RIMAY CÓNDOR
Buscando curiosidades literarias para compartir con ustedes he encontrado este tema escrito por el Sr. FELIX JAIMES VALDERRAMA y que tengo la seguridad que traerá gratos recuerdos a muchos de nuestros lectores.
Rimay Cóndor.
Rimay Cóndor.
DESEMPOLVANDO EL COFRE DE MI JUVENTUD, EN HOMENAJE A MI COLEGIO CORONEL BOLOGNESI CHIQUIÁN 1965 - 1969
Memorias de la Invitación de 1967 de un Colegio del Distrito de La Unión en la Provincia de Dos de Mayo del Departamento de Huanuco.
En el año de 1967, estando de director del Colegio Coronel Bolognesi de Chiquián el profesor Paulo Dextre Córdoba más conocido como Super Cholo, llegó una invitación al colegio para participar en el aniversario de un colegio en el distrito de La Unión. El Director aceptó y asignó una delegación conformada de profesores, la banda del colegio donde yo era integrante y los jugadores de fútbol y básquet.
En esa época yo era uno de los trompetistas de la banda de músicos del Colegio, que estaba a cargo como Director de banda el profesor Visitación Laos Jara, es él quien nos informa detalladamente que viajaríamos asistiendo a un aniversario en el Distrito de La Unión, por lo que teníamos que prepararnos para el viaje que era ya un hecho.
Nuestra delegación cumpliendo con la invitación partimos rumbo al Distrito de La Unión, Provincia de Dos de Mayo, departamento de Huanuco. Salimos de Chiquián con el ómnibus de la empresa TUBSA, su propietario era el señor Lucho Rayo y el conductor fue el señor Jorge Volarte, nos llevó hasta Pachapaqui ya que la carretera estaba inconclusa por lo que tuvimos que seguir el camino a pie, cruzamos la cordillera de Yana Shallash hasta un lugar cerca de la mina de Huansalá donde nos esperaba un bus para llevarnos hasta La Unión.
La llegada a La Unión fue hermosa, nos dieron el alcance en la entrada del pueblo, ingresamos tocando por todo el largo del pueblo hasta llegar a su colegio donde nos recibieron en su auditorio llamado “Perricholi”. Nos habían preparado un bufet de bienvenida, había mucho vino que servían a todos muy frecuentemente, lo curioso fue que los jugadores y los alumnos también consumieron y estaban “picaditos”, esto lo hicieron adrede, querían que se marearan los jugadores porque ya estaba cerca la hora de jugar básquet, es cuando el maestro Laos puso orden impidiendo que sigan consumiendo el vino.
Llego la hora del encuentro, nuestros jugadores con el corazón efervescente de emociones, demostraron su superioridad en el juego de básquet, todos sin excepción jugaron destacadamente, recuerdo que en ese encuentro nuestro compañero Juvenal Malqui se dio un resbalón cayendo al piso lastimando su mejilla derecha, pero eso no fue motivo para que el equipo baje el ritmo del juego, al final salimos victoriosos de esa lid deportiva.
Después alrededor de las 4.00 p.m. nuestro equipo tenía que jugar un partido de fútbol por lo que nos dirigimos al estadio, en eso se acercó un paisano nuestro apellidado “Parra”, era un policía designado en el lugar quien muy emocionado nos trajo frutas y gaseosas, nos alentó en todo momento.
Nuestro equipo demostró su superioridad en el campo, pero sin quitarle mérito al rival, nos hizo sudar de nervios especialmente con un tiro de penal a su favor que nuestro compañero Abraham Garro conocido como Cacash lo atajó con un salto felino hacia el palo derecho, todos nosotros dimos un grito de alegría, es ahí donde mis compañeros de banda y yo entonamos un huayno llamado “Amarillito” y toda la multitud presente se puso a bailar. Cuando el pito final sonó, una vez más gozamos el sabor del triunfo.
Luego a las 7 p.m. se llevó a cabo un desfile de antorchas donde acompañamos tocando la marcha “tres armas” desde el colegio hasta la salida hacia Huallanca, luego retornamos a la plaza central.
