Jhonny mamany
Honorable Doctorcito:
Me llamo Juan Mamani Callupe pero, aquí en los Yunaites, soy Jhonny Mamani, amigo personal del profe, quien me conoce porque fue mi teacher cuando iba a la night school y con quien, de vez en cuando nos tomamos unas chelas (que yo se las invito, por el respeto y la estimación que le tengo), recordando la tierra y poniéndonos al día con lo que pasa en la santa tierra. Es en esos trances donde, ya entre Pisco y Nazca, el profe comienza a soltar la lengua y me cuenta de sus patas en Lima. Siempre habla de Barril, creo que es Ud. y disculpe le diga así, pero es que el profe a cada rato y entre chela y chela, cuenta sus aventuras con Ud. También habla de Huahua, creo es otro Dr., de un tal Cura, de uno que llama Jurista y de otros patas más. Buena gente el profe, también tira su palo y siempre que se puede hacemos peña, lo malo es que a la tercera chela, el profe empieza con su huaynate y nadie lo para, dejándonos tirando cintura a todos los que somos criollazos como yo. Pero al fin la pasamos bien, lo malo es que luego hay que llevarlo a su casa, donde la quiere seguir, según él como antaño. Lo malo es que su ñorsa lo tiene que cuadrar firme para que pare el carro y nos deja en ficha.
Bueno Doctorcito, el motivo de la presente es consultarle un caso que tengo pendiente en Lima y no sé si Ud. pudiera tomarlo. Varias veces el profe me ha dicho, cuando estés en Limón te mandas de frente a la oficina del abogado del Cono Norte, "si no encuentras al Barril buscas al Huahua si no a Muñeco y, lo mejor, les pagas en mesa", lo malo es que los otros señores parecen que son bien quedados, no le entran a la tecnología y Ud. sí, doctorcito, para que nos podamos comunicar por e-mail y si no, chatear cuando se pueda pe doctorcito, porque como sabrá, los inmigrantes chambeamos fuerte y tupido y no tenemos muchas vacaciones para ir a ver nuestros asuntos en la santa tierra. El caso es, doctorcito, que la última vez que estuve en Lima, para la juramentación de un primo mío que entró de diputado por Quillamarca, la tierra de mis padres, con el partido de Ollanta y que después se ha cambiado de equipo, político porsiaca docto, en mi familia todos somos bien machazos y mi primo, si bien es sinvergüenza y cara dura, se maneja unas hembras que para que le cuento docto. Ahora ha fundado el Frente Progresista para el Desarrollo de Quillamarca y Anexos, partido que funciona en su casa y de la que es el jefe fundador, tesorero y parece que único miembro, aparte de su mamá, mi tía. Lo cierto es que en ese viaje me encontré con mi antigua enamorada, Lucrecia Rupertina Yanayacu Quispe. El caso es, doctorcito, que a pesar que mi mamá y mis hermanas no la pasan ni con agua bendita, revivimos el romance con Lucrecia, yo le digo Lucre con cariño, y nos casamos por lo bajo, sin que sepa nadies, porque si no iban ha armar un lío de la gran flauta y hasta me hubieran desheredado de unas chacritas que tenemos allá en Quillamarca. Mis hermanas son bien bravas doctorcito, imagínese nomás que tienen su vendible en la paradita del barrio, donde no hay quien les pare el macho, sobre todo cuando se meten su huaracazo de roncito con Kola Inglesa, que les gusta como azúcar y que chupan después que han terminado su laburo. Bueno Doctorcito, el caso es que la Lucre fue bien francaza conmigo y desde al saque me contó que después que me vine a los Yunaites, creía que me había casado con una gringa (ese cuento lo regaron mis hermanas, para separarnos, porque nunca la han pasado a la Lucre doctorcito, tampoco le entregaban las cartas que yo le mandaba, con unos dólares adentro para que vaya ahorrando para sus papeles, porque al venirme le prometí traerla a mi lado. Total mis hermanas la malearon toda y encima se tiraban los verdes). Todos esos años los he pasado pensando en mi Lucre doctorcito. Las gringas solo existían en la cabeza de mis hermanas. Las únicas que he conocido son peruchas, y al pomo docto, que en la fiesta del Señor de los Milagros ni te miran y solo quieren bailar disco, pero que al final, cuando tocan Cariñito o El arbolito, les falta poto para bailar entre ellas, porque a los peruchos de verdad ni nos empelotan, dizque quieren mejorar la raza doctorcito (y sacar papeles también). Después dicen que los peruchos no somos racistas. Por eso doctorcito, siempre he dicho que mejor es consumir lo que el Perú produce, y si tiene olor a queso de llama es más mejor doctorcito.
