rubén darío robles moreno
ISABEL FLORES DE OLIVA
No soy biógrafo menos historiador, pero algo debemos recordar de una gran mujer peruana ,tan extraordinaria, que sus energías siguen atrayendo y convocando multitudes a más se 400 años de su existencia material.
Limeña de nacimiento, Abril 30 de 1586, 1ra. cuadra de la Av. Tacna. Su padre Gaspar Flores soldado español de origen Puertoriqueño y madre mestiza María Oliva. Bautizada como Isabel nombre de la abuela paterna.
Lima contaba con 25 mil habitantes por aquellos tiempos, gobernaba el virrey Maquéz de Montesclaros.
Una mañana al ir a cambiarle la ropa a Isabel la criada muy sorprendida le vió la carita bien rosada como los pétalos de la flor, admirada llamó a su madre, quien al mirarla dijo, es una rosa. Llevándola a la Iglesia ante el párroco le puso de nombre
Rosa de Santa María. (nadie tenía el nombre de Rosa en el nuevo mundo).
En 1596 su padre fue nombrado administrador de los terrenos de Quives, 90 Km. de Lima, hoy Santa Rosa de Quives, en el Valle del río Chillón, llevó a toda su familia. Rosa era la cuarta de 13 hermanos, a su corta edad sentía el maltrato, padecimiento y abuso que hacían los españoles con los indios y esclavos.
Los años que estuvo allí, asumió en cuerpo propio el trato inhumano de aquellos peruanos, castigándose de distintas formas como compartiendo tal dolor y padecimiento (para sentir la explotación del campesino hay que formar parte de él dijo José M. Arguedas 350 años después).
A escondidas compartia con nuestros aborígenes parte del alimento y vestimenta que tenía la familia. Era una experta costurera.
Ya en la ciudad, entregó sus votos a la Orden Dominicana bajo la tutela del que después sería Santo Toribio de Mogrovejo.
La salud de Rosa de Santa María por las constantes ayunas y penitencias a las que se sometía, fue diezmándola, hasta fallecer el 24 de Agosto de 1617 a los 31 años.
Para comprenderla como un gran ser humano de mucha sensibilidad tal vez sea necesario pensar como ella, y no, sobre ella.
Beatificada en 1668 y canonizado en 1671 por el Papa Clemente X como Santa Rosa de Lima Principal Patrona del Nuevo Mundo. El Perú tuvo su propia Santa y la primera en América.
La tradición oral del culto, da cuenta que cuando la imagen de Santa Rosa llegó a Chiquián y fue llevada a la Parroquia San Francisco de Asís (fundada en 1719), ella se escapaba por las noches y era encontrada en la calle por los feligreses, devolviéndola con ruegos y pedidos.
Luego de la tercera vez del hecho, un devoto le imploró que se quedara, al pueblo le hacía mucha falta su presencia y la fé que irradiaba.
La tradición oral decía, que desde ese momento no volvió a salir de la Iglesia, se quedó para siempre, concediendo muchos milagros a sus devotos.
Posteriormente fué ungida como Patrona de Chiquián.
La devoción hacia ella se fué fortaleciendo a lo largo de los siglos concediendo muchas peticiones a sus fieles.
Los relatos míticos encuentran la misma capacidad de síntesis y condensación que los sueños.
LOS DOCE APÓSTOLES
De tiempo en tiempo, como toda actividad humana hay momentos difíciles que también le ha pasado a nuestra Fiesta Patronal Santa Rosa de Lima. Setiembre, 4 de 1949 día de elecciones para funcionarios del siguiente año, nadie se inscribió. Pasaron los meses nada.
Noviembre 27 del mismo año, aniversario del Club Atlético Tarapacá, sus miembros celebraban a todo dar, presentes los doce apóstoles, como les decían a los fundadores del Tarapacá: Rómulo Alvarado, Dario Robles, William Jara, Abel Rosemberg, Jacobo Palacios, Daniel Núñez, Calisto Palacios, Manuel Pardo, Pedro Cano, Humberto Álvarez, Teófilo Núñez y Maurelio Reyes.
