucionado a barretazos picos y lampas; pero el piloto no toma mucha importancia a estos menesteres de la vía y avanza con el timón muy firme en sus manos y arengando a los pobladores que ya estamos con una llanta en Huasta, El público en la histórica parientana, los niños y jóvenes corriendo al compás del automóvil en paralelo pero en las chacras se ve una fiesta muy impresionante jamás imaginada, más aun cuando el vehículo comienza a ingresar por el camino de Cunyatuna y la gran algarabía como regueros de pólvora hace una fiesta interminable de la población más aun la complicidad del terreno plano hace que se deslice el vehículo cual una Reyna en su corcel de primavera, rodeado de pobladores que caminan al compás del automóvil.
Terminado esta escena empieza su desplazamiento en forma descendente a la quebrada de Tauya Ragra acercándose cada vez mas y mas a la Villa de Huasta, rápidamente los pobladores toman la posición del camino desde la salida de la quebrada hasta Parientana, lugar del último tramo con una pendiente muy pronunciada con una longitud aproximada de 400 metros, tramo que toma unos 30 minutos para llegar a la cumbre de parientana; El esfuerzo es agotador cuadrillas de pobladores se van intercambiando jalando, empujando y acuñando las llantas del vehículo para lograr el avance en esta pendiente, en esta parte del camino realmente se aprecia la gran proeza del piloto don Justiniano Marquez Condezo, y la gran decisión del huastino que van ganando terreno metro a metro, una labor de hormigas y nunca nadie se rendía, en esta parte se notaba la buena organización del trabajo de cuadrillas, y esa misma responsabilidad los animaba a superar los obstáculos y el olor a la gasolina hacia que los pobladores pensaran de una manera positiva se comenzaba a sentir el cambio colectivo y todos pensaban que si se podía hacer lo que se proponían. Luego de una lucha titánica por fin llega a la cumbre de Parientana donde empieza la fiesta colectiva y el gran triunfo de un hombre que apostó por sus decisiones y el cambio colectivo de una población por los propósitos de contar con una carretera; a unos cuantos metros de la Villa de Huasta está nuestro vehículo un automóvil de color verde con blanco, gracias a la pericia de un gran Huastino que siempre las cosas los hacia fácil por su don de ser Justiniano Marquez Condezo enrumba a la Villa con el saludo a todos los presentes que vivan vitorean aplauden lloran corren cantan y hasta bailan por la gran hazaña; poco a poco llega a la entrada el Jirón Bolognesi la gran Manyam Paccha y a pasos huastinos se va desplazando hacia la plaza principal de Huasta que en ese momento comienza a abarrotarse de huastinos esperando la entrada del automóvil de Don Justiniano Marquez Condezo, ya en la puerta de la Iglesia se encuentra el Sacerdote para dar la bendición y la bienvenida a esta gran proeza, un automóvil en la Villa de Huasta y sin carretera, llegamos primero que la caravana que se dirigía a inaugurar la carretera a Aquia, luego de la bendición ese hombre de gran fortaleza después de haber realizado un gran esfuerzo no se encuentra cansado ni agotado por el contrario, invita a los pobladores a subirse al carro y comienza a dar vueltas a la plaza de armas con todos los pobladores que subían y bajaban del automóvil, luego vendría el gran agasajo en su honor preparado por las autoridades y el pueblo de la Villa de Huasta.
Este gran esfuerzo caló profundamente en el pueblo huastino que pensaron y realizaron una carretera para la Villa de Huasta incluso con entrada y salida gloria a aquellos hombres que con sus ejemplos dejaron las buenas costumbres y las grandes decisiones en la población y que solo esperaban un líder que encaminara, Gloria a Justiniano Márquez Condezo que con sus acciones cambio el pensamiento huastino en el triunfalismo.
Este gran esfuerzo caló profundamente en el pueblo huastino que pensaron y realizaron una carretera para la Villa de Huasta incluso con entrada y salida gloria a aquellos hombres que con sus ejemplos dejaron las buenas costumbres y las grandes decisiones en la población y que solo esperaban un líder que encaminara, Gloria a Justiniano Márquez Condezo que con sus acciones cambio el pensamiento huastino en el triunfalismo.