Continuando con el caso de la Lucre, sucede doctorcito que la pobre, despechada, sola en el mundo, y falta de cariño, había tenido su compromiso con un pata del barrio; quien le hacía pasar mala vida, no paraba la olla, le metía golpe, no le entraba a la chamba, le quitaba lo poco que la Lucre se recurseaba ayudando a su tía en la paradita; encima, mas vivo que las onzas de oro, se quitó al toquefá cuando ella salió en bolero, por lo que la Lucre se tuvo que bandear sola su alma cuando nació su calato. Eso fue hace como cinco años y lo más pior doctorcito, su chibolo no tiene apellido hasta ahora. Ni lo tendrá tampoco, porque dicen que el fumón de su padre está veraneando en Piedras Gordas y tiene para muchos calendarios, porque se metió al humo, de allí a paquetear y después le dio vuelta a no se quién porque lo cerró con no se cuantas lucas de un pase que hizo. Bueno doctorcito el caso es que como me he casado con la Lucre y me la voy a traer, aunque a mi familia le de ataque de la rabia, creo que tengo que hacer algo por el chico de la Lucre, que al final de cuentas es como si fuera mi hijo propio de mí ¿No cierto doctorcito? De todas formas tiene que venir con su mamá y he pensado darle mi apellido, que será bien andino y todo lo que quieran, pero es honrado y de un hombre bien chamba, como nuestro común amigo, el profe, puede darle fe cuando le pregunte. Por eso necesito su ayuda doctorcito, para que le ayude a la Lucre. Ella tiene mucho miedo a mi familia y cree que, de seguro, cuando sepan lo nuestro van a ir donde su anterior compromiso con el chisme, pero como ya le dije, él nunca le dio nada, ni para ella ni para su calato, además está guardado en la grande. Por eso necesito sus consejos profesionales y que se haga cargo de todo, la Lucre no tiene a nadies, aparte del chibolo y de este su servidor. Por ahora vive en un pequeño cuarto, por la Av. Perú, en la casa de una familia amiga de su anterior patrona (trabajaba de empleada en una panadería), ahora trabaja de cajera en el Metro de los Olivos, cerca de su estudio doctorcito, por eso, cuando el profe me contó de Ud. pensé que allí estaba la solución a mis problemas. Yo ya le he hablado a Lucre de usted, la llamo todas las noches por teléfono, para tenerla al día más que sea por la línea, después de mascar mi chicle para que no me huela el turrón, como dice lo hacía otro doctor amigo del profe antes de llamar a su gilberta, y ella me ha dicho que primero usted me haga saber si va a tomar nuestro caso para yo hacerle saber a ella que usted agarrará el caso del cual le estoy contando en esta carta.
También necesito que le arregle sus papeles a la Lucre doctorcito, resulta que su vieja parece que lo atrasó a su marido con un blancón de su pueblo, que era ganadero bien plantado y, por eso su marido no quiso reconocer a la Lucre y se vino a Lima trayendo a toda su familia, la Lucre incluida. Por eso es que la Lucre es bien diferente a sus hermanas, blancona, buena moza y de buena baticola, con perdón de Ud., señor doctor, pero desde chico me enseñaron a no mentir y a decir siempre la verdad. El asunto es que el viejo, como todo buen cachudo, se olvidó del asunto doctorcito, y así se murió sin firmarla, y la pobre Lucre se quedó sin apellido y herencia, porque sus hermanas cerraron con todo y no le dieron nada diciendo que no estaba en la declaratoria de herederos. Así es que mi Lucre empezó a trabajar desde bien chiquita doctorcito, ayudando a vender verduras en el puesto que su tía tenía en la paradita (la que la botó ni bien supo que salió peñaranda), al lado del de mi mamá, donde yo también ayudaba, por eso es que nuestro romance empezó como jugando en la paradita, a escondidas, entre panca de choclo, papa tarmeña, cebollita china y olor de culantro y perejil. Casi todas las noche nos teníamos que quedar para cuidar los puestos, y en la noche dormíamos juntos, para abrigarnos porque con las justas teníamos un poncho viejo y remendado de mi papá para cubrirnos (no sea mal pensado doctorcito, que a mi Lucre siempre la he respetado