rubén darío Robles moreno
UN EXTRAÑO GLOBO
¡Volea, volea, volea!
¡Levántalo más alto!
¡Que llegue hasta el techo!
¡Que navegue por el aire!
¡Que llegue hasta las chicas!
Boleaban los alumnos, un raro globo dentro del aula, muy entusiastas los estudiantes de secundaria del 3er año A mixto, del colegio Coronel Bolognesi, al cual pertenecía el narrador.
El extraño globo no tan esférico flotaba por los aires del salón, pasando por sobre las cabezas de todos, principalmente de las alumnas mujeres a quienes iba dirigido por cada golpe al flotante.
¡Me cayó en la cabeza!
¡A mí en la cara!
!Hombres malcriados!
¡Son unos cochinos!
Se quejaban las alumnas, al caerles el raro globo medio alargado, no tan blanco, era color marfil. Por esos años casi todos los globos eran redondos como se decía, no como ahora que tienen todas las formas y colores posibles.
Era el cuarto año de funcionamiento del C.B., el alumnado mixto conformados por alumnos de casi todos los distritos de la provincia Bolognesi, en las secciones A, y B solo de varones por ser mayorcitos.
Por los años 60 funcionaba en una vivienda particular en la primera cuadra del Jr. Leoncio Prado del barrio de Jupash
Era la segunda semana del mes de junio, después del recreo de la mañana. En el aula había más o menos 20 mujeres y 20 varones, ubicado en el entablado del segundo piso.
¡Golpea más fuerte!
¡Que llegue lejos!
Los varones no paraban de bolear el extraño globo, seguían en su juego, como un dirigible en el espacio por su forma alargada seguía navegando el raro globo. Con más bullicio, sin hacer caso las protestas de las alumnas mujeres.
¡Lo atrapé! - Dijo una de ellas.
¡Llévalo a la dirección! - Todas gritaron.
¡Van a ver, hombres cochinos! - Amenazó
fue la reacción de las alumnas atrapando al objeto volador, inmediatamente lo llevaron a la dirección del colegio.
El salón de tanto bullicio quedó en un silencio sepulcral.
Al poco rato, crujieron los viejos maderos del entablado del balcón del 2do piso, con las fuertes pisadas de varias personas mayores, cada vez más cerca al aula.
Todos los alumnos quitos, con las caras pegadas al tablero de sus carpetas, demostrando lo asustados que estaban, conteniendo la respiración esperaban la aparición de los severos auxiliares de educación
¡Todos de pie!
¡Indisciplinados!
¡Quien o quienes trajeron ésto!
Mostrando el "globo" aún inflado completamente, los tres auxiliares de educación del C.B., don Hortensio Balarezo, don Pablo Márquez y don Luis Jaimes, preguntaban indignados quién o quiénes trajeron, lo inflaron y aventándolo por los aires del salón lo hicieron flotar.
¡Es muy grave lo cometido!
¡Serán sancionados!
¡No es un globo¡
¡Saben que es!
¡Ni siquiera mencionarlo!
¡Solo por ahora, es un condón!
¡Cómo ven, es gravísimo, lo que han hecho!
¡Mejor, confiesen quien fue!
¡Tienen hasta la tarde!
¡Sobre todo los varones!
Con muchas advertencias y recomendaciones, los tres auxiliares abandonaron el aula dejando a los alumnos muy asustados, perplejos, mirándose unos a otros en silencio cómplice de todo lo sucedido, más los varones, con cierta vergüenza ante las mujeres.
¡Chicos, canten nomás!
¡No se hagan los solidarios!
¡Peor los castigarán!
¡Sus padres también!
!Las mujeres, ni pensar!
Todas la alumnas insinuaban a declarar, de tan grave incidente, a los varones, sobre todo a los palomillas o de los distritos por ser mayorcitos.
¡Bien, digan quién fue!
¡Ah, nadie confiesa!
¡Citaremos a sus padres!
