Armando zarazú aldave
DÍA DEL MAESTRO PERUANO
Como todos los años, en nuestro país, el 6 de julio se celebra de Día del Maestro, fecha en la cual los estudiantes de todas las épocas rinden homenaje a quienes dedican, y dedicaron, su vida a inculcar a sus estudiantes, no solamente los conocimientos básicos o elementales del currículo educacional programado, sino, lo más importante, los valores primordiales e intrínsecos que todo ser humano debe tener para poder recorrer con éxito el largo y difícil camino de la vida.
La fecha dedicada a reconocer el esfuerzo de los educadores no es la misma en todos los países que lo celebran, esta ha sido escogida en relación a personajes o eventos que hayan tenido algo que ver el proceso educativo en sus respectivos países; en nuestra tierra el día escogido es en recuerdo de la fundación de la primera Escuela Normal de Maestros el año de 1822 por el libertador general don José de San Martín. En su interés de que fecha tan magna sea celebrada el mismo día a nivel mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO por sus siglas en inglés, ha declarado el 5 de octubre como el DÍA MUNDIAL DEL DOCENTE.
El que escribe estas líneas, maestro de profesión, hijo de maestra y nieto de maestros, tuvo la suerte de pasar su infancia en varios de los humildes poblados de nuestra provincia y ver entusiasmado como, a la media noche llegaban los alumnos de su madre con cantos y poesías, preparados por ellos mismos; además del infaltable ponche, elaborado por sus padres que los acompañaban. Algunas veces un sabroso caldo de gallina era el complemento perfecto de tan amena y generosa muestra de afecto a la maestra.
A mediados de este mes de junio que ya nos deja apareció en El economista, revista internacional de reconocido prestigio, un artículo sobre educación en el cual se sostiene que “el maestro se hace, no nace”. La fundamentación de dicha teoría es que en la actualidad los centros de preparación para maestros, así como las nuevas teorías pedagógicas, aunadas a la modernísima tecnología, son capaces de convertir en maestro a cualquier títere con cabeza que busque serlo y estudie la carrera por supuesto. Personalmente estoy en desacuerdo con esa teoría debido a que no basta poseer los mejores conocimientos de las teorías pedagógicas más avanzadas, que si bien es cierto son necesarias, pero no suficientes si el aspirante a maestro no posee ese carácter especial e inspirador que debe poseer el buen maestro.
El efecto positivo e inspirador que un maestro puede tener en sus estudiantes es inmenso y decisivo para la formación del educando y su posterior inclusión en la dura realidad de la vida. De allí que es reconfortante para un educador saberse reconocido por aquellos a quienes ayudó a formar y que no lo olvidan, visitándolo en su cumpleaños, cuando está enfermo o simplemente porque quieren hacerle saber cuánto aprecian sus enseñanzas y que no lo olvidan ¡Es el mejor regalo para un maestro!
Esta revista digital nació en marzo del año pasado, su aparición no hubiera sido posible sin la decisiva participación de la joven estudiante, señorita Devyn Bartosiewicz, a quien tuve el placer de tener como estudiante; ella invirtió los papeles y tuvo la paciencia suficiente como para enseñar y guiar a su viejo maestro por los intrincados caminos de la cibernética. Devyn acaba de terminar la secundaria con altos honores y, debido a su esfuerzo y dedicación al estudio, ha sido aceptada en la Universidad de Connecticut. Gracias Devin, a nombre mío y de Chiquianmarka. Te deseamos lo mejor y estamos seguros que sabrás triunfar y llegar a la meta que te has propuesto.
Nota.- La fotografía que acompaña esta nota fue tomada durante la ceremonia de graduación de Devyn, el pasado 19 de Junio.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]
Como todos los años, en nuestro país, el 6 de julio se celebra de Día del Maestro, fecha en la cual los estudiantes de todas las épocas rinden homenaje a quienes dedican, y dedicaron, su vida a inculcar a sus estudiantes, no solamente los conocimientos básicos o elementales del currículo educacional programado, sino, lo más importante, los valores primordiales e intrínsecos que todo ser humano debe tener para poder recorrer con éxito el largo y difícil camino de la vida.
La fecha dedicada a reconocer el esfuerzo de los educadores no es la misma en todos los países que lo celebran, esta ha sido escogida en relación a personajes o eventos que hayan tenido algo que ver el proceso educativo en sus respectivos países; en nuestra tierra el día escogido es en recuerdo de la fundación de la primera Escuela Normal de Maestros el año de 1822 por el libertador general don José de San Martín. En su interés de que fecha tan magna sea celebrada el mismo día a nivel mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO por sus siglas en inglés, ha declarado el 5 de octubre como el DÍA MUNDIAL DEL DOCENTE.
El que escribe estas líneas, maestro de profesión, hijo de maestra y nieto de maestros, tuvo la suerte de pasar su infancia en varios de los humildes poblados de nuestra provincia y ver entusiasmado como, a la media noche llegaban los alumnos de su madre con cantos y poesías, preparados por ellos mismos; además del infaltable ponche, elaborado por sus padres que los acompañaban. Algunas veces un sabroso caldo de gallina era el complemento perfecto de tan amena y generosa muestra de afecto a la maestra.
A mediados de este mes de junio que ya nos deja apareció en El economista, revista internacional de reconocido prestigio, un artículo sobre educación en el cual se sostiene que “el maestro se hace, no nace”. La fundamentación de dicha teoría es que en la actualidad los centros de preparación para maestros, así como las nuevas teorías pedagógicas, aunadas a la modernísima tecnología, son capaces de convertir en maestro a cualquier títere con cabeza que busque serlo y estudie la carrera por supuesto. Personalmente estoy en desacuerdo con esa teoría debido a que no basta poseer los mejores conocimientos de las teorías pedagógicas más avanzadas, que si bien es cierto son necesarias, pero no suficientes si el aspirante a maestro no posee ese carácter especial e inspirador que debe poseer el buen maestro.
El efecto positivo e inspirador que un maestro puede tener en sus estudiantes es inmenso y decisivo para la formación del educando y su posterior inclusión en la dura realidad de la vida. De allí que es reconfortante para un educador saberse reconocido por aquellos a quienes ayudó a formar y que no lo olvidan, visitándolo en su cumpleaños, cuando está enfermo o simplemente porque quieren hacerle saber cuánto aprecian sus enseñanzas y que no lo olvidan ¡Es el mejor regalo para un maestro!
Esta revista digital nació en marzo del año pasado, su aparición no hubiera sido posible sin la decisiva participación de la joven estudiante, señorita Devyn Bartosiewicz, a quien tuve el placer de tener como estudiante; ella invirtió los papeles y tuvo la paciencia suficiente como para enseñar y guiar a su viejo maestro por los intrincados caminos de la cibernética. Devyn acaba de terminar la secundaria con altos honores y, debido a su esfuerzo y dedicación al estudio, ha sido aceptada en la Universidad de Connecticut. Gracias Devin, a nombre mío y de Chiquianmarka. Te deseamos lo mejor y estamos seguros que sabrás triunfar y llegar a la meta que te has propuesto.
Nota.- La fotografía que acompaña esta nota fue tomada durante la ceremonia de graduación de Devyn, el pasado 19 de Junio.
Armando Zarazú Aldave
[email protected]