Los jóvenes tarapaqueños éran los más entusiastas: Luís Núñez, Abel Alvarado, Armando Alvarado, Anatolio Calderón, Gudberto Ibarra, Gudberto Gutierrez, Crisólogo Ramírez, Hortencio Balarezo, Alberto Nuñez, José Armesto, Arturo Barrenechea, Armando Delgado, Belizario Pardo...etc., quienes pedían solucionar la falta de funcionarios para la Fiesta Patronal. Hicieron un alto a la fiesta y celebración.
Exponiendo el tema a toda la numerosa concurrencia, pidieron voluntarios para funcionarios y sobre todo guellis (aportantes, colaboradores voluntarios).
Se presentaron los dirigentes del Sport Cahuide: Félix Jiménez y Benito Calderón; del Alianza Chiquián: Pablo Vásquez y Fabián Cano; del Sport Olaya: Gregorio Carrera y los dirigentes comunales. Muchos personajes de Chequián se presentaron muy entusiasmados, ofreciendo: cuyes, gallinas, papa, maíz, carneros, ron, chicha de distintas clases, cerveza, ollas y todo lo necesario para reactivar la fiesta. Se inscribieron para pasar la capitanía:
1950 William Jara
1951 Darío Robles
1952 Abel Rosemberg,
1953 Benjamín Robles
1954 Armando Alvarado
1955 Teobaldo Suárez,etc.
Aseguraron la fiesta hasta comienzo del año 60. Completo los funcionarios, todo el pueblo colaboró con lo que pudo (una fiesta popular).
Limeña de nacimiento, Abril 30 de 1586, 1ra. cuadra de la Av. Tacna. Su padre Gaspar Flores soldado español de origen Puertoriqueño y madre mestiza María Oliva. Bautizada como Isabel nombre de la abuela paterna.
Lima contaba con 25 mil habitantes por aquellos tiempos, gobernaba el virrey Maquéz de Montesclaros.
Una mañana al ir a cambiarle la ropa a Isabel la criada muy sorprendida le vió la carita bien rosada como los pétalos de la flor, admirada llamó a su madre, quien al mirarla dijo, es una rosa. Llevándola a la Iglesia ante el párroco le puso de nombre
Rosa de Santa María. (nadie tenía el nombre de Rosa en el nuevo mundo).
En 1596 su padre fue nombrado administrador de los terrenos de Quives, 90 Km. de Lima, hoy Santa Rosa de Quives, en el Valle del río Chillón, llevó a toda su familia. Rosa era la cuarta de 13 hermanos, a su corta edad sentía el maltrato, padecimiento y abuso que hacían los españoles con los indios y esclavos.
Los años que estuvo allí, asumió en cuerpo propio el trato inhumano de aquellos peruanos, castigándose de distintas formas como compartiendo tal dolor y padecimiento (para sentir la explotación del campesino hay que formar parte de él dijo José M. Arguedas 350 años después).
A escondidas compartia con nuestros aborígenes parte del alimento y vestimenta que tenía la familia. Era una experta costurera.
Ya en la ciudad, entregó sus votos a la Orden Dominicana bajo la tutela del que después sería Santo Toribio de Mogrovejo.
La salud de Rosa de Santa María por las constantes ayunas y penitencias a las que se sometía, fue diezmándola, hasta fallecer el 24 de Agosto de 1617 a los 31 años.
Para comprenderla como un gran ser humano de mucha sensibilidad tal vez sea necesario pensar como ella, y no, sobre ella.
Beatificada en 1668 y canonizado en 1671 por el Papa Clemente X como Santa Rosa de Lima Principal Patrona del Nuevo Mundo. El Perú tuvo su propia Santa y la primera en América.
La tradición oral del culto, da cuenta que cuando la imagen de Santa Rosa llegó a Chiquián y fue llevada a la Parroquia San Francisco de Asís (fundada en 1719), ella se escapaba por las noches y era encontrada en la calle por los feligreses, devolviéndola con ruegos y pedidos.
