Norka zulema brios ramos
ES NOVIEMBRE...
HABLEMOS DEL FOLKLORE DE MI PUEBLO EN LO PARANORMAL.
Relatos y sucesos de pluma del lado oscuro de mi tierra.
Relatos y sucesos de pluma del lado oscuro de mi tierra.
HABLEMOS DEL FOLKLORE DE MI PUEBLO EN LO PARANORMAL.
Relatos y sucesos de pluma del lado oscuro de mi tierra.
Lo paranormal es parte del folklor de todo pueblo que tiene historia, y que acontecen a diario, muchos de nosotros lo hemos experimentado así sin explicación alguna, de estos sucesos tenemos una historia que contar. Si la vida es energía vibrante.
La muerte es una transformación, porque el cuerpo físico se transforma y retorna a un origen de elementos de la naturaleza .
La vida es el hoy para disfrutarla, en el aquí y ahora de escucharlo, el hablar, el mirar, el oler, el caminar, el despertar, el llorar, el reír es la mayor riqueza y el placer del hoy.
Hago llegar algunos sucesos en reseña breve acaecidos través del tiempo, contados por paisanos y de mi propia experiencia (son muchos relatos que se encuentran plasmados en mi pequeño libro “Misterios de mi Tierra”).
La Laguna Negra. Relatado por el Sr. Felipe Cano hace tiempo.
Detrás y bien abajo del Apu Huamanmargaray se encuentra una Laguna chica de aguas negras y tranquilas aparentemente rodeado de una vegetación y unas algas que les encanta a los animales que se pastorean por la puna.
Esta Laguna también la llaman Laguna embrujada, dicen que en noches de Luna sus aguas se agitan y a todo curioso lo marea y lo atrae a sus negras aguas. Dos muchachos que en sus vacaciones pastoreaban sus ovejas en la puna, uno de ellos iba jugando y lanzó unos palos de leña a la Laguna, estas aguas se agitaron formando un remolino y succionando al bastón, asustados corrieron a su choza a contarle a su madre, la cual les recriminó que nunca se acercaran a la Laguna embrujada.
Los Duendes del Bosque de Ashau
Estos entes son tan esquivos que no se quieren dejar de ver, pero si les gusta molestar tirando piedrecitas, pepas de eucalipto y con palitos. Además les gusta esconder las cosas, lo experimenté varias veces .
Un trabajador se quedó solo en el bosque apilando la leña, antes de seguir trabajando tomó un descanso y se sentó bajo un árbol para merendar, sacó el tapar y lo dejo sobre su manta, se fue a las arroyo para labrar la manzana con sus manos. Al retornar su tapar con la comida desapareció, no encontró por ningún lugar y solo comió la manzana, molesto se levantó y se fue. Al contar a sus compañeros todos se reían, pero algunos dijeron que ya les había pasado, por eso no me quedo en el bosque. Durante la noche de luna se escucha el sonido de tambores con la misma tonada, pero cuando abro la puerta todo queda en silencio y solo se escucha el canto de la pacapaca.
El Fantasma de la Bufanda Verde
A muchas personas se les apareció este fantasma que a partir de las seis de la tarde hacía su presencia en el portón de un potrero de Don Antonino. Todos le decían que era su fantasma. El ya difunto sabia usar su infaltable chalina verde, poncho marrón, sombrero blanco siempre agachado, nadie le vio la cara. Era la hora de retorno de las labores del campo y muchos pasaban por el camino de referencia, llegaban al pueblo botando espuma al ver al fantasma preferían cruzar por otro lado. tampoco los animales querían pasar se entercaban, al ver o sentir la presencia del espectro, muchas personas opinaron que el alma del difunto estaba pidiendo rezos y misa, así fue el cura Tello a quien le condujeron a hacer la misa en el lugar de la aparición, después de eso ya no apareció.
Crisolita Muñequita
Crisolita mujer cariñosa bajita y muy flaquita, que nunca dejaba de hablar, sus ojos muy pequeñitos casi no los abría y de una mandíbula muy pronunciada. De ahí el sobrenombre de mandíbula batiente, le gustaba contar cuentos de ánimas, también la escuché cuando venía a mi casa a a comer pan recién horneado. Ella vivía detrás del cementerio viejo que ahora estaba hecho un bosque de eucaliptos.
Al retornar de mis vacaciones escolares de Huaraz, sabía ir al cementerio a visitar la tumba de mi padre, serían las cuatro de la tarde al llegar al cementerio viejo entre los árboles salió una persona, la reconocí era Crisolita, era muy parecida a esa señora que en Chiquián la llaman la muñequita, creo eran parientes.
