filomeno zubieta núñez
OTRAS SINGULARIDADES DE CUSPÓN
Una población en decrecimiento
La población de la comunidad de Cuspón tiende a su estancamiento y decrecimiento. Lo normal es un crecimiento lento y progresivo, pero no al estancamiento o decrecimiento. Si bien a principios del presente siglo dio muestras de fluidez, hoy todo indica lo contrario. Los censos de 1940, 1970, 1981, 1993, 2005, 2007 y 2017 señalan 226, 146, 168, 150, 130, 120 y 110 habitantes, considerando a sus centros poblados y parajes de Matara, Mataracocha, Pancal, Huancacocha, Papún y Capillapata, entre otros. Hay indicadores de que su población no crece: la migración constante por razones de estudio o trabajo, el cuasi inconmovible padrón de comuneros y regantes, el decrecimiento de su población escolar y la “importación” -si vale el término- de mujeres de Roca o Ticllos como esposas, ante su escasez en el propio Cuspón, como una negativa tasa de nacimientos, son algunas evidencias de esta irregular situación demográfica.
Aspectos de la vida cotidiana
Entre los habitantes de Cuspón hay cierta homogeneidad económica o social. Todos son pequeños propietarios con chacras que bordean las cinco hectáreas, en zonas aledañas a la población. La mayoría obtuvo estas por parcelación de la propia comunidad con derecho a sucesión. Son pocos los propietarios por compra. Periódicamente se entregaban lotes de las tierras de secano o de altura, sólo en usufructo y no en propiedad. Cierta disparidad económica provoca la mayor o menor cantidad de ganado. En los últimos años hay cierta predilección por ocupar las tierras en la parte baja por su dedicación a la fruticultura aun cuando la escasez de agua sigue siendo la limitación más significativa.
La dieta alimenticia está en relación a las cosechas que obtiene, contando con una variedad de platos típicos: el locro, cuy, el pari, el olluquito con charqui, la pachamanca, la huatia, la papa o choclo con queso, el sango, la macchca, etc. La bebida no falta en todas las ocasiones: la chicha y el “chinguirito”. Unos platillos son de ocasión especial y otros de consumo cotidiano.
Las viviendas son construidas con materiales de la propiedad comunal: adobes, paja, teja, maguey, “chacla”, con techos de dos aguas; parte con esfuerzo propio y parte con participación comunal (aunque este último tiende a desaparecer), sobre todo, el techo dentro de un marco festivo.
La vestimenta, sin dejar la usanza tradicional, se asemeja a la de las urbes: sombrero de paja con cinta negra, el infaltable poncho habano con rayas blancas para los varones y el pañolón o “jacu” para las mujeres; el llanque o sandalia de jebe, la bufanda varonil, la pollera y el faldellín femeninos. Aditamentos como la “lliclla”, el huachcu o pantalón de cordellate se usaban antes.
Para la administración del centro poblado existen instancias como son: eñ Concejo del Centro Poblado Menor con su alcalde y regidores, la Comunidad Campesina con su asamblea comunal y sus consejos de administración y vigilancia, la Junta de Regantes, el Teniente Gobernador, el Juez de Paz, entre otros, con sus respectivas funciones y obligaciones, así como sus órganos de apoyo.
Sus manifestaciones folklóricas:
La comunidad de Cuspón tienen una valiosa riqueza natural y una fuente invalorable para la explicación etnográfica de su historia, dada la simbiosis o sincretismo de los patrones prehispánicos coloniales y republicanos que detenta y a la variedad de sus manifestaciones. Aquí las más representativas:
a. Fiestas tradicionales. - Entre las que tenemos:
a.1. Los carnavales, como jolgorio de chicos y grandes, alrededor del arbolito al son de la guitarra o el tambor con pincullo, con los consabidos bailes, juegos, canciones, comidas y bebida. Dura una semana.
a.2. El corte de pelo, conocido como “quitañaque” en homenaje al hijo varón al que se le corta el cabello por primera vez. El niño recibe dinero, objetos, chacras, animales, etc., por cada mechón de pelo cortado y retribuye con la “colación” la chicha, el ron, comida, música y baile.
a.3. Los cumpleaños, amenizados con orquestas de cuerdas (arpa y violín), con pachamanca, cuyes y bebidas.
a.4. El bautizo, que compromete a los padrinos a vestir “de pies a cabeza” al ahijado, siendo recompensado con el “cumplimiento”, con una buena mesa con cuyes, perniles de carnero, etc., estas se realizan aprovechando la fiesta patronal por la llegada del sacerdote.
a.5. El velorio y entierro, siendo actos dolorosos, comprometen a toda la comunidad que se suma al dolor. La despedida supone abundante comida y bebida. El occiso es velado sobre una mesa, vestido con una mortaja de bayeta y una soguilla de hilos de colores con nudos conocidos como “quipu” sobre la cintura, la singularidad de su uso tradicional ha motivado que el Ministerio de Cultura la reconozca como Patrimonio Cultural de la Nación. El “cantor” suple la falta de sacerdote, una banda de músicos acompaña al extinto al camposanto.
