rimay cóndor
Buscando trabajos que resalten la cultura de nuestra tierra encontré el blog de Ing. FLORENCIO BERNABÉ GONZÁLEZ titulado http://www.quishtulandia.blogspot.com de donde he escogido la nota titulada ALQUPAMPA, que no muestra uno de los barrios tradicionales de Pacllón.
Rimay Cóndor
Rimay Cóndor
ALQUPAMPA
Lugar predilecto de los perros
Lugar predilecto de los perros
Añorado y nostálgico escenario de ardorosas e interminables jornadas deportivas y de diversos juegos infantiles, entre el polvo levantado por el viento en remolinos violentos cual tornado o huracán, corriendo tras la pelota de trapo, o el “pocash” bien inflado, o en el mejor de los casos, pelotas de jebe que daban botes largos, sin escatimar miedo por caerse al zanjón “siksipawayin”, sudorosos “chiuchis” con llanques correteando, nuestro mayor miedo perder el preciado balón. Cuentan que se precipitaron accidentalmente por este abismo tres niños, dos salieron caminando, el tercero de desenlace fatal. “Alqupampa”, lo transfórmanos en nuestro lugar predilecto de mil aventuras infantiles.
También, lugar de preferencia de los “alqus” del pueblo de diferentes colores, tamaños y razas, algunos con dueños, otros mostrencos y hambrientos deambulando, o simplemente por el placer de revolcarse en el suelo polvoriento a manera de relajo. Cita natural del amigo fiel del hombre, acudiendo para cascar los últimos huesos robados, o tras las perras en celo seguida por una manada en fila india; la ley natural también rige a cabalidad en esta especie, los machos más grandes o audaces son los dominantes, pero ante un descuido o mientras este se enfrasca en peleas por defender su hembra, otros aprovechan la ocasión sin oposición alguna, generando peleas masivas, todos contra todos. Frecuentemente esas comparsas infantiles matizadas con la pelea de estos sabuesos, algunos niños son seguidos por sus mascotas o guardianes, las que se suman en esas trifulcas cuyos ladridos y aullidos rompen la tranquilidad del barrio, difíciles de apaciguar, siempre están deambulando por el lugar, de allí su nombre cariñosamente barrio “Alqupampa”.
En noches de verano, bajo el brillo de luna llena, después de cenar, mientras los adultos en tertulia familiar van planificando las tareas cotidianas, los niños jugando a las escondidas y mil juegos en tropel hasta el regaño materno. En grupos van llegando los bullangueros de “Kutapakcha”, los entusiastas de “Urapakcha”, los alegres de “Kuntún” y los pleitistas de “Cosojirkan”, nuestro lugar de cita predilecta desde siempre. El pueblo está dividido en Ichucan y Llamacancha, este escenario pertenece a ambos bandos.
También, lugar de preferencia de los “alqus” del pueblo de diferentes colores, tamaños y razas, algunos con dueños, otros mostrencos y hambrientos deambulando, o simplemente por el placer de revolcarse en el suelo polvoriento a manera de relajo. Cita natural del amigo fiel del hombre, acudiendo para cascar los últimos huesos robados, o tras las perras en celo seguida por una manada en fila india; la ley natural también rige a cabalidad en esta especie, los machos más grandes o audaces son los dominantes, pero ante un descuido o mientras este se enfrasca en peleas por defender su hembra, otros aprovechan la ocasión sin oposición alguna, generando peleas masivas, todos contra todos. Frecuentemente esas comparsas infantiles matizadas con la pelea de estos sabuesos, algunos niños son seguidos por sus mascotas o guardianes, las que se suman en esas trifulcas cuyos ladridos y aullidos rompen la tranquilidad del barrio, difíciles de apaciguar, siempre están deambulando por el lugar, de allí su nombre cariñosamente barrio “Alqupampa”.
