Filomeno zubieta núñez
A propósito del libro GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE del Maestro Alejandro Aldave Montoro
Filomeno Zubieta Núñez
[email protected]
El pasado 25 de agosto en el salón principal del Club Ancash, se presentó el libro GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE del Maestro Alejandro Aldave Montoro. Compartimos la mesa de comentaristas con José Zubieta Béjar, Agustín Zúñiga Gamarra y Roberto Aldave Palacios, hijos de ilustres maestros chiquianos. El libro lleva nuestro Prólogo y alrededor de él giró nuestro comentario. Compartimos con los lectores de Chiquianmarka.com nuestras impresiones.
“El Maestro Alejandro Aldave Montoro me brinda la oportunidad de expresar unas líneas a manera de presentación de su nuevo libro, honor para quien goza de su amistad de toda una vida, desde mis años iniciales cuando compartía el magisterio con mi padre en el pueblo de Acas (hoy jurisdicción de la provincia de Ocros) allá en los primeros años del 50 del siglo pasado. La relación amical y familiar nos ha tornado en partícipes de muchos logros comunes, como la dedicación por los viajes, la lectura, la investigación y la publicación de trabajos como evidencias de amor a la tierra nuestra.
Don Alejandro Aldave es un personaje versátil: es un pertinaz viajero, deportista, compositor, músico, periodista, político, promotor cultural, institucionalista, escritor, etc. Pero por encima de todo un Maestro, maestro en la versatilidad de sus actividades. Es decir, da lecciones de maestro en todo lo que hace.
Luego de una larga permanencia en el servicio activo de la docencia, cesó en esta pero no en el magisterio. Éste la viene ejerciendo como escritor. Continuamente nos sorprende con nuevos libros, la mayoría testimoniales, dando cuenta de los múltiples hechos históricos de los que fue protagonista o testigo. En1994 publica Chiquián con canciones folklóricas, en cuyas 56 páginas se recopilan las composiciones más significativas de nuestro medio.
En el 2006, dentro de la coyuntura del Centenario de la Provincia de Bolognesi, publica su libro Educación, Música y Cultura en un Papel, con valiosas referencias sobre la geografía, historia, cultura, instituciones, personajes de su Chiquián querido en 254 páginas.
En el año 2014 nos presenta su libro Caminos imborrables del viajero: Acrósticos, anécdotas y crónicas de la Provincia de Bolognesi, con una veintena de acrósticos, cerca de doscientas anécdotas y como una docena de crónicas. Ese mismo año publica también su Cancionero andino, II parte, Chiquián, acompañado de un CD musical.
Desde el 2009 en que la Asociación de Poetas y Escritores de Ancash, AEPA, desarrolla su Encuentro en Chiquián, se torna en activo participante de sus actividades –incluyendo AEPA-Bolognesi- con sus ponencias de promoción cultural, afirmando nuestra identidad: Chiquián Cultura.
Las breves referencias que anteceden vienen a propósito de expresar unas líneas sobre su nuevo libro dedicado a Llámac, Lima Chica, a Puro Corazón, con el título de Gratitud del Magisterio Viviente. Un libro testimonial, conmovedor de principio a fin, una expresión de mucho cariño a la profesión que profesa, plena identificación con los pobladores y la tierra donde se labora. En este caso dedicado a Llámac donde permaneció más años de su ejercicio profesional.
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El pasado 25 de agosto en el salón principal del Club Ancash, se presentó el libro GRATITUD DEL MAGISTERIO VIVIENTE del Maestro Alejandro Aldave Montoro. Compartimos la mesa de comentaristas con José Zubieta Béjar, Agustín Zúñiga Gamarra y Roberto Aldave Palacios, hijos de ilustres maestros chiquianos. El libro lleva nuestro Prólogo y alrededor de él giró nuestro comentario. Compartimos con los lectores de Chiquianmarka.com nuestras impresiones.
“El Maestro Alejandro Aldave Montoro me brinda la oportunidad de expresar unas líneas a manera de presentación de su nuevo libro, honor para quien goza de su amistad de toda una vida, desde mis años iniciales cuando compartía el magisterio con mi padre en el pueblo de Acas (hoy jurisdicción de la provincia de Ocros) allá en los primeros años del 50 del siglo pasado. La relación amical y familiar nos ha tornado en partícipes de muchos logros comunes, como la dedicación por los viajes, la lectura, la investigación y la publicación de trabajos como evidencias de amor a la tierra nuestra.
