RIMAY CÓNDOR
La revista ECO REGIONAL, lamentablemente desaparecida, solía publicar artículos de interés relacionados a la cultura de nuestra tierra bolognisina. Del No 9 Época II, me permito publicar el trabajo de la Sra. Luz Zarazú Gamarra de Alvarado relacionado a las fiestas costumbristas de Aquia. Igualmente quiero agradecer a los Srs. Daniel Robles Reyes, gestor de Pacarenca Ancash Perú, y Marlon Mogollón por permitirme usar las fotografía de Aquia que adorna este artículo.
Rimay Cóndor
Rimay Cóndor
LAS COSTUMBRES FESTIVAS DE MI TIERRA AQUINA
Aquia, hasta hace pocos años atrás, era un pueblo muy rico en folkflore, aunque sus usos y costumbres (comidas, vestimentas, bailes, música, etc.) eran y son similares a las de los pueblos vecinos; pero son singulares en cuanto a sus DANZAS, cuyos disfraces y caracterización tienen una riqueza y esplendor muy típicos. Es así que cada mes del año tiene una danza que lo identifica.
En forma breve veamos cómo transcurre el año festivo. Entre la Navidad y el Año Nuevo (diciembre y enero), se tiene los cánticos y “adoración” de los pastorcillos (niños y niñas), y el baile de los NEGRITOS que era y es clásico. En esta danza participan 4 negritos (2 caporales y 2 cófrades), una “marica” que puede ser hombre o mujer, el milisho (personaje muy querido y aplaudido que se lleva el show). Un “milisho” que bailó por más de 20 años fue el popular “Shago Pedro” (personaje alegre, juguetón).
En febrero era el clásico CARNAVAL, ahora distorsionado por la intromisión de costumbres foráneas. Se iniciaba un sábado con la “calishtura” que bajaba de Ñaupash (comparsas de payasos), luego se bailaba en torno a los “arbolitos de manzana”, en los que no faltaba doña Idola de Romero y sus inolvidables Arawidas (coplas cantadas en quechua, con letras jocosas, acompañados por pito y caja)…Nadie como ella, el eco de su voz era repetido por los colosos guardianes de AQUIA, “San Cristóbal” y “Jerusalén”.
Marzo y abril eran dedicados al rezo y meditación por la Semana Santa. Aquí los jóvenes invitaban al “PAGAS-REZO” (rezo de madrugada) a rezar los Maitines y, en lugar de la clásica campana hacían sonar una matraca, que era un instrumento de madera con ranuras, el cual hacían girar con movimientos de la mano, produciendo un sonido muy sonoro. Don Hermógenes Palacios, en ocasiones especiales, llevaba a la iglesia su melodio, lo tocaba en una nota y él cantaba en otra nota, pero todo el pueblo lo aplaudía y seguía en el canto devotamente. ¡Qué tiempos aquellos de misticismo!
El 3 de mayo es la festividad del “Señor de Cáyac”. Bailan los “jijantes” en número de 8, es una danza original con vestimenta adornada con espejuelos y blondas multicolores, bailan a los acordes de una orquesta. Además, el mes de mayo es dedicado a la Virgen María. Noches maravillosas, por su bello cielo estrellado, en las que se rezaba y reza en la iglesia, correspondiéndoles por turno (a las familias e instituciones), costear las velas y adornar el altar. Pero, el personaje infaltable noche a noche, a la hora de la OFRENDA, era la recordada “Loca Estela” (no era loca, solo que tenía la clásica risa contagiante, un caminar especial… y creo unos 20 ganchitos de color y formas diferentes como arreglo de su cabellera), echaba en el azafate un puñado de monedas que era su óbolo, parecía mucha plata, pero a la hora del recuento, eran solo centavos de cobre, que a las justas entre “chicos” y centavos sumaban un REAL.
En junio, con motivo del Corpus Cristi, salían a bailar un grupo de siete diablitos (número cabalístico), al son de la música de un solo arpa, con un ritmo alegre y muy movido. Los diablitos, cuya máscara difiere totalmente de los diablitos de otras regiones, bailan con una gracia especial. Pero, el Apu o jefe, que a mí me impresionó, fue el que representaba don Enrique Damián, que a despecho de su gordura, era agilito…me parecía que él sacaba chispas de las calles empedradas de mi pueblo.
En agosto, el día 15 se realizaba el típico “Jorca-cuy”. Ese día buscaban a las pallas. En caso de no haber funcionarios para la fiesta patronal, el municipio nominaba a los faginas o personas suplentes, al son del pincullo o pito y caja…y abundante chicha y ron.
En setiembre, del 27 al 3 de octubre, es la Fiesta Patronal en honor del Patrón del pueblo SAN MIGUEL ARCÁNGEL, con “funcionarios” especiales: “Mayordomos”, “Capitán”, “Estandarte”, “Regidores”, “Mayoralas”, “Inca”, “Rumiñahui”, “Pallas” y comisarios, que tiene connotación turística a nivel nacional e internacional, con 2 o más bandas de músicos, orquestas…Culmina la fiesta con una corrida de toros de Tancán, Huyrotirana, Ghara. Termina con el Despacho o Despedida de los flautistas que venían desde Huaraz.
