maría del pilar cárdenas márquez
SEMBLANZAS DEL AYER, RECORDANDO A DON MIGUEL L. CANO FORONDA
En el marco del aniversario de la Provincia de Bolognesi, considero que es importante poder compartir estas “Semblanzas del ayer, recordando a don Miguel L. Cano Foronda” junto a grandes hombres y mujeres comprometidos con la ardua tarea de fortalecer la Educación y la Cultura en nuestro medio, pues este valioso personaje es poco conocido y recordado por muchos sin embargo, es válido reconocer en él a una de las figuras que supo esculpir con filos dorados nuestra historia bolognesina con gran calidad humana y de manera altruista.
Miguel L. Cano Foronda, fue un ilustre hijo chiquiano, cuyo trabajo como Presidente del “Centro Unión Hijos de la Provincia de Bolognesi”, fue hacer de este Centro, una institución que surgió con grandes ideales en favor de nuestra provincia, y que además, cumplió una de las sagradas misiones, organizando por primera vez la celebración de los 43 años de la creación política de la Provincia de Bolognesi, cuyo nombre perpetúa la inmortal figura del héroe de Arica.
La celebración del 43° Aniversario de la Provincia de Bolognesi (22 de octubre de 1946), fue un hecho de relevancia, de carácter histórico y de gran significado, predestinada a perdurar en el tiempo gracias al esfuerzo, la dedicación y el amor por nuestra provincia, pues para Miguel L. Cano Foronda, esta celebración significaba que la circunscripción territorial es para el ciudadano lo que la casa es para el hombre: su centro de reunión, su eje de estabilidad, su espacio de vida, su hogar. Para este insigne personaje, la celebración del Aniversario de la provincia de Bolognesi iba más allá del sentimiento y de la emoción, abriendo paso a la reflexión y buscar la solución de intereses comunes, dejando de lado los intereses personales que suelen ser siempre mezquinos.
En un mensaje irradiado con motivo de esta celebración, don Miguel L. Cano Foronda, dejó traslucir a la población, que sin lugar a dudas aquel Aniversario debería encontrarlos juntos, sin distinción ni separación posible, animados por el espíritu de cordialidad familiar que llega a tener conciencia de su destino y donde sus componentes habrán de ser iguales, sin jerarquías ni clases, unidos por el afloramiento del amor a la patria chica, buscando que se haga realidad el anhelo de todos, que la provincia de Bolognesi, sea grande, digna y de probada hidalguía como fiel expresión de aquel héroe que voló a la inmortalidad, defendiendo el territorio nacional.
Para Miguel L. Cano Foronda, recordar el histórico día del 22 de octubre de 1903, era rendir un justo homenaje a los hombres que hicieron posible la culminación de un gran anhelo, y que permanecían en el anonimato.
Conociendo un poco más sobre la vida de don Miguel L. Cano Foronda.
En un espacio prudente, con el consentimiento de quien abrió con nostalgia el baúl del recuerdo grato de quien impulsó con gran ímpetu y cariño sus pasos; y que en líneas más adelante, daré a conocer su nombre, comienzo de esta manera a narrar parte de su biografía:
Miguel Lorgio Cano Foronda, nació el 02 de marzo de 1887, en Chiquián, hijo de doña Asunción Foronda y de don Miguel Cano Márquez, quienes engendraron a seis hijos llamados: Emilia, Matilde, Clotilde, Santiago, Víctor y Miguel.
Miguel L. Cano Foronda, realizó sus estudios en el colegio Salesiano (Lima), más adelante se dedicaría a la actividad del comercio, a la venta de antigüedades, y a trabajar en el Ministerio de Hacienda, en los tiempos del gobierno del Presidente Prado; sin embargo, la dedicación por la práctica de una buena lectura e inclinación por las leyes, fue extraordinaria en él, puesto que, no habiendo contado con estudios en la materia, de manera autodidacta se instruía, contando para ello, con una pequeña e importante biblioteca, lo que hacía que se sumara a algunas causas de defensa justa en favor de la comunidad indígena de Chiquián, nombrada así en aquella época.