Se puso a mi lado y caminamos juntas, ella algo murmuraba que no la entendía, le preguntaba qué dices pero no respondía, cuando de repente desapareció como por arte de magia, no la vi pasar, no sé por donde se fue, seguí sola al cementerio nuevo, y al llegar a casa le comenté a mi madre, le dije adivina con quien me encontré al ir al cementerio con Crisolita. Mi madre me miró sorprendida, me dijo no puede ser ella murió hace seis meses...
La Casa del Algodón y la medalla de San Benito
Este suceso fue en Huacho, hago esta publicación a pedido de unos amigos poetas. La Casa Del Algodón es un hotel de tres estrellas cerca a la Casa de Cultura de Huacho, queda en el jirón Castilla es una casona antigua que antes fue una casa hacienda muy bien acondicionada, casi todo de blanco. El piso es de madera antigua, el nombre de los cuartos eran especiales, el cuarto del sol, el cuarto de la luna, el cuarto de Romeo y Julieta y así. Me ubicaron en el cuarto de la luna primer piso, lo cual me pareció oscuro pedí otro, pero la encargada me dijo que solo había uno desocupado en el segundo piso, era el cuarto del sol, me pareció bien. La primera noche sentía pasos caminar, pensé que eran huéspedes como es un hotel, no le di importancia y me dormí, pero si alguien me apagaba la TV, cuando estoy sola en un hotel nunca apago la luz ni la tv. A la noche siguiente, sentí igual las pisadas fuertes lo curioso es que se quedaban en la puerta de mi cuarto, eso me pareció extraño, entonces medité en silencio, escuché muy claramente que se sofocaba el caminante, ya no era normal, visualice a un hombre alto zambo con sombrero de paja, saco largo crema y pantalón marrón despintado, qué es o quién es, si en el segundo piso solo había dos cuartos, estaban disponibles, en el cuarto al fondo casi al lado mío, era el cuarto de Romeo y Julieta estaban ocupados por dos poetas uno de ellos era el Dr. Raúl Gálvez Cuellar y el otro poeta que vino de Alemania, José Quevedo, nunca me desprendo de la medalla de San Benito, me sentía bien protegida, me lo recomendó un médium famoso brasilero Chico Javier, en una de sus conferencias que asistí me dijo que era muy sensible y que tengo ojos de ver y me dio algunas recomendaciones y que siempre tenga la medalla de San Benito.
Relatos y sucesos de pluma del lado oscuro de mi tierra.
Lo paranormal es parte del folklor de todo pueblo que tiene historia, y que acontecen a diario, muchos de nosotros lo hemos experimentado así sin explicación alguna, de estos sucesos tenemos una historia que contar. Si la vida es energía vibrante.
La muerte es una transformación, porque el cuerpo físico se transforma y retorna a un origen de elementos de la naturaleza .
La vida es el hoy para disfrutarla, en el aquí y ahora de escucharlo, el hablar, el mirar, el oler, el caminar, el despertar, el llorar, el reír es la mayor riqueza y el placer del hoy.
Hago llegar algunos sucesos en reseña breve acaecidos través del tiempo, contados por paisanos y de mi propia experiencia (son muchos relatos que se encuentran plasmados en mi pequeño libro “Misterios de mi Tierra”).
La Laguna Negra. Relatado por el Sr. Felipe Cano hace tiempo.
Detrás y bien abajo del Apu Huamanmargaray se encuentra una Laguna chica de aguas negras y tranquilas aparentemente rodeado de una vegetación y unas algas que les encanta a los animales que se pastorean por la puna.
Esta Laguna también la llaman Laguna embrujada, dicen que en noches de Luna sus aguas se agitan y a todo curioso lo marea y lo atrae a sus negras aguas. Dos muchachos que en sus vacaciones pastoreaban sus ovejas en la puna, uno de ellos iba jugando y lanzó unos palos de leña a la Laguna, estas aguas se agitaron formando un remolino y succionando al bastón, asustados corrieron a su choza a contarle a su madre, la cual les recriminó que nunca se acercaran a la Laguna embrujada.
Los Duendes del Bosque de Ashau
Estos entes son tan esquivos que no se quieren dejar de ver, pero si les gusta molestar tirando piedrecitas, pepas de eucalipto y con palitos. Además les gusta esconder las cosas, lo experimenté varias veces .