a.6. La Navidad y el Año Nuevo, de carácter familiar, para el que se preparan tortas, tamales, empanadas que acompañarán al chocolate y panetón. Por lo general los hijos residentes en Lima llegan con regalos propios de la fecha, como también la autoridad municipal provincial o algún amigo altruista del pueblo. Son días de alegría, buen comer y beber con la esperanza de que todo el año la pasarán igual o mejor.
b.- Fiestas patronales. – Tuvimos dos:
b.1. Fiesta de San Pedro, que se celebraba entre el 10 y 12 de julio, con “mayordomos” y “mayorales” como funcionarios. Los “diablitos” y “negritos” con sus danzas al son de arpas y/o violines alegraban a chicos y grandes por cuatro días. Urge restituir esta fiesta, pues ya no se celebra. Explicaciones económicas dicen de su desaparición.
b.2. Fiesta de San Luis, la más importante del pueblo que tiene como día central el 5 de noviembre, hoy debilitada por razones económicas. Representa la versión local del encuentro de Francisco Pizarro con Atahualpa. Sus funcionarios son el “mayordomo”, el “capitán”, el “inca” y sus “pallas”, las “mayoralas”, al que se suma el “procurador” que dirige la limpieza del estanque en días previos. Duraba una semana, con bandas de músicos, orquestas de cuerdas y tambor con píncullo. Hoy por lo general se aprovechan tres o cuatro días del fin de semana con hijos residentes fuera del lugar como funcionarios.
¿San Luis Gonzaga o San Luis Rey de Francia?
Una breve aclaración. En los últimos años la desinformación ha provocado que algunos sacerdotes y paisanos nuestros hablen de San Luis Gonzaga como santo patrono de nuestro pueblo. No podría ser este por cuanto su vida se da entre 1568 y 1591, monje jesuita (cachi-putu) que murió a los 24 años y fue canonizado recién en 1726, como patrón de la juventud y tiene como su día el 21 de junio. Los documentos de Matara, especialmente los títulos de propiedad de sus tierras, bajo advocación de San Luis, son más antiguos y datan de 1612. En realidad, se trata de Luis IX Rey de Francia que vivió entre 1226 y 1270 y fue canonizado por el Papa Bonifacio VIII en 1297. El sí ya era santo cuando se estableció el pueblo de indios de “San Luis de Matara”, hoy San Luis de Cuspón.
Con las gracias a www.chiquianmarka.com por la acogida a estas páginas dedicadas a resaltar algunos aspectos de la tierra de nuestro
Filomeno Zubieta Núñez
[email protected]
La población de la comunidad de Cuspón tiende a su estancamiento y decrecimiento. Lo normal es un crecimiento lento y progresivo, pero no al estancamiento o decrecimiento. Si bien a principios del presente siglo dio muestras de fluidez, hoy todo indica lo contrario. Los censos de 1940, 1970, 1981, 1993, 2005, 2007 y 2017 señalan 226, 146, 168, 150, 130, 120 y 110 habitantes, considerando a sus centros poblados y parajes de Matara, Mataracocha, Pancal, Huancacocha, Papún y Capillapata, entre otros. Hay indicadores de que su población no crece: la migración constante por razones de estudio o trabajo, el cuasi inconmovible padrón de comuneros y regantes, el decrecimiento de su población escolar y la “importación” -si vale el término- de mujeres de Roca o Ticllos como esposas, ante su escasez en el propio Cuspón, como una negativa tasa de nacimientos, son algunas evidencias de esta irregular situación demográfica.
Aspectos de la vida cotidiana
Entre los habitantes de Cuspón hay cierta homogeneidad económica o social. Todos son pequeños propietarios con chacras que bordean las cinco hectáreas, en zonas aledañas a la población. La mayoría obtuvo estas por parcelación de la propia comunidad con derecho a sucesión. Son pocos los propietarios por compra. Periódicamente se entregaban lotes de las tierras de secano o de altura, sólo en usufructo y no en propiedad. Cierta disparidad económica provoca la mayor o menor cantidad de ganado. En los últimos años hay cierta predilección por ocupar las tierras en la parte baja por su dedicación a la fruticultura aun cuando la escasez de agua sigue siendo la limitación más significativa.
La dieta alimenticia está en relación a las cosechas que obtiene, contando con una variedad de platos típicos: el locro, cuy, el pari, el olluquito con charqui, la pachamanca, la huatia, la papa o choclo con queso, el sango, la macchca, etc. La bebida no falta en todas las ocasiones: la chicha y el “chinguirito”. Unos platillos son de ocasión especial y otros de consumo cotidiano.
Las viviendas son construidas con materiales de la propiedad comunal: adobes, paja, teja, maguey, “chacla”, con techos de dos aguas; parte con esfuerzo propio y parte con participación comunal (aunque este último tiende a desaparecer), sobre todo, el techo dentro de un marco festivo.