Don Alejandro Aldave es un personaje versátil: es un pertinaz viajero, deportista, compositor, músico, periodista, político, promotor cultural, institucionalista, escritor, etc. Pero por encima de todo un Maestro, maestro en la versatilidad de sus actividades. Es decir, da lecciones de maestro en todo lo que hace.
Luego de una larga permanencia en el servicio activo de la docencia, cesó en esta pero no en el magisterio. Éste la viene ejerciendo como escritor. Continuamente nos sorprende con nuevos libros, la mayoría testimoniales, dando cuenta de los múltiples hechos históricos de los que fue protagonista o testigo. En1994 publica Chiquián con canciones folklóricas, en cuyas 56 páginas se recopilan las composiciones más significativas de nuestro medio.
En el 2006, dentro de la coyuntura del Centenario de la Provincia de Bolognesi, publica su libro Educación, Música y Cultura en un Papel, con valiosas referencias sobre la geografía, historia, cultura, instituciones, personajes de su Chiquián querido en 254 páginas.
En el año 2014 nos presenta su libro Caminos imborrables del viajero: Acrósticos, anécdotas y crónicas de la Provincia de Bolognesi, con una veintena de acrósticos, cerca de doscientas anécdotas y como una docena de crónicas. Ese mismo año publica también su Cancionero andino, II parte, Chiquián, acompañado de un CD musical.
Desde el 2009 en que la Asociación de Poetas y Escritores de Ancash, AEPA, desarrolla su Encuentro en Chiquián, se torna en activo participante de sus actividades –incluyendo AEPA-Bolognesi- con sus ponencias de promoción cultural, afirmando nuestra identidad: Chiquián Cultura.
Las breves referencias que anteceden vienen a propósito de expresar unas líneas sobre su nuevo libro dedicado a Llámac, Lima Chica, a Puro Corazón, con el título de Gratitud del Magisterio Viviente. Un libro testimonial, conmovedor de principio a fin, una expresión de mucho cariño a la profesión que profesa, plena identificación con los pobladores y la tierra donde se labora. En este caso dedicado a Llámac donde permaneció más años de su ejercicio profesional.
A medida que uno va leyendo las páginas de este libro recuerda esas frases del escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias 2015, cuando expresa: “no me interesan los escritores que no asumen una responsabilidad social”. Pues el Maestro Alejandro Aldave evidencia en cada página que, para él, el principio y fin de todo su trabajo de escritor es mostrar su plena identificación con la profesión y el pueblo donde la ejercita. Su vocación social, sus reflexiones, sus consejos llenos de optimismo se nutren del pueblo y van dirigidos a este. Solo escritores como él que han vivido intensamente las dificultades, las frustraciones, las luchas, las expectativas, los logros y las esperanzas de los pueblos pueden escribir como lo hace sobre Llámac.
El Centro Poblado de Llámac, el único del distrito de Pacllón (Bolognesi, Ancash), a 3300 msnm, es presentado históricamente como producto de la unión de varios ayllus para facilitar el intercambio de productos con los pueblos aledaños, gracias a las bondades del medio “apropiados para la vida feliz” y la práctica de la agricultura y la ganadería, como sus principales actividades. Progresivamente van desfilando diversos aspectos del centro poblado. Sus instituciones, como las educativas, las gubernativas, deportivas, turísticas, sin olvidarse de sus impulsores, identificándose a sus personajes notables. A muchos nos ha llamado la atención por qué a Llámac se la conoce como “Lima Chica”. Don Alejandro lo explica con su estilo jocoso y enterado. Concluye esta primera parte con referencias a las festividades costumbristas, especialmente en homenaje a San Pedro (29 de junio) y Santa Rosa de Lima (30 de agosto).
Como buen conocedor del medio nos describe con todo detalle los distintos caminos que unen a Llámac a los pueblos vecinos como Mahuay, Pocpa, Quero, Palca y otros tanto de la provincia como los que unen con los de Huánuco. Identifica y describe los lugares turísticos (naturales y culturales): las lagunas del medio, los sitios arqueológicos, entre otros.