y no pasaba de unas sobaditas como quien no quiere, porque en ese tiempo sus chichis eran bien chiquitos, como limoncitos nomás, aunque la verdad, ahora se ha superado y tiene una delantera como la de la U, porque eso sí doctorcito, soy mismo trinchera norte). En esas noches conversábamos mirando el futuro, soñando que nos íbamos a casar, comprar una casa y tener muchos hijos. Lo malo era que éramos bien pobres y ¿De dónde michi íbamos a sacar plata para comprar casa?, si todo lo que había en los dos vendibles no costaba ni mil soles doctorcito, de los de antes doctorcito, de esos que se tiraron chupando en la casa de las chicas malas con el profe, y que eran de la letra del carro de su mamá. Si, el profe me cuenta sus aventuras de joven, y a medida que se le suben las chelas se le van las buenas maneras y suelta sus ajos como los buenos, para aderezar sus historias. Así dice que “el Barril, al ver que las chicas se me echaban, me dice, primo dame quinientos, para hacer luz nomás primo, para que las chicas me miren a mi también”. Yo se los di y nunca más los vi, dice y se mata de risa el profe. Bueno, volviendo a lo de mi caso doctorcito, así nació nuestro amor con mi Lucre y, yo creo que Diosito y la Virgen de Quillamarca han hecho que la encuentre de nuevo. Es tanta la alegría que tengo por haberla vuelto a encontrar que el próximo año voy a pasar de Prioste de su fiesta en Quillamarca, para agradecerle su milagro. Desde ahora está usted invitado al igual que todos sus amigos que quiera llevar, el profe me ha dicho que él estará como un queso en Quillamarca para la fiesta. Ojalá que para eso mi familia ya esté más tranquila y acepte que me he casado con la Lucre. Pienso, doctorcito, que si usted puede ayudarme en convencer a mi familia sería bien bacán. Además está el chico de por medio doctorcito, hágalo por el chico doctorcito, que todo sea por el chico doctorcito.
Ese es mi caso doctorcito, confío en que usted pueda ayudarme, yo no tengo a nadies de confiar en Lima doctorcito. Mi primo Cuper, el diputado, se ha hecho el loco, las veces que lo he llamado su secretaria me ha dicho que no está. Seguro tiene miedo que le cobré lo que le presté para su campaña, le colaboré con algunos cientos de verdes, pero el resto me los pidió prestado doctorcito y, como crecimos juntos se los di. Ahora nadies lo puede ver, lo malo es que si les digo a mis hermanas, las que tienen su vendible de verduras, le van ha dar su chiquita sin importarles cuantos chalecos tenga. Con decirle nomás que un día mi hermana menor, ella solita mandó al hospital a un sereno municipal solo porque el puta, perdón por la mala lisura doctorcito, la picó con cinco lucas y encima quería arrimarle su completo en el telo de la esquina, dizque para no ponerle un multa por sanidad. Por eso recurro a usted doctorcito, el profe me lo ha recomendado y me ha dicho que puedo confiar en usted, ayude a mi Lucre doctorcito, trátela con mucha delicadeza para no herir sus sentimientos, recuerde siempre que todo sea por el chico doctorcito.
Voy ha ser sincero con usted doctorcito, yo no soy muy leído y mi castellano es bien atravesado y como tiro mi inglés, se me confunde mucho, aunque el profe requinta porque dice que a eso se le llama espanglish, sobre todo ahora que se ha metido a estudiar a un tal Quijote. De todas formas quiero saber si usted doctorcito puede leer mis cartas, porque no quiero seguir molestando al profe para que me las corrija, que, además me sale bien caro, porque parece esponja cuando chupa, y además no quiero que sepa todas mis cuitas, con usted es diferente, pues al abogado se le cuenta todo como al médico. Por favorcito pues doctorcito tome el caso, y dígame cuanto es, para ir mandándole un adelanto para papel sellado siquiera. Cuando vaya a la tierra lo conoceré personalmente, junto a sus otros amigos letrados, para tomarnos unas chelas y contarles mis aventuras con el profe aquí en los Yunaites. Al respecto hay mucha tela que cortar y espero doctorcito que esta carta será el inicio de una buena y sincera amistad.
