armando zarazú
EL SINCRETISMO RELIGIOSO DE LA NAVIDAD
Estamos a escasos días de la Navidad y todo el mundo Cristiano, incluso el no Cristiano, se apresta a celebrar el nacimiento de Jesucristo. Lo harán en la noche del 24 de diciembre. Sin embargo, debemos de preguntarnos ¿Por qué ese día y no otro? Sobre todo, si de ese acontecimiento no se ha encontrado documento histórico que lo verifique. Además, no existe ninguna prueba científica que tal evento haya sucedido en esa fecha, aparte del dogma religioso por cierto. La respuesta es más mundana y práctica. Uno de los factores para que la religión cristiana se haya convertido en una religión casi universal es que, en el año 380 D.C., fue adoptada como religión oficial del imperio romano, la potencia mundial de ese entonces, donde, como en toda sociedad basada en la agricultura, el calendario astronómico jugaba un papel importante. El 24 de diciembre los romanos celebraban el solisticio de invierno, fecha en la cual comenzaban a hacerse más cortas las noches y más largos los días.
Como se puede deducir, esa fecha era fundamental en el calendario de las fiestas religiosas precristianas en Roma; algo similar sucede con el Inti Raymi de los incas, la más importante festividad solar del hemisferio sur precolombino, celebrado el 24 de junio, que corresponde al solisticio de invierno. Así, al extenderse el cristianismo en el mundo, impuso su festividad más importante, el nacimiento de Cristo, sobre los antiguos cultos solares.
Una de las manifestaciones culturales que España trajo al nuevo mundo fue el cristianismo, más concretamente el catolicismo, cuya difusión fue una de las justificaciones para la conquista; demás está decir que sus ideas religiosas e influencia cultural en sus nuevos dominios jugaron un papel importante en nuestras tradiciones. Hasta hace algunos años la festividad de los Reyes Magos era muy importante en Latinoamérica, era el seis de enero cuando los niños recibían sus regalos, costumbre que aún se mantiene en algunos países caribeños. En nuestra tierra todavía se realizan las llamadas fiestas de bajada de reyes y que antaño eran celebradas con gran boato, eventos sociales de los cuales nos hablan el tradicionalista Ricardo Palma y el escritor costumbrista José Gálvez. Es bueno recordar que, de acuerdo a la tradición, lo Reyes Magos son originarios de Persia, país de indudable fe musulmana, algo importante para España, en donde los musulmanes tuvieron gran influencia cultural gracias a sus casi ocho siglos de dominación en la península ibérica.
A inicios del siglo pasado la influencia cultural española declina en nuestros países hispanoparlantes y comienza a aparecer otra totalmente diferente, tanto cultural como climática si se quiere. Los países nórdicos europeos, a través de Inglaterra primero y de Estados Unidos después, hacen sentir su presencia en nuestra navidad, con nuevos personajes y componentes de la tradición celta. Aparece Santa Claus o papá Noel, con ropa de invierno y montado en un trineo que se desliza sobre nieve imaginaria de algodón; al igual que el árbol de Navidad, un pino que tiene que ser artificial debido a que no existe en nuestras latitudes. De esta forma, los tradicionales nacimientos o pesebres, como también se les conoce, van cediendo espacio a otras formas de expresar la Navidad. Sin embargo, ya se puede ver como estos nuevos símbolos navideños van siendo “adaptados” a la realidad latinoamericana, Un claro ejemplo de ello es el papá Noel con chullo, poncho y una alforja al hombro que ha comenzado a aparecer en los mercados navideños de nuestra tierra.
Podemos deducir entonces, que el cristianismo consiguió imponerse en el mundo a costa de múltiples transacciones con las antiguas tradiciones locales. De allí el carácter sincrético (1) de la Navidad, fiesta que es celebrada incluso por los no creyentes.
Es necesario también, hacer mención acerca de la forma tan peculiar como los pueblos andinos celebran la navidad. Lo hacen con canciones y bailes muy característicos, de indudable influencia española. Además, el negro llegado en calidad de esclavo junto con los españoles, también es representado durante las fiestas navideñas. Comparsas de hombres con máscaras de color negro, campanillas, bastones o látigos de cuero, salen a bailar por las calles acompañados de orquestas o bandas de músicos. Son muy famosos los negritos de Huánuco. En nuestro querido Chiquián y en casi todos los pueblos aledaños la danza de los negritos es muy popular en las festividades de fin año.