Al llegar a la Plaza, para sorpresa nuestra nos informaron que teníamos que competir en un concurso de banda que ya estaba programado que consistía en tocar una pieza musical cada uno alternadamente, si mal no recuerdo fue con la Banda de Pachas, nosotros estábamos nerviosos ya que era nuestra primera vez en un concurso musical y también por la cantidad numérica de los integrantes de la otra banda, ellos tenían ocho trompetistas contra tres de los nuestros.
Mis compañeros y yo, antes del viaje, tocamos en la Kermes de la Escuela Normal de Chiquián, razón por la cual ya nos encontrábamos un poco cansados pero con una emoción muy grande, tal es así que asumimos el reto.
Este encuentro se llevó a cabo en la plaza frente a la Municipalidad. Las arengas de nuestros compañeros y la firmeza de nuestro profesor hicieron que superemos nuestro nerviosismo.
Iniciamos el encuentro con una canción de nombre “Puncayniquipe” que quiere decir “En tu día”, luego continuamos con un bolero llamado “Interrogacion” y seguimos con varias canciones variadas, culminando con un hermoso pasacalle chiquiano, nosotros éramos 15 integrantes y nuestros adversarios eran 20, aun así salimos ganadores, gracias a que nuestro profesor nos daba las partituras de las canciones que estaban de moda, como “la pollera amarilla”, “la negra mala”, “chévere que chévere” y los huaynos que no debían de faltar, con ello nuestro repertorio estaba actualizado, el profesor se mostró orgulloso de nosotros.
El pueblo también nos apoyó con sus arengas, le gritaban al Director de la Banda rival apellidado Rojas, frases como: “así se toca”, “así se enseña” y le echaban tierra, hecho que nos sorprendió que esas actitudes vengan de su propia gente.
Terminado el concurso el Alcalde y el Prefecto se acercaron para invitarnos a pasar al Salón Municipal, y nosotros con nuestra banda orquesta amenizamos la fiesta, Ahí es cuando el Alcalde muy emocionado le propuso a nuestro maestro Laos que se quede como maestro de Banda del pueblo y que enseñe música en el colegio de La Unión para que tenga su propia Banda, ofreciéndole más horas de clase de las que tenía en Chiquián, mis compañeros y yo nos sentimos asombrados por la oferta que le dieron, pero el profesor nos dejó aliviados con la respuesta que dio. Dijo que estaba muy agradecido, pero no podía, porque debía cumplir con sus alumnos y no era justo que los abandone, entonces el Prefecto dijo que comprendía y esperaría su buena decisión favorable, fue así que mi querido maestro nos demostraba una vez más su rectitud con su compromiso moral dentro de su honestidad.
A nuestro retorno a Chiquián nos proporcionaron un vehículo que nos llevaría hasta la salida de la mina de Huansala. En el trayecto hicimos una parada en el pueblo de Huallanca donde los profesores de su colegio y demás autoridades nos dieron un recibimiento muy cordial con una pachamanca de chancho que estaba muy rico, plato muy común para ellos.
De allí, nuestro destino estaba a la suerte, porque teníamos que caminar hasta Pachapaqui donde nos esperaba el ómnibus (TUBSA), poco a poco el grupo se fue dividiendo por la resistencia de cada uno. Recuerdo claramente que al cruzar la punta de Yana Shalash empezó a llover y se nos hizo de noche, el camino era pantanoso y sumando la lluvia y la oscuridad se hacía aún más difícil llegar a nuestro destino.
Cuando al fin llegue junto con algunos compañeros a Pachapaqui, encontramos al bus con las puertas cerradas, porque el chofer se había ido a tomar una taza de café para menguar el intenso frío que hacía en el lugar, tuvimos que forzar las ventanas para ingresar y poder refugiarnos del mal clima. Teníamos que esperar a que llegaran todos, y así fue, lograron llegar bien, solo mojados y cansados, una vez que toda la delegación estaba completa, iniciamos el retorno a nuestro Chiquián querido.
Estoy seguro que mis compañeros regresaron con las alforjas llenas de anécdotas y recuerdos que contar, para todos los que participamos de esta hermosa hazaña es un regalo de nuestra juventud a esta vejes que hoy gozamos.