Hora de salida de la mañana 12 m. el auxiliar advirtió, citar a los padres o apoderados para ponerles en conocimiento del grave problema.
¡Buenas tarde alumnos!
¡Lo cometido es un delito!
!Les queda, solo declarar!
El instructor premilitar, teniente del ejército, nombrado para ese año, en el curso de instrucción premilitar en el C.B vestido con el uniforme verde de oficial del ejército, por el cual, los chiquianos siempre prestos a poner apodos, lo bautizaron como "pacay seco" más por lo flaco que era, caminando con paso firme conminaba a los alumnos a declarar para después recibir un merecido castigo, por lo prohibido de llevar consigo o siquiera mencionar la palabra condón, peor si eran adolescentes.
Cabe recordar, que por esos años, eran perseguidos los vendedores de preservativos, para comerciarlos en la vía pública, muchos se apostaban en los alrrededores de los famosos hoteles de la capital, hotel Bolívar, hotel Crillón, hotel Riviera, la plaza San Martin, en el Parque Universitario, etc.
¡Con don Pedro!
¡Con don Juan!
Eran sus formas camufladas de ofertar el producto prohibido en quellos años, ya que la PIP (Policía de Investigaciones del Perú) estaba detrás de ellos.
El instructor militar se retiró advirtiendo, que lo cometido ya casi era un delito, las sanciones serían drásticas.
¡Robles diga quién fue!
!No sé, seño auxiliar!
¡López, diga quién fue!
¡Tampoco sé señor!
¡Reyes, fue usted!
!No, señor auxiliar!
. . .
Así sucesivamente los auxiliares preguntaron a todos los varones, siempre la repuesta fué negativa. Nadie sabía dónde se originó el vuelo del pequeño "dirigible", los varones dijeron haber intervenido en mantenerlo al aire o dirigiéndolo hacia las damas, quienes con justa razón se indignaban y culpaban a los varones.
Era la hora de salida de la tarde 5pm, dónde uno de los auxiliares sentenció:
¡La dirección ordena, suspender la salida a los varones hasta la 7pm!
¡Quedan castigados dos horas
¡Pueden realizar sus tareas y otros trabajos!
Sin salida los varones castigados hasta las 7pm, todas las tardes hasta conseguir la declaración.
Algunos padres o apoderados de los alumnos, sobre todo las madres preocupadas por sus hijos llegaban al colegio averiguando la causa de la demora en la salía, recién enterándose del problema.
Al llegar cada alumno a su hogar, no faltaron las increpancias, llamadas de atención o amenazas por parte de los padres más severos.
!Hallaremos al culpable!
¡Más severas serán las sanciones!
¡Habrá una comisión investigadora!
El temido director del colegio C.B., Dr. Francisco Fernández Ortíz, huaracino él, muy severo en su actuar dirigiendo el C.E., también recibió el bautizo chiquiano con el apelativo de "sapo macho", gordito él, de baja estatura, calvo, con un sobretodo verde, que fue el motivo de la chapa.
Entrando al salón de clases al siguiente día ,luego de muchas recomendaciones y consejos, el director del C.E. advirtió que se llegaría hasta la expulsión definitiva del plantel al culpable o culpables.
También las mujeres serían incluidas en las investigaciones, con participación de padres de familia, autoridades policiales y autoridades educativas, en un plazo de15 días, determinaron en una asamblea extraordinaria de padres de familia del plantel.
Mientras tanto para los varones determinaron ciertos castigos, como los famosos ejercicios forzados en educación física, pasar callejón oscuro en instrucción premilitar y seguir con la retención de la salida hasta las 7pm.
¡Ayy, ayyy, ayyy, mi barriga!
¡Que pasa alumno López!
¡No, no, no, puedo hablar!
¡Que comiste!
¡No, no, no comí don Pablito!
!Ayy, ayy, me, me, duele mucho!
¡Agarre sus cosas, váyase!
¡Gra, gra, cias don Pablito?
¡Ayuden al muchacho!
