armando zarazú aldave
HUAYNO DE LAS PROVINCIAS DEL SUR DEL DEPARTAMENTO DE ANCASH
Ubicadas en la parte sur de Áncash estas dos provincias fueron parte del departamento de Lima hasta que el 22 de octubre de 1903, el presidente de la República, don Manuel Candamo, firmó la respectiva ley por la cual pasaron a formar parte del departamento de Ancash con el nombre de provincia de Bolognesi . Posteriormente, en 1990 el distrito de Ocros se convirtió en provincia. Ahora bien, su incorporación al departamento de Ancash fue más que todo geográfica debido a que estas dos provincias siguieron conservando su herencia cultural traducida en sus costumbres y en su música. Si bien esta última no es completamente diferente a la del Callejón de Huaylas, tiene características propias que la hacen especial, sobre todo para sus seguidores. Por ejemplo, el arpa es un instrumento que va de la mano, como acompañante del intérprete, como parte principal de las orquestas musicales de esa área o simplemente como solista, dependiendo esto último en la habilidad musical de su tañedor.
Es bueno recordar que, los que ya peinamos canas, escuchamos de niños historias familiares o de personajes de nuestra provincia ligadas o relacionadas a Cajatambo. El escritor Alberto Carrillo Ramírez, en su libro Luis Pardo “el gran bandido” menciona algunas aventuras del famoso bandolero acaecidas en Cajatambo.
A propósito de este instrumento y su identificación con la música del sur de nuestro departamento (Ferrier, Párr. 2) dice “El departamento de Ancash -particularmente la zona sur, que tienen fronteras comunes con los departamentos de Huánuco y Lima (Cajatambo)- es parte del proceso que vamos a analizar, no solo por la procedencia de muchos arpistas y cantantes- sino también por las influencias musicales que ha tenido esta área” (Ferrer. Párr. 2) El arpa es un instrumento ampliamente difundido en esta área de Ancash, es participante indispensable en casi todas las danzas tradicionales, ya sea como solista, caso de los diablitos o como parte base de la orquesta que acompaña al inca y sus pallas, en ambas danzas y en todas las demás, el huayno es el cierre obligado.
Una de las peculiaridades músico-culturales de esta zona está representada por sus bandas de músicos, entre las cuales de acuerdo con Robles Huanri y Llipa (Ocros), Mangas y Huasta (Bolognesi) son pueblos en los que se han formado las mejores bandas de esa región. Por otro lado, las costumbres muy diferentes de sus fiestas patronales celebradas anualmente han contribuido para que el huayno de esa área conserve su esencia y características que la hace especial y sin competencia en dicha zona. Asimismo, Román Robles Mendoza menciona a la Banda Santa Cecilia de Cátac y especifica que “este grupo musical es el único que comparte sus servicios musicales con dos grupos culturales, el del Callejón de Huaylas y el de las dos provincias del sur del departamento, lo que se traduce en doble oportunidad de trabajo”.
Por lo dicho anteriormente no se vaya a creer que el sur del departamento de Ancash carece de intérpretes de calidad. Los hay, solo que dadas las características especiales de la música que cultivan su público es más reducido. Sin embargo, en los últimos años, intérpretes de como Nieves Alvarado Aldave, Carlos Oro Lázaro, Judith Balarezo Minaya y Zeny Garro Cerrate han roto esa barrera y hoy en día interactúan artísticamente con sus pares del resto del departamento, en escenarios de dentro del departamento o en la gran Lima, en donde vive una tercera parte de la población del Perú y por ende es receptora de la calidad artística de estos nuevos representantes de la parte sur de nuestro departamento.
La huaylishada
En la zona sur del departamento de Áncash existe y se practica con entusiasmo inigualable una danza grupal llamada huaylishada, esta consiste básicamente en que los participantes, sin distinción de sexos, se enlazan por los brazos y comienzan una interminable huaylishada vespertina por las calles del pueblo y recorren danzando por las calles del pueblo al compás de una música especial interpretada por una banda de músicos u orquesta de cuerdas. Los participantes van formando grupos de ocho a diez o más bailarines, los cuales dan algunos pasos adelante para luego volver retrocediendo, algunas veces dos grupos se ponen frente a frente, siempre bailando y dando giros como en las rondas infantiles. Esta música y baile se practica en todos los pueblos de lo que se conoce como la parte sur del departamento. En otros lugares a esta forma de música se la conoce como pasacalle. Es bueno y necesario mencionar a modo de anécdota, que la huaylishada es un baile que permite a los jóvenes acercarse muy disimuladamente a la ninfa de sus sueños…sin despertar sospechas inoportunas ¡cuántas parejas que ahora ya peinan canas habrán iniciado sus amores al compás de una alegre huaylishada! Cuyo final es un alegre huayno con su respectiva fuga.
