ALEX CURI MILLA
FIESTA COSTUMBRISTA DE SANTA ROSITA DE CHIQUIÁN
Alex Milla Curi
[email protected]
Santa limeña, venerada por un pueblo, que a tus pies crece, cada año en el mes de agosto, Chiquián “Espejito del Cielo” se viste para la más grandiosa celebración.
donde se juntan los corazones y palpitan en conjunto, llenos de alegría y jubilo te rinden un justo homenaje, que nace desde muy hondo del alma, del trajín, de la lucha diaria por seguir adelante, tus hijos dan lo mejor para engrandecer esta majestuosa costumbre de nuestro pueblo ancashino.
Tradición, costumbre y cultura de nuestra serranía del Perú. llegar a esta época es sentir un ambiente muy particular con aroma a flores, jara tanta, locro de cuy, el caldo de fiesta muy especial y las pachamancas hechas en nuestra tierra muy especial e inigualable.
Las calles de mi pueblo se avivan, el bullicio de la gente pinta de alegría el aire, y los días se hacen más cortos, como que no quisiéramos que nunca acabe, que la confraternidad perdure, que sigan llegando los conocidos, que los viejos amigos se reencuentren, que se estrechen en un abrazo interminable, que los recuerdos afloren y que se hagan nuevas promesas por la grandeza de nuestro pueblo.
Ya llegó tan esperada celebración, en Chiquián el mes de agosto es un mes de celebraciones, que van haciendo camino para que nuestra Santa Rosas de Lima, ingrese por la puerta grande, inexorablemente desde que los funcionarios de la fiesta patronal, vislumbraron por esta festividad religiosa, que su tierra merecía un evento magnifico, que podíamos marcar la diferencia en nuestra región.
Se escuchan la música de las bandas y orquestas que estremecen los corazones, solo los mejores están llamados a ser parte de nuestra fiesta con cultura viva, vibran los acordes de un viejo huaynito que nos recuerda a la familia a gente que ya no está 30 de agosto en el pueblo de Chiquián, también se oye lo nuevo que nos dice que jamás morirá nuestra costumbre, nuevos hijos se comprometerán a seguir haciendo que Chiquián no solo sea un nombre, pues mi pueblo, tiene corazón, siente, se alegra, llora, pues esa es la costumbre, así es el sentimiento de un pueblo, mi pueblo, nuestro pueblo.
Alex Milla Curi
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Santa limeña, venerada por un pueblo, que a tus pies crece, cada año en el mes de agosto, Chiquián “Espejito del Cielo” se viste para la más grandiosa celebración.
donde se juntan los corazones y palpitan en conjunto, llenos de alegría y jubilo te rinden un justo homenaje, que nace desde muy hondo del alma, del trajín, de la lucha diaria por seguir adelante, tus hijos dan lo mejor para engrandecer esta majestuosa costumbre de nuestro pueblo ancashino.
Tradición, costumbre y cultura de nuestra serranía del Perú. llegar a esta época es sentir un ambiente muy particular con aroma a flores, jara tanta, locro de cuy, el caldo de fiesta muy especial y las pachamancas hechas en nuestra tierra muy especial e inigualable.
Las calles de mi pueblo se avivan, el bullicio de la gente pinta de alegría el aire, y los días se hacen más cortos, como que no quisiéramos que nunca acabe, que la confraternidad perdure, que sigan llegando los conocidos, que los viejos amigos se reencuentren, que se estrechen en un abrazo interminable, que los recuerdos afloren y que se hagan nuevas promesas por la grandeza de nuestro pueblo.
Ya llegó tan esperada celebración, en Chiquián el mes de agosto es un mes de celebraciones, que van haciendo camino para que nuestra Santa Rosas de Lima, ingrese por la puerta grande, inexorablemente desde que los funcionarios de la fiesta patronal, vislumbraron por esta festividad religiosa, que su tierra merecía un evento magnifico, que podíamos marcar la diferencia en nuestra región.
Se escuchan la música de las bandas y orquestas que estremecen los corazones, solo los mejores están llamados a ser parte de nuestra fiesta con cultura viva, vibran los acordes de un viejo huaynito que nos recuerda a la familia a gente que ya no está 30 de agosto en el pueblo de Chiquián, también se oye lo nuevo que nos dice que jamás morirá nuestra costumbre, nuevos hijos se comprometerán a seguir haciendo que Chiquián no solo sea un nombre, pues mi pueblo, tiene corazón, siente, se alegra, llora, pues esa es la costumbre, así es el sentimiento de un pueblo, mi pueblo, nuestro pueblo.