¡Sí, señor auxiliar!
El alumno López, salió casi gateando por el dolor y en hombros ayudado por dos colegas hasta la puerta del colegio, salvándose del castigo hasta las 7pm.
Saliendo del portón del plantel, el alumno López, ya a media cuadra del colegio:
¡La hice, se la creyó, bravo, estoy libre!
¡Se quedaron los tontos!
Saltando de alegría, celebrando a más no poder su "triunfo" se iba corriendo López . Cuando se pronto:
¡Perrr, perrr,perrr !-tres pitazos
¡Alumno Lópezzzz , vuelvaaa!
López sintió los pitazos cómo dardos clavándose en sus pulmones, quedando paralizado, patitiezo, sin aire.
Al voltear sacando fuerzas, se dió con la cara de don Pablito, el auxiliar más severo, quien le dio permiso por su " dolor" de estómago.
Volvió al salón del castigo , como si lo había alcanzado una granada de guerra.
¡Cincuenta planchas, al suelo!
¡Te quedas hasta las 8pm!!
¡Te creíste muy listo!
Sentenció don Pablito, un auxiliar muy severo en la disciplina y presentación del uniforme comando que se usaba en aquellos años, limpios, con zapatos marrones bien lustrados, los galones rojos de acuerdo al año de estudios, las boinas bien planchadas con círculo rojo en el frontis.
En Chiquián, ya todos comentaban asombrados del suceso en el colegio.
Casi todos se convirtieron en jueces, condenando a los alumnos del 3er año A.
Mientras los alumnos buscaban al culpable o culpables, mirándose unos a otros, pero nadie se atrevía a confesar su culpa, por tremendo delito, de haber llevado, inflado y voleado un condón.
Había estudiantes de 18 ,19 y 20, pero nadie era mayor de edad, en esos tiempos todavía a los 21 años, con su libreta electoral de tres cuerpos eras mayor de edad.
Pasaban los días, todos ponían penas, ya los alumnos se veían colgados de los árboles en las salidas de los caminos de la ciudad por Rumichaca, Caranca, Quiwillán, etc. como en tiempo de los romanos, o sometidos a torturas cómo en la santa inquisición al no hallar culpable o culpables.
Culminado el plazo, a fines de Junio, a las 8 am. ,nuevamente se sintió el rechinar de las tablas del balcón del segundo piso, llegó el momento determinante, la comisión tenía el resultado de las investigaciones realizadas, teniendo al culpable o culpables del tremendo delito cometido. Momento en el que los alumnos varones del 3ro A, esperaban temblando de miedo, pensativos , meditabundos y cabizbajos , la sentencia.
Ingresaron al aula las personas de la comisión investigadora para dar lectura a sus conclusiones;
¡Alumno Ramírez, no es!
¡Alumno Reyes, no es¡
¡Alumno Ortiz, no es?
¡Alumno López, no es!
¡Alumno Alva, no es!
¡Alumno Robles, no es!
. . .
Estimados alumnos le pedimos todas las disculpas por los castigos y malos ratos que les hicimos pasar como sospechoso del horrible acto.
Ningún varón es culpable de posesión o haber traído semejante material, ya fueron castigados por el escándalo que armaron en el aula.
¡Señorita Alvarado, no es!
¡Señorita Sotil, no es!
¡Señorita Ocrospoma, no es!
¡Señorita NN, si es culpable!
¡Recoja todas sus cosas y salga!
Muy sorprendidos, con estupor, en silencio, perplejos, conteniendo la respiración, todos los alumnos hombres y mujeres con lágrimas silenciosas que se venían a chorros sobre las mejillas, por última vez, vieron cruzar el umbral de la puerta del salón de clases a la agraciada quinceañera compañera de clases, bañada en lágrimas salía lentamente.
Fue expulsada definitivamente del colegio.
Han pasado más de 60 años
Ha pasado de un siglo a otro
Ha pasado un milenio a otro
Han girado conceptos 180°
Castigo o Premio
Rubén Darío Robles Moreno
¡Levántalo más alto!
