ricardo santos albornoz
LA DUALIDAD ANDINA
La dualidad andina se entiende como la oposición entre dos esencias complementarias, es decir, todos los opuestos se complementan y establecen una triple alternativa, la cual le otorga al sujeto andino el único "espacio" en que puede vivir.
La dualidad corresponde al principio de oposición. Todo es dividido en mitades que a su vez pueden subdividirse sucesivamente; por tanto, todo está formado a partir de desdoblamientos y particiones sucesivas que, sin embargo, conservan los atributos estructurales básicos de la oposición dual.
La noción de dualidad es uno de los principios sobre los que descansa la tradición cultural andina, que se distingue en todos los aspectos de la vida. Los términos Hanan y Urin expresan ideas de alto y bajo, y hacen referencia a un visión del mundo siempre dividida en dos partes. El hombre andino percibía al mundo dividida en partes opuestas que a su vez se complementaban. La idea de la cuatripartición, como duplicación de la dualidad, permitió explicar la existencia de los cuatro suyos que conformaban el Tahuantinsuyo, el que se dividía en dos parcialidades: una Hanan, a la que corresponde Chinchaysuyo y el Antisuyo, y otra Unin, en la que se ubican el Contisuyo y el Collasuyo.
La dualidad andina se entiende como la oposición entre dos esencias complementarias, es decir, todos los opuestos se complementan y establecen una triple alternativa, la cual le otorga al sujeto andino el único "espacio" en que puede vivir. La dualidad, Hanan y Urin (ó hahua y uku), respectivamente; se basa en el principio de que todo se transforma, debido a que la naturaleza y el espacio no es algo inmóvil o inmutable, sino algo que está en cambio constante en continuo movimiento, algo que se renueva y se desarrolla incesantemente; en ese sentido, todo se halla en relación, la naturaleza y el espacio es un todo articulado y único, en el que los objetos y los fenómenos se hallan orgánicamente vinculados unos a otros, dependen unos de otros y condicionan los unos a los otros.
Ciertamente el principio de la Dualidad, se eleva como uno de los elementos fundamentales de la organización social andina, en tanto existía división espacial entre “lo de arriba” (Hanan) y “lo de abajo” (Hurin), divisiones que a su vez se identificaban con la dualidad masculina/femenina y simultáneamente con el binomio sol/luna. División no única ya que existieron otras como “lo de la izquierda”(Ichoc) y “lo de la derecha”(Allauca), estableciendo por tanto un sistema cuatripartito que sobrepasa la simple división territorial del Tahuantinsuyu , pues esta idea existía ya en épocas preincaicas. También existió una división a nivel vertical del espacio, encontrando ahora la tripartita Hanan Pacha, Kai Pacha y Ujku Pacha o equivalentemente, el mundo de arriba, el terrenal y el mundo de abajo.
En la obra de Felipe Guaman Poma de Ayala “Nueva corónica i Buen Gobierno” queda suficientemente representado el principio de la dualidad en sus múltiples láminas siendo a mi juicio la titulada “El primer mundo. Adán y Eva”, situada en Capítulo 3, la que mejor reflejaría este principio de la Dualidad. Reproducimos seguidamente dicha lámina y una escueta explicación de la representación dual. Nótese la variación de posiciones izquierda/derecha desde la perspectiva del lector, que para su correcta interpretación ha de situarse en el plano del propio libro “ los dibujos de la crónica deben ser considerados en diálogo con el lector, de tal manera que la izquierda del lector corresponde a la derecha de la lámina y viceversa.” C.Gonzalez, F.Sánchez y H.Rosati (2001).
La división espacial del mundo de arriba versus el de abajo, se identifica trazando el eje horizontal. De esta forma lo de arriba queda reflejado en los astros duales (Sol y Luna) que simultáneamente se identifican en el plano inferior con (Masculino y Femenino). También la división lateral se presenta claramente otorgando mayor importancia a lo establecido en el lado derecho (El Sol/Lo Masculino) frente al lado izquierdo (La Luna/Lo Femenino)
La Dualidad en el Mundo Andino
La influencia histórica de la religión y forma de gobierno del viejo mundo con que llegaron los españoles y el deseo de incorporar nuevas tierras a la corona, no les permitió interpretar a una cultura desarrollada de manera muy independiente, aislada de las concepciones y paradigmas foráneas, regida culturalmente por una cosmovisión íntimamente relacionada con la naturaleza, donde el quehacer diario de sus pobladores tenían un sentido mágico/religioso desde tiempos inmemorables. Esto es fácil de identificar en las diferentes leyendas, donde los personajes son desde dioses de diferente rango, criaturas mágicas, hasta posibles héroes mitificados gracias a sus hazañas; estas leyendas fueron conservadas gracias al empleo de la memoria colectiva, que permitía conservar los relatos transmitiéndolos de generación en generación.