Luego de la tercera vez del hecho, un devoto le imploró que se quedara, al pueblo le hacía mucha falta su presencia y la fé que irradiaba.
La tradición oral decía, que desde ese momento no volvió a salir de la Iglesia, se quedó para siempre, concediendo muchos milagros a sus devotos.
Posteriormente fué ungida como Patrona de Chiquián.
La devoción hacia ella se fué fortaleciendo a lo largo de los siglos concediendo muchas peticiones a sus fieles.
Los relatos míticos encuentran la misma capacidad de síntesis y condensación que los sueños.
LOS DOCE APÓSTOLES
De tiempo en tiempo, como toda actividad humana hay momentos difíciles que también le ha pasado a nuestra Fiesta Patronal Santa Rosa de Lima. Setiembre, 4 de 1949 día de elecciones para funcionarios del siguiente año, nadie se inscribió. Pasaron los meses nada.
Noviembre 27 del mismo año, aniversario del Club Atlético Tarapacá, sus miembros celebraban a todo dar, presentes los doce apóstoles, como les decían a los fundadores del Tarapacá: Rómulo Alvarado, Dario Robles, William Jara, Abel Rosemberg, Jacobo Palacios, Daniel Núñez, Calisto Palacios, Manuel Pardo, Pedro Cano, Humberto Álvarez, Teófilo Núñez y Maurelio Reyes.
Los jóvenes tarapaqueños éran los más entusiastas: Luís Núñez, Abel Alvarado, Armando Alvarado, Anatolio Calderón, Gudberto Ibarra, Gudberto Gutierrez, Crisólogo Ramírez, Hortencio Balarezo, Alberto Nuñez, José Armesto, Arturo Barrenechea, Armando Delgado, Belizario Pardo...etc., quienes pedían solucionar la falta de funcionarios para la Fiesta Patronal. Hicieron un alto a la fiesta y celebración.
Exponiendo el tema a toda la numerosa concurrencia, pidieron voluntarios para funcionarios y sobre todo guellis (aportantes, colaboradores voluntarios).
Se presentaron los dirigentes del Sport Cahuide: Félix Jiménez y Benito Calderón; del Alianza Chiquián: Pablo Vásquez y Fabián Cano; del Sport Olaya: Gregorio Carrera y los dirigentes comunales. Muchos personajes de Chequián se presentaron muy entusiasmados, ofreciendo: cuyes, gallinas, papa, maíz, carneros, ron, chicha de distintas clases, cerveza, ollas y todo lo necesario para reactivar la fiesta. Se inscribieron para pasar la capitanía:
1950 William Jara
1951 Darío Robles
1952 Abel Rosemberg,
1953 Benjamín Robles
1954 Armando Alvarado
1955 Teobaldo Suárez,etc.
Aseguraron la fiesta hasta comienzo del año 60. Completo los funcionarios, todo el pueblo colaboró con lo que pudo (una fiesta popular).
LA FÉ DE DARÍO SEGUNDO ROBLES VALVERDE
Con el compromiso de hacer la Fiesta Patronal de Santa Rosa de Lima como Capitán del año 1951 don Darío se preparó trabajando arduamente durante un año, con su fe inquebrantable en Santa Rosa, alquiló por Agosto y Setiembre el antiguo hotel Comercio, casona de muchos cuartos y dos amplios patios, ubicada en la tercera cuadra de la calle Comercio (local del que fue el Colegio de mujeres "Santa Rosa"), donde almacenó todo lo necesario para hacer una buena fiesta. Cobijó a todos los integrantes de la famosa banda de músicos del pueblo de Huanrri, éra lo mejor de la época con 14 integrantes, más sus familiares.
Albergó a los 6 toreros de Lima y Barranca que por primera vez venían a Chiquián con su vestimenta torera, traje de luces, todao una novedad. Su esposa doña Magdalena Moreno Castillo, estando en los últimos días de gestación, se dió tiempo para atender lo mejor posible .