¡Que llegue hasta el techo!
¡Que navegue por el aire!
¡Que llegue hasta las chicas!
Boleaban los alumnos, un raro globo dentro del aula, muy entusiastas los estudiantes de secundaria del 3er año A mixto, del colegio Coronel Bolognesi, al cual pertenecía el narrador.
El extraño globo no tan esférico flotaba por los aires del salón, pasando por sobre las cabezas de todos, principalmente de las alumnas mujeres a quienes iba dirigido por cada golpe al flotante.
¡Me cayó en la cabeza!
¡A mí en la cara!
!Hombres malcriados!
¡Son unos cochinos!
Se quejaban las alumnas, al caerles el raro globo medio alargado, no tan blanco, era color marfil. Por esos años casi todos los globos eran redondos como se decía, no como ahora que tienen todas las formas y colores posibles.
Era el cuarto año de funcionamiento del C.B., el alumnado mixto conformados por alumnos de casi todos los distritos de la provincia Bolognesi, en las secciones A, y B solo de varones por ser mayorcitos.
Por los años 60 funcionaba en una vivienda particular en la primera cuadra del Jr. Leoncio Prado del barrio de Jupash
Era la segunda semana del mes de junio, después del recreo de la mañana. En el aula había más o menos 20 mujeres y 20 varones, ubicado en el entablado del segundo piso.
¡Golpea más fuerte!
¡Que llegue lejos!
Los varones no paraban de bolear el extraño globo, seguían en su juego, como un dirigible en el espacio por su forma alargada seguía navegando el raro globo. Con más bullicio, sin hacer caso las protestas de las alumnas mujeres.
¡Lo atrapé! - Dijo una de ellas.
¡Llévalo a la dirección! - Todas gritaron.
¡Van a ver, hombres cochinos! - Amenazó
fue la reacción de las alumnas atrapando al objeto volador, inmediatamente lo llevaron a la dirección del colegio.
El salón de tanto bullicio quedó en un silencio sepulcral.
Al poco rato, crujieron los viejos maderos del entablado del balcón del 2do piso, con las fuertes pisadas de varias personas mayores, cada vez más cerca al aula.
Todos los alumnos quitos, con las caras pegadas al tablero de sus carpetas, demostrando lo asustados que estaban, conteniendo la respiración esperaban la aparición de los severos auxiliares de educación
¡Todos de pie!
¡Indisciplinados!
¡Quien o quienes trajeron ésto!
Mostrando el "globo" aún inflado completamente, los tres auxiliares de educación del C.B., don Hortensio Balarezo, don Pablo Márquez y don Luis Jaimes, preguntaban indignados quién o quiénes trajeron, lo inflaron y aventándolo por los aires del salón lo hicieron flotar.
¡Es muy grave lo cometido!
¡Serán sancionados!
¡No es un globo¡
¡Saben que es!
¡Ni siquiera mencionarlo!
¡Solo por ahora, es un condón!
¡Cómo ven, es gravísimo, lo que han hecho!
¡Mejor, confiesen quien fue!
¡Tienen hasta la tarde!
¡Sobre todo los varones!
Con muchas advertencias y recomendaciones, los tres auxiliares abandonaron el aula dejando a los alumnos muy asustados, perplejos, mirándose unos a otros en silencio cómplice de todo lo sucedido, más los varones, con cierta vergüenza ante las mujeres.
¡Chicos, canten nomás!
¡No se hagan los solidarios!
¡Peor los castigarán!
¡Sus padres también!
!Las mujeres, ni pensar!
Todas la alumnas insinuaban a declarar, de tan grave incidente, a los varones, sobre todo a los palomillas o de los distritos por ser mayorcitos.
¡Bien, digan quién fue!
¡Ah, nadie confiesa!
¡Citaremos a sus padres!
Hora de salida de la mañana 12 m. el auxiliar advirtió, citar a los padres o apoderados para ponerles en conocimiento del grave problema.