En el aspecto religioso, el proceso de sincretismo practicado por los sacerdotes cristianos, muestran a dioses como Viracocha, con un comportamiento similar al dios cristiano, por ejemplo, mandando un diluvio que extermina al primer grupo de gente creados por él debido a su desobediencia. En el aspecto político, específicamente en la forma de gobierno, la influencia se ve muy marcada en temas como la existencia de un único soberano, la forma de sucesión del poder de un soberano a otro, la herencia de los bienes, entre otros. En todos estos casos, no se aprecia la costumbre andina, sino más bien, una errónea forma de interpretar el mundo andino y su singular cosmovisión. Es esa singular cosmovisión andina, en complicidad con los paradigmas del viejo mundo y la forma de preservar los sucesos por parte de los naturales, lo que generó confusión y mala interpretación por parte de los cronistas españoles, no pudiendo plasmar lo que el poblador del Tahuantinsuyo expresaba como informante.
María Rostworowski, en su libro Estructuras Andinas del Poder: Ideología Política y Religiosa, plantea la dualidad como un imperante religioso y político en el mundo andino, propio de su singular cosmovisión. Es así, que es posible apreciar, en el aspecto religioso, dioses y héroes míticos que se complementan y/o confrontan; diversos son los casos en el mundo andino (considerando costa, sierra y selva que conformaba el Tahuantinsuyo) en los que se puede apreciar la presencia de la dualidad andina, entre los cuales se puede citar tres ejemplos:
Este modo de gobierno, sumado al hábito de los soberanos vigentes de borrar el recuerdo de los gobernantes anteriores contrarios a ellos, pone sobre el tapete la reconsideración de la lista de soberanos Incas que cuentan con un estilo notoriamente europeo, buscando un acercamiento a la realidad desde el punto de vista andino.
Ricardo Santos Albornoz
[email protected]
La dualidad corresponde al principio de oposición. Todo es dividido en mitades que a su vez pueden subdividirse sucesivamente; por tanto, todo está formado a partir de desdoblamientos y particiones sucesivas que, sin embargo, conservan los atributos estructurales básicos de la oposición dual.
La noción de dualidad es uno de los principios sobre los que descansa la tradición cultural andina, que se distingue en todos los aspectos de la vida. Los términos Hanan y Urin expresan ideas de alto y bajo, y hacen referencia a un visión del mundo siempre dividida en dos partes. El hombre andino percibía al mundo dividida en partes opuestas que a su vez se complementaban. La idea de la cuatripartición, como duplicación de la dualidad, permitió explicar la existencia de los cuatro suyos que conformaban el Tahuantinsuyo, el que se dividía en dos parcialidades: una Hanan, a la que corresponde Chinchaysuyo y el Antisuyo, y otra Unin, en la que se ubican el Contisuyo y el Collasuyo.
La dualidad andina se entiende como la oposición entre dos esencias complementarias, es decir, todos los opuestos se complementan y establecen una triple alternativa, la cual le otorga al sujeto andino el único "espacio" en que puede vivir. La dualidad, Hanan y Urin (ó hahua y uku), respectivamente; se basa en el principio de que todo se transforma, debido a que la naturaleza y el espacio no es algo inmóvil o inmutable, sino algo que está en cambio constante en continuo movimiento, algo que se renueva y se desarrolla incesantemente; en ese sentido, todo se halla en relación, la naturaleza y el espacio es un todo articulado y único, en el que los objetos y los fenómenos se hallan orgánicamente vinculados unos a otros, dependen unos de otros y condicionan los unos a los otros.
Ciertamente el principio de la Dualidad, se eleva como uno de los elementos fundamentales de la organización social andina, en tanto existía división espacial entre “lo de arriba” (Hanan) y “lo de abajo” (Hurin), divisiones que a su vez se identificaban con la dualidad masculina/femenina y simultáneamente con el binomio sol/luna. División no única ya que existieron otras como “lo de la izquierda”(Ichoc) y “lo de la derecha”(Allauca), estableciendo por tanto un sistema cuatripartito que sobrepasa la simple división territorial del Tahuantinsuyu , pues esta idea existía ya en épocas preincaicas. También existió una división a nivel vertical del espacio, encontrando ahora la tripartita Hanan Pacha, Kai Pacha y Ujku Pacha o equivalentemente, el mundo de arriba, el terrenal y el mundo de abajo.
En la obra de Felipe Guaman Poma de Ayala “Nueva corónica i Buen Gobierno” queda suficientemente representado el principio de la dualidad en sus múltiples láminas siendo a mi juicio la titulada “El primer mundo. Adán y Eva”, situada en Capítulo 3, la que mejor reflejaría este principio de la Dualidad. Reproducimos seguidamente dicha lámina y una escueta explicación de la representación dual. Nótese la variación de posiciones izquierda/derecha desde la perspectiva del lector, que para su correcta interpretación ha de situarse en el plano del propio libro “ los dibujos de la crónica deben ser considerados en diálogo con el lector, de tal manera que la izquierda del lector corresponde a la derecha de la lámina y viceversa.” C.Gonzalez, F.Sánchez y H.Rosati (2001).