Un trabajador se quedó solo en el bosque apilando la leña, antes de seguir trabajando tomó un descanso y se sentó bajo un árbol para merendar, sacó el tapar y lo dejo sobre su manta, se fue a las arroyo para labrar la manzana con sus manos. Al retornar su tapar con la comida desapareció, no encontró por ningún lugar y solo comió la manzana, molesto se levantó y se fue. Al contar a sus compañeros todos se reían, pero algunos dijeron que ya les había pasado, por eso no me quedo en el bosque. Durante la noche de luna se escucha el sonido de tambores con la misma tonada, pero cuando abro la puerta todo queda en silencio y solo se escucha el canto de la pacapaca.
El Fantasma de la Bufanda Verde
A muchas personas se les apareció este fantasma que a partir de las seis de la tarde hacía su presencia en el portón de un potrero de Don Antonino. Todos le decían que era su fantasma. El ya difunto sabia usar su infaltable chalina verde, poncho marrón, sombrero blanco siempre agachado, nadie le vio la cara. Era la hora de retorno de las labores del campo y muchos pasaban por el camino de referencia, llegaban al pueblo botando espuma al ver al fantasma preferían cruzar por otro lado. tampoco los animales querían pasar se entercaban, al ver o sentir la presencia del espectro, muchas personas opinaron que el alma del difunto estaba pidiendo rezos y misa, así fue el cura Tello a quien le condujeron a hacer la misa en el lugar de la aparición, después de eso ya no apareció.
Crisolita Muñequita
Crisolita mujer cariñosa bajita y muy flaquita, que nunca dejaba de hablar, sus ojos muy pequeñitos casi no los abría y de una mandíbula muy pronunciada. De ahí el sobrenombre de mandíbula batiente, le gustaba contar cuentos de ánimas, también la escuché cuando venía a mi casa a a comer pan recién horneado. Ella vivía detrás del cementerio viejo que ahora estaba hecho un bosque de eucaliptos.
Al retornar de mis vacaciones escolares de Huaraz, sabía ir al cementerio a visitar la tumba de mi padre, serían las cuatro de la tarde al llegar al cementerio viejo entre los árboles salió una persona, la reconocí era Crisolita, era muy parecida a esa señora que en Chiquián la llaman la muñequita, creo eran parientes.
Se puso a mi lado y caminamos juntas, ella algo murmuraba que no la entendía, le preguntaba qué dices pero no respondía, cuando de repente desapareció como por arte de magia, no la vi pasar, no sé por donde se fue, seguí sola al cementerio nuevo, y al llegar a casa le comenté a mi madre, le dije adivina con quien me encontré al ir al cementerio con Crisolita. Mi madre me miró sorprendida, me dijo no puede ser ella murió hace seis meses...
La Casa del Algodón y la medalla de San Benito
Este suceso fue en Huacho, hago esta publicación a pedido de unos amigos poetas. La Casa Del Algodón es un hotel de tres estrellas cerca a la Casa de Cultura de Huacho, queda en el jirón Castilla es una casona antigua que antes fue una casa hacienda muy bien acondicionada, casi todo de blanco. El piso es de madera antigua, el nombre de los cuartos eran especiales, el cuarto del sol, el cuarto de la luna, el cuarto de Romeo y Julieta y así. Me ubicaron en el cuarto de la luna primer piso, lo cual me pareció oscuro pedí otro, pero la encargada me dijo que solo había uno desocupado en el segundo piso, era el cuarto del sol, me pareció bien. La primera noche sentía pasos caminar, pensé que eran huéspedes como es un hotel, no le di importancia y me dormí, pero si alguien me apagaba la TV, cuando estoy sola en un hotel nunca apago la luz ni la tv. A la noche siguiente, sentí igual las pisadas fuertes lo curioso es que se quedaban en la puerta de mi cuarto, eso me pareció extraño, entonces medité en silencio, escuché muy claramente que se sofocaba el caminante, ya no era normal, visualice a un hombre alto zambo con sombrero de paja, saco largo crema y pantalón marrón despintado, qué es o quién es, si en el segundo piso solo había dos cuartos, estaban disponibles, en el cuarto al fondo casi al lado mío, era el cuarto de Romeo y Julieta estaban ocupados por dos poetas uno de ellos era el Dr. Raúl Gálvez Cuellar y el otro poeta que vino de Alemania, José Quevedo, nunca me desprendo de la medalla de San Benito, me sentía bien protegida, me lo recomendó un médium famoso brasilero Chico Javier, en una de sus conferencias que asistí me dijo que era muy sensible y que tengo ojos de ver y me dio algunas recomendaciones y que siempre tenga la medalla de San Benito.