Atentamente,
Jhonny Mamani.
Me llamo Juan Mamani Callupe pero, aquí en los Yunaites, soy Jhonny Mamani, amigo personal del profe, quien me conoce porque fue mi teacher cuando iba a la night school y con quien, de vez en cuando nos tomamos unas chelas (que yo se las invito, por el respeto y la estimación que le tengo), recordando la tierra y poniéndonos al día con lo que pasa en la santa tierra. Es en esos trances donde, ya entre Pisco y Nazca, el profe comienza a soltar la lengua y me cuenta de sus patas en Lima. Siempre habla de Barril, creo que es Ud. y disculpe le diga así, pero es que el profe a cada rato y entre chela y chela, cuenta sus aventuras con Ud. También habla de Huahua, creo es otro Dr., de un tal Cura, de uno que llama Jurista y de otros patas más. Buena gente el profe, también tira su palo y siempre que se puede hacemos peña, lo malo es que a la tercera chela, el profe empieza con su huaynate y nadie lo para, dejándonos tirando cintura a todos los que somos criollazos como yo. Pero al fin la pasamos bien, lo malo es que luego hay que llevarlo a su casa, donde la quiere seguir, según él como antaño. Lo malo es que su ñorsa lo tiene que cuadrar firme para que pare el carro y nos deja en ficha.
Bueno Doctorcito, el motivo de la presente es consultarle un caso que tengo pendiente en Lima y no sé si Ud. pudiera tomarlo. Varias veces el profe me ha dicho, cuando estés en Limón te mandas de frente a la oficina del abogado del Cono Norte, "si no encuentras al Barril buscas al Huahua si no a Muñeco y, lo mejor, les pagas en mesa", lo malo es que los otros señores parecen que son bien quedados, no le entran a la tecnología y Ud. sí, doctorcito, para que nos podamos comunicar por e-mail y si no, chatear cuando se pueda pe doctorcito, porque como sabrá, los inmigrantes chambeamos fuerte y tupido y no tenemos muchas vacaciones para ir a ver nuestros asuntos en la santa tierra. El caso es, doctorcito, que la última vez que estuve en Lima, para la juramentación de un primo mío que entró de diputado por Quillamarca, la tierra de mis padres, con el partido de Ollanta y que después se ha cambiado de equipo, político porsiaca docto, en mi familia todos somos bien machazos y mi primo, si bien es sinvergüenza y cara dura, se maneja unas hembras que para que le cuento docto. Ahora ha fundado el Frente Progresista para el Desarrollo de Quillamarca y Anexos, partido que funciona en su casa y de la que es el jefe fundador, tesorero y parece que único miembro, aparte de su mamá, mi tía. Lo cierto es que en ese viaje me encontré con mi antigua enamorada, Lucrecia Rupertina Yanayacu Quispe. El caso es, doctorcito, que a pesar que mi mamá y mis hermanas no la pasan ni con agua bendita, revivimos el romance con Lucrecia, yo le digo Lucre con cariño, y nos casamos por lo bajo, sin que sepa nadies, porque si no iban ha armar un lío de la gran flauta y hasta me hubieran desheredado de unas chacritas que tenemos allá en Quillamarca. Mis hermanas son bien bravas doctorcito, imagínese nomás que tienen su vendible en la paradita del barrio, donde no hay quien les pare el macho, sobre todo cuando se meten su huaracazo de roncito con Kola Inglesa, que les gusta como azúcar y que chupan después que han terminado su laburo. Bueno Doctorcito, el caso es que la Lucre fue bien francaza conmigo y desde al saque me contó que después que me vine a los Yunaites, creía que me había casado con una gringa (ese cuento lo regaron mis hermanas, para separarnos, porque nunca la han pasado a la Lucre doctorcito, tampoco le entregaban las cartas que yo le mandaba, con unos dólares adentro para que vaya ahorrando para sus papeles, porque al venirme le prometí traerla a mi lado. Total mis hermanas la malearon toda y encima se tiraban los verdes). Todos esos años los he pasado pensando en mi Lucre doctorcito. Las gringas solo existían en la cabeza de mis hermanas. Las únicas que he conocido son peruchas, y al pomo docto, que en la fiesta del Señor de los Milagros ni te miran y solo quieren bailar disco, pero que al final, cuando tocan Cariñito o El arbolito, les falta poto para bailar entre ellas, porque a los peruchos de verdad ni nos empelotan, dizque quieren mejorar la raza doctorcito (y sacar papeles también). Después dicen que los peruchos no somos racistas. Por eso doctorcito, siempre he dicho que mejor es consumir lo que el Perú produce, y si tiene olor a queso de llama es más mejor doctorcito.