En noches de verano, bajo el brillo de luna llena, después de cenar, mientras los adultos en tertulia familiar van planificando las tareas cotidianas, los niños jugando a las escondidas y mil juegos en tropel hasta el regaño materno. En grupos van llegando los bullangueros de “Kutapakcha”, los entusiastas de “Urapakcha”, los alegres de “Kuntún” y los pleitistas de “Cosojirkan”, nuestro lugar de cita predilecta desde siempre. El pueblo está dividido en Ichucan y Llamacancha, este escenario pertenece a ambos bandos.
En grupos rememorar, la llegada al pueblo de las bandas musicales durante la fiesta patronal de agosto, tratando de imitar sonidos musicales sean con latas de conservas usadas, o tallos de “maguey” en forma de algún instrumento musical conocido: trompeta, bajo o clarinete; apropiadamente escogidos, son los “concursos favoritos”, voces infantiles imitando a lo diversos músicos de las bandas de Huanri, LLipa, Mangas o del mismo pueblo, preferentemente las marchas son nuestra predilección, ejecutadas mientras los capitanes recorren las calles, bien grabada en nuestras memorias hasta los mínimos detalles, los adornos musicales con esos “instrumentos”, algunos al ejecutar incluso inflamos la cavidad bucal y arrugamos el gesto, cual veterano bajista o trompetista.
Llegado el invierno, las torrenciales lluvias y las aguas de los tejados de las casas discurren hacia este lugar por la pendiente natural del pueblo, juntándose con los procedentes de la parte alta y las del propio barrio, así nuestro escenario deportivo se transforma en una inmensa “piscina” natural, inundando con frecuencia a algunas casas de las inmediaciones. Allí están las casas que contornean, interconectadas por callejones y pasadizos, por el sur de Artemio Laurente, Aurelio Luciano, Rigoberto Vargas “Ricopincho”, Glicerio Damián, la familia Rosario y Neira, por el oeste las casas de Pili Mendoza, Ikchu Mendoza, Clarita Osoriano, Eliza Mendoza, Samuel Caqui, por el norte con las de Manuel Alvares, Luisa Alejo, el zanjón, casa de Felipe Caque “Bonclay”, Laurencia Varillas, Feliciano Pérez y Bernardino Gamboa “Pinalo” y por el oriente las casas de Belisario Flores, Pasión Ibarra, Virginio Bernabé, Donato Carrera y Melchor Carrera, cerrando en circulo “Alqupampa”.
Llegado el invierno, las torrenciales lluvias y las aguas de los tejados de las casas discurren hacia este lugar por la pendiente natural del pueblo, juntándose con los procedentes de la parte alta y las del propio barrio, así nuestro escenario deportivo se transforma en una inmensa “piscina” natural, inundando con frecuencia a algunas casas de las inmediaciones. Allí están las casas que contornean, interconectadas por callejones y pasadizos, por el sur de Artemio Laurente, Aurelio Luciano, Rigoberto Vargas “Ricopincho”, Glicerio Damián, la familia Rosario y Neira, por el oeste las casas de Pili Mendoza, Ikchu Mendoza, Clarita Osoriano, Eliza Mendoza, Samuel Caqui, por el norte con las de Manuel Alvares, Luisa Alejo, el zanjón, casa de Felipe Caque “Bonclay”, Laurencia Varillas, Feliciano Pérez y Bernardino Gamboa “Pinalo” y por el oriente las casas de Belisario Flores, Pasión Ibarra, Virginio Bernabé, Donato Carrera y Melchor Carrera, cerrando en circulo “Alqupampa”.
Tardes lluviosas de competencia interminables con zancos, más conocidos como “garrocha”, construidas por nosotros mismos, de troncos de aliso o huaromo y acondicionados apropiadamente para nuestros pies, tradición irremplazable para demostrar la audacia infantil, quien recorre sin mojarse todo el perímetro hasta llegar a lugares profundos. Aún más audaces recorrer siguiendo los barcos de papel hechos con las hojas de cuaderno usado o periódico pasado que ocasionalmente recogimos. Hombres y mujeres sobre el fango de agua estancada sin que las mamás se enteren, osadamente pisando hasta mojarse los llanques, ¡pobre! Si los tientos que sujetan son de cuero que se encogen y endurecen cuando seca, si son de jebe no había inconveniente.