Su suegro don Benito Moreno Varela tejió los ponchos, además como cohetero que era, elaboró todas las bombardas, avellanas, palomas y otras, para reventarlas durante la fiesta y el tendido para el campo de Jircán en la "entrada", la guerra de los caramelos, día del capitán como es costumbre
En el campeonato de fútbol después de vibrantes partidos en la definición con los equipos de Cajacay, Reacción Aquia, Representativo Huasta y el infaltable Cahuide.
El Tarapacá se llevó la Copa"Santa Rosa", como un gran campeón, siempre amenizado por la histórica banda de músicos chiquiano de don Florentino Aldave .
El matador(torero) Don José Cabrera a pesar de ser buen torero no pudo dar muerte al toro indicado por ser muy bravo.
Don Dario Robles, como hombre de fé en Santa Rosa, contaba que le hizo muchos milagros: a los 6 días de su capitanía nació 4to. hijo Héctor (Tocho) sano y salvo, al siguiente año adquirió su camión propio, algunos años después construyó una casa grande donde funcionó un Centro Superior para maestros, La Escuela Normal.
Hizo de casi todos los funcionarios de nuestra fiesta. Hasta siempre queridos padres.
¡COMO SALAS NO HAY!
Setiembre 4 de 1972 tarde 5pm., nadie se animaba entrar para capitán del próximo año, la multitud impaciente esperaba en la explanada de la Plaza de Armas, que alguien se animara, las autoridades en el glorietín muy preocupadas esperaban un voluntario, nadie se inscribia, y de pronto por una esquina aparece el Sr. Salas con voz altisonante :
¡ Como Salas no hay!
Shincadito (mareadito), curando la resaca de toda la fiesta, seguramente, venía del manca lushpinan (lo último de la olla) y del kuntu cupsay (voltear el cántaro de chicha) de la casa los funcionarios, al final de la fiesta.
¡Como Salas no hay! seguía avanzando,
La gente en coro lo animaba.
Al sentir la ovación muy emocionado subió al estrado alegre
¡Salas Capitán!
gritaba el gentío.
¡Yo soy el próximo capitán!
El señor Salas, muy emocionado exclamó.
Los de la mesa muy alegres, apresurados aceptaron e hicieron subir al estrado a Salas, de inmediato le entregaron el cuaderno de compromiso y el lapicero para estampar su firma ante las autoridades y la multitud que lo ovacionaba.
¡Como Salas no hay!
Dirigiéndose al público después de estampar su rúbrica arengó.
Intempestivamente, por la otra esquina de la Plaza de Armas apareció raudamente su señora, corriendo, empujando, se abrió paso por entre la multitud subiendo muy apresurada al glorietín dónde estaban las autoridades.
Mientras su esposo con lapicero en mano levantando el brazo hacia la multitud coreó : ¡Como Salas no hay!
Seguido sonó una estruendosa cachetada en la cara, el lapicero salió volando por los aires, el libro sobre la cara de las autoridades, la señora sacándole la correa de la cintura al señor Salas, a latigazos lo bajó y, la gente gritaba
¡Como Salas no hay!
Seguía coreando la gente admirada del inesperado incidente y la señora increpándole a su esposo, seguía dándole de correazos, hasta que el señor Salas desapareció de la Plaza de Armas.
Cosas de la vida y las fiestas
DON CALI FRENTE AL TORO "JIRISHANCA"
Cholo ven (me llamó don Cali), te cuento, los toritos que traen ahora para las corridas parecen becerritos de leche, hay hasta carneros más bravos, cualquier muchacho se pasea con ellos.
Cuando tu padre fué capitán de la fiesta el año 51 trajeron un torazo de las alturas del Yerupajá , le decían el "Jirishanca", bravísimo, solo salió de la puna con tres madrineras (vacas al lado).
Lo soltaron en la 2da. corrida, limpió de canto a canto el campo Jircán, dejó heridos a varios en su recorrido, nadie entraba, los toreros que trajo tu papá estaban temblando de miedo. Grandazo el toro, maduro, con enormes cachos puntiagudos, hasta ichu le había crecido en los cuernos, muy salvaje, rascaba la tierra con sus grandes pezuñas desparramando polvo por todos lados.