Una buena forma de recordar la antigua Navidad, esa que solíamos gozar de niños y que no era tan comercial como la de ahora, es entonando las estrofas de esta preciosa canción navideña:
Como se puede deducir, esa fecha era fundamental en el calendario de las fiestas religiosas precristianas en Roma; algo similar sucede con el Inti Raymi de los incas, la más importante festividad solar del hemisferio sur precolombino, celebrado el 24 de junio, que corresponde al solisticio de invierno. Así, al extenderse el cristianismo en el mundo, impuso su festividad más importante, el nacimiento de Cristo, sobre los antiguos cultos solares.
Una de las manifestaciones culturales que España trajo al nuevo mundo fue el cristianismo, más concretamente el catolicismo, cuya difusión fue una de las justificaciones para la conquista; demás está decir que sus ideas religiosas e influencia cultural en sus nuevos dominios jugaron un papel importante en nuestras tradiciones. Hasta hace algunos años la festividad de los Reyes Magos era muy importante en Latinoamérica, era el seis de enero cuando los niños recibían sus regalos, costumbre que aún se mantiene en algunos países caribeños. En nuestra tierra todavía se realizan las llamadas fiestas de bajada de reyes y que antaño eran celebradas con gran boato, eventos sociales de los cuales nos hablan el tradicionalista Ricardo Palma y el escritor costumbrista José Gálvez. Es bueno recordar que, de acuerdo a la tradición, lo Reyes Magos son originarios de Persia, país de indudable fe musulmana, algo importante para España, en donde los musulmanes tuvieron gran influencia cultural gracias a sus casi ocho siglos de dominación en la península ibérica.
A inicios del siglo pasado la influencia cultural española declina en nuestros países hispanoparlantes y comienza a aparecer otra totalmente diferente, tanto cultural como climática si se quiere. Los países nórdicos europeos, a través de Inglaterra primero y de Estados Unidos después, hacen sentir su presencia en nuestra navidad, con nuevos personajes y componentes de la tradición celta. Aparece Santa Claus o papá Noel, con ropa de invierno y montado en un trineo que se desliza sobre nieve imaginaria de algodón; al igual que el árbol de Navidad, un pino que tiene que ser artificial debido a que no existe en nuestras latitudes. De esta forma, los tradicionales nacimientos o pesebres, como también se les conoce, van cediendo espacio a otras formas de expresar la Navidad. Sin embargo, ya se puede ver como estos nuevos símbolos navideños van siendo “adaptados” a la realidad latinoamericana, Un claro ejemplo de ello es el papá Noel con chullo, poncho y una alforja al hombro que ha comenzado a aparecer en los mercados navideños de nuestra tierra.
Podemos deducir entonces, que el cristianismo consiguió imponerse en el mundo a costa de múltiples transacciones con las antiguas tradiciones locales. De allí el carácter sincrético (1) de la Navidad, fiesta que es celebrada incluso por los no creyentes.
Es necesario también, hacer mención acerca de la forma tan peculiar como los pueblos andinos celebran la navidad. Lo hacen con canciones y bailes muy característicos, de indudable influencia española. Además, el negro llegado en calidad de esclavo junto con los españoles, también es representado durante las fiestas navideñas. Comparsas de hombres con máscaras de color negro, campanillas, bastones o látigos de cuero, salen a bailar por las calles acompañados de orquestas o bandas de músicos. Son muy famosos los negritos de Huánuco. En nuestro querido Chiquián y en casi todos los pueblos aledaños la danza de los negritos es muy popular en las festividades de fin año.
Una buena forma de recordar la antigua Navidad, esa que solíamos gozar de niños y que no era tan comercial como la de ahora, es entonando las estrofas de esta preciosa canción navideña:
Venid pastorcillos
Venid a adora (bis)
Al rey de los cielos
Que ha nacido ya (bis)
En lecho de paja
Desnudo está (bis)
Quien ve las estrellas
A su pie bailar (bis)
Niño Manuelito
Que te puedo dar (bis)
Unos buñuelitos
Revueltos en miel (bis)
Venid a adora (bis)
Al rey de los cielos
Que ha nacido ya (bis)
En lecho de paja
Desnudo está (bis)
Quien ve las estrellas
A su pie bailar (bis)
Niño Manuelito
Que te puedo dar (bis)
Unos buñuelitos
Revueltos en miel (bis)
- Sincretismo: Sistema filosófico o religioso que pretende conciliar varias doctrinas diferentes.
Armando Zarazú