Le pedí al caminante que por favor solo por dos noches me prestara su cuarto y a cambio le haré oraciones, parecía que escuchaba pero igual seguía caminando, le dije muchas cosas y a la tercera noche igual, entonces después de orar a San Benito, me senté al borde de la cama y solté el seguro del pestillo, puse mi mano para cuando llegue a la puerta pueda abrirse, así cuando sentí ya en la puerta tiré, tiré con fuerza del mango para abrir no se pudo abrir, solo sentí un frío muy intenso.
Al día siguiente tenía una ponencia, me levanté a las seis para desayunar, es difícil en Huacho encontrar desayunos esa hora a no ser que sea en el mercado, compre un vaso de quinua y pan con tortilla y me fui a la casa de la Cultura y, a las ocho llegaron mis vecinos del cuarto, me dijeron cómo has llegado tan rápido, hacías tanto ruido en tu cuarto y no contestabas, les dijo yo no fui salía las seis, para la siguiente noche me cambié de cuarto y dormí tranquila.
Al día siguiente tenía una ponencia, me levanté a las seis para desayunar, es difícil en Huacho encontrar desayunos esa hora a no ser que sea en el mercado, compre un vaso de quinua y pan con tortilla y me fui a la casa de la Cultura y, a las ocho llegaron mis vecinos del cuarto, me dijeron cómo has llegado tan rápido, hacías tanto ruido en tu cuarto y no contestabas, les dijo yo no fui salía las seis, para la siguiente noche me cambié de cuarto y dormí tranquila.
POEMAS DE VIDA
LA LUNA NOS DICE::
Volar con el pensamiento es dominar el espacio de los recuerdos.
Contar la historia es conquistar el alma.
Pintar es deleitar los ojos.
Escribir versos es abrir el corazón y conquistar el alma
LA LUNA NOS DICE::
Volar con el pensamiento es dominar el espacio de los recuerdos.
Contar la historia es conquistar el alma.
Pintar es deleitar los ojos.
Escribir versos es abrir el corazón y conquistar el alma
BOLOGNESI
Bolognesi querido, provincia añorada tus hijos cantan tu gloria con emoción, en tus blancos nevados vemos flamear la bandera de la paz y la amistad. Bendita seas tierra del pichuychanca tus hermosos valles rodeada de eucaliptos, paisaje de esmeralda donde el arcoíris resalta su belleza inigualable. Tierra promisoria agrícola y ganadera. Luces hermoso con tus blancos nevados con su capital Chiquián espejito del cielo, somos bolognesinos orgullosos de nuestras raíces, eres magia y encanto. Nobrira. VIENTOS DE OTOÑO Son los vientos cálidos de otoño hoy tocan mi puerta y soplan fuerte, estoy sola contemplando el ocaso de dorada blancura del de dorada blancura del Yerupajá. Los vientos del ande silban llamando otra veza mi puerta, aún no estoy preparada para recorrer el valle sin pedir nada al destino, mas que mi senda trazada. Los vientos de otoño soplan fuerte y me llevan por valles lejanos porque mi vuelo se vestirá con aromas silvestres. Nobrira. |
MEMORIAS BOLOGNESINAS
En mi memoria permanece la luz del recuerdo, ayer sentí revolotear contra el viento, con tus alas extendidas. Acaso quieres alzar tu vuelo con los vientos recordé tus hilachas fluyendo como agua fresca de un puquial bolognesino. por el amor a tu terruño, sembraste la semilla de la bondad en los corazones. Cómo no recordar aquellos tiempos cuando hablabas de los amores de la torcacita y el gorrión, de escarpines blancos, del silbido en el silencio de la puna fría, de las estrellas fugaces , del viento y la danza del ichu me hablabas de tus travesuras de tu ponchito rayado de tu sombrero de tus amigos del zorro y la vizcacha. me mostrabas la senda de la huamanripa del capulí y la yerbabuena. Hablabas del horizonte lejano, que contemplabas con nostalgia en aquellos atardeceres lejanos que te hacían soñar añoranza por tu terruño. Hoy háblame del dolor y del sentimiento furtivo en la lejanía al eterno divagar en las penumbra Háblame de tu promesa de regalar al mar cunado yo emprenda el viaje sin retorno Hoy veo gaviotas cruzando el mar en su volátil vuelo saludando al viento de los recuerdos. Nobrira |