ever romeo reyes cuentas
EL CACTUS
Vi florecer el cactus desde la quietud del camino, desde la puerta añosa de casa; y desde la vida misma, ida y transcurrida.
Vi también la flor amarilla espinosa en la orilla del río, con pétalos delgados y cimbreantes que por la fuerza repetitiva del viento se dejó llevar, apegándose a mi cuerpo sudoroso como queriéndome hablar en lenguaje sutil.
Y la lila flor de papa que resaltaba en el verdor del campo y las sementeras, madurando el fruto deseado que ha de convertirse pronto en cosecha y ser servida sobre la mesa, para saciar nuestra hambre, compensada por el sudor y la mano bendita.
Ohh! tronco de molle y muralla de piedra en perfecta sincronía.
Eleva tu tallo al cielo y agita tu entorno cuando el pájaro repose su fina garra a trinar su melodía.
Y mientras la fuente líquida y sagrada de todos los seres,
imperturbable y serena siga dibujando siluetas en la tierra fértil, regalándonos vida.
Desde la ventana
Cuarto verso de invierno.
Ever Romeo Reyes Cuentas.
Vi también la flor amarilla espinosa en la orilla del río, con pétalos delgados y cimbreantes que por la fuerza repetitiva del viento se dejó llevar, apegándose a mi cuerpo sudoroso como queriéndome hablar en lenguaje sutil.
Y la lila flor de papa que resaltaba en el verdor del campo y las sementeras, madurando el fruto deseado que ha de convertirse pronto en cosecha y ser servida sobre la mesa, para saciar nuestra hambre, compensada por el sudor y la mano bendita.
Ohh! tronco de molle y muralla de piedra en perfecta sincronía.
Eleva tu tallo al cielo y agita tu entorno cuando el pájaro repose su fina garra a trinar su melodía.
Y mientras la fuente líquida y sagrada de todos los seres,
imperturbable y serena siga dibujando siluetas en la tierra fértil, regalándonos vida.
Desde la ventana
Cuarto verso de invierno.
Ever Romeo Reyes Cuentas.