RIMAY CÓNDOR
En mi continua labor de buscar novedades para que Ud., amable lector pueda encontrar agradable lectura, encontré esta historia sobre el tradicional poncho de nuestra tierra, escrita por los hermanos Daniel y Edgar Robles Reyes.
Rimay Cóndor
Rimay Cóndor
EL PONCHO ANDINO
Es una prenda de vestir muy peculiar en nuestro Valle Andino de Rimay Cóndor. donde se observa los rasgos característicos del poncho de nuestra zona, como son las líneas o rayas, la textura de la lana y el teñido hecho con las hojas de nogal que le da un color habano. El poncho está elaborado de lana de ovejas, alpacas y vicuñas.
El poseer esta prenda y exhibirla al ponérsela tiene mucha representatividad como honor, respeto, madurez e identidad cultural. Los pobladores en cada hogar, por más humilde que fuera, tienen ponchos, uno para su uso diario y otro para su gala y ser exhibido en las fiestas patronales acompañado con una chalina, de preferencia color blanco y su infaltable sombrero.
…entre sueños profundos se quedó dormido debajo de un peñasco en un invierno, lleno garua y neblina, un mozuelo llamado “SHANTUKO” que tiritaba del frio que reinaba en su cuerpo; acurrucadito se despertó y vio que un anciano barbón se acercaba así a él, este llevaba puesto un sombrero viejo y sobre su cuello colgaba una “PICCHA” y entre sus hombros un manto color HABANO bien doblado…de pronto, le dijo muchacho ¿porque sientes mucha tristeza y no llevas un “PONCHO” para que te cubras del frio?…el joven no sabía que era un “PONCHO”, jamás había escuchado esa palabra en toda su vida. El anciano se sentó a su costado diciéndole unas cuantas palabras, SHANTUKO se quedó en silencio solo escuchaba y le observaba… de repente se levantó el anciano en medio de la neblina y el aguacero que se precipitaba y le dijo: SHANTUKO levántate y emprende tu marcha…el joven se puso de pie en segundos, el anciano optó en decir, cierra los ojos y sin que lo sintiera le puso el poncho por la cabeza. El joven abrió los ojos y al ver que llevaba puesto la prenda misteriosa que el anciano tenía sobre sus hombros quedó emocionado y sin poder decir nada. El anciano le dijo, ahora ve buscar a buscar prosperidad…el joven salió puesto el poncho y dio unos pasos y al caminar sentía que llevaba puesto una fina prenda hecha de lana de vicuña, y volteó para dar agradecimiento al anciano por el gran obsequio y vio que aquel anciano se había puesto a chacchar y que escupía a cada rato de color verde, por las hojas de coca. SHANTUKO le dijo al anciano, gracias por el obsequio ¿cómo se llama señor? Ese le contestó, no importa mi nombre, solo recuerda en tu vuelta debes sentarte de nuevo aquí, con mi coca y cigarro…ahora anda ve SHANTUKO que la noche esta encima y recuerda “…AMA WAQAY PURINQUISU, HAPALLAYKI DOCE DE LA NOCHE MACHOPIS HUARANKI…”
SHANTUKO emprendió su caminata a las alturas, hasta llegar a las estancia de su papá, con aquella prenda tan fina puesta; siendo casi las siete de la mañana y su padre se sorprendió al verlo con dicha prenda misteriosa, el joven le narró la historia de lo sucedido. Como eran crianderos de ganado lanar y tenían lana en cantidad, empezaron a tejer ponchos en cantidades para luego venderlos en el pueblo…y así tuvieron mucha demanda en el mercado, hasta el punto que grandes gamonales y terratenientes mandaban preparar sus ponchos con finas lanas de vicuña para distinguirse del pueblo, usando sus chalinas blancas y sus sombreros de palma.