En relación al caso de mi maestro VISITACIÓN LAOS JARA, cumplió el año escolar con nosotros, y luego tomo su rumbo hacia el Distrito de la Unión. Nosotros quedamos muy agradecidos y apenados al mismo tiempo, pero sé que lo recordaremos por siempre porque fue un buen maestro y una persona muy generosa.
En el año de 1967, estando de director del Colegio Coronel Bolognesi de Chiquián el profesor Paulo Dextre Córdoba más conocido como Super Cholo, llegó una invitación al colegio para participar en el aniversario de un colegio en el distrito de La Unión. El Director aceptó y asignó una delegación conformada de profesores, la banda del colegio donde yo era integrante y los jugadores de fútbol y básquet.
En esa época yo era uno de los trompetistas de la banda de músicos del Colegio, que estaba a cargo como Director de banda el profesor Visitación Laos Jara, es él quien nos informa detalladamente que viajaríamos asistiendo a un aniversario en el Distrito de La Unión, por lo que teníamos que prepararnos para el viaje que era ya un hecho.
Nuestra delegación cumpliendo con la invitación partimos rumbo al Distrito de La Unión, Provincia de Dos de Mayo, departamento de Huanuco. Salimos de Chiquián con el ómnibus de la empresa TUBSA, su propietario era el señor Lucho Rayo y el conductor fue el señor Jorge Volarte, nos llevó hasta Pachapaqui ya que la carretera estaba inconclusa por lo que tuvimos que seguir el camino a pie, cruzamos la cordillera de Yana Shallash hasta un lugar cerca de la mina de Huansalá donde nos esperaba un bus para llevarnos hasta La Unión.
La llegada a La Unión fue hermosa, nos dieron el alcance en la entrada del pueblo, ingresamos tocando por todo el largo del pueblo hasta llegar a su colegio donde nos recibieron en su auditorio llamado “Perricholi”. Nos habían preparado un bufet de bienvenida, había mucho vino que servían a todos muy frecuentemente, lo curioso fue que los jugadores y los alumnos también consumieron y estaban “picaditos”, esto lo hicieron adrede, querían que se marearan los jugadores porque ya estaba cerca la hora de jugar básquet, es cuando el maestro Laos puso orden impidiendo que sigan consumiendo el vino.
Llego la hora del encuentro, nuestros jugadores con el corazón efervescente de emociones, demostraron su superioridad en el juego de básquet, todos sin excepción jugaron destacadamente, recuerdo que en ese encuentro nuestro compañero Juvenal Malqui se dio un resbalón cayendo al piso lastimando su mejilla derecha, pero eso no fue motivo para que el equipo baje el ritmo del juego, al final salimos victoriosos de esa lid deportiva.
Después alrededor de las 4.00 p.m. nuestro equipo tenía que jugar un partido de fútbol por lo que nos dirigimos al estadio, en eso se acercó un paisano nuestro apellidado “Parra”, era un policía designado en el lugar quien muy emocionado nos trajo frutas y gaseosas, nos alentó en todo momento.
Nuestro equipo demostró su superioridad en el campo, pero sin quitarle mérito al rival, nos hizo sudar de nervios especialmente con un tiro de penal a su favor que nuestro compañero Abraham Garro conocido como Cacash lo atajó con un salto felino hacia el palo derecho, todos nosotros dimos un grito de alegría, es ahí donde mis compañeros de banda y yo entonamos un huayno llamado “Amarillito” y toda la multitud presente se puso a bailar. Cuando el pito final sonó, una vez más gozamos el sabor del triunfo.
Luego a las 7 p.m. se llevó a cabo un desfile de antorchas donde acompañamos tocando la marcha “tres armas” desde el colegio hasta la salida hacia Huallanca, luego retornamos a la plaza central.
Al llegar a la Plaza, para sorpresa nuestra nos informaron que teníamos que competir en un concurso de banda que ya estaba programado que consistía en tocar una pieza musical cada uno alternadamente, si mal no recuerdo fue con la Banda de Pachas, nosotros estábamos nerviosos ya que era nuestra primera vez en un concurso musical y también por la cantidad numérica de los integrantes de la otra banda, ellos tenían ocho trompetistas contra tres de los nuestros.