Continuando con el caso de la Lucre, sucede doctorcito que la pobre, despechada, sola en el mundo, y falta de cariño, había tenido su compromiso con un pata del barrio; quien le hacía pasar mala vida, no paraba la olla, le metía golpe, no le entraba a la chamba, le quitaba lo poco que la Lucre se recurseaba ayudando a su tía en la paradita; encima, mas vivo que las onzas de oro, se quitó al toquefá cuando ella salió en bolero, por lo que la Lucre se tuvo que bandear sola su alma cuando nació su calato. Eso fue hace como cinco años y lo más pior doctorcito, su chibolo no tiene apellido hasta ahora. Ni lo tendrá tampoco, porque dicen que el fumón de su padre está veraneando en Piedras Gordas y tiene para muchos calendarios, porque se metió al humo, de allí a paquetear y después le dio vuelta a no se quién porque lo cerró con no se cuantas lucas de un pase que hizo. Bueno doctorcito el caso es que como me he casado con la Lucre y me la voy a traer, aunque a mi familia le de ataque de la rabia, creo que tengo que hacer algo por el chico de la Lucre, que al final de cuentas es como si fuera mi hijo propio de mí ¿No cierto doctorcito? De todas formas tiene que venir con su mamá y he pensado darle mi apellido, que será bien andino y todo lo que quieran, pero es honrado y de un hombre bien chamba, como nuestro común amigo, el profe, puede darle fe cuando le pregunte. Por eso necesito su ayuda doctorcito, para que le ayude a la Lucre. Ella tiene mucho miedo a mi familia y cree que, de seguro, cuando sepan lo nuestro van a ir donde su anterior compromiso con el chisme, pero como ya le dije, él nunca le dio nada, ni para ella ni para su calato, además está guardado en la grande. Por eso necesito sus consejos profesionales y que se haga cargo de todo, la Lucre no tiene a nadies, aparte del chibolo y de este su servidor. Por ahora vive en un pequeño cuarto, por la Av. Perú, en la casa de una familia amiga de su anterior patrona (trabajaba de empleada en una panadería), ahora trabaja de cajera en el Metro de los Olivos, cerca de su estudio doctorcito, por eso, cuando el profe me contó de Ud. pensé que allí estaba la solución a mis problemas. Yo ya le he hablado a Lucre de usted, la llamo todas las noches por teléfono, para tenerla al día más que sea por la línea, después de mascar mi chicle para que no me huela el turrón, como dice lo hacía otro doctor amigo del profe antes de llamar a su gilberta, y ella me ha dicho que primero usted me haga saber si va a tomar nuestro caso para yo hacerle saber a ella que usted agarrará el caso del cual le estoy contando en esta carta.
También necesito que le arregle sus papeles a la Lucre doctorcito, resulta que su vieja parece que lo atrasó a su marido con un blancón de su pueblo, que era ganadero bien plantado y, por eso su marido no quiso reconocer a la Lucre y se vino a Lima trayendo a toda su familia, la Lucre incluida. Por eso es que la Lucre es bien diferente a sus hermanas, blancona, buena moza y de buena baticola, con perdón de Ud., señor doctor, pero desde chico me enseñaron a no mentir y a decir siempre la verdad. El asunto es que el viejo, como todo buen cachudo, se olvidó del asunto doctorcito, y así se murió sin firmarla, y la pobre Lucre se quedó sin apellido y herencia, porque sus hermanas cerraron con todo y no le dieron nada diciendo que no estaba en la declaratoria de herederos. Así es que mi Lucre empezó a trabajar desde bien chiquita doctorcito, ayudando a vender verduras en el puesto que su tía tenía en la paradita (la que la botó ni bien supo que salió peñaranda), al lado del de mi mamá, donde yo también ayudaba, por eso es que nuestro romance empezó como jugando en la paradita, a escondidas, entre panca de choclo, papa tarmeña, cebollita china y olor de culantro y perejil. Casi todas las noche nos teníamos que quedar para cuidar los puestos, y en la noche dormíamos juntos, para abrigarnos porque con las justas teníamos un poncho viejo y remendado de mi papá para cubrirnos (no sea mal pensado doctorcito, que a mi Lucre siempre la he respetado y no pasaba de