Me tomé dos vasos de chicha de jora con su cañón (ron), armadito le pedí su capa al torero, corrí al centro, cité al bravo, estaba tratando de subir a una palinka (estrado), al verme volteó, la gente sufría, vino tan veloz que apenas me tocó la capa, tomé confianza, el público coreaba :
¡Ole Cali! ¡Ole Cali!
Yo muchachón no más con una fortaleza de roca, una y otra vez, le di buenos capotazos ante el asombro de la multitud.
Se alejó, mientras me invitaron una botella de cerveza,
todita la sequé con tremenda sed que tenía y vino la otra, por qué dos eran mis ojos.
Al volver al campo ya picadito (tomadito) vi dos toros iguales, sacudí la cabeza, nada, venían los dos hacia mí, carajo dije, éstos no me la hacen, me paso por el medio. Sentí un fuertísimo golpe que me sacudió todo el cuerpo, haciéndome volar por los aires, tan alto que al abrir mis ojos ví la Laguna de Conococha. No me acuerdo más cholo.
Desperté a los tres días, sólo los huesos de mi cabeza estaban sanos. Gracias a Santa Rosita y a Muchki (el mejor huesero- curandero de Chiquián) a punta de pollitos chancados me soldó todos los huesos.
Al mes estaba como nuevo cholo
Don Cali era un chiquiano muy hablador y especial con sus exageraciones.
Quiero felicitar y agradecer a todos los que han luchado para que nuestra fiesta patronal haya sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
Rubén Darío Robles Moreno
Con el compromiso de hacer la Fiesta Patronal de Santa Rosa de Lima como Capitán del año 1951 don Darío se preparó trabajando arduamente durante un año, con su fe inquebrantable en Santa Rosa, alquiló por Agosto y Setiembre el antiguo hotel Comercio, casona de muchos cuartos y dos amplios patios, ubicada en la tercera cuadra de la calle Comercio (local del que fue el Colegio de mujeres "Santa Rosa"), donde almacenó todo lo necesario para hacer una buena fiesta. Cobijó a todos los integrantes de la famosa banda de músicos del pueblo de Huanrri, éra lo mejor de la época con 14 integrantes, más sus familiares.
Albergó a los 6 toreros de Lima y Barranca que por primera vez venían a Chiquián con su vestimenta torera, traje de luces, todao una novedad. Su esposa doña Magdalena Moreno Castillo, estando en los últimos días de gestación, se dió tiempo para atender lo mejor posible .
Su suegro don Benito Moreno Varela tejió los ponchos, además como cohetero que era, elaboró todas las bombardas, avellanas, palomas y otras, para reventarlas durante la fiesta y el tendido para el campo de Jircán en la "entrada", la guerra de los caramelos, día del capitán como es costumbre
En el campeonato de fútbol después de vibrantes partidos en la definición con los equipos de Cajacay, Reacción Aquia, Representativo Huasta y el infaltable Cahuide.
El Tarapacá se llevó la Copa"Santa Rosa", como un gran campeón, siempre amenizado por la histórica banda de músicos chiquiano de don Florentino Aldave .
El matador(torero) Don José Cabrera a pesar de ser buen torero no pudo dar muerte al toro indicado por ser muy bravo.
Don Dario Robles, como hombre de fé en Santa Rosa, contaba que le hizo muchos milagros: a los 6 días de su capitanía nació 4to. hijo Héctor (Tocho) sano y salvo, al siguiente año adquirió su camión propio, algunos años después construyó una casa grande donde funcionó un Centro Superior para maestros, La Escuela Normal.
Hizo de casi todos los funcionarios de nuestra fiesta. Hasta siempre queridos padres.
¡COMO SALAS NO HAY!
Setiembre 4 de 1972 tarde 5pm., nadie se animaba entrar para capitán del próximo año, la multitud impaciente esperaba en la explanada de la Plaza de Armas, que alguien se animara, las autoridades en el glorietín muy preocupadas esperaban un voluntario, nadie se inscribia, y de pronto por una esquina aparece el Sr. Salas con voz altisonante :
¡ Como Salas no hay!