El folklore de Llamac es estudiado con relativa minuciosidad, Las fiestas religiosas, con la presencia del Inca y sus Pallas, como del Capitán; las danzas, con los Jijas o Jijantes, las Lachpas, los danzarines. Describe la vestimenta utilizada en las diversas expresiones festivas. Destaca la importancia de la Banda de Músicos “Centro Musical Llámac”, de sus impulsores e integrantes. La música y el canto no le son ajenos, como tampoco sus intérpretes: Estrellita de Llámac, Conejito de los Andes, Conjunto los Radiantes del Yerupajá de Hugo Zambrano Ocrospoma, el arpista Cornelio Huaranga. Las referencias a la artesanía le permite identificar a los tejedores, carpinteros. Los cuentos son narrados con brevedad. Y, finalmente, las costumbres -como expresiones de la vida cotidiana- son descritas amenamente.
La cultura, en la denominación del autor, es abordado principalmente desde la orilla educativa. Desde los inicios de las instituciones educativas con docentes contratados por el pueblo y luego a cargo del Ministerio de Educación, con locales inadecuados hasta lograr lo que ahora se tiene. Resalta el gran afecto que siempre mostraron los pobladores para con sus maestros. Por sus páginas desfilan los maestros de todas las épocas, algunos ligados por lazos de familiaridad con el autor (Amina Rayo, María y Julia Aldave Montoro). En la parte final de este capítulo brinda un repaso por los distintos pueblos, centros educativos, colegas y experiencias de su largo trajinar de 32 años de servicios: sus inicios en Yamor el 20 de abril de 1950 al lado de don Alejandro Núñez G., en Acas desde 1952 al lado de mi padre Policarpo Zubieta Carhuachin; en la Escuela Nº 3532 de Llámac desde 1954 hasta el 31 de mayo de 1970 junto a don Hernán Reyes Aguirre, Lorenzo Alvarado Cruz y Emilio Rojas Matura y; finalmente, en Chiquián hasta 1982, tanto como director de la Escuela de Aplicación de la Normal y profesor de aula de la Escuela Pre-Vocacional Nº 351. Como todo buen Maestro nos narra sus experiencias junto a los pobladores, especialmente de los 16 años en Llámac.
La parte que le corresponde culmina con la narración de algunos hechos tristes: muertes de personajes queridos (Valerio Arbaiza, Martínez Carrera Samamez); los luctuosos hechos del 12 de diciembre de 1965 con tres muertes y dos heridos en la hacienda Santa Cruz; la tragedia del 28 de agosto de 1959 con las muertes de Antuco, Macshicha; los hechos del 31 de mayo de 1970 con el terremoto de ese día y los peligros que significaron para muchos; el accidente del avión TAM el 16 de noviembre de 1954 en el nevado de Jirishanca con 30 víctimas.
Este valioso testimonio aderezado con poemas, acrósticos y mensajes propios de un Maestro, no termina aquí. Se suman en anexos las notas, a manera de homenaje, de exalumnos, amigos y conocedores de sus correrías. Así, tenemos los escritos de Agustín Zúñiga Gamarra, Armando Alvarado Balarezo (Nalo), Pelegrín Augusto Zambrano Ocrospoma, José Zubieta Béjar, Alex Milla Curi, entre otros.
Finalmente, no podemos dejar de expresar nuestra profunda emoción al leer sus páginas y agradecerle por este obsequio. Por lo mismo, hacemos votos porque la salud lo acompañe para que siga brindándonos otras publicaciones junto a sus lecciones de maestro y amigo”.
El Centro Poblado de Llámac, el único del distrito de Pacllón (Bolognesi, Ancash), a 3300 msnm, es presentado históricamente como producto de la unión de varios ayllus para facilitar el intercambio de productos con los pueblos aledaños, gracias a las bondades del medio “apropiados para la vida feliz” y la práctica de la agricultura y la ganadería, como sus principales actividades. Progresivamente van desfilando diversos aspectos del centro poblado. Sus instituciones, como las educativas, las gubernativas, deportivas, turísticas, sin olvidarse de sus impulsores, identificándose a sus personajes notables. A muchos nos ha llamado la atención por qué a Llámac se la conoce como “Lima Chica”. Don Alejandro lo explica con su estilo jocoso y enterado. Concluye esta primera parte con referencias a las festividades costumbristas, especialmente en homenaje a San Pedro (29 de junio) y Santa Rosa de Lima (30 de agosto).