Casado ya, en su primer matrimonio tuvo un hijo llamado Arnaldo Cano Guzmán; y en un segundo matrimonio, casado con doña Cecilia Alejandrina Bravo Bravo, natural de Llaclla, tuvieron una hija y la bautizaron con el nombre de Élida Ruth Cano Bravo. Es ella, quien de manera muy especial comparte su testimonio con gran sentimiento y orgullo, describe a su padre como un hombre sensible, amoroso, comprensivo, pendiente de su hogar y trabajo, buen esposo, comprometido con sus ideales, querido y reconocido por sus entrañables amigos, poeta y romántico, con gran afición por el canto y la música, con grandes dotes para tocar el arpa y la guitarra e interpretar bellas composiciones como los huaynos de antaño, entre ellos “Paja Brava” junto a su amigo Jacinto Palacios, siendo una feliz costumbre en él, reunirse en rutina casi diaria, en horario de 12 a 01de la tarde, acompañado también de sus hermanos Santiago, Víctor y grandes amigos como don Fanor Alva para cantar y dialogar sobre diversos temas.
Estas alegres reuniones, llenaban de júbilo el bello jardín del reconocido y recordado “Hotel Bayer”, ubicado en el Jr. Bolognesi, el cual don Miguel L. Cano Foronda lo fundara junto a su esposa Cecilia Alejandrina Bravo Bravo, logrando sacar adelante con gran esfuerzo; y llamado así porque, “Si es Bayer, es bueno…”
Su fascinación por la buena comida, hacía que se degustaran en casa deliciosos potajes como el Jaca Locro de cuy, los exquisitos chicharrones, las tortas de maíz horneadas por doña “Alicha”, mi abuela.
Su vestir, era clásico y elegante, de la época, con camisa, corbata, chaleco con botones y dos bolsillos, saco oscuro, pañuelo; usaba anteojos, así como también lucía un hermoso reloj de oro, de tres tapas, sombrero de paño y llevaba un bastón como parte que complementaba su indumentaria.
Sin lugar a dudas, otra de sus aficiones, como buen chiquiano, fue pasear a caballo, el cual contaba con montura de plata, así llegaba a visitar a sus amigos hasta Huallanca y Huánuco, en Barranca a la familia Llanos Malpartida, a la familia Gamarra en Ticllos, a la familia Dextre Córdova en Llaclla; y de ese modo, cultivaba y formaba un corolario de amistades de gran arraigo, como don Abelardo Pardo Lezameta, Guillermo Bracale Ramos, Carlos Bracale Ramos, José Ramos, Isidro y Alberto Espejo, Jorge y Rubén Barnechea, y muchos más.
Fundador de la Revista Trimestral “PROVINCIA DE BOLOGNESI” del “Centro Unión Hijos de la Provincia de Bolognesi” (Lima, octubre de 1946), cuyo Director fue el Sr. Teodomiro Carrillo R., el Administrador Sr. Ángel Rabí Méndez y su Redactor Sr. Arnaldo Cano Guzmán (Hijo mayor).
Miguel L. Cano Foronda, fue un ilustre hijo chiquiano, cuyo trabajo como Presidente del “Centro Unión Hijos de la Provincia de Bolognesi”, fue hacer de este Centro, una institución que surgió con grandes ideales en favor de nuestra provincia, y que además, cumplió una de las sagradas misiones, organizando por primera vez la celebración de los 43 años de la creación política de la Provincia de Bolognesi, cuyo nombre perpetúa la inmortal figura del héroe de Arica.
La celebración del 43° Aniversario de la Provincia de Bolognesi (22 de octubre de 1946), fue un hecho de relevancia, de carácter histórico y de gran significado, predestinada a perdurar en el tiempo gracias al esfuerzo, la dedicación y el amor por nuestra provincia, pues para Miguel L. Cano Foronda, esta celebración significaba que la circunscripción territorial es para el ciudadano lo que la casa es para el hombre: su centro de reunión, su eje de estabilidad, su espacio de vida, su hogar. Para este insigne personaje, la celebración del Aniversario de la provincia de Bolognesi iba más allá del sentimiento y de la emoción, abriendo paso a la reflexión y buscar la solución de intereses comunes, dejando de lado los intereses personales que suelen ser siempre mezquinos.