Shincadito (mareadito), curando la resaca de toda la fiesta, seguramente, venía del manca lushpinan (lo último de la olla) y del kuntu cupsay (voltear el cántaro de chicha) de la casa los funcionarios, al final de la fiesta.
¡Como Salas no hay! seguía avanzando,
La gente en coro lo animaba.
Al sentir la ovación muy emocionado subió al estrado alegre
¡Salas Capitán!
gritaba el gentío.
¡Yo soy el próximo capitán!
El señor Salas, muy emocionado exclamó.
Los de la mesa muy alegres, apresurados aceptaron e hicieron subir al estrado a Salas, de inmediato le entregaron el cuaderno de compromiso y el lapicero para estampar su firma ante las autoridades y la multitud que lo ovacionaba.
¡Como Salas no hay!
Dirigiéndose al público después de estampar su rúbrica arengó.
Intempestivamente, por la otra esquina de la Plaza de Armas apareció raudamente su señora, corriendo, empujando, se abrió paso por entre la multitud subiendo muy apresurada al glorietín dónde estaban las autoridades.
Mientras su esposo con lapicero en mano levantando el brazo hacia la multitud coreó : ¡Como Salas no hay!
Seguido sonó una estruendosa cachetada en la cara, el lapicero salió volando por los aires, el libro sobre la cara de las autoridades, la señora sacándole la correa de la cintura al señor Salas, a latigazos lo bajó y, la gente gritaba
¡Como Salas no hay!
Seguía coreando la gente admirada del inesperado incidente y la señora increpándole a su esposo, seguía dándole de correazos, hasta que el señor Salas desapareció de la Plaza de Armas.
Cosas de la vida y las fiestas
DON CALI FRENTE AL TORO "JIRISHANCA"
Cholo ven (me llamó don Cali), te cuento, los toritos que traen ahora para las corridas parecen becerritos de leche, hay hasta carneros más bravos, cualquier muchacho se pasea con ellos.
Cuando tu padre fué capitán de la fiesta el año 51 trajeron un torazo de las alturas del Yerupajá , le decían el "Jirishanca", bravísimo, solo salió de la puna con tres madrineras (vacas al lado).
Lo soltaron en la 2da. corrida, limpió de canto a canto el campo Jircán, dejó heridos a varios en su recorrido, nadie entraba, los toreros que trajo tu papá estaban temblando de miedo. Grandazo el toro, maduro, con enormes cachos puntiagudos, hasta ichu le había crecido en los cuernos, muy salvaje, rascaba la tierra con sus grandes pezuñas desparramando polvo por todos lados.
Me tomé dos vasos de chicha de jora con su cañón (ron), armadito le pedí su capa al torero, corrí al centro, cité al bravo, estaba tratando de subir a una palinka (estrado), al verme volteó, la gente sufría, vino tan veloz que apenas me tocó la capa, tomé confianza, el público coreaba :
¡Ole Cali! ¡Ole Cali!
Yo muchachón no más con una fortaleza de roca, una y otra vez, le di buenos capotazos ante el asombro de la multitud.
Se alejó, mientras me invitaron una botella de cerveza,
todita la sequé con tremenda sed que tenía y vino la otra, por qué dos eran mis ojos.
Al volver al campo ya picadito (tomadito) vi dos toros iguales, sacudí la cabeza, nada, venían los dos hacia mí, carajo dije, éstos no me la hacen, me paso por el medio. Sentí un fuertísimo golpe que me sacudió todo el cuerpo, haciéndome volar por los aires, tan alto que al abrir mis ojos ví la Laguna de Conococha. No me acuerdo más cholo.
Desperté a los tres días, sólo los huesos de mi cabeza estaban sanos. Gracias a Santa Rosita y a Muchki (el mejor huesero- curandero de Chiquián) a punta de pollitos chancados me soldó todos los huesos.
Al mes estaba como nuevo cholo
Don Cali era un chiquiano muy hablador y especial con sus exageraciones.
Quiero felicitar y agradecer a todos los que han luchado para que nuestra fiesta patronal haya sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
Rubén Darío Robles Moreno