Mientras tanto, en cada ir y venir SHANTUKO siempre dejaba dos onzas de coca y una cajetilla de cigarro en aquel peñasco como cumplimiento al pedido del misterioso anciano. Así se convirtió en el primer productor de esta prenda de vestir andina y dando origen de esa manera, para nuestros ojos, la exhibición de esta hermosa prenda “EL PONCHO ANDINO”.
Daniel y Edgar Robles Reyes
[email protected]
El poseer esta prenda y exhibirla al ponérsela tiene mucha representatividad como honor, respeto, madurez e identidad cultural. Los pobladores en cada hogar, por más humilde que fuera, tienen ponchos, uno para su uso diario y otro para su gala y ser exhibido en las fiestas patronales acompañado con una chalina, de preferencia color blanco y su infaltable sombrero.
…entre sueños profundos se quedó dormido debajo de un peñasco en un invierno, lleno garua y neblina, un mozuelo llamado “SHANTUKO” que tiritaba del frio que reinaba en su cuerpo; acurrucadito se despertó y vio que un anciano barbón se acercaba así a él, este llevaba puesto un sombrero viejo y sobre su cuello colgaba una “PICCHA” y entre sus hombros un manto color HABANO bien doblado…de pronto, le dijo muchacho ¿porque sientes mucha tristeza y no llevas un “PONCHO” para que te cubras del frio?…el joven no sabía que era un “PONCHO”, jamás había escuchado esa palabra en toda su vida. El anciano se sentó a su costado diciéndole unas cuantas palabras, SHANTUKO se quedó en silencio solo escuchaba y le observaba… de repente se levantó el anciano en medio de la neblina y el aguacero que se precipitaba y le dijo: SHANTUKO levántate y emprende tu marcha…el joven se puso de pie en segundos, el anciano optó en decir, cierra los ojos y sin que lo sintiera le puso el poncho por la cabeza. El joven abrió los ojos y al ver que llevaba puesto la prenda misteriosa que el anciano tenía sobre sus hombros quedó emocionado y sin poder decir nada. El anciano le dijo, ahora ve buscar a buscar prosperidad…el joven salió puesto el poncho y dio unos pasos y al caminar sentía que llevaba puesto una fina prenda hecha de lana de vicuña, y volteó para dar agradecimiento al anciano por el gran obsequio y vio que aquel anciano se había puesto a chacchar y que escupía a cada rato de color verde, por las hojas de coca. SHANTUKO le dijo al anciano, gracias por el obsequio ¿cómo se llama señor? Ese le contestó, no importa mi nombre, solo recuerda en tu vuelta debes sentarte de nuevo aquí, con mi coca y cigarro…ahora anda ve SHANTUKO que la noche esta encima y recuerda “…AMA WAQAY PURINQUISU, HAPALLAYKI DOCE DE LA NOCHE MACHOPIS HUARANKI…”
SHANTUKO emprendió su caminata a las alturas, hasta llegar a las estancia de su papá, con aquella prenda tan fina puesta; siendo casi las siete de la mañana y su padre se sorprendió al verlo con dicha prenda misteriosa, el joven le narró la historia de lo sucedido. Como eran crianderos de ganado lanar y tenían lana en cantidad, empezaron a tejer ponchos en cantidades para luego venderlos en el pueblo…y así tuvieron mucha demanda en el mercado, hasta el punto que grandes gamonales y terratenientes mandaban preparar sus ponchos con finas lanas de vicuña para distinguirse del pueblo, usando sus chalinas blancas y sus sombreros de palma.
Mientras tanto, en cada ir y venir SHANTUKO siempre dejaba dos onzas de coca y una cajetilla de cigarro en aquel peñasco como cumplimiento al pedido del misterioso anciano. Así se convirtió en el primer productor de esta prenda de vestir andina y dando origen de esa manera, para nuestros ojos, la exhibición de esta hermosa prenda “EL PONCHO ANDINO”.
Daniel y Edgar Robles Reyes
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