rimay cóndor
Cantos y Versos del Alma Andina
El amor y cariño profundo a la tierra que lo vio nacer han servido de inspiración a Félix Jaime Valderrama para escribir un poemario titulado Cantos y Versos del Alma Andina, en el cual ha vertido todo el sentimiento y experiencias que un chiquiano experimenta al crecer y pasar los mejores años de su juventud en un pueblo tan hermoso como Chiquián.
El libro comienza con un acróstico hecho en base a las letras que forman el nombre de su pueblo: Chiquián y que el autor usa para describir a su tierra magistralmente, además que le sirve para presentar y rendir homenaje a un personaje identificado plenamente con Chiquián: Luís Pardo.
La poesía de Félix nos habla de amores juveniles y fugaces, tan fugaces y pasajeros como la vida misma. Amores nacidos en los verdes campos, con sentimientos forjados entre flores del paisaje telùrico de Chiquián y sus alrededores.. Amores con sentimientos entretegidos como como los ponchos salidos de los telares donde se tejían los famosos ponchos chiquianos. Su lírica nos habla de tiernas palomitas a las que ofrece su pecho para que descansen y forme su nido entre trigales y alisos; es decir utiliza un vocabulario telúrico que transporta, casi sin que el lector lo note, por los caminos de la tierra añorada. De la misma forma lo hace recorrer por frígidos caminos de la Papa de Lampas admirando a las gaviotas de la puna que beben el agua de las cochas y riachuelos de las alturas de nuestra tierra.
La evocación a Parientana va de la mano con los recuerdos de la infancia del autor para luego, con el ojo avisor del adolescente enamorado, comparar la hermosura de las chiquianas con las flores de Lirioguencha a la vez que reconoce y valora la bondad de la mujer chiquiana. Sin embargo, la inspiración del poeta chiquiano sale de su ambito natural y, en el poema titulado Lo hermoso, escribe "Lo hermoso que hemos vivido no te olvides cuzqueñita".
La lectura de este libro hace retroceder al lector a sus años juveniles, aquellos llenos de irresponsable felicidad, de serenatas a la mal pagadora, de juramentos de amor eterno por lo general incumplidos, de alguna amiga que servía de "cartapuriseg" quien, de esa forma, se convertía en la protectora de esos amores furtivos.
En la última de las estrofas del poema dedicado a Chiquián, Félix Jaimes Valderrama resume el sentir de todos los chiquianos cuando dice “El día que yo muera, sepultarme en tus entrañas quiero, y el polvo purificador de tu suelo, hará que mi alma parta hasta el cielo”.
En resumen, Cantos y Versos del Alma Andina es un libro de fácil, comprensible y amena lectura, en el cual el autor, utilizando un lenguaje claro, sencillo y no rebuscado, toca las fibras de la sensibilidad del lector que, gracias a la magia de la poesía, vuelve a vivir recorriendo los verdes campos de su hermosa tierra chiquiana. ¡Una manera hermosa de mirar al pasado de nuestras vidas!
Rimay Cóndor
El libro comienza con un acróstico hecho en base a las letras que forman el nombre de su pueblo: Chiquián y que el autor usa para describir a su tierra magistralmente, además que le sirve para presentar y rendir homenaje a un personaje identificado plenamente con Chiquián: Luís Pardo.
La poesía de Félix nos habla de amores juveniles y fugaces, tan fugaces y pasajeros como la vida misma. Amores nacidos en los verdes campos, con sentimientos forjados entre flores del paisaje telùrico de Chiquián y sus alrededores.. Amores con sentimientos entretegidos como como los ponchos salidos de los telares donde se tejían los famosos ponchos chiquianos. Su lírica nos habla de tiernas palomitas a las que ofrece su pecho para que descansen y forme su nido entre trigales y alisos; es decir utiliza un vocabulario telúrico que transporta, casi sin que el lector lo note, por los caminos de la tierra añorada. De la misma forma lo hace recorrer por frígidos caminos de la Papa de Lampas admirando a las gaviotas de la puna que beben el agua de las cochas y riachuelos de las alturas de nuestra tierra.
La evocación a Parientana va de la mano con los recuerdos de la infancia del autor para luego, con el ojo avisor del adolescente enamorado, comparar la hermosura de las chiquianas con las flores de Lirioguencha a la vez que reconoce y valora la bondad de la mujer chiquiana. Sin embargo, la inspiración del poeta chiquiano sale de su ambito natural y, en el poema titulado Lo hermoso, escribe "Lo hermoso que hemos vivido no te olvides cuzqueñita".
La lectura de este libro hace retroceder al lector a sus años juveniles, aquellos llenos de irresponsable felicidad, de serenatas a la mal pagadora, de juramentos de amor eterno por lo general incumplidos, de alguna amiga que servía de "cartapuriseg" quien, de esa forma, se convertía en la protectora de esos amores furtivos.
En la última de las estrofas del poema dedicado a Chiquián, Félix Jaimes Valderrama resume el sentir de todos los chiquianos cuando dice “El día que yo muera, sepultarme en tus entrañas quiero, y el polvo purificador de tu suelo, hará que mi alma parta hasta el cielo”.
En resumen, Cantos y Versos del Alma Andina es un libro de fácil, comprensible y amena lectura, en el cual el autor, utilizando un lenguaje claro, sencillo y no rebuscado, toca las fibras de la sensibilidad del lector que, gracias a la magia de la poesía, vuelve a vivir recorriendo los verdes campos de su hermosa tierra chiquiana. ¡Una manera hermosa de mirar al pasado de nuestras vidas!
Rimay Cóndor