Como buen conocedor del medio nos describe con todo detalle los distintos caminos que unen a Llámac a los pueblos vecinos como Mahuay, Pocpa, Quero, Palca y otros tanto de la provincia como los que unen con los de Huánuco. Identifica y describe los lugares turísticos (naturales y culturales): las lagunas del medio, los sitios arqueológicos, entre otros.
El folklore de Llamac es estudiado con relativa minuciosidad, Las fiestas religiosas, con la presencia del Inca y sus Pallas, como del Capitán; las danzas, con los Jijas o Jijantes, las Lachpas, los danzarines. Describe la vestimenta utilizada en las diversas expresiones festivas. Destaca la importancia de la Banda de Músicos “Centro Musical Llámac”, de sus impulsores e integrantes. La música y el canto no le son ajenos, como tampoco sus intérpretes: Estrellita de Llámac, Conejito de los Andes, Conjunto los Radiantes del Yerupajá de Hugo Zambrano Ocrospoma, el arpista Cornelio Huaranga. Las referencias a la artesanía le permite identificar a los tejedores, carpinteros. Los cuentos son narrados con brevedad. Y, finalmente, las costumbres -como expresiones de la vida cotidiana- son descritas amenamente.
La cultura, en la denominación del autor, es abordado principalmente desde la orilla educativa. Desde los inicios de las instituciones educativas con docentes contratados por el pueblo y luego a cargo del Ministerio de Educación, con locales inadecuados hasta lograr lo que ahora se tiene. Resalta el gran afecto que siempre mostraron los pobladores para con sus maestros. Por sus páginas desfilan los maestros de todas las épocas, algunos ligados por lazos de familiaridad con el autor (Amina Rayo, María y Julia Aldave Montoro). En la parte final de este capítulo brinda un repaso por los distintos pueblos, centros educativos, colegas y experiencias de su largo trajinar de 32 años de servicios: sus inicios en Yamor el 20 de abril de 1950 al lado de don Alejandro Núñez G., en Acas desde 1952 al lado de mi padre Policarpo Zubieta Carhuachin; en la Escuela Nº 3532 de Llámac desde 1954 hasta el 31 de mayo de 1970 junto a don Hernán Reyes Aguirre, Lorenzo Alvarado Cruz y Emilio Rojas Matura y; finalmente, en Chiquián hasta 1982, tanto como director de la Escuela de Aplicación de la Normal y profesor de aula de la Escuela Pre-Vocacional Nº 351. Como todo buen Maestro nos narra sus experiencias junto a los pobladores, especialmente de los 16 años en Llámac.
La parte que le corresponde culmina con la narración de algunos hechos tristes: muertes de personajes queridos (Valerio Arbaiza, Martínez Carrera Samamez); los luctuosos hechos del 12 de diciembre de 1965 con tres muertes y dos heridos en la hacienda Santa Cruz; la tragedia del 28 de agosto de 1959 con las muertes de Antuco, Macshicha; los hechos del 31 de mayo de 1970 con el terremoto de ese día y los peligros que significaron para muchos; el accidente del avión TAM el 16 de noviembre de 1954 en el nevado de Jirishanca con 30 víctimas.
Este valioso testimonio aderezado con poemas, acrósticos y mensajes propios de un Maestro, no termina aquí. Se suman en anexos las notas, a manera de homenaje, de exalumnos, amigos y conocedores de sus correrías. Así, tenemos los escritos de Agustín Zúñiga Gamarra, Armando Alvarado Balarezo (Nalo), Pelegrín Augusto Zambrano Ocrospoma, José Zubieta Béjar, Alex Milla Curi, entre otros.
Finalmente, no podemos dejar de expresar nuestra profunda emoción al leer sus páginas y agradecerle por este obsequio. Por lo mismo, hacemos votos porque la salud lo acompañe para que siga brindándonos otras publicaciones junto a sus lecciones de maestro y amigo”.