Ricardo santos albornoz
EL AYLLU Y LA AYUDA MUTUA
[email protected]Durante el Tahuantinsuyo y desde mucho tiempo atrás la población estaba organizada en ayllus. El ayllu era la base de la organización social andina. Estaba estructurado a partir de las familias nucleares que permanecían unidas por lazos de parentesco, fundados en la creencia de descender de un antepasado común. Este podía ser mítico o real, pero en todos los casos su momia (mallqui) era objeto de un culto que, junto con el tributado a la tierra y a sus divinidades tutelares, daban sentido a las diversas relaciones establecidas entre los miembros del ayllu.
El ayllu estaba conformado por los padres, abuelos, hermanos, primos y también los parientes lejanos.
Los vínculos del ayllu consistían en lo económico a través del trabajo, vínculo de sangre (descendencia de los antepasados), vínculo de gobierno (el curaca), vínculo de lengua y religión, y vínculo territorial.
El ayllu como grupo era el poseedor de las tierras, el agua y el ganado, a los cuales todos los miembros tenían derecho siempre que cumplieran con las obligaciones establecidas.
El parentesco era fundamental en la economía del ayllu. Todos tenían la obligación de ayudar a sus parientes (los miembros del ayllu), y en el derecho de exigir la ayuda de ellos en caso necesario. Así se cumplía el principio fundamental del ayllu: la ayuda mutua.
Un ayllu numeroso disponía de más personas para trabajar en beneficio del pariente. Por eso, una persona rica en el mundo andino era aquella que tenía muchos parientes y podía obtener más ayuda dentro de su ayllu.
El tamaño de las parcelas asignadas a los miembros del ayllu variaba de acuerdo al tamaño y al sexo de los integrantes del grupo familiar.
Las parcelas entregadas en usufructo debían ser trabajadas para no perder el derecho sobre ellas. En los periodos de siembra, de cosecha o cuando los recién casados construían sus casas, las prestaciones recíprocas entraban en juego, quedando obligado el que pedía ayuda a devolver en la misma forma, cuando se le solicitaba.
El trabajo de las tierras comunales lo realizaban todos los miembros del ayllu y era organizado por el curaca, junto con el Llacta Camayoc. Los bienes producidos ene estas tierras eran almacenados y repartidos por el Curaca a quienes lo necesitasen (redistribución). El trabajo colectivo o minca se organizaba también para la construcción de depósitos y canales de riego o también para la construcción de depósitos y canales de riego o andenes de cultivo, así como para su mantenimiento y limpieza periódica.
La asignación de las tareas se establecía de acuerdo con la edad y el sexo de los miembros del ayllu. Los ancianos, las viudas, los huérfanos y los inválidos recibían la ayuda de los demás para el trabajo de sus parcelas, pero no estaban exonerados del trabajo colectivo. A los ancianos y los inválidos de acuerdo a su condición física, se les enseñaban tareas de supervisión. Guamán Poma menciona que a tales personas se las ponía a cargo de la distribución de las aguas de regadío.
El ideal de los miembros del ayllu era conseguir la autosuficiencia económica, para lo cual organizaron sus comunidades sobre la base de la complementariedad ecológica. Por tal motivo el territorio del ayllu no abarcó necesariamente una zona compacta, homogénea y bien diferenciada.
Los ayllus serranos en su mayor parte estuvieron conformados por agricultores que compartían diversos pisos ecológicos, pero hubo otros integrados tanto por agricultores como por ganaderos. En tal sentido los pastizales de forraje corto ubicados en las punas eran usufructuados por todos los miembros de la comunidad.
El ayllu estaba conformado por los padres, abuelos, hermanos, primos y también los parientes lejanos.
Los vínculos del ayllu consistían en lo económico a través del trabajo, vínculo de sangre (descendencia de los antepasados), vínculo de gobierno (el curaca), vínculo de lengua y religión, y vínculo territorial.
El ayllu como grupo era el poseedor de las tierras, el agua y el ganado, a los cuales todos los miembros tenían derecho siempre que cumplieran con las obligaciones establecidas.
El parentesco era fundamental en la economía del ayllu. Todos tenían la obligación de ayudar a sus parientes (los miembros del ayllu), y en el derecho de exigir la ayuda de ellos en caso necesario. Así se cumplía el principio fundamental del ayllu: la ayuda mutua.
Un ayllu numeroso disponía de más personas para trabajar en beneficio del pariente. Por eso, una persona rica en el mundo andino era aquella que tenía muchos parientes y podía obtener más ayuda dentro de su ayllu.
El tamaño de las parcelas asignadas a los miembros del ayllu variaba de acuerdo al tamaño y al sexo de los integrantes del grupo familiar.
Las parcelas entregadas en usufructo debían ser trabajadas para no perder el derecho sobre ellas. En los periodos de siembra, de cosecha o cuando los recién casados construían sus casas, las prestaciones recíprocas entraban en juego, quedando obligado el que pedía ayuda a devolver en la misma forma, cuando se le solicitaba.
El trabajo de las tierras comunales lo realizaban todos los miembros del ayllu y era organizado por el curaca, junto con el Llacta Camayoc. Los bienes producidos ene estas tierras eran almacenados y repartidos por el Curaca a quienes lo necesitasen (redistribución). El trabajo colectivo o minca se organizaba también para la construcción de depósitos y canales de riego o también para la construcción de depósitos y canales de riego o andenes de cultivo, así como para su mantenimiento y limpieza periódica.
La asignación de las tareas se establecía de acuerdo con la edad y el sexo de los miembros del ayllu. Los ancianos, las viudas, los huérfanos y los inválidos recibían la ayuda de los demás para el trabajo de sus parcelas, pero no estaban exonerados del trabajo colectivo. A los ancianos y los inválidos de acuerdo a su condición física, se les enseñaban tareas de supervisión. Guamán Poma menciona que a tales personas se las ponía a cargo de la distribución de las aguas de regadío.
El ideal de los miembros del ayllu era conseguir la autosuficiencia económica, para lo cual organizaron sus comunidades sobre la base de la complementariedad ecológica. Por tal motivo el territorio del ayllu no abarcó necesariamente una zona compacta, homogénea y bien diferenciada.
Los ayllus serranos en su mayor parte estuvieron conformados por agricultores que compartían diversos pisos ecológicos, pero hubo otros integrados tanto por agricultores como por ganaderos. En tal sentido los pastizales de forraje corto ubicados en las punas eran usufructuados por todos los miembros de la comunidad.