unas sobaditas como quien no quiere, porque en ese tiempo sus chichis eran bien chiquitos, como limoncitos nomás, aunque la verdad, ahora se ha superado y tiene una delantera como la de la U, porque eso sí doctorcito, soy mismo trinchera norte). En esas noches conversábamos mirando el futuro, soñando que nos íbamos a casar, comprar una casa y tener muchos hijos. Lo malo era que éramos bien pobres y ¿De dónde michi íbamos a sacar plata para comprar casa?, si todo lo que había en los dos vendibles no costaba ni mil soles doctorcito, de los de antes doctorcito, de esos que se tiraron chupando en la casa de las chicas malas con el profe, y que eran de la letra del carro de su mamá. Si, el profe me cuenta sus aventuras de joven, y a medida que se le suben las chelas se le van las buenas maneras y suelta sus ajos como los buenos, para aderezar sus historias. Así dice que “el Barril, al ver que las chicas se me echaban, me dice, primo dame quinientos, para hacer luz nomás primo, para que las chicas me miren a mi también”. Yo se los di y nunca más los vi, dice y se mata de risa el profe. Bueno, volviendo a lo de mi caso doctorcito, así nació nuestro amor con mi Lucre y, yo creo que Diosito y la Virgen de Quillamarca han hecho que la encuentre de nuevo. Es tanta la alegría que tengo por haberla vuelto a encontrar que el próximo año voy a pasar de Prioste de su fiesta en Quillamarca, para agradecerle su milagro. Desde ahora está usted invitado al igual que todos sus amigos que quiera llevar, el profe me ha dicho que él estará como un queso en Quillamarca para la fiesta. Ojalá que para eso mi familia ya esté más tranquila y acepte que me he casado con la Lucre. Pienso, doctorcito, que si usted puede ayudarme en convencer a mi familia sería bien bacán. Además está el chico de por medio doctorcito, hágalo por el chico doctorcito, que todo sea por el chico doctorcito.
Ese es mi caso doctorcito, confío en que usted pueda ayudarme, yo no tengo a nadies de confiar en Lima doctorcito. Mi primo Cuper, el diputado, se ha hecho el loco, las veces que lo he llamado su secretaria me ha dicho que no está. Seguro tiene miedo que le cobré lo que le presté para su campaña, le colaboré con algunos cientos de verdes, pero el resto me los pidió prestado doctorcito y, como crecimos juntos se los di. Ahora nadies lo puede ver, lo malo es que si les digo a mis hermanas, las que tienen su vendible de verduras, le van ha dar su chiquita sin importarles cuantos chalecos tenga. Con decirle nomás que un día mi hermana menor, ella solita mandó al hospital a un sereno municipal solo porque el puta, perdón por la mala lisura doctorcito, la picó con cinco lucas y encima quería arrimarle su completo en el telo de la esquina, dizque para no ponerle un multa por sanidad. Por eso recurro a usted doctorcito, el profe me lo ha recomendado y me ha dicho que puedo confiar en usted, ayude a mi Lucre doctorcito, trátela con mucha delicadeza para no herir sus sentimientos, recuerde siempre que todo sea por el chico doctorcito.
Voy ha ser sincero con usted doctorcito, yo no soy muy leído y mi castellano es bien atravesado y como tiro mi inglés, se me confunde mucho, aunque el profe requinta porque dice que a eso se le llama espanglish, sobre todo ahora que se ha metido a estudiar a un tal Quijote. De todas formas quiero saber si usted doctorcito puede leer mis cartas, porque no quiero seguir molestando al profe para que me las corrija, que, además me sale bien caro, porque parece esponja cuando chupa, y además no quiero que sepa todas mis cuitas, con usted es diferente, pues al abogado se le cuenta todo como al médico. Por favorcito pues doctorcito tome el caso, y dígame cuanto es, para ir mandándole un adelanto para papel sellado siquiera. Cuando vaya a la tierra lo conoceré personalmente, junto a sus otros amigos letrados, para tomarnos unas chelas y contarles mis aventuras con el profe aquí en los Yunaites. Al respecto hay mucha tela que cortar y espero doctorcito que esta carta será el inicio de una buena y sincera amistad.
Atentamente,
Jhonny Mamani.