RIMAY cÓNDOR
LUIS ABANTO MORALES
Este pasado 14 de junio falleció en la ciudad de Lima Luis Abanto Morales, uno de los últimos artistas peruanos que gozó del cariño y aprecio de su público y, si se quiere, de todo país. Durante su larga y dilatada vida artística supo combinar con singular éxito los géneros andino y criollo, algo bastante difícil de lograr en un país en donde todavía se mira con desdén y por sobre el hombro toda expresión artística venida de nuestros gélidos Andes. Pruebas al canto, hace algunas semanas, una ¿modelo?, de la televisión peruana, se enojó cuando la llamaron “princesa inca”.
Volviendo al tema de esta nota, la música tradicional de los pueblos representa y transmite sus vivencias, historias y su evolución social. Convirtiéndose sus cultores en genuinos representantes de la cultura popular, dando razón al inmortal César Vallejo cuando decía “Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacía él”. Esto aplica perfectamente a Luis Abanto Morales, las canciones que interpretaba, algunas de ellas composiciones propias, cantaban situaciones personales o sociales que, de una forma u otra, se relacionan al Juan Pueblo peruano.
Una de las características que resaltaban su personalidad, auténticamente peruana, fue que en muchas de sus presentaciones artísticas lucía el poncho peruano. Indudablemente que haber crecido en el pueblo andino de Cajabamba, pese a haber nacido en la ciudad costeña de Trujillo, marcó su personalidad artística. Ahora bien, un artista es valorado por lo que expresa en sus canciones. Por lo tanto, veamos a través de ellas lo que representó para su tierra.
Luis Abanto Morales siempre fue orgulloso de ser cholo, al punto que su mayor éxito se titula justamente eso, “Cholo soy”, en la cual muestra el orgullo que se siente de ser oriundo del Perú profundo, a la vez que denuncia los abusos sociales cometido en contra de las grandes mayorías y que han sido la constante de la realidad peruana desde la llegada de los conquistadores españoles.
Aproximadamente desde mitad del siglo pasado, Lima, la llamada ciudad de los reyes, vio llegar a los migrantes provincianos en busca de mejores oportunidades de vida. “Las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo” son las primeras letras de un vals que canta ese fenómeno social que ha hecho que la capital del Perú, hoy en día una metrópolis de casi once millones de habitantes. El dolor y nostalgia por la tierra que dejó y que en Lima evoca el migrante, se ve reflejada maravillosamente en ese precioso vals que el cholo Abanto hizo popular con el título de “Cielo serrano”.
Haber crecido en la ciudad andina de Cajabamba, en el departamento de Cajamarca, hizo que Luis Abanto Morales se sintiera cómodo interpretando canciones del Perú profundo. De allí que huaynos como “Las barbas de mi chivato”, “La flor de papa”, “Mambo de Machaguay”, por citar solo algunos títulos hayan sido de los más solicitados de su repertorio andino, algo que dice mucho de la conexión que con su pueblo tuvo este gran artista.
Las grandes ciudades encierran dramas familiares, personales y sobre todo sentimentales. Allí es donde el carisma del cholo Abanto hace de las suyas con sus seguidores, todos ellos hijos del pueblo, que viven sus dramas personales y lo comparten con algún amigo del barrio o del trabajo, con quienes comparten sus penas del corazón. “Nunca podrán”, “Las quimeras”, “Me cuenta un amigo”, “Amigo de qué” son algunos de los títulos que hacen que los amantes de sus canciones las tomen como propias porque, de alguna forma, representan sus vivencias diarias.
Luis Abanto Morales nació en Trujillo, ciudad de la eterna primavera y capital de la marinera. Indudablemente que ese hecho y su espíritu de amante de toda expresión musical peruana, hizo que también destacara en el género de la canción norteña. “Trujillanito”, es el título de una marinera norteña, que no solo lo describe, sino que también que identifica a todos los nacidos en la capital del departamento de Lambayeque. “Cholito pantalón blanco” canta las vicisitudes del campesino costeño, al igual que “El rancho de la Cambicha” cuenta las del provinciano que vivía en las grandes haciendas azucareras costeñas. Esta última canción, dicho sea de paso, refleja la influencia musical que tuvo la música argentina en los comienzos del cholo Abanto. Bien sabemos que nadie es profeta en su tierra, los inicios de su vida artística son una prueba de ello. Es en Argentina, a donde había viajado en busca de hacerse de un nombre artístico siendo bastante joven, en donde comienza a relacionarse con gente que compartía sus mismos intereses y que, de una forma u otra, lo ayudan a salir adelante en el difícil mundo de la canción.
Los noventa y tres años vividos por este gran artista peruano, han sido testigos de su intensa relación con su público, con su gente, con aquellos que supieron gozar con su arte, ese arte que lo hizo uno más de ellos, como uno más de ese pueblo que admiró y gozó con sus canciones que, felizmente gracias a la moderna tecnología, permiten al que esta nota escribe, hacerlo tarareado aquellas letras que a la letra dicen “Las locas ilusiones me sacaron de mi tierra…” Hasta pronto cholo Abanto, gracias por hacernos felices con tus canciones. Para escuchar sus canciones pulsar el siguiente link:
www.chiquianmarka.com/cancionero-2.html
Descansa en paz Cholo Abanto.
