LA PENCA DE GRANDES RECUERDOS: EL WHATSAPP DE LOS ANDES
Esta entrañable planta, de tallo grueso y cuchillas carnosas de origen incierto, (Opuntia ficus) conocida también como palera, penca, tuna, chumbera, de la familia de las cactáceas; es muy familiar, en todos los distritos de nuestra provincia de Bolognesi, pues está vigente y expectante, por los arcillosos y agrestes caminos, unas veces en forma silvestre, y otras sirviendo con un fin especifico para el hombre, creciendo con sus hojas como espadas, que perfectamente sirven para escoltar y cuidar a las chacras, viven como una corona erguida muy altiva, y por motivación de las lluvias, hasta nacen por encima de las gruesas tapias.
Es, y fue, la fiel confidente de los antiguos amoríos, tan igual como ahora, reemplazado por la modernidad. “sirvió como el WHATSAPP de nuestro ayer”, recuerdo que en sus hojas escribía los encargos a mi amada, cuando bajaba por la catarata de Usgor donde hacia un alto con esta intención, para seguir con rumbo a la catarata de amor.
En sus ramas como brazos planos, hay grabadas confesiones, y amor de muchos corazones, para la penca no hay sequía, crece sola, es muy férrea, impía, al pasar por los sembríos, se la evita, se la esquiva, pues ella vigila muy segura y cautiva.
Las pencas, en sus espadas tienen un negro aguijón, y en sus bordes diminutas púas, ellas, a los inquietos y osados, con sus puyas, con sus púas, hincan produciendo una cruel lamentación:
¡hay! ¡maldición!, ¡qué tal inyección!
Y para engalanar a nuestros lectores esta linda reflexión:
ANTES
Ya nadie dice: ¡Kaylacho parlarishun!
ya dejaron de grabarse como antes:
en los tapiales, en los troncos, en las pencas:
Alberto y María, Liduvina y Pablo,
Sixto y Rosalía, dentro de dos corazones
juntos y enlazados.
Ahora esos amores, tiernos y vetustos
al ser leídos: en las pencas, en los tapiales,
extrañados se comentan: ¡Que forma antigua
de enamorar……….!Achallau!
Alex Milla Curi
[email protected]
Es, y fue, la fiel confidente de los antiguos amoríos, tan igual como ahora, reemplazado por la modernidad. “sirvió como el WHATSAPP de nuestro ayer”, recuerdo que en sus hojas escribía los encargos a mi amada, cuando bajaba por la catarata de Usgor donde hacia un alto con esta intención, para seguir con rumbo a la catarata de amor.
En sus ramas como brazos planos, hay grabadas confesiones, y amor de muchos corazones, para la penca no hay sequía, crece sola, es muy férrea, impía, al pasar por los sembríos, se la evita, se la esquiva, pues ella vigila muy segura y cautiva.
Las pencas, en sus espadas tienen un negro aguijón, y en sus bordes diminutas púas, ellas, a los inquietos y osados, con sus puyas, con sus púas, hincan produciendo una cruel lamentación:
¡hay! ¡maldición!, ¡qué tal inyección!
Y para engalanar a nuestros lectores esta linda reflexión:
ANTES
Ya nadie dice: ¡Kaylacho parlarishun!
ya dejaron de grabarse como antes:
en los tapiales, en los troncos, en las pencas:
Alberto y María, Liduvina y Pablo,
Sixto y Rosalía, dentro de dos corazones
juntos y enlazados.
Ahora esos amores, tiernos y vetustos
al ser leídos: en las pencas, en los tapiales,
extrañados se comentan: ¡Que forma antigua
de enamorar……….!Achallau!
Alex Milla Curi
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