Llegado la primavera, el barro se va secando lentamente, pero pululan mosquitos y zancudos por doquier y el olor inunda las cocinas, mientras el contorno reverdece y resalta fragancias de flores amarillas de “amor seco” o “shilco shilco”, “asiagjacha” y otros arbustos cuyas flores son la predilección de las abejas y mariposas de mil colores; capturarlas es la hazaña que puede generar peligro tanto por la picazón o la caída al zanjón. La mirada vigilante de los padres no era de extrañar, siempre resondrando por el atrevimiento de jugar cerca al zanjón, mirador natural.
Llegado la primavera, el barro se va secando lentamente, pero pululan mosquitos y zancudos por doquier y el olor inunda las cocinas, mientras el contorno reverdece y resalta fragancias de flores amarillas de “amor seco” o “shilco shilco”, “asiagjacha” y otros arbustos cuyas flores son la predilección de las abejas y mariposas de mil colores; capturarlas es la hazaña que puede generar peligro tanto por la picazón o la caída al zanjón. La mirada vigilante de los padres no era de extrañar, siempre resondrando por el atrevimiento de jugar cerca al zanjón, mirador natural.
Cotidiano en “Alqupampa” están revolcándose recuas de acémilas, entre caballos y asnos de Virginio Bernabé, Artemio Laurente, Donato Carrera, Melchor Carrera y otros vecinos, con carga o sin ella ocupando parte del pampón, por las mañanas antes de partir hacia sus destinos de jornadas largas como Chiquián, capital provincial y otros pueblos, estancias como a Jahuacocha, Wipaq, Wauyan y otras, llevando semillas o víveres para periodos largos de estadía o regresando de arduas labores del campo en épocas de cosecha, trasladan costales repletos de papas o cereales desde Rara, Rucmis, Wauyan, Matta, Wanca o Wipaq, ¡tiempos de abundancia la Pachamama provee para regocijo de las familias!.
Aquí se plasmaron historias de amor y tragedias de hombres y mujeres, bien guardadas en la memoria ni el tiempo lo borra, canciones y versos dedicadas a la amada en serenatas románticas con guitarras, mandolinas y quenas, retumba la penumbra de Pacllón en noches estrelladas. Escenario de mil vivencias de siempre. Perdiste el encanto desde cuando te cubrieron con cemento, escasean los niños y sus perros de antaño, ya tienes otra faceta como escenario infantil. Como dice el poeta “volverán las oscuras golondrinas a colgar su nido del balcón, pero ya no volverán las vivencias infantiles en Alqupampa”.
Voces pueblerinas:
Alqupampa: Lugar predilecto de los perros
Alqus: perros
Asiagjacha: Arbusto de olor fuerte y flores blancas
Capitán: Funcionario de fiesta costumbrista
Chiuchi: Niños pequeños
Cosojirkan: Mirador del coso
Huaromo: Arbusto de flores amarillas
Aquí se plasmaron historias de amor y tragedias de hombres y mujeres, bien guardadas en la memoria ni el tiempo lo borra, canciones y versos dedicadas a la amada en serenatas románticas con guitarras, mandolinas y quenas, retumba la penumbra de Pacllón en noches estrelladas. Escenario de mil vivencias de siempre. Perdiste el encanto desde cuando te cubrieron con cemento, escasean los niños y sus perros de antaño, ya tienes otra faceta como escenario infantil. Como dice el poeta “volverán las oscuras golondrinas a colgar su nido del balcón, pero ya no volverán las vivencias infantiles en Alqupampa”.
Voces pueblerinas:
Alqupampa: Lugar predilecto de los perros
Alqus: perros
Asiagjacha: Arbusto de olor fuerte y flores blancas
Capitán: Funcionario de fiesta costumbrista
Chiuchi: Niños pequeños
Cosojirkan: Mirador del coso
Huaromo: Arbusto de flores amarillas