¡Buenas tarde alumnos!
¡Lo cometido es un delito!
!Les queda, solo declarar!
El instructor premilitar, teniente del ejército, nombrado para ese año, en el curso de instrucción premilitar en el C.B vestido con el uniforme verde de oficial del ejército, por el cual, los chiquianos siempre prestos a poner apodos, lo bautizaron como "pacay seco" más por lo flaco que era, caminando con paso firme conminaba a los alumnos a declarar para después recibir un merecido castigo, por lo prohibido de llevar consigo o siquiera mencionar la palabra condón, peor si eran adolescentes.
Cabe recordar, que por esos años, eran perseguidos los vendedores de preservativos, para comerciarlos en la vía pública, muchos se apostaban en los alrrededores de los famosos hoteles de la capital, hotel Bolívar, hotel Crillón, hotel Riviera, la plaza San Martin, en el Parque Universitario, etc.
¡Con don Pedro!
¡Con don Juan!
Eran sus formas camufladas de ofertar el producto prohibido en quellos años, ya que la PIP (Policía de Investigaciones del Perú) estaba detrás de ellos.
El instructor militar se retiró advirtiendo, que lo cometido ya casi era un delito, las sanciones serían drásticas.
¡Robles diga quién fue!
!No sé, seño auxiliar!
¡López, diga quién fue!
¡Tampoco sé señor!
¡Reyes, fue usted!
!No, señor auxiliar!
. . .
Así sucesivamente los auxiliares preguntaron a todos los varones, siempre la repuesta fué negativa. Nadie sabía dónde se originó el vuelo del pequeño "dirigible", los varones dijeron haber intervenido en mantenerlo al aire o dirigiéndolo hacia las damas, quienes con justa razón se indignaban y culpaban a los varones.
Era la hora de salida de la tarde 5pm, dónde uno de los auxiliares sentenció:
¡La dirección ordena, suspender la salida a los varones hasta la 7pm!
¡Quedan castigados dos horas
¡Pueden realizar sus tareas y otros trabajos!
Sin salida los varones castigados hasta las 7pm, todas las tardes hasta conseguir la declaración.
Algunos padres o apoderados de los alumnos, sobre todo las madres preocupadas por sus hijos llegaban al colegio averiguando la causa de la demora en la salía, recién enterándose del problema.
Al llegar cada alumno a su hogar, no faltaron las increpancias, llamadas de atención o amenazas por parte de los padres más severos.
!Hallaremos al culpable!
¡Más severas serán las sanciones!
¡Habrá una comisión investigadora!
El temido director del colegio C.B., Dr. Francisco Fernández Ortíz, huaracino él, muy severo en su actuar dirigiendo el C.E., también recibió el bautizo chiquiano con el apelativo de "sapo macho", gordito él, de baja estatura, calvo, con un sobretodo verde, que fue el motivo de la chapa.
Entrando al salón de clases al siguiente día ,luego de muchas recomendaciones y consejos, el director del C.E. advirtió que se llegaría hasta la expulsión definitiva del plantel al culpable o culpables.
También las mujeres serían incluidas en las investigaciones, con participación de padres de familia, autoridades policiales y autoridades educativas, en un plazo de15 días, determinaron en una asamblea extraordinaria de padres de familia del plantel.
Mientras tanto para los varones determinaron ciertos castigos, como los famosos ejercicios forzados en educación física, pasar callejón oscuro en instrucción premilitar y seguir con la retención de la salida hasta las 7pm.
¡Ayy, ayyy, ayyy, mi barriga!
¡Que pasa alumno López!
¡No, no, no, puedo hablar!
¡Que comiste!
¡No, no, no comí don Pablito!
!Ayy, ayy, me, me, duele mucho!
¡Agarre sus cosas, váyase!
¡Gra, gra, cias don Pablito?
¡Ayuden al muchacho!
¡Sí, señor auxiliar!