En un mensaje irradiado con motivo de esta celebración, don Miguel L. Cano Foronda, dejó traslucir a la población, que sin lugar a dudas aquel Aniversario debería encontrarlos juntos, sin distinción ni separación posible, animados por el espíritu de cordialidad familiar que llega a tener conciencia de su destino y donde sus componentes habrán de ser iguales, sin jerarquías ni clases, unidos por el afloramiento del amor a la patria chica, buscando que se haga realidad el anhelo de todos, que la provincia de Bolognesi, sea grande, digna y de probada hidalguía como fiel expresión de aquel héroe que voló a la inmortalidad, defendiendo el territorio nacional.
Para Miguel L. Cano Foronda, recordar el histórico día del 22 de octubre de 1903, era rendir un justo homenaje a los hombres que hicieron posible la culminación de un gran anhelo, y que permanecían en el anonimato.
Conociendo un poco más sobre la vida de don Miguel L. Cano Foronda.
En un espacio prudente, con el consentimiento de quien abrió con nostalgia el baúl del recuerdo grato de quien impulsó con gran ímpetu y cariño sus pasos; y que en líneas más adelante, daré a conocer su nombre, comienzo de esta manera a narrar parte de su biografía:
Miguel Lorgio Cano Foronda, nació el 02 de marzo de 1887, en Chiquián, hijo de doña Asunción Foronda y de don Miguel Cano Márquez, quienes engendraron a seis hijos llamados: Emilia, Matilde, Clotilde, Santiago, Víctor y Miguel.
Miguel L. Cano Foronda, realizó sus estudios en el colegio Salesiano (Lima), más adelante se dedicaría a la actividad del comercio, a la venta de antigüedades, y a trabajar en el Ministerio de Hacienda, en los tiempos del gobierno del Presidente Prado; sin embargo, la dedicación por la práctica de una buena lectura e inclinación por las leyes, fue extraordinaria en él, puesto que, no habiendo contado con estudios en la materia, de manera autodidacta se instruía, contando para ello, con una pequeña e importante biblioteca, lo que hacía que se sumara a algunas causas de defensa justa en favor de la comunidad indígena de Chiquián, nombrada así en aquella época.
Casado ya, en su primer matrimonio tuvo un hijo llamado Arnaldo Cano Guzmán; y en un segundo matrimonio, casado con doña Cecilia Alejandrina Bravo Bravo, natural de Llaclla, tuvieron una hija y la bautizaron con el nombre de Élida Ruth Cano Bravo. Es ella, quien de manera muy especial comparte su testimonio con gran sentimiento y orgullo, describe a su padre como un hombre sensible, amoroso, comprensivo, pendiente de su hogar y trabajo, buen esposo, comprometido con sus ideales, querido y reconocido por sus entrañables amigos, poeta y romántico, con gran afición por el canto y la música, con grandes dotes para tocar el arpa y la guitarra e interpretar bellas composiciones como los huaynos de antaño, entre ellos “Paja Brava” junto a su amigo Jacinto Palacios, siendo una feliz costumbre en él, reunirse en rutina casi diaria, en horario de 12 a 01de la tarde, acompañado también de sus hermanos Santiago, Víctor y grandes amigos como don Fanor Alva para cantar y dialogar sobre diversos temas.
Estas alegres reuniones, llenaban de júbilo el bello jardín del reconocido y recordado “Hotel Bayer”, ubicado en el Jr. Bolognesi, el cual don Miguel L. Cano Foronda lo fundara junto a su esposa Cecilia Alejandrina Bravo Bravo, logrando sacar adelante con gran esfuerzo; y llamado así porque, “Si es Bayer, es bueno…”
Su fascinación por la buena comida, hacía que se degustaran en casa deliciosos potajes como el Jaca Locro de cuy, los exquisitos chicharrones, las tortas de maíz horneadas por doña “Alicha”, mi abuela.
Su vestir, era clásico y elegante, de la época, con camisa, corbata, chaleco con botones y dos bolsillos, saco oscuro, pañuelo; usaba anteojos, así como también lucía un hermoso reloj de oro, de tres tapas, sombrero de paño y llevaba un bastón como parte que complementaba su indumentaria.