La vestimenta, sin dejar la usanza tradicional, se asemeja a la de las urbes: sombrero de paja con cinta negra, el infaltable poncho habano con rayas blancas para los varones y el pañolón o “jacu” para las mujeres; el llanque o sandalia de jebe, la bufanda varonil, la pollera y el faldellín femeninos. Aditamentos como la “lliclla”, el huachcu o pantalón de cordellate se usaban antes.
Para la administración del centro poblado existen instancias como son: eñ Concejo del Centro Poblado Menor con su alcalde y regidores, la Comunidad Campesina con su asamblea comunal y sus consejos de administración y vigilancia, la Junta de Regantes, el Teniente Gobernador, el Juez de Paz, entre otros, con sus respectivas funciones y obligaciones, así como sus órganos de apoyo.
Sus manifestaciones folklóricas:
La comunidad de Cuspón tienen una valiosa riqueza natural y una fuente invalorable para la explicación etnográfica de su historia, dada la simbiosis o sincretismo de los patrones prehispánicos coloniales y republicanos que detenta y a la variedad de sus manifestaciones. Aquí las más representativas:
a. Fiestas tradicionales. - Entre las que tenemos:
a.1. Los carnavales, como jolgorio de chicos y grandes, alrededor del arbolito al son de la guitarra o el tambor con pincullo, con los consabidos bailes, juegos, canciones, comidas y bebida. Dura una semana.
a.2. El corte de pelo, conocido como “quitañaque” en homenaje al hijo varón al que se le corta el cabello por primera vez. El niño recibe dinero, objetos, chacras, animales, etc., por cada mechón de pelo cortado y retribuye con la “colación” la chicha, el ron, comida, música y baile.
a.3. Los cumpleaños, amenizados con orquestas de cuerdas (arpa y violín), con pachamanca, cuyes y bebidas.
a.4. El bautizo, que compromete a los padrinos a vestir “de pies a cabeza” al ahijado, siendo recompensado con el “cumplimiento”, con una buena mesa con cuyes, perniles de carnero, etc., estas se realizan aprovechando la fiesta patronal por la llegada del sacerdote.
a.5. El velorio y entierro, siendo actos dolorosos, comprometen a toda la comunidad que se suma al dolor. La despedida supone abundante comida y bebida. El occiso es velado sobre una mesa, vestido con una mortaja de bayeta y una soguilla de hilos de colores con nudos conocidos como “quipu” sobre la cintura, la singularidad de su uso tradicional ha motivado que el Ministerio de Cultura la reconozca como Patrimonio Cultural de la Nación. El “cantor” suple la falta de sacerdote, una banda de músicos acompaña al extinto al camposanto.
a.6. La Navidad y el Año Nuevo, de carácter familiar, para el que se preparan tortas, tamales, empanadas que acompañarán al chocolate y panetón. Por lo general los hijos residentes en Lima llegan con regalos propios de la fecha, como también la autoridad municipal provincial o algún amigo altruista del pueblo. Son días de alegría, buen comer y beber con la esperanza de que todo el año la pasarán igual o mejor.
b.- Fiestas patronales. – Tuvimos dos:
b.1. Fiesta de San Pedro, que se celebraba entre el 10 y 12 de julio, con “mayordomos” y “mayorales” como funcionarios. Los “diablitos” y “negritos” con sus danzas al son de arpas y/o violines alegraban a chicos y grandes por cuatro días. Urge restituir esta fiesta, pues ya no se celebra. Explicaciones económicas dicen de su desaparición.
b.2. Fiesta de San Luis, la más importante del pueblo que tiene como día central el 5 de noviembre, hoy debilitada por razones económicas. Representa la versión local del encuentro de Francisco Pizarro con Atahualpa. Sus funcionarios son el “mayordomo”, el “capitán”, el “inca” y sus “pallas”, las “mayoralas”, al que se suma el “procurador” que dirige la limpieza del estanque en días previos. Duraba una semana, con bandas de músicos, orquestas de cuerdas y tambor con píncullo. Hoy por lo general se aprovechan tres o cuatro días del fin de semana con hijos residentes fuera del lugar como funcionarios.
¿San Luis Gonzaga o San Luis Rey de Francia?
Una breve aclaración. En los últimos años la desinformación ha provocado que algunos sacerdotes y paisanos nuestros hablen de San Luis Gonzaga como santo patrono de nuestro pueblo. No podría ser este por cuanto su vida se da entre 1568 y 1591, monje jesuita (cachi-putu) que murió a los 24 años y fue canonizado recién en 1726, como patrón de la juventud y tiene como su día el 21 de junio. Los documentos de Matara, especialmente los títulos de propiedad de sus tierras, bajo advocación de San Luis, son más antiguos y datan de 1612. En realidad, se trata de Luis IX Rey de Francia que vivió entre 1226 y 1270 y fue canonizado por el Papa Bonifacio VIII en 1297. El sí ya era santo cuando se estableció el pueblo de indios de “San Luis de Matara”, hoy San Luis de Cuspón.
Con las gracias a www.chiquianmarka.com por la acogida a estas páginas dedicadas a resaltar algunos aspectos de la tierra de nuestro
Filomeno Zubieta Núñez
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