El alumno López, salió casi gateando por el dolor y en hombros ayudado por dos colegas hasta la puerta del colegio, salvándose del castigo hasta las 7pm.
Saliendo del portón del plantel, el alumno López, ya a media cuadra del colegio:
¡La hice, se la creyó, bravo, estoy libre!
¡Se quedaron los tontos!
Saltando de alegría, celebrando a más no poder su "triunfo" se iba corriendo López . Cuando se pronto:
¡Perrr, perrr,perrr !-tres pitazos
¡Alumno Lópezzzz , vuelvaaa!
López sintió los pitazos cómo dardos clavándose en sus pulmones, quedando paralizado, patitiezo, sin aire.
Al voltear sacando fuerzas, se dió con la cara de don Pablito, el auxiliar más severo, quien le dio permiso por su " dolor" de estómago.
Volvió al salón del castigo , como si lo había alcanzado una granada de guerra.
¡Cincuenta planchas, al suelo!
¡Te quedas hasta las 8pm!!
¡Te creíste muy listo!
Sentenció don Pablito, un auxiliar muy severo en la disciplina y presentación del uniforme comando que se usaba en aquellos años, limpios, con zapatos marrones bien lustrados, los galones rojos de acuerdo al año de estudios, las boinas bien planchadas con círculo rojo en el frontis.
En Chiquián, ya todos comentaban asombrados del suceso en el colegio.
Casi todos se convirtieron en jueces, condenando a los alumnos del 3er año A.
Mientras los alumnos buscaban al culpable o culpables, mirándose unos a otros, pero nadie se atrevía a confesar su culpa, por tremendo delito, de haber llevado, inflado y voleado un condón.
Había estudiantes de 18 ,19 y 20, pero nadie era mayor de edad, en esos tiempos todavía a los 21 años, con su libreta electoral de tres cuerpos eras mayor de edad.
Pasaban los días, todos ponían penas, ya los alumnos se veían colgados de los árboles en las salidas de los caminos de la ciudad por Rumichaca, Caranca, Quiwillán, etc. como en tiempo de los romanos, o sometidos a torturas cómo en la santa inquisición al no hallar culpable o culpables.
Culminado el plazo, a fines de Junio, a las 8 am. ,nuevamente se sintió el rechinar de las tablas del balcón del segundo piso, llegó el momento determinante, la comisión tenía el resultado de las investigaciones realizadas, teniendo al culpable o culpables del tremendo delito cometido. Momento en el que los alumnos varones del 3ro A, esperaban temblando de miedo, pensativos , meditabundos y cabizbajos , la sentencia.
Ingresaron al aula las personas de la comisión investigadora para dar lectura a sus conclusiones;
¡Alumno Ramírez, no es!
¡Alumno Reyes, no es¡
¡Alumno Ortiz, no es?
¡Alumno López, no es!
¡Alumno Alva, no es!
¡Alumno Robles, no es!
. . .
Estimados alumnos le pedimos todas las disculpas por los castigos y malos ratos que les hicimos pasar como sospechoso del horrible acto.
Ningún varón es culpable de posesión o haber traído semejante material, ya fueron castigados por el escándalo que armaron en el aula.
¡Señorita Alvarado, no es!
¡Señorita Sotil, no es!
¡Señorita Ocrospoma, no es!
¡Señorita NN, si es culpable!
¡Recoja todas sus cosas y salga!
Muy sorprendidos, con estupor, en silencio, perplejos, conteniendo la respiración, todos los alumnos hombres y mujeres con lágrimas silenciosas que se venían a chorros sobre las mejillas, por última vez, vieron cruzar el umbral de la puerta del salón de clases a la agraciada quinceañera compañera de clases, bañada en lágrimas salía lentamente.
Fue expulsada definitivamente del colegio.
Han pasado más de 60 años
Ha pasado de un siglo a otro
Ha pasado un milenio a otro
Han girado conceptos 180°
Castigo o Premio
Rubén Darío Robles Moreno