Sin lugar a dudas, otra de sus aficiones, como buen chiquiano, fue pasear a caballo, el cual contaba con montura de plata, así llegaba a visitar a sus amigos hasta Huallanca y Huánuco, en Barranca a la familia Llanos Malpartida, a la familia Gamarra en Ticllos, a la familia Dextre Córdova en Llaclla; y de ese modo, cultivaba y formaba un corolario de amistades de gran arraigo, como don Abelardo Pardo Lezameta, Guillermo Bracale Ramos, Carlos Bracale Ramos, José Ramos, Isidro y Alberto Espejo, Jorge y Rubén Barnechea, y muchos más.
Fundador de la Revista Trimestral “PROVINCIA DE BOLOGNESI” del “Centro Unión Hijos de la Provincia de Bolognesi” (Lima, octubre de 1946), cuyo Director fue el Sr. Teodomiro Carrillo R., el Administrador Sr. Ángel Rabí Méndez y su Redactor Sr. Arnaldo Cano Guzmán (Hijo mayor).
De pie, en la 1ra. Fila, Sres. Heladio Allauca, Miguel Teobaldo Barba Cano, Orestes Ñato Barba y Porfirio Rivera Morán. 2da. Fila: Sres. Abel Alvarado, Alejandro Jara, Manuel Morán Arévalo, Serapio Ocrospoma, Arnaldo Cano Guzmán y Alberto Cano Alva. Sentados: Sres. Manuel Morán Peña, Miguel L. Cano Foronda, Amador Velásquez y Benjamín Núñez Cano.
La tragedia y el dolor que cubrió de tristeza la vida de don Miguel L. Cano Foronda.
Si hubo algo que marcó la vida de don Miguel L. Cano Foronda, fue la trágica muerte de su padre Don Miguel Cano Márquez, quien fue asesinado por los entonces llamados “montoneros”, que bajo el pretexto de derrocar al ex presidente Constitucional de la República General don Andrés Avelino Cáceres, el héroe de la Breña, tomaron una equivocada decisión, acabando con la vida de un hombre que demostró amor por su patria y por el proletariado indefenso, en tal sentido, fue víctima de quienes no lo supieron comprender (22 de marzo de 1920).
Años más tarde, en la ciudad de Lima, fallece su madre doña Asunción Foronda, quien supo al igual que su padre, inculcar en él valores, cuya práctica se vieron reflejados a lo largo de su vida. Y es en el Cementerio el Ángel (Lima), ante su tumba, que dedica unos versos muy sentidos, titulándolos: “A mi madrecita ausente”
Si hubo algo que marcó la vida de don Miguel L. Cano Foronda, fue la trágica muerte de su padre Don Miguel Cano Márquez, quien fue asesinado por los entonces llamados “montoneros”, que bajo el pretexto de derrocar al ex presidente Constitucional de la República General don Andrés Avelino Cáceres, el héroe de la Breña, tomaron una equivocada decisión, acabando con la vida de un hombre que demostró amor por su patria y por el proletariado indefenso, en tal sentido, fue víctima de quienes no lo supieron comprender (22 de marzo de 1920).
Años más tarde, en la ciudad de Lima, fallece su madre doña Asunción Foronda, quien supo al igual que su padre, inculcar en él valores, cuya práctica se vieron reflejados a lo largo de su vida. Y es en el Cementerio el Ángel (Lima), ante su tumba, que dedica unos versos muy sentidos, titulándolos: “A mi madrecita ausente”
Su ímpetu en la defensa de sus ideales, hicieron que los hijos de Chiquián conservaran con cariño el recuerdo de noviembre de 1895, que bajo su comando y peculio escribieron en la historia la defensa de la ciudad de un asalto y saqueo por los montoneros, que en sus intentos por derrocar al gobierno “Cacerista”, tuvieron que retroceder luego de cuatro horas de tenaz combate en la entrada de la población.
Este episodio y otros como el combate de Recuay, en su persecución a los mismos rebeldes, hizo que el Gobierno le otorgara el título de Coronel, haciéndolo enseguida, Sub Prefecto de la Provincia, entonces Cajatambo.
