armando zarazú aldave
MARZO MES DE LA MUJER
El 8 de marzo se conmemora en la mayor parte de países del mundo el Día Internacional de la mujer, este año la Organización de las Naciones Unidas ONU lo declarado “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”, con la finalidad de hacer que la moderna tecnología esté al alcance de las manos de la mujer, meta quien sabe utópica debido a la situación económica y más que nada cultural de algunos países.
La historia de la humanidad se ha caracterizado por haber sido escrita por el hombre, realzando al hombre y, en beneficio del hombre, sin considerar que, la compañera de este, la mujer, ha sido partícipe de sus penurias y triunfos, lo cual, sin duda alguna, es una de las más grandes injusticias que todavía subsisten dentro de la humanidad. En pleno siglo XXI todavía existen países en donde las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda clase, sin derecho a gozar de los mismos beneficios que, la sociedad, otorga a sus contrapartes del sexo opuesto, en buen castellano, los hombres. En realidad, es mucho todavía lo que falta hacer para considerar que la mujer, realmente está en la misma situación del hombre. Es necesario, por lo tanto, crear conciencia y educar a la sociedad para que, algún día, se pueda decir realmente que existe igualdad entre el hombre y la mujer.
La mujer ha estado presente, desde los tiempos iniciales de la humanidad y en todas las culturas que han existido, como parte activa de la sociedad en que le tocó vivir. Sin embargo, su participación siempre fue ignorada en una historia escrita, casi siempre desde el punto de vista masculino, la cual olvida que la participación de la mujer, en el cotidiano vivir, ha sido fundamental para el desarrollo y progreso de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales se trató de minimizar el papel de la mujer en la sociedad, como si su participación hubiera sido inexistente y, si alguna vez se le menciona, es como esposa o compañera de hombres públicos, cuyos méritos si merecen ser mencionados y recordados. Las páginas de los libros de historia hablan de conflictos políticos, guerras entre países y reyes poderosos; campos en los cuales la mujer, salvo contadas ocasiones, no tuvo oportunidad de destacar. En realidad, la historia siempre ha sido injusta con la mujer y es recién, en las últimas décadas, que los científicos sociales, han empezado a replantear y reconocer el papel de la mujer, no solo dentro de la sociedad, sino también en el mundo en el cual se desarrolla.
En las últimas décadas, al mismo tiempo que los estudios acerca de la situación de la mujer en nuestra sociedad han ido avanzando, los dedicados a investigar sobre el tema, han comenzado a descubrir la grandeza y trabajo realizado por algunas mujeres célebres. Parte de este material es fácil de conseguir en bibliotecas, crónicas, códigos legales, biografías y archivos eclesiásticos. Otra fuente de información aparece como consecuencia del estudio de la cultura popular, a la cual la mujer está íntimamente muy ligada por su condición de madre y trabajadora.
Sin embargo, y muy lamentablemente, por cierto, todavía existe la desigualdad en el campo laboral, la paridad salarial, acceso a ciertos campos académicos y de trabajo. Sin embargo, y esto es penoso decirlo, la violencia contra la mujer se ha incrementado año a año, todavía existen índices demasiado altos de violencia doméstica contra la mujer.
Si bien es cierto que se logrado algunos avances es bueno recordar al poeta César Vallejo cuando decía “Hay hermanos muchísimo que hacer…”
Armando Zarazú Aldave
La historia de la humanidad se ha caracterizado por haber sido escrita por el hombre, realzando al hombre y, en beneficio del hombre, sin considerar que, la compañera de este, la mujer, ha sido partícipe de sus penurias y triunfos, lo cual, sin duda alguna, es una de las más grandes injusticias que todavía subsisten dentro de la humanidad. En pleno siglo XXI todavía existen países en donde las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda clase, sin derecho a gozar de los mismos beneficios que, la sociedad, otorga a sus contrapartes del sexo opuesto, en buen castellano, los hombres. En realidad, es mucho todavía lo que falta hacer para considerar que la mujer, realmente está en la misma situación del hombre. Es necesario, por lo tanto, crear conciencia y educar a la sociedad para que, algún día, se pueda decir realmente que existe igualdad entre el hombre y la mujer.
La mujer ha estado presente, desde los tiempos iniciales de la humanidad y en todas las culturas que han existido, como parte activa de la sociedad en que le tocó vivir. Sin embargo, su participación siempre fue ignorada en una historia escrita, casi siempre desde el punto de vista masculino, la cual olvida que la participación de la mujer, en el cotidiano vivir, ha sido fundamental para el desarrollo y progreso de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales se trató de minimizar el papel de la mujer en la sociedad, como si su participación hubiera sido inexistente y, si alguna vez se le menciona, es como esposa o compañera de hombres públicos, cuyos méritos si merecen ser mencionados y recordados. Las páginas de los libros de historia hablan de conflictos políticos, guerras entre países y reyes poderosos; campos en los cuales la mujer, salvo contadas ocasiones, no tuvo oportunidad de destacar. En realidad, la historia siempre ha sido injusta con la mujer y es recién, en las últimas décadas, que los científicos sociales, han empezado a replantear y reconocer el papel de la mujer, no solo dentro de la sociedad, sino también en el mundo en el cual se desarrolla.
En las últimas décadas, al mismo tiempo que los estudios acerca de la situación de la mujer en nuestra sociedad han ido avanzando, los dedicados a investigar sobre el tema, han comenzado a descubrir la grandeza y trabajo realizado por algunas mujeres célebres. Parte de este material es fácil de conseguir en bibliotecas, crónicas, códigos legales, biografías y archivos eclesiásticos. Otra fuente de información aparece como consecuencia del estudio de la cultura popular, a la cual la mujer está íntimamente muy ligada por su condición de madre y trabajadora.
Sin embargo, y muy lamentablemente, por cierto, todavía existe la desigualdad en el campo laboral, la paridad salarial, acceso a ciertos campos académicos y de trabajo. Sin embargo, y esto es penoso decirlo, la violencia contra la mujer se ha incrementado año a año, todavía existen índices demasiado altos de violencia doméstica contra la mujer.
Si bien es cierto que se logrado algunos avances es bueno recordar al poeta César Vallejo cuando decía “Hay hermanos muchísimo que hacer…”
Armando Zarazú Aldave