Rimay Cóndor
Volviendo al tema de esta nota, la música tradicional de los pueblos representa y transmite sus vivencias, historias y su evolución social. Convirtiéndose sus cultores en genuinos representantes de la cultura popular, dando razón al inmortal César Vallejo cuando decía “Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacía él”. Esto aplica perfectamente a Luis Abanto Morales, las canciones que interpretaba, algunas de ellas composiciones propias, cantaban situaciones personales o sociales que, de una forma u otra, se relacionan al Juan Pueblo peruano.
Una de las características que resaltaban su personalidad, auténticamente peruana, fue que en muchas de sus presentaciones artísticas lucía el poncho peruano. Indudablemente que haber crecido en el pueblo andino de Cajabamba, pese a haber nacido en la ciudad costeña de Trujillo, marcó su personalidad artística. Ahora bien, un artista es valorado por lo que expresa en sus canciones. Por lo tanto, veamos a través de ellas lo que representó para su tierra.
Luis Abanto Morales siempre fue orgulloso de ser cholo, al punto que su mayor éxito se titula justamente eso, “Cholo soy”, en la cual muestra el orgullo que se siente de ser oriundo del Perú profundo, a la vez que denuncia los abusos sociales cometido en contra de las grandes mayorías y que han sido la constante de la realidad peruana desde la llegada de los conquistadores españoles.
Aproximadamente desde mitad del siglo pasado, Lima, la llamada ciudad de los reyes, vio llegar a los migrantes provincianos en busca de mejores oportunidades de vida. “Las locas ilusiones me sacaron de mi pueblo” son las primeras letras de un vals que canta ese fenómeno social que ha hecho que la capital del Perú, hoy en día una metrópolis de casi once millones de habitantes. El dolor y nostalgia por la tierra que dejó y que en Lima evoca el migrante, se ve reflejada maravillosamente en ese precioso vals que el cholo Abanto hizo popular con el título de “Cielo serrano”.
Haber crecido en la ciudad andina de Cajabamba, en el departamento de Cajamarca, hizo que Luis Abanto Morales se sintiera cómodo interpretando canciones del Perú profundo. De allí que huaynos como “Las barbas de mi chivato”, “La flor de papa”, “Mambo de Machaguay”, por citar solo algunos títulos hayan sido de los más solicitados de su repertorio andino, algo que dice mucho de la conexión que con su pueblo tuvo este gran artista.
Las grandes ciudades encierran dramas familiares, personales y sobre todo sentimentales. Allí es donde el carisma del cholo Abanto hace de las suyas con sus seguidores, todos ellos hijos del pueblo, que viven sus dramas personales y lo comparten con algún amigo del barrio o del trabajo, con quienes comparten sus penas del corazón. “Nunca podrán”, “Las quimeras”, “Me cuenta un amigo”, “Amigo de qué” son algunos de los títulos que hacen que los amantes de sus canciones las tomen como propias porque, de alguna forma, representan sus vivencias diarias.
Luis Abanto Morales nació en Trujillo, ciudad de la eterna primavera y capital de la marinera. Indudablemente que ese hecho y su espíritu de amante de toda expresión musical peruana, hizo que también destacara en el género de la canción norteña. “Trujillanito”, es el título de una marinera norteña, que no solo lo describe, sino que también que identifica a todos los nacidos en la capital del departamento de Lambayeque. “Cholito pantalón blanco” canta las vicisitudes del campesino costeño, al igual que “El rancho de la Cambicha” cuenta las del provinciano que vivía en las grandes haciendas azucareras costeñas. Esta última canción, dicho sea de paso, refleja la influencia musical que tuvo la música argentina en los comienzos del cholo Abanto. Bien sabemos que nadie es profeta en su tierra, los inicios de su vida artística son una prueba de ello. Es en Argentina, a donde había viajado en busca de hacerse de un nombre artístico siendo bastante joven, en donde comienza a relacionarse con gente que compartía sus mismos intereses y que, de una forma u otra, lo ayudan a salir adelante en el difícil mundo de la canción.
Los noventa y tres años vividos por este gran artista peruano, han sido testigos de su intensa relación con su público, con su gente, con aquellos que supieron gozar con su arte, ese arte que lo hizo uno más de ellos, como uno más de ese pueblo que admiró y gozó con sus canciones que, felizmente gracias a la moderna tecnología, permiten al que esta nota escribe, hacerlo tarareado aquellas letras que a la letra dicen “Las locas ilusiones me sacaron de mi tierra…” Hasta pronto cholo Abanto, gracias por hacernos felices con tus canciones. Para escuchar sus canciones pulsar el siguiente link:
www.chiquianmarka.com/cancionero-2.html
Descansa en paz Cholo Abanto.
Rimay Cóndor