La división espacial del mundo de arriba versus el de abajo, se identifica trazando el eje horizontal. De esta forma lo de arriba queda reflejado en los astros duales (Sol y Luna) que simultáneamente se identifican en el plano inferior con (Masculino y Femenino). También la división lateral se presenta claramente otorgando mayor importancia a lo establecido en el lado derecho (El Sol/Lo Masculino) frente al lado izquierdo (La Luna/Lo Femenino)
La Dualidad en el Mundo Andino
La influencia histórica de la religión y forma de gobierno del viejo mundo con que llegaron los españoles y el deseo de incorporar nuevas tierras a la corona, no les permitió interpretar a una cultura desarrollada de manera muy independiente, aislada de las concepciones y paradigmas foráneas, regida culturalmente por una cosmovisión íntimamente relacionada con la naturaleza, donde el quehacer diario de sus pobladores tenían un sentido mágico/religioso desde tiempos inmemorables. Esto es fácil de identificar en las diferentes leyendas, donde los personajes son desde dioses de diferente rango, criaturas mágicas, hasta posibles héroes mitificados gracias a sus hazañas; estas leyendas fueron conservadas gracias al empleo de la memoria colectiva, que permitía conservar los relatos transmitiéndolos de generación en generación.
En el aspecto religioso, el proceso de sincretismo practicado por los sacerdotes cristianos, muestran a dioses como Viracocha, con un comportamiento similar al dios cristiano, por ejemplo, mandando un diluvio que extermina al primer grupo de gente creados por él debido a su desobediencia. En el aspecto político, específicamente en la forma de gobierno, la influencia se ve muy marcada en temas como la existencia de un único soberano, la forma de sucesión del poder de un soberano a otro, la herencia de los bienes, entre otros. En todos estos casos, no se aprecia la costumbre andina, sino más bien, una errónea forma de interpretar el mundo andino y su singular cosmovisión. Es esa singular cosmovisión andina, en complicidad con los paradigmas del viejo mundo y la forma de preservar los sucesos por parte de los naturales, lo que generó confusión y mala interpretación por parte de los cronistas españoles, no pudiendo plasmar lo que el poblador del Tahuantinsuyo expresaba como informante.
María Rostworowski, en su libro Estructuras Andinas del Poder: Ideología Política y Religiosa, plantea la dualidad como un imperante religioso y político en el mundo andino, propio de su singular cosmovisión. Es así, que es posible apreciar, en el aspecto religioso, dioses y héroes míticos que se complementan y/o confrontan; diversos son los casos en el mundo andino (considerando costa, sierra y selva que conformaba el Tahuantinsuyo) en los que se puede apreciar la presencia de la dualidad andina, entre los cuales se puede citar tres ejemplos:
- Tunupa, antigua divinidad de la costa y sierra sur (anterior al culto a Viracocha). Con este dios andino, de forma muy general, se presentan dos situaciones muy particulares: la primera situación presenta al dios Tunupa con atributos que citan la dualidad, el fuego celeste del rayo (arriba) y el fuego que brota del volcán (abajo), el agua que se precipita en forma de lluvia (arriba) y el agua existente en la superficie o que fluye de ella (abajo); la segunda, presenta dos pares de dioses, Taguapaca, Taapac, Tarapaca y Tunupa, situación que cita la cuatripartición, representando dos de ellos al fuego celestial y la lluvia (arriba) y, los otros dos al fuego del volcán y al agua de la superficie. Posteriormente el mito de Tunupa es confundido y yuxtapuesto con el de Viracocha, divinidad de la sierra sur.
- La oposición de Ychsma (Pachacamac) y Vichma (Vichama), hermanos e hijos del Sol, hace referencia según la narrativa a la dualidad andina, mediante una oposición cíclica de la noche y el día, presentándose una lucha constante y eterna entre ellos. Esta dualidad presentada a modo de oposición, permitiría la subsistencia de la vida en el mundo andino.
- Catequil y Piguerao, dioses de la sierra norte, conformaban una dualidad al presentarse como hermanos mellizos, relacionados con el rayo, trueno y relámpagos, así como también a las lluvias presentes en las tormentas, presentando así una oposición de atributos negativos y positivos para la vida en el mundo andino.
Este modo de gobierno, sumado al hábito de los soberanos vigentes de borrar el recuerdo de los gobernantes anteriores contrarios a ellos, pone sobre el tapete la reconsideración de la lista de soberanos Incas que cuentan con un estilo notoriamente europeo, buscando un acercamiento a la realidad desde el punto de vista andino.
Ricardo Santos Albornoz
[email protected]