Noviembre, el 1 y el 2 está dedica a los Santos, vivos y muertos. El 01 se preparan los potajes más exquisitos y agradables que les gustaba a los parientes que partiereon al más allá. En Aquia, se tiene la creencia de que las benditas almas salen a visitar a sus familiares el 01 de noviembre en la noche, porque tienen permiso de Dios y van a “comer” todo lo que les gustaba, por lo que se hace el “tasicuy”, pero para dar fe de la visita del ALMA se echa alrededor del suelo de la mesa un poco de ceniza, en la mañana del 02, ven y leen la huella marcada por el alma de la persona querida que murió…
Lindas costumbres que hasta hoy subsisten y otras son revividas cada 24 de junio por el Centro Educativo del lugar, para que no se pierda los Usos y Costumbres de nuestra Aquia querida, que son parte de nuestra identidad, cuyas raíces andinas las llevamos en la sangre y el corazón.
Luz Zarazú Gamarra de Alvarado
En forma breve veamos cómo transcurre el año festivo. Entre la Navidad y el Año Nuevo (diciembre y enero), se tiene los cánticos y “adoración” de los pastorcillos (niños y niñas), y el baile de los NEGRITOS que era y es clásico. En esta danza participan 4 negritos (2 caporales y 2 cófrades), una “marica” que puede ser hombre o mujer, el milisho (personaje muy querido y aplaudido que se lleva el show). Un “milisho” que bailó por más de 20 años fue el popular “Shago Pedro” (personaje alegre, juguetón).
En febrero era el clásico CARNAVAL, ahora distorsionado por la intromisión de costumbres foráneas. Se iniciaba un sábado con la “calishtura” que bajaba de Ñaupash (comparsas de payasos), luego se bailaba en torno a los “arbolitos de manzana”, en los que no faltaba doña Idola de Romero y sus inolvidables Arawidas (coplas cantadas en quechua, con letras jocosas, acompañados por pito y caja)…Nadie como ella, el eco de su voz era repetido por los colosos guardianes de AQUIA, “San Cristóbal” y “Jerusalén”.
Marzo y abril eran dedicados al rezo y meditación por la Semana Santa. Aquí los jóvenes invitaban al “PAGAS-REZO” (rezo de madrugada) a rezar los Maitines y, en lugar de la clásica campana hacían sonar una matraca, que era un instrumento de madera con ranuras, el cual hacían girar con movimientos de la mano, produciendo un sonido muy sonoro. Don Hermógenes Palacios, en ocasiones especiales, llevaba a la iglesia su melodio, lo tocaba en una nota y él cantaba en otra nota, pero todo el pueblo lo aplaudía y seguía en el canto devotamente. ¡Qué tiempos aquellos de misticismo!
El 3 de mayo es la festividad del “Señor de Cáyac”. Bailan los “jijantes” en número de 8, es una danza original con vestimenta adornada con espejuelos y blondas multicolores, bailan a los acordes de una orquesta. Además, el mes de mayo es dedicado a la Virgen María. Noches maravillosas, por su bello cielo estrellado, en las que se rezaba y reza en la iglesia, correspondiéndoles por turno (a las familias e instituciones), costear las velas y adornar el altar. Pero, el personaje infaltable noche a noche, a la hora de la OFRENDA, era la recordada “Loca Estela” (no era loca, solo que tenía la clásica risa contagiante, un caminar especial… y creo unos 20 ganchitos de color y formas diferentes como arreglo de su cabellera), echaba en el azafate un puñado de monedas que era su óbolo, parecía mucha plata, pero a la hora del recuento, eran solo centavos de cobre, que a las justas entre “chicos” y centavos sumaban un REAL.
En junio, con motivo del Corpus Cristi, salían a bailar un grupo de siete diablitos (número cabalístico), al son de la música de un solo arpa, con un ritmo alegre y muy movido. Los diablitos, cuya máscara difiere totalmente de los diablitos de otras regiones, bailan con una gracia especial. Pero, el Apu o jefe, que a mí me impresionó, fue el que representaba don Enrique Damián, que a despecho de su gordura, era agilito…me parecía que él sacaba chispas de las calles empedradas de mi pueblo.
En agosto, el día 15 se realizaba el típico “Jorca-cuy”. Ese día buscaban a las pallas. En caso de no haber funcionarios para la fiesta patronal, el municipio nominaba a los faginas o personas suplentes, al son del pincullo o pito y caja…y abundante chicha y ron.
En setiembre, del 27 al 3 de octubre, es la Fiesta Patronal en honor del Patrón del pueblo SAN MIGUEL ARCÁNGEL, con “funcionarios” especiales: “Mayordomos”, “Capitán”, “Estandarte”, “Regidores”, “Mayoralas”, “Inca”, “Rumiñahui”, “Pallas” y comisarios, que tiene connotación turística a nivel nacional e internacional, con 2 o más bandas de músicos, orquestas…Culmina la fiesta con una corrida de toros de Tancán, Huyrotirana, Ghara. Termina con el Despacho o Despedida de los flautistas que venían desde Huaraz.
Noviembre, el 1 y el 2 está dedica a los Santos, vivos y muertos. El 01 se preparan los potajes más exquisitos y agradables que les gustaba a los parientes que partiereon al más allá. En Aquia, se tiene la creencia de que las benditas almas salen a visitar a sus familiares el 01 de noviembre en la noche, porque tienen permiso de Dios y van a “comer” todo lo que les gustaba, por lo que se hace el “tasicuy”, pero para dar fe de la visita del ALMA se echa alrededor del suelo de la mesa un poco de ceniza, en la mañana del 02, ven y leen la huella marcada por el alma de la persona querida que murió…
Lindas costumbres que hasta hoy subsisten y otras son revividas cada 24 de junio por el Centro Educativo del lugar, para que no se pierda los Usos y Costumbres de nuestra Aquia querida, que son parte de nuestra identidad, cuyas raíces andinas las llevamos en la sangre y el corazón.
Luz Zarazú Gamarra de Alvarado