armando zarazú aldave
CURIOSIDADES DEL ESPAÑOL O CASTELLANO
El pasado 22 de abril se han cumplido 401 años de la desaparición del inmortal Manco de Lepanto, sobrenombre con el que se le conoce a Don Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote, sin duda la obra literaria más grande e importante del idioma español y una de las de mayor prestancia dentro de la literatura universal. Ahora bien, a raíz de que fue enterrado el 23 y, de acuerdo a las costumbres de la época, se considera ese día como la fecha de su desaparición. Además, esa misma fecha coincide con la muerte de William Shakespere, referente de la literatura inglesa y del ilustre peruano Inca Garcilaso de la Vega, considerado, al menos simbólicamente, el primer mestizo peruano. A raíz de ese aniversario, es que en muchos países de habla hispana se le conoce como “Día del Idioma” y, considerando que el idioma español es la lengua de aproximadamente 450 millones de personas además de ser el segundo idioma más hablado del mundo, vamos a referirnos a algunas curiosidades que lo hacen bastante especial. Es necesario hacer hincapié que el 23 de abril es conocido en diversos países hispanohablantes como “Día del Libro”.
El castellano, como también se le conoce, es el lenguaje oficial de 21 países que se encuentran en Europa, África y el continente americano, motivo por el cual ha sido tomado en cuenta por las Naciones Unidas como uno de sus idiomas oficiales. Además, es bueno recordar que el español es parte de lo que se conoce como familia de las lenguas romances, conformadas por el francés, italiano, portugués, español y rumano; todas estas descendientes, si se quiere, directamente del latín utilizado por los antiguos romanos.
Como todo idioma, el lenguaje español está en constante evolución, es decir, su vocabulario se enriquece continuamente con vocablos provenientes de otros idiomas; esto ha venido sucediendo desde su aparición como lengua. El árabe, por ejemplo, ha contribuido grandemente a la riqueza de su vocabulario. Los estudiosos calculan que, cuando en 1492 los árabes fueron expulsados de España, dejaron centenares de palabra enraizadas en el vocabulario del castellano . Los lenguajes ancestrales del continente americano también han puesto su granito de arena para enriquecer nuestro idioma. Hamaca, huracán, cacahuete, chocolate, papa, poncho, quinua son, por solo citar algunas, palabras provenientes del taíno, nahual y quechua respectivamente. Estos idiomas eran los idiomas de los Taínos que poblaban las islas caribeñas, de los aztecas y de los incas.
Hay algunos que quieren ver diferencias en el español hablado en Latinoamérica y España, en realidad no existe tal diferencia y si la hay es en la forma oral. Existen vocablos y expresiones idiomáticas regionales, propias de los diferentes pueblos que lo usan. Para expresar esto más claramente, de acuerdo a la Nueva Gramática de la Lengua Epañola, cada persona habla el idioma de acuerdo a como lo aprendió en su hogar, en su grupo social, en su pueblo y su país. Por lo tanto, nadie habla mejor español o castellano, en lo que a su uso oral se refiere. En cuanto a la parte escrita, la cosa es diferente, porque burro se escribe con “b” y vaca con “v” en cualquier país que utilice el español como idioma, sumándose a ello que las reglas gramaticales son las mismas para todo el que quiera escribir en el idioma de Cervantes.
Por otro lado, es necesario mencionar algo que es real y que sucede siempre cuando una sociedad tiene alguna forma de intercambio, sea cultural, comercial o militar, con otra que hable diferente idioma; luego de un tiempo empieza a incorporar algunos vocablos de la cultura con la que se está relacionando. Ejemplo de ello lo podemos encontrar en “El cautivo”, novela corta dentro de El Quijote, y en la cual Cervantes utiliza algunas palabras del árabe castellanizadas para hacer entender más claramente la relación de Zoraida con el español que la corteja. Igualmente el fenómeno lingüístico que, guste o no a algunos puristas del idioma, que está pasando en los Estados Unidos, con la aparición del Spanglish, es una prueba fehaciente de lo que sostenemos. Recuerden que muchos hispanohablantes “primero se dan un shower y después van a la mall, para hacer un poco de shopping antes que se terminen los especiales”. Este fenómeno también ha llegado a nuestra tierra, los niños ya no asisten al nido, ahora van al “Daycare”, el campeonato de fútbol se define en los “play offs”, los amigos comparten un “tip” y no un dato, mientras que los más cándidos van a la playa de “Eishia”.
En esta parte es necesario aceptar que, sea de nuestro agrado o no, algo parecido está pasando con el quechua, dulce idioma de nuestros antepasados, el cual se trata de ignorar o se mezcla impunemente con el castellano, contribuyendo a su lenta desaparición. Hagamos votos para que se vuelva a recuperar esta lengua ancestral andina. Indudablemente esa empresa requiere esfuerzo, interés de las autoridades educativas en lograrlo y esfuerzo, mucho esfuerzo.
Volviendo al español, nuestro idioma es un lenguaje fonético, esto significa que cada consonante, al igual que cada vocal, tiene un sonido propio, con la excepción de la “h” que es muda y de la “ch”, que es una letra compuesta. Esto significa también, que al hablar pronunciamos las palabras exactamente como las escribimos, algo que en cierta medida lo hace más fácil de aprender. Eso sí, el español define claramente el género masculino y femenino, tanto en el sustantivo como en el artículo, además de ello el género del adjetivo tiene que tener concordancia con el género del nombre, al igual que el artículo de esos sustantivos. A todo ello hay que puntualizar que el español se caracteriza por utilizar el “tu” y el “usted”, para expresarse coloquial o formalmente.
La pureza del nuestro idioma es cuidada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, esta última formada por las oficinas especializadas sobre el tema en los diversos países de nuestra Latinoamericana; las cuales son las encargadas de quitar o aumentar nuevo vocabulario a nuestro idioma, dependiendo del uso o desuso de las palabras propuestas. Demás está decir que, en estos momentos en los cuales la tecnología invade nuestras vidas, ya se usan, y de seguro pronto serán incorporadas a nuestro idioma, palabrejas como “chatear”, “textear” o “whatsapear”. Después de todo hablamos un idioma en el cual, desde tiempos ha, decimos que ponemos la cabeza sobre una almohada para descansar o dormir luego del metin político en el parque.
Armando Zarazú
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