El rayán
Es otra versión del huayno característico de la misma zona sur de nuestro departamento que se baila en ocasiones especiales, tales como techa de casa, fiesta de Corpus Cristi, carnavales y en casa de algún funcionario durante la salva de la fiesta patronal, sobre todo en la ciudad de Chiquián. Además, las agrupaciones de rocandoras, como se las llama, más mentadas eran las que provenían de Olleros y que son contratadas para a fiesta de San Miguel de Aquia, pasando de allí a la fiesta de San Francisco, patrón de Chiquián. En las techas de casa, para la jolgapada la música la interpreta un pito y caja, tocada por una sola persona; el ejecutante más conocido y famoso de esta música era el señor Antonio Padua. Muy lamentablemente, por cierto, esta música va quedando en el olvido para dar camino a expresiones musicales modernas que nada tienen que ver con la realidad de nuestra tierra y mucho menos con su diario vivir
Armando Zarazú Aldave.
Es bueno recordar que, los que ya peinamos canas, escuchamos de niños historias familiares o de personajes de nuestra provincia ligadas o relacionadas a Cajatambo. El escritor Alberto Carrillo Ramírez, en su libro Luis Pardo “el gran bandido” menciona algunas aventuras del famoso bandolero acaecidas en Cajatambo.
A propósito de este instrumento y su identificación con la música del sur de nuestro departamento (Ferrier, Párr. 2) dice “El departamento de Ancash -particularmente la zona sur, que tienen fronteras comunes con los departamentos de Huánuco y Lima (Cajatambo)- es parte del proceso que vamos a analizar, no solo por la procedencia de muchos arpistas y cantantes- sino también por las influencias musicales que ha tenido esta área” (Ferrer. Párr. 2) El arpa es un instrumento ampliamente difundido en esta área de Ancash, es participante indispensable en casi todas las danzas tradicionales, ya sea como solista, caso de los diablitos o como parte base de la orquesta que acompaña al inca y sus pallas, en ambas danzas y en todas las demás, el huayno es el cierre obligado.
Una de las peculiaridades músico-culturales de esta zona está representada por sus bandas de músicos, entre las cuales de acuerdo con Robles Huanri y Llipa (Ocros), Mangas y Huasta (Bolognesi) son pueblos en los que se han formado las mejores bandas de esa región. Por otro lado, las costumbres muy diferentes de sus fiestas patronales celebradas anualmente han contribuido para que el huayno de esa área conserve su esencia y características que la hace especial y sin competencia en dicha zona. Asimismo, Román Robles Mendoza menciona a la Banda Santa Cecilia de Cátac y especifica que “este grupo musical es el único que comparte sus servicios musicales con dos grupos culturales, el del Callejón de Huaylas y el de las dos provincias del sur del departamento, lo que se traduce en doble oportunidad de trabajo”.
Por lo dicho anteriormente no se vaya a creer que el sur del departamento de Ancash carece de intérpretes de calidad. Los hay, solo que dadas las características especiales de la música que cultivan su público es más reducido. Sin embargo, en los últimos años, intérpretes de como Nieves Alvarado Aldave, Carlos Oro Lázaro, Judith Balarezo Minaya y Zeny Garro Cerrate han roto esa barrera y hoy en día interactúan artísticamente con sus pares del resto del departamento, en escenarios de dentro del departamento o en la gran Lima, en donde vive una tercera parte de la población del Perú y por ende es receptora de la calidad artística de estos nuevos representantes de la parte sur de nuestro departamento.
La huaylishada
En la zona sur del departamento de Áncash existe y se practica con entusiasmo inigualable una danza grupal llamada huaylishada, esta consiste básicamente en que los participantes, sin distinción de sexos, se enlazan por los brazos y comienzan una interminable huaylishada vespertina por las calles del pueblo y recorren danzando por las calles del pueblo al compás de una música especial interpretada por una banda de músicos u orquesta de cuerdas. Los participantes van formando grupos de ocho a diez o más bailarines, los cuales dan algunos pasos adelante para luego volver retrocediendo, algunas veces dos grupos se ponen frente a frente, siempre bailando y dando giros como en las rondas infantiles. Esta música y baile se practica en todos los pueblos de lo que se conoce como la parte sur del departamento. En otros lugares a esta forma de música se la conoce como pasacalle. Es bueno y necesario mencionar a modo de anécdota, que la huaylishada es un baile que permite a los jóvenes acercarse muy disimuladamente a la ninfa de sus sueños…sin despertar sospechas inoportunas ¡cuántas parejas que ahora ya peinan canas habrán iniciado sus amores al compás de una alegre huaylishada! Cuyo final es un alegre huayno con su respectiva fuga.
El rayán
Es otra versión del huayno característico de la misma zona sur de nuestro departamento que se baila en ocasiones especiales, tales como techa de casa, fiesta de Corpus Cristi, carnavales y en casa de algún funcionario durante la salva de la fiesta patronal, sobre todo en la ciudad de Chiquián. Además, las agrupaciones de rocandoras, como se las llama, más mentadas eran las que provenían de Olleros y que son contratadas para a fiesta de San Miguel de Aquia, pasando de allí a la fiesta de San Francisco, patrón de Chiquián. En las techas de casa, para la jolgapada la música la interpreta un pito y caja, tocada por una sola persona; el ejecutante más conocido y famoso de esta música era el señor Antonio Padua. Muy lamentablemente, por cierto, esta música va quedando en el olvido para dar camino a expresiones musicales modernas que nada tienen que ver con la realidad de nuestra tierra y mucho menos con su diario vivir
Armando Zarazú Aldave.