En 1897, don Miguel Cano Márquez, hace un llamado a los preclaros hijos de la Incontrastable Villa de Chiquián, y funda el “Centro Unión y Progreso de Chiquián”, que lo preside para luego, propender por la división de la provincia, recordando la idea esbozada por el ex Diputado don Bernardo Gamarra (1865), firmándose el primer memorial en la casa Comunal denominada “La Naval”, un 13 de julio de 1902. Este Comité presidido por él, logró conseguir su cometido con la Ley de creación de la Provincia de Bolognesi, un 22 de octubre de 1903, por el Presidente de la República don Manuel Candamo.
Presagio de una muerte anunciada para don Miguel L. Cano Foronda.
Para don Miguel L. Cano Foronda, los años no pasaron en vano, y aunque cubiertos de trabajo y más trabajo junto a su esposa, con ideales bien cimentados, estos estuvieron siempre orientados a exaltar sentimientos que enseñan a vivir mejor a la humanidad, buscando la solución de intereses comunes de nuestra provincia de Bolognesi en favor de sus habitantes. Trabajó con denuedo, sujeto a las sanas sugerencias de la mayoría, ya que amó a las personas más desfavorecidas en sus más escarpados rincones, brindando el mejor fruto de su disciplina, desligado de la política partidarista, demócrata de gran comprensión humanitaria.
Su hija, Élida Ruth Cano Bravo Vda. De Loli (Lic. Educación), nos comparte, que a sus escasos once años de edad, su padre la preparó en presagio de una muerte anunciada para él, haciéndole comprender que, el rol de “ser mujer en la vida”, abarcaba mucho más que prepararse para ejercer cargos o mandatos, siendo lo más importante: “Hacer las cosas bien”.
Miguel L. Cano Foronda, falleció a los 65 años de edad, producto de un infarto, el 13 de diciembre de 1952. Su cortejo fúnebre fue acompañado por amigos entrañables, políticos y autoridades de la época y su familia.
Sus restos descansan en el Cementerio General de la ciudad de Chiquián, al lado de su padre.
Este episodio y otros como el combate de Recuay, en su persecución a los mismos rebeldes, hizo que el Gobierno le otorgara el título de Coronel, haciéndolo enseguida, Sub Prefecto de la Provincia, entonces Cajatambo.
En 1897, don Miguel Cano Márquez, hace un llamado a los preclaros hijos de la Incontrastable Villa de Chiquián, y funda el “Centro Unión y Progreso de Chiquián”, que lo preside para luego, propender por la división de la provincia, recordando la idea esbozada por el ex Diputado don Bernardo Gamarra (1865), firmándose el primer memorial en la casa Comunal denominada “La Naval”, un 13 de julio de 1902. Este Comité presidido por él, logró conseguir su cometido con la Ley de creación de la Provincia de Bolognesi, un 22 de octubre de 1903, por el Presidente de la República don Manuel Candamo.
Presagio de una muerte anunciada para don Miguel L. Cano Foronda.
Para don Miguel L. Cano Foronda, los años no pasaron en vano, y aunque cubiertos de trabajo y más trabajo junto a su esposa, con ideales bien cimentados, estos estuvieron siempre orientados a exaltar sentimientos que enseñan a vivir mejor a la humanidad, buscando la solución de intereses comunes de nuestra provincia de Bolognesi en favor de sus habitantes. Trabajó con denuedo, sujeto a las sanas sugerencias de la mayoría, ya que amó a las personas más desfavorecidas en sus más escarpados rincones, brindando el mejor fruto de su disciplina, desligado de la política partidarista, demócrata de gran comprensión humanitaria.
Su hija, Élida Ruth Cano Bravo Vda. De Loli (Lic. Educación), nos comparte, que a sus escasos once años de edad, su padre la preparó en presagio de una muerte anunciada para él, haciéndole comprender que, el rol de “ser mujer en la vida”, abarcaba mucho más que prepararse para ejercer cargos o mandatos, siendo lo más importante: “Hacer las cosas bien”.
Miguel L. Cano Foronda, falleció a los 65 años de edad, producto de un infarto, el 13 de diciembre de 1952. Su cortejo fúnebre fue acompañado por amigos entrañables, políticos y autoridades de la época y su familia.
Sus restos descansan en el Cementerio General de la ciudad de Chiquián, al lado de su padre.