Mis compañeros y yo, antes del viaje, tocamos en la Kermes de la Escuela Normal de Chiquián, razón por la cual ya nos encontrábamos un poco cansados pero con una emoción muy grande, tal es así que asumimos el reto.
Este encuentro se llevó a cabo en la plaza frente a la Municipalidad. Las arengas de nuestros compañeros y la firmeza de nuestro profesor hicieron que superemos nuestro nerviosismo.
Iniciamos el encuentro con una canción de nombre “Puncayniquipe” que quiere decir “En tu día”, luego continuamos con un bolero llamado “Interrogacion” y seguimos con varias canciones variadas, culminando con un hermoso pasacalle chiquiano, nosotros éramos 15 integrantes y nuestros adversarios eran 20, aun así salimos ganadores, gracias a que nuestro profesor nos daba las partituras de las canciones que estaban de moda, como “la pollera amarilla”, “la negra mala”, “chévere que chévere” y los huaynos que no debían de faltar, con ello nuestro repertorio estaba actualizado, el profesor se mostró orgulloso de nosotros.
El pueblo también nos apoyó con sus arengas, le gritaban al Director de la Banda rival apellidado Rojas, frases como: “así se toca”, “así se enseña” y le echaban tierra, hecho que nos sorprendió que esas actitudes vengan de su propia gente.
Terminado el concurso el Alcalde y el Prefecto se acercaron para invitarnos a pasar al Salón Municipal, y nosotros con nuestra banda orquesta amenizamos la fiesta, Ahí es cuando el Alcalde muy emocionado le propuso a nuestro maestro Laos que se quede como maestro de Banda del pueblo y que enseñe música en el colegio de La Unión para que tenga su propia Banda, ofreciéndole más horas de clase de las que tenía en Chiquián, mis compañeros y yo nos sentimos asombrados por la oferta que le dieron, pero el profesor nos dejó aliviados con la respuesta que dio. Dijo que estaba muy agradecido, pero no podía, porque debía cumplir con sus alumnos y no era justo que los abandone, entonces el Prefecto dijo que comprendía y esperaría su buena decisión favorable, fue así que mi querido maestro nos demostraba una vez más su rectitud con su compromiso moral dentro de su honestidad.
A nuestro retorno a Chiquián nos proporcionaron un vehículo que nos llevaría hasta la salida de la mina de Huansala. En el trayecto hicimos una parada en el pueblo de Huallanca donde los profesores de su colegio y demás autoridades nos dieron un recibimiento muy cordial con una pachamanca de chancho que estaba muy rico, plato muy común para ellos.
De allí, nuestro destino estaba a la suerte, porque teníamos que caminar hasta Pachapaqui donde nos esperaba el ómnibus (TUBSA), poco a poco el grupo se fue dividiendo por la resistencia de cada uno. Recuerdo claramente que al cruzar la punta de Yana Shalash empezó a llover y se nos hizo de noche, el camino era pantanoso y sumando la lluvia y la oscuridad se hacía aún más difícil llegar a nuestro destino.
Cuando al fin llegue junto con algunos compañeros a Pachapaqui, encontramos al bus con las puertas cerradas, porque el chofer se había ido a tomar una taza de café para menguar el intenso frío que hacía en el lugar, tuvimos que forzar las ventanas para ingresar y poder refugiarnos del mal clima. Teníamos que esperar a que llegaran todos, y así fue, lograron llegar bien, solo mojados y cansados, una vez que toda la delegación estaba completa, iniciamos el retorno a nuestro Chiquián querido.
Estoy seguro que mis compañeros regresaron con las alforjas llenas de anécdotas y recuerdos que contar, para todos los que participamos de esta hermosa hazaña es un regalo de nuestra juventud a esta vejes que hoy gozamos.
En relación al caso de mi maestro VISITACIÓN LAOS JARA, cumplió el año escolar con nosotros, y luego tomo su rumbo hacia el Distrito de la Unión. Nosotros quedamos muy agradecidos y apenados al mismo tiempo, pero sé que lo recordaremos por siempre porque